sábado, 16 de marzo de 2019

Aparecida, de Marta Dillon

1.
Este está buenísimo. No todo el tiempo, por momentos es denso y muy autorreferencial, pero tiene momentos muy brillantes. En especial me gustó el capítulo en el que describe una y otra vez el rollo de Súper 8. 

2.
A la novela la leí en dos partes porque era muy deprimente para una lectura playera (no sé cómo no lo imaginé). Está muy bien escrito y por momentos logra un ritmo de escritura/lectura vertiginoso medio droga muy literario y magistral.

3.
Marta Dillon es una periodista, hija de la abogada desaparecida Marta Taboada, y la novela empieza cuando a la Dillon se le informa que después de 35 años aparecieron (fueron identificados) los huesos (los restos óseos) de su madre muerta. La novela va y vuelve del presente de la narración (los huesos y el duelo y qué hacer con los huesos, pero también el próximo matrimonio "igualitario" de Dillon con su entonces mujer Albertina Carri, y la maternidad de su bebé Furio) al pasado de la infancia como hija en los ochenta, la incertidumbre, la negación, la adolescencia, la búsqueda. Súper autobiográfica, se me hizo un poco pesada la referencia a las amigas con nombre de pila, pero me gustaron mucho los momentos de reflexión, la poesía, el presente continuo como cuando Dillon se despierta en el suelo y entre perras después de una borrachera. Es una gran novela, en fin.

Desayuno en Tiffany's, de Truman Capote

1.
Para ser un clásico, bastante decepcionante. El personaje de ella es muy efectivo y cautivador, pero más allá de eso el cuento/novela breve que da título al tomo no tiene mucha gracia. El clímax es esperable desde muy temprano, hay una supuesta sorpresa que no funcionó conmigo, así que nada, check. Lo más interesante, aunque un poco indignante, es Truman ocultando su homosexualidad en el supuesto enamoramiento del narrador protagonista por la estrella del cuento Holly W. También hay momentos puntuales muy divertidos como cuando habla de las lesbianas o cuando aparece el personaje brasileño. Y la pasé bien y todo. Seguro qué hay extensos tratados sobre este cuento y me pregunto qué dirán. También quiero ver la peli: todo el cuento parece concebido para ser peli de Hollywood de los '50.

2.
Era racista Truman, no sabía. De hecho ni idea cuál era su postura política. ¿Sería facho? No es imposible.

3.
El tomo se completa con tres cuentos más. Ninguno es oh qué maravilla pero se dejan leer. "La casa de las flores" se llama igual que la serie de Netflix que no vi y se trata de una prostituta en Port au Prince que se enamora de un machirulo (y se queda con él). "Una guitarra de diamantes" se trata de dos presos, uno de 18 y otro de 50, que "eran como unos amantes", "excepto que no unían sus cuerpos ni pensaban en hacerlo, aunque tales cosas no eran desconocidas en la granja": dale, Truman, cobarde. Y hay uno más, que es más lindo, que se llama "Recuerdo navideño" y se trata de dos amigues: un niño de 7 años y una mujer de sesenta y pico con un retraso madurativo o algo así. Ese me gustó, la verdad. Tiene gracia y está escrito muy lindo. Igual nada del otro mundo tampoco. Un libro más que leo de Club Bruguera, eso solo ya me hace feliz.

miércoles, 13 de marzo de 2019

La inocencia, de Marina Yuszczuk

1.
Me enamoré de este libro, un montón. Tendría que haber traído más libros como este a estas vacaciones, me dio todo lo que necesitaba. No lo pude dejar de leer, hubiera querido que fuera mucho más largo. Por qué estoy haciendo todas oraciones divididas por una coma, no sé. 

2.
Marina Y. escribe una novela autobiográfica, habla de su infancia, su juventud, y su vínculo en ese tiempo con "la religión", una secta que mi ignorancia me impide saber si se trata de los Testigos de Jehová, o los Adventistas o de cuál, pero una de esas religiones cristianas protestantes con estrictísimas normas de pertenencia y una fuerte separación entre los propios y los ajenos. Marina escribe de memoria, sin constatar los hechos, porque es ella la que escribe y lo que importa es lo que ella recuerda, o inventa, o quiere contar. El presente de la enunciación aparece y reaparece. En un momento Marina dice: "es espantoso quemar la propia vida en una novela, me está dando muchísima pena, así que a partir de ahora voy a empezar a inventar todo". En otro momento dice: "Estoy cansada de escribir este libro y me falta muchísimo". Adorei.

3.
La novela tiene una libertad formal espectacular, se interrumpe por otros relatos que también son hermosos, que tienen que ver y no a la vez, y que me hicieron acordar al libro de cuentos que leí de Gabriela Bejerman.

4.
También me acordé de César Aira mientras leía, casi traigo una novela de ese sujeto infalible y al final no lo hice, y La inocencia cumplió en mis vacaciones con el rol que hubiera esperado de una novela de Aira. 

5.
Está todo bien con este libro. Léanlo. Es de la editorial rosarina muy bonita Ivan Rosado.

martes, 5 de marzo de 2019

Stoner, de John Williams

1.
Es, efectivamente, como dicen las frases hiperbólicas de periodistas en tapa contratapa portada y solapas, una obra maestra. La novela inventa la biografía de William Stoner, un yanqui que nace a fin del siglo XIX en una granja, y que muere unos años después de la Segunda Guerra Mundial, en un hospital, sin épica. Toda la novela carece de épica, en un sentido buscado: a Stoner no le pasan muchas cosas, más bien le pasan pocas y puntuales, y el experimento de John Williams (el escritor norteamericano con el nombre más genérico del mundo) parece ser lograr la totalidad que siempre buscan los yanquis -la gran novela americana- recortada en un tipo a quien las cosas le pasan por adentro. El resumen es simple: Stoner es el hijo único de una pareja de toscos granjeros -a quienes no puedo evitar imaginarme cómo los del famoso cuadro del gótico estadounidense- que a los 18 migra a la vecina ciudad de Columbia para asistir a la novedosa carrera de agronomía. Nevertheless (nunca menos), algo le ocurre: conoce la literatura. Desde entonces dedica su vida a la literatura, dentro de la universidad. Hace una modesta carrera como profesor, escribe un libro, da clases. En un momento se enamora, se casa, el matrimonio va mal, tiene una hija. Se hace dos amigos, uno muere. Se hace un enemigo en la universidad. Les estoy espoileando todo, pero en realidad no importa. Lo grosso de esta novela droga es que, sin espamentos, cada episodio en la vida anodina de William Stoner se vuelve para los lectores de alto impacto, lleno de suspenso. Eso se logra por dos métodos, me parece, o dos recursos: la empatía total con Stoner, y un manejo magistral -creo que ahí está lo que vuelve a la novela una obra maestra- del ritmo de la narración. Pasan años, pero a veces pasan días y a veces minutos. Debía ser amante de los capos rusos tipo el más capo Fédor Dostóievski este John Williams. También debía ser amante, o envidioso, capaz no le gustaba pero usa recursos parecidos y es de la misma época y país, de mi amigo premio novel capo total este de Las uvas de la ira que no recuerdo ahora como se llama. Y ahora sí recuerdo, se llama John Steinbeck. Bueno, eso. La novela es re droga y es muy linda, el final es genial y no tengo nada más que decir sobre esto.

2.
Ah, sí, una cosa más para contar: esta novela es un rescate, como sucedió con por ejemplo La conspiración de los idiotas, una novela publicada sin éxito en su momento, republicada ahora setenta años después y convertida en un best seller.