domingo, 23 de enero de 2022

Nadar de noche, de Juan Forn

 1.

Me encantaría volver a leerlo antes de tener que enfrentar esta reseña, porque lo terminé de leer en enero (y estamos en mayo). De todos modos, es de esos libros que no se borra tan fácilmente de la memoria: creo que puedo recordar con bastante claridad cuáles son los cuentos que lo conforman y de qué van. Es un libro mítico, y que desde hace unos meses, desde el año pasado, transmutó en súper mito con la muerte de Forn, que no escribió tanta ficción. Tengo entendido que Nadar de noche apareció por primera vez en la colección Biblioteca del Sur de Editorial Planeta, que estaba a cargo del propio Forn y que reunía títulos de Saccomanno, Fresán, Fogwil, Dalmiro Sáenz, entre otros. Yo lo leí en la colección de libros de Forn (cuatro eran) que sacó Página/12 hace unos añitos. 

2.

Recientemente terminé de leer Animales domésticos de Saccomanno, que es de la misma época (la reseña, más arriba), y creo que tiene muchas cosas en común con Nadar de noche. Tendría que revisitar Historia argentina de Fresán (el mejor poniendo títulos), pero apuesto a que también es pariente, o capaz más Vidas de santos que no leí. El cuento de la chica que va a al psiquiátrico a visitar al ex podría estar en el libro de Saccomanno. El de la señora que cuida al nieto y mira videos también. 

3.

A continuación, paso revista al índice y hago reseñas bonsái:

- "El karma de ciertas chicas", que abre el libro, envejeció un poco mal. El protagonista me cae pésimo, y no sé si era la intención. 

- "Memorándum Almazán", sobre un veterano de Malvinas que aparece con una mano atrás y otra adelante en la embajada argentina en Chile y escala posiciones hasta un final inesperado, lo conocía porque figura en la antología La colimba, y es buenísimo. Tiene un plot twist espectacular. 

- "Video & comida china" tiene una onda tan años noventa que duele (y me encanta). 

- "Alquitrán en los pies", el del psiquiátrico en Tigre, es un poco enrevesado al pedo, no sé si está tan bien logrado. Junto con el primero me parecieron los puntos bajos del libro.

- "Para Gaby, si quiere" es una genialidad: un narrador poco fiable, en este caso por fumón, pero fumón onda parodia, onda Toallín de South Park, y una historia enrevesada pero muy bien entramada, donde la idea funciona bárbaro y me reí. 

- "Mañana preocupate de mañana" lo había borrado de mi memoria por completo, pero ahora que lo hojeé lo recuerdo: una chica con pánico en un avión, una monja y un walkman. Hermoso. 

- "El borde peligroso de las cosas" es un titulazo, y es probablemente EL cuento del libro, con algo de la estructura de "Memorándum Almazán", mucha falopa y mucho potencial para ser una película, cómo nadie la hizo. 

- Y el último, "Nadar de noche", es quizás el más conocido y si no lo leyeron váyanlo a buscar que tiene un par de carillas y es hermoso. 

martes, 18 de enero de 2022

La canción del pobre Juan, de Blas Matamoro

 1.

Esta reseña no le va a hacer honor a este libro, por dos motivos. El principal es que leí este libro en enero, y estamos a mediados de mayo. Me queda el recuerdo de la sensación al leerlo, pero no mucho más. Algunos jirones de alma del argumento: un argentino que vive en España hace décadas (¿exiliado?) o quizás años, vuelve a la Argentina tras la pérdida de su pareja (¿muerte o separación?) y conoce a un jovencísimo bailarín con el que comienza una tórrida relación un poco patológica pero también bonita. Hay un programa de TV, hay los xadres del bailarín, hay un viaje a Europa... Acá ya hago agua. Y el pobre Juan del título es el protagonista, que narra en primera persona. Lo recuerdo bellísimamente escrito, y con maestría, oficio, como lo quieran llamar: mucho más "maduro" que el anterior libro de Matamoro que De parado publicó y que me gustó pero mucho menos que este. No sé si efectivamente pasaron años entre la escritura de uno y el otro, cuál es más moderno y cuál más antiguo, pero sospecho que debe ser así como lo sentí. Me gusta De parado, creo que viene teniendo una performance bárbara.

viernes, 14 de enero de 2022

La aventura de un fotógrafo en La Plata, de Adolfo Bioy Casares

 1.

Hay que decir que es muy divertido, y también algo misterioso, pero no tanto como El sueño de los héroes. Este parece más un entretenimiento, tanto para el lector como para el viejo Bioy, que tenía ganas de escribir un buen folletín aventurero y lo hizo, en un momento de su carrera (sus 70 pirulos) en que seguramente ya no tenía que impresionar a nadie y además todo lo que hiciera iba a ser tenido por "obra maestra" o "pequeña joyita", según fuera el caso. El propio Bioy avaló sin embargo, a posteriori, una lectura de la novela en clave política, aunque diciendo que si estuvo fue inconsciente, no intencional. Para mí, PARA MÍ, y quién soy yo sino un bloguero impune, a mí me resulta una lectura un poco forzada.

2.

La novela es de 1985, pero en el prólogo de la edición de 2005 el autor reconoce que es probable que haya aludido, aun sin proponérselo, al tema de los desaparecidos y afirma “No creo que uno pueda soñar una pesadilla tan terrible y no seguir escribiéndola al despertar”. En este artículo hay una cita a una entrevista que le hacen a Bioy para la Revista Puro Cuento:
P: Yo diría que, aunque pudiera no parecerlo, su propia literatura ha sido comprometida, porque ha sido tremendamente apasionado.

ABC: Desde luego, desde luego...

P: La alusión en su obra creo que está presente en todo momento y en ese sentido creo que es superior a la de algunos de sus contemporáneos. Quiero preguntarle por cierto si ese hijo perdido en La aventura de un fotógrafo en La Plata tiene que ver con la tragedia que vivió el país durante la última dictadura ¿Es un desaparecido?

ABC: Pero naturalmente... Claro que sí... Es de algún modo simbólico de lo que paso. Esa realidad que me rodeaba me obligó a escribir mi historia. Que es como una metáfora, a mi manera, de lo que estaba pasando.

"Adolfo, Adolfo, ¿su novela es sobre los desaparecidos?". "Eeeeh, desde luego, desde luego". YO, lo que es YO, diría que el periodismo le puso palabras en la boca a Bioy, y que Bioy estaba más allá de todo y dijo bueno dale, vamos con esa. ¿Y por qué creo esto? Porque los elementos de prueba, si bien interesantes, son muy endebles, y porque la novela se parece mucho más a una historia cómica de Arlt o a una historieta de Tintín (¡el clímax, con jeringas con somnífero blandidas por sepultureros secundados por patovicas-goriláseos!) que a una historia política. No hay nada para sostener que el hijo del señor Lombardo sea un desaparecido o lo simbolice, salvo que se fue, pero se fue peleado con el padre porque éste quería hacerlo pasar por muerto para cobrar un seguro de vida (¡qué tiene que ver con los desaparecidos!). Quizás tiene más entidad vincular otros elementos del libro con la dictadura: el amigo policía, infiltrado entre los estudiantes, y el amigo politizado, el anarco, que pasa una noche en un calabozo después de una razzia en un bar, y sobre todo la escena en que la novia del detenido pide al protagonista que interceda con su amigo policía para que lo suelten (una noche está en un calabozo, después lo sueltan, no le pasó nada). Pero todo es muy light: y además la historia ocurre en la primera mitad del siglo XX, y todo lo antedicho puede perfectamente tener que ver con ese contexto político, el de los '30 o los '40.  En fin, si alguien me paga lo investigo en profundidad. ¿Quién me paga?

3.

Aguante Tintín, mueran las lecturas sesudas forzadas. Y aguante Arlt.

domingo, 9 de enero de 2022

Antártida Negra: los diarios, de Adriana Lestido

 1.

Adriana Lestido viaja a la Antártida para participar de una residencia artística, en marzo de 2012. Se supone que los van a llevar a la base Esperanza, pero por los imponderables climáticos típicos termina en la isla Decepción. Iba en busca del blanco absoluto y terminó en una isla donde la nieve se vuelve negra al contacto con el barro. El resultado son las fotos del libro Antártida Negra, y luego está este producto subsidiario, los diarios del viaje, publicados por Tusquets en la colección Rara Avis dirigida y prologada por Juan Forn, la misma de Las malas de Camila Sosa Villada. No es un gran libro, pero es lindo. Muy informal y poco pretencioso, quizás lo más interesante es conocer a Lestido en su faceta más íntima, enamoradiza, frágil pero lanzada. En esta nota de Anfibia hay extractos y fotos.

jueves, 6 de enero de 2022

Un maestro, de Guillermo Saccomanno

 1.

Hace poco le hice una entrevista a Saccomanno, vía Zoom. Estoy trabajando en una pequeña investigación sobre la película Bajo bandera, adaptación suya de una novela también suya sobre la colimba, le escribí a propósito de la misma y aceptó charlar conmigo sobre su experiencia. Entre otras cosas, hablando de su vínculo literario con el Servicio Militar Obligatorio, Saccomanno menciona Un maestro, con estas palabras: “El libro del Nano me parece de lo mejor que escribí”.

2.

La historia es más o menos esta: En 1968, un veinteañero Willy Saccomanno pedece la colimba en el Regimiento de Infantería de Montaña Nro. 26 de Junín de los Andes, Neuquén. Entre otras personas a las que conoce en esa circunstancia concentracionaria ("no te olvides que era dictadura, estábamos bajo disciplina militar, había pibes que se suicidaban, otros que eran violados, estaqueados") se encuentra Orlando "Nano" Balbo: un joven maestro oriundo de Pellegrini, Provincia de Buenos Aires, con quien comparte el escritorio en la oficina de mesa de entradas. Sigue Saccomanno: 

Muchos años después, ahora ya hace veinte o quince, yo estaba en una feria del libro en San Martín de los Andes y se me acerca un maestro y me dice “Te manda saludos el Nano Balbo”. "¿Santiaguito?" "No, Orlando". Yo había pensado que estaba desaparecido, me había llegado la información. "Bueno, dame el teléfono". "No lo podés llamar porque está sordo. Quedó sordo de la tortura". A Nano se lo chuparon el 24 de marzo del ’76, el mismo día del golpe se lo chupan en Neuquén, donde él era docente. Un docente muy comprometido políticamente, con planes de educación bajo la influencia de Paulo Freire, pedagogía del oprimido, etc. El que lo tortura es Guglielminetti. Como no puedo hablar me contacto por mail. Salgo corriendo del encuentro de literatura, me voy a un locutorio, le pongo un mail, me responde al toque y nos empezamos a ver y los dos coincidimos en que si nos vamos a encontrar no es para recordar la colimba, sino para ver si estábamos todavía a la altura de aquello que nosotros pensábamos que debía cambiarse en el mundo. Y su historia de vida me pareció tan atractiva, tan interesante, tan pasional, la tortura, la prisión, el exilio, la vuelta, la sordera… como quiere volver a la docencia le ofrecen ir a alfabetizar a Huncal, paraje en el medio de la nada en Neuquén, a una comunidad mapuche. Y, sordo, se va a alfabetizar una comunidad mapuche.

3.

Saccomanno me recomendó Un maestro a cuento de la parte de la colimba y de los muchos personajes ficcionados en Bajo bandera que acá aparecen con sus nombres reales. Sin embargo, la colimba ocupa una porción breve de la historia, proporcional a la que ocupa en la biografía del Nano. Cuando volvió por fin a ser un civil, se dedicó a la docencia y a la militancia en la ciudad de Neuquén, y en contextos sindicales se capacitó con el propio Paulo Freire. El 24/03/76 es secuestrado, está desaparecido unos días en los que padece la tortura por picana -querían que entregara compañerxs- y gracias a que trabajaba con una diputada logró cambiar del estatus de desaparecido al de preso político en la cárcel de Rawson. El capítulo de Rawson: eso sí que es literatura concetracionaria, en la línea de Si esto es un hombre, libro en el que no pensaba hacía tiempo. Tardé en engancharme con Un maestro, pero en ese capítulo empecé a entrar y cuando el Nano llega a Roma solo y exiliado y se da cuenta de que está delirando, ya estaba completamente adentro. 

4.

Lo rico de Un maestro está en las increíbles vueltas que da la vida de ciertas personas, en que una vida pueden ser muchos libros distintos, y en el viejo refrán de que la vida es más grande que la ficción. La anteúltima vida del Nano Balbo, entre los mapuches de Huncal, es otra vida y a la vez la misma. Y el libro es otro libro, uno que discute el concepto de otredad. Algo hermoso que hace Saccomanno es entregarle a Balbo la primera persona, usando seguramente citas casi textuales, su forma de hablar y de contar a partir de las charlas grabadas con las que construyó el libro, para cuando llega el momento romper con eso y encarnar su propia voz, hablar de Balbo desde Saccomanno y lo que éste ve cuando lo acompaña a Neuquén y a Huncal, a visitar el lugar donde fue maestro y a marchar reclamando justicia por los crímenes de la dictadura de los que fue víctima directa. Y también se agradece el apéndice documental, que habla de las causas y sus estados en 2011, año de publicación del libro. Es un libro en donde lo literario está en función de un objetivo ideológico y político, y quizás lo que Saccomanno expresa sentir por este libro ("de lo mejor que escribí") tenga que ver con su importancia, con su valor. Pero en fin, estoy especulando. Ojalá en otra ocasión y ahora que ya leí el libro, se lo pueda preguntar a él. Mientras tanto, les dejo la recomendación.