jueves, 31 de diciembre de 2020

Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara

 1.

El último libro de 2020, para mejorar un bajísimo cupo femenino este año en este blog, es la novela gauchesco-lésbica de Gabriela Cabezón Cámara, en su novena edición, best seller absoluto del año (y del anterior) y libro más conocido y exitoso de esta señora de la que voy leyendo varios libros ya, véanse la reseña no tan lejana de Romance de la Negra Rubia, y la ya más antigua de La Virgen Cabeza, que ahora que me acuerdo también leí en vacaciones, en un año nuevo, en un lugar campestre y rodeado de amigues, aunque hace mucho. Además de estas tres novelas, Cabezón Cámara publicó dos novelas gráficas con el dibujante Iñaki Echeverría, y un libro de relatos que se titula Sacrificio. En revista Fierro, última época en papel, publicó también una tira con guión coescrito que se llamaba "Yanara", y la menciono porque es lo otro que leí de ella, y se comprueba en los cuatro casos que GCC es una de esas autoras que escribe siempre la misma historia.

2.

La China Iron es la china de Martín Fierro, la mujer que se queda sin marido cuando al suyo lo enlistan a la fuerza, que en el poema gauchesco de José Hernández es una sombra y nada más, pero que acá tiene una historia suya, y una oportunidad en la vida recién cuando se queda sola, sin marido, sin patrón, y en un mismo movimiento conoce a Elizabeth, otra mujer que se queda sin marido por la leva. La operación es bárbara: no sólo contar la historia de ella (como Borges contó la de Cruz) sino sacarlo del eje a Fierro, ese tipo que se la ganó en una partida de truco, y contar otra historia, que sucede en la pampa decimonónica de la civilización y la barbarie, que es un viaje iniciático, y que como en La Virgen Cabeza y en el Romance de la Negra Rubia (y como en Exterminio de Danny Boyle, que tiene la misma estructura, primera parte viaje, segunda parte utopía torcida) se las ingenia para pasar a tratarse de algo más grande, épico y universal, los distintos tipos de sociedad que pueden crear el amor y la violencia. 

3.

Ahora voy a tirarme a chanta, y decirles dos cosas: que lean la novela, que está buenísima, y que para reseña ya existe este texto espectacular de María Moreno, lean eso y déjenme tranquilo. 

sábado, 26 de diciembre de 2020

Tango cruzado, de Max Aguirre y Sebastián Dufour

 1.

Los chicos de Hotel de las Ideas tienen que hacer algo con el diseño de sus tapas. ¿Cómo un libro tan estilizado, con portadas como estas en su interior

 

va a tener una tapa tan deslucida como esta?


Me resulta incomprensible.

2.
Tango cruzado es una historia guionada por Max Aguirre y ¿dibujada?, ¿pintada?, no sé qué técnica es pero es gráficamente increíble, por Sebastián Dufour. Creo que salió en la Fierro segunda época, después se publicó este libro en 2017, y hace poquito se podían leer algunos capítulos on-line en la nueva Fierro virtual. Va de mejor a peor: empieza muuuy increíble, hasta el capítulo de Yonli (John Lee) viene muy arriba, después no cumple. Es como Lost. Una pena. Como que sueltan la pretensión, un poco. Por ejemplo, hay una estructura de flashbacks muy ordenada en los primeros dos o tres capítulos, que pierde el orden después y se vuelve confusa. Igual, es mejor que Lost

domingo, 20 de diciembre de 2020

La extraña Dama, de Javier Roldán

 1.

Retomando el blog, cada vez me cuesta más, un subsidio para este pobre bloguero. 


2.

Leí La extraña Dama (Ed. Alto Pogo, 2015) de Javier Roldán una madrugada del diciembre pasado, en un momento de insomnio. Digo un momento porque se lee así, en un momento: de hecho, recién lo leí por segunda vez (ya estamos en mayo, la fecha de publicación de esta entrada corresponde a la de primera lectura). Es el primer poemario publicado por este discípulo de Osvaldo Bossi (a cargo del prólogo). Después sacó otro libro, que yo leí antes y recomiendo mucho, Villa Trankila (Editorial Santos Locos). Villa Trankila es un objeto más denso y variado, engloba varios temas y tonos. La extraña Dama en cambio hace una propuesta más puntual: siete poemas narrativos, a partir de cuatro textos preexistentes, todos audiovisuales, que son las películas Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939, basada en la novela de Margaret Mitchell), Gravity (Alfonso Cuarón, 2013), Flashdance (Adrian Lyne, 1983), y la telenovela del título del tomo, La extraña dama (Lucy Gallardo, 1989). La película de Fleming merece cuatro poemas, amparados bajo el subtítulo "El viento prometido", en los que la voz cantante la tiene alguno de los personajes, y en los que se mezcla la diégesis de la historia con una suerte de backstage cinematográfico. La segunda parte del poemario ("Es cosa de mujeres") dedica un poema a cada texto, pero aquí la operación es otra, y el argumento de la historia se mezcla con algo más: recuerdos de la infancia junto a la madre para Flashdance ("Donde la bailarina se convierte en el baile mismo"), un diálogo telefónico con Gravity ("Gravedad"), el recuerdo de la abuela para La extraña dama ("Desde tu partida"). Por último, hay una especie de bonus track, el poema "De vez en cuando mamá pierde la consciencia", que se sale de la propuesta y remata a todo ritmo, en un tono más cercano al de su libro subsiguiente.




sábado, 19 de diciembre de 2020

El sueño de los héroes, de Adolfo Bioy Casares

1.
El libro de 2020 (tuve muchos libros de 2020, este va al podio de cajón) es de 1954 y se titula El sueño de los héroes. Lo leí a lo largo de muchos meses, muy de a poco, facilitado por sus breves cincuenta y cinco capítulos (algunos de una carilla), y aunque pasaba a veces una semana entre sentada y sentada, nunca me olvidé la trama: volvía fácilmente a la aventura de Gauna, de Clara y de los muchachos. Es una verdadera genialidad, de principio a fin, para muchos la mejor novela del sujeto de Barrio Norte y para algunos (sí, leí o escuché esta pavada menospreciativa del amigo de) "la novela que hubiera escrito Borges de haber escrito una novela" (para mí, sobre todo ahora que leí El sueño de los héroes, Borges es el amigo pomposo de Bioy).

2.
Se me dio por leerla porque a principios de esta pandemia cumplí el sueño de los héroes y di una clase sobre una de mis películas argentinas favoritas, Los paranoicos de Gabriel Medina. Leyendo sobre la película me enteré que estaba ligeramente basada en este libro. De hecho, en Los paranoicos el protagonista (Hendler) se llama Gauna, su interés romántico es Clara, su amigo es Larsen, todos nombres de esta novela. Y el tema del coraje permanece intacto. Esto leí en una nota de Radar de 2008:

La otra fuente que da forma a la relación entre Manuel y Gauna es la novela El sueño de los héroes, de Bioy Casares. “De hecho, la primera versión del guión empezaba con un tipo que no se acordaba de lo que había hecho durante dos días, de lo borracho y drogado que estaba”, cuenta Medina. “También había cierta circularidad, pero todo eso se fue destruyendo. Lo que quedó es el tema del heroísmo y la cobardía, de cómo pesa la mirada del otro.” La referencia a Bioy está ahí, a la vista para quien quiera tomarla en cuenta, empezando por la cita a uno de los protagonistas del libro: Emilio Gauna. “Manuel en ese sentido es como el Doctor Valerga de la novela, pero un poquito más humano: un tipo que te enseña, que te da, pero a la vez te quita. A Gauna le deja la casa, le da laburo, lo recomienda constantemente, pero también lo mantiene oprimido. Y creo que también hay algo de la cosa lúdica, mágica; los delirios, de esa cosa de Bioy de abrir las puertas a una atmósfera fantástica, a algo que no es muy concreto sino más bien como una música: ese terreno difuso entre lo que sería la realidad cotidiana y la ciencia ficción.”

3.

El sueño de los héroes tiene varios méritos. El primero y principal es la prosa: está muy muy bien escrito. Y el otro es el argumento, que es notable porque resumido en sus tres momentos te lo cuento en dos segundos (de hecho, leí una vez un cuento de Bioy que es así cortito y se trata de lo mismo, aunque sucede en el carnaval de Venecia), pero Bioy lo convierte en 218 paginas elaborando alrededor de cada cosa un mundo vivo y divertidísimo. Pero también, a esto quería llegar, tiene el mérito de ser una novela sobre Buenos Aires, igual que Adán Buenosayres: es una de esas novelas donde los personajes recorren la ciudad y leer es como viajar al pasado, Buenos Aires congelada en 1930, vista desde Saavedra, desde la quema de basura de Flores, desde los bosques de Palermo que son casi un espacio mítico y no la grasada macrista en que se han convertido. Me gustó todo, voy a buscar más novelas de Bioy. Acepto recomendaciones.


jueves, 17 de diciembre de 2020

The Penguin de André François, Plantar un bosque de Azul Blaseotto y E apenas o vértice do mundo interior de Vladimir Palibrk y Mikolaj Tkacz

1.
Continúo con mi lectura de los libros dejados en custodia por la biblioteca Jais (resumen del capítulo anterior: un amigo se fue a vivir afuera y me dejó parte de sus libros, yo para darle un sentido a mi compulsión acumulativa planeo leerlos todos). En este episodio, meto en una misma reseña tres que nada que ver salvo porque son del palo del noveno arte, o sea la historieta, el cómic, la narrativa gráfica. Uno es un libro con lomo y todo, está en inglés y fue editado por Penguin Books en algún momento de los '60s (no aclara fecha de publicación), el otro es un fanzine coeditado por Tren en movimiento y unproblema+ en 2017, y el último es otro fanzine, más raro que un perro verde, brasileño en este caso, publicado en ocasión de la Bienal de Sao Paulo de 2014. Los tres títulos, claro está, los terminé de leer hoy, diecisiete de diciembre de dos mil veinte.

2.
El de François parece una de esas oportunidades que uno puede encontrar en mesa de saldo o en la calle paseando por una país extranjero. Yo también hubiera comprado, pareciera una excelente oportunidad. Es humor gráfico de la misma escuela que las tiras de Quino, Caloi o Tute, sin casi palabras y buscando el chiste en la representación gráfica, aunque dibujados con un estilo de dudoso gusto en este caso. Bueno, pero eran malísimos todos. En este momento está saliendo la Fierro en su tercera o cuarta reencarnación, ahora virtual, y tiene una sección que se llama "No me causa", para chistes viejos que no dan gracia: todos los de François entran en esa sección si quieren. Fue una buena lectura de baño, olvidable. Parece que este François, que nació en 1915 en Rumania y murió en 2005 en Francia, fue discípulo de Picasso, ilustrador de The New Yorker y la mar en coche. Yo, lo que es yo, si fuera mío me deshago del ejemplar en la página de los codos amarillos.


Ejemplo de chiste malo.


3.
Plantar un bosque, en cambio, me pareció re lindo. Es una suerte de historieta experimental que mezcla técnicas y formatos (de golpe, entre las hojas, hay otras hojas más chiquitas) y que parte desde lo poético para llegar a los narrativo en un brevísimo relato climático sobre Carlos Idaho Gesell y un breve encuentro nudista con Ernesto Guevara antes de que fuera el Che, todo en acuarela y blanco y negro.



4.
Parece que Vladimir Palibrk, así, sin vocal entre la r y la k, es serbio y vive en París, y hace un poco de todo (la reseña más específica del mundo estoy haciendo). En este caso hizo, aparentemente con alguien más que figura como colaborador, un fanzine en papel de bajo gramaje, casi de diario, con partes en blanco y negro y otras en color, en el que con textos propios y otros de un pintor polaco del siglo XX de nombre Władysław Strzemiński construye una serie de relatos no conectados entre sí, en forma de dibujos, fotomontajes y collage, todo bien alla surrealismo old school, pegando en el palo del dadaísmo. Este ejemplar está en portugués, porque se distribuyó en la Bienal de Sao Paulo, pero encuentro online una versión en inglés, todo lo cual me lleva a imaginar al pobre Vladimir o a su compañero Mikolaj escribiendo a mano cada palabra en portugués letra por letra y simbolito por simbolito sin saber el idioma, y les estoy agradecido por el esfuerzo y la dedicación. El fanzine está hermoso, y lo voy a tratar de leer un par de veces más.



sábado, 12 de diciembre de 2020

Especies de espacios, de Georges Perec

1.

Yo en realidad quería leer Me acuerdo, pero Yaela me lo prestó en tándem con este, que dijo es el que más le gustaba, y yo ahora acuerdo (me acuerdo) con ella. Como dije en la reseña respectiva, Me acuerdo me resultó localista y falto de mayor interés, puestos en que este amigo francés, al que de haber conocido a su debido tiempo (cuando leía fervorosamente a Julio Florencio) hubiera adorado, ni siquiera estaba inventando el dispositivo en cuestión. Muy por el contrario, Especies de espacios tiene todo lo que quieren las guachas: fuma, toma y se arrebata.

2.

Ya desde el vamos, desde la tapa, Especies de espacios juega con los espacios: las letras, en un libro, están ordenadas en el espacio, ocupan espacio, crean espacio. Y así, mindfuckeando al lector y la lectora y el lectore, Perec sigue, y va desde el espacio más chiquito ("la página") hasta el más grande ("el espacio", es decir, el espacio sideral), pasando en orden (y este es el índice) por: la cama, la habitación, el departamento, el inmueble, la calle, el barrio, la ciudad, el campo (el campo no existe, es una ilusión, dice Jorgito), el país, Europa (ahí mostró la hilacha, pero mejor hablar de lo que unx conoce), el mundo. Y sobre cada espacio dice cosas dispares: algunas son reflexiones, otras son anécdotas (me acuerdo...), otras  son propuestas de actividades. La verdad, es bárbaro Jorgito.

3.

Un comentario sobre los prólogos de mierda: los odio. Odio cuando alguien (en este caso, el traductor Jesús Camarero) piensa que tiene que escribir algo inteligente y largo y sesudo muy sesudo para estar a la par del libro que está prologando, sin ver más allá de su nariz que lo de Perec además de inteligente es gracioso, y no da arruinarlo con un paper de mierda adjunto. Obvio que no lo terminé de leer, al prólogo.

4.

Dos citas para muestra de lo lindo y capo que es este libro (es un libro muy capo):

Vivir es pasar de un espacio a otro haciendo lo posible para no golpearse. (p. 25)

No hay nada de inhumano en una ciudad, como no sea nuestra propia humanidad. (p. 100)

viernes, 11 de diciembre de 2020

¿Quién mató a Rexton?, de Diego Agrimbau y gran elenco de dibujantes

 1.

Otra idea brillante del mejor guionista argentino (de cómics) del presente, en la que la metatextualidad está a la orden del día. De hecho, ¿Quién mató a Rexton? es todo un gran metarelato. La propuesta es así: en un mundo o una época en la que los cómics son populares de verdad, como para que sus autores sean reconocidos por los taxistas y ocupen el prime time en la TV, el dibujante/detective Katmus, especializado en cómic documental a lo Joe Sacco (a quien nunca leí, ¿debería?) recibe el encargo del poderoso editor Eugenio Marconi de investigar, claro que sí, quién mató a Rexton, el guionista más importante del momento, hallado en pedazos entre las bobinas de la imprenta del suprascripto. Los sospechosos son los dibujantes que trabajaron con él, y cada uno va a dibujar su propio testimonio. El libro que unx tiene entre manos se convierte de pronto en un libro que existe dentro de la propia historia, y ahí llega la primera capa de metatextualidad: un índice, al final del primer capítulo (firmado por Katmus), anuncia las páginas en las que comenzará cada capítulo, firmados estos por los personajes/dibujantes de la propia historieta. Solo al final de todo, como en las películas, aparecen los créditos que revelan quiénes son lxs seis dibujantes reales que actuaron de lxs dibujantes ficcionales. 

2.

Hay una segunda capa de metatextualidad en las historietas dentro de la historieta, que aparecen para contar los trabajos del muerto Rexton con los sospechosos dibujantes, y hay una tercera capa metatextual con el giro inesperado y night shyamalanesco del final, que no les quiero espoilear. Le pongo a todo esto 9 aleschonfelds.






lunes, 7 de diciembre de 2020

Historia oral de la cerveza, de Francisco Bitar

 1.

Me compré en un impulso, y sólo por el título, este librito pequeño y hermoso de la monona Editorial Municipal de Rosario, de un autor que me sonaba haber leído (¿quizás en una antología de poesía?). Esta vez le pegué, fue un buen impulso. Historia oral de la cerveza es todo lo que me imaginaba, pero mezclado: es un libro de poesía, que habla de la cerveza, y también es un libro de historia, que recopila fuentes que hablan de la relación entre la cerveza y la ciudad de Santa Fe, a la que ahora quiero ir aunque siempre me dijeron que era muy fea y que estaba adentro de un pozo.

2.

Como quien no quiere la cosa, pero apuesto a que sobre un andamiaje más pensado y estructurado que el del mismísimo puente colgante, Bitar va intercalando frases cortas que ora desarrollan un diálogo entre tres amigos que beben (El que Cuenta, El que Piensa y El Jodón), ora habla de Santa Fe en el siglo XIX o de la fundación de la Cervecería Santa Fe, ora nos lleva a un taller literario en el que los alumnos se proponen imaginar que cada porrón de la ciudad es una luz, ora cuenta el cuento de los suicidas del puente colgante, o del día en que se cayó (en 1983), o de Nati que después de unos porrones se da cuenta que perdió las llaves y tiene que ir a lo del ex a buscar la copia. 

3.

Entre todas las líneas argumentales que sigue el libro, hay una en la que se habla de camperas: 

Era una de esas noches en que una campera constituye tu única compañía y el hecho de verla colgada de la silla de enfrente, mientras comés tu pan con queso, establece una diferencia esencial. Se trata de la única evidencia que te recuerda la vida y que te sugiere también una manera de vivirla.

Tengo un proyecto de corto, hace mucho, que se llama La campera. Este libro me dio ganas de revivirlo. Capaz lo haga.

Al fin y al cabo, la campera y su dueño hablan un mismo idioma.

domingo, 22 de noviembre de 2020

¡México Lindo!, de Fernando Calvi

 


1.
Está precioso este libro de Calvi que me regaló el preziozo de Gonzalo y que editó Loco Rabia con las entregas que salieron en la Fierro segunda etapa hace unos años. Supe ser lector asiduo de esa Fierro y con los cómics de Calvi me pasaban cosas ambiguas: por un lado, gráficamente es impecable, y los guiones siempre prometen mucho, pero después no siempre cumplen, como si sus historias abrieran abrieran abrieran y después se deshilacharan en algo o bien muy inasible, o bien más chabacano que la altura que prometían tomar. Me pasó mucho con Altavista, que primero me encantaba y después me hartó. Y de El maquinista del general, que estaba buenísimo, no recuerdo final, capaz quedó en la nada. Medio Lost el operar de Calvi. 

2.
Pero justo ¡México Lindo! es un poco la excepción a la regla. Si bien abre mejor de lo que cierra (parece que se va a ir para el lado de lo épico místico pero luego baja a un aceptable Unbreakable de Shyamalan), por lo menos cierra, con suficiente consistencia. Están lindísimos el prólogo (¿es Burroughs?) y el epílogo, que son agregados y no estaban en la Fierro. Y como ya dije, gráficamente es impecable. La edición además está lindísima.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Me acuerdo, de Georges Perec

 1.

En un periquete, empecé y terminé el Me acuerdo de Perec. Ahora me falta leer el de Brainard y estoy. 

2.

Este Me acuerdo, la verdad, salvo que seas francés, no reviste interés alguno. Con el de Kohan me identifiqué por lo porteño y lo judío, a pesar de la diferencia generacional, y pude captar casi todas las referencias, pero en este caso Perec escribe muy pocos meacuerdos íntimos, son casi todos del estilo "Me acuerdo de Charles Rigoulot" o "Me acuerdo de Lettres Françaises" (?) y yo acá, pintado al óleo, convidado de piedra, etcétera. Igual, algunos me funcionaron. Justo abrí el libro al azar para la cita de la frase anterior y había uno con el que me identifiqué fuertemente: "Me acuerdo de lo difícil que me resultó comprender lo que quería decir la expresión 'sin solución de continuidad'". 

3.

Los editores, españoles (Impedimenta), que hicieron un trabajo muy bello, sabían que lo que estaban traduciendo era demasiado francés, así que hay un insoportable apartado con notas que aclaran cosas. Pero no tiene gracia tener que ir a buscar las notas. Anula el juego de Perec, casi. 

4.

El de Brainard lo leí un poco online y pinta mucho mejor porque marica.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Distancia de rescate, de Samanta Schweblin

 1.

Creo que no me gustó, ¿puede ser? Me pareció poca cosa. Voy a escribir toda la reseña con preguntas.

2.

Es una ¿novela? ¿un cuento largo editado en solitario? del género terror, del subgénero terror rural, que en el fondo es un comentario sobre el uso de agrotóxicos, creo. Nunca aparece la palabra glifosato, pero está bastante implícita. Sí aparece la palabra soja. Y la palabra bidones, que me hizo pensar en cómo se traducirá (la Schweblin está muy traducida). (Se dice drums). 

3.

Para ser sobre el agronegocio, lo toca bastante de costado. Aparecen las malformaciones en niñxs, consecuencia terrible del uso de glifosato cerca de poblaciones, pero acá es una cosa medio mágica, hay una curandera, y no hay ni un atisbo de una conocida empresa multinacional. O sea, más que crítica es un comentario, y más que comentario es un telón de fondo.

4.

Y al margen del tema éste de fondo, si nos quedamos sólo en el cuento, en lo que pasa, pasa poco. Hay un muy complejo y bien planteado juego de relatos enmarcados, una persona (Amanda) que cuenta una historia a un interlocutor (David) que primero no sabemos quién es, en un contexto macabro que vamos entendiendo mientras cuenta esa historia, y en la historia que cuenta, a Amanda le cuentan también una historia, Carla le cuenta la historia de David, y entonces se da como una cosa así muy virtuosa del uso de los superpoderes de la literatura, incluso en un momento hay un pase de mando medio cortazariano y David pasa a continuar la historia que contaba Amanda pero en segunda, todo muy "Usted se tendió a tu lado". Pero la gran revelación que hubiera hecho que todo valga la pena, no aparece.

5.

Distancia de rescate es Samanta Schweblin en modo Mariana Enriquez pero menos logrado. Igual, sólo yo pienso así. A la novela le fue bárbaro, la leyó medio mundo y sale en breve su adaptación cinematográfica vía Netflix, con guión de la Schweblin en tándem con la peruana Claudia Llosa, que es además la directora, protagonizada por Dolores Fonzi y una española, filmada en Chile, veremos qué hacen.

martes, 3 de noviembre de 2020

Me acuerdo, de Martín Kohan

 1.

En un taller que estoy haciendo leímos muchos meacuerdos del texto original de Joe Brainard (que están online acá) y después nos dieron diez minutos para escribir los nuestros propios. Es notable que este muchacho haya inventado a la vez un ejercicio, un dispositivo y un género literario. El texto de Brainard (I Remember, que está editado por Eterna Cadencia con prólogo de Paul Auster) fue imitado por Georges Perec en 1978 (Je me souviens) y ahora por el argentino Martín Kohan con el título en castellano Me acuerdo. Medio que es inmediato, leés los meacuerdos de otro y te dan ganas de ponerte a escribir los tuyos propios.

2.

En el taller, dictado por Andrés Di Tella, la consigna fue "no hacer literatura". Estos son mis me acuerdo (curiosamente, tengo uno muy parecido a Kohan, y tuve otro muy parecido al de un compa del taller, ¿será que todxs nos acordamos de las mismas cosas?):

Me acuerdo de los contenedores de basura, detrás de los edificios en Raanana.

Me acuerdo de mi abuela comprándome Legos en la juguetería de la esquina de Talcahuano y Santa Fe.

Me acuerdo del sabor del Yimmy de vainilla, y del Sandy, y de la diferencia entre los dos (el Yimmy era más clarito y más dulce, el Sandy tenía más personalidad).

Me acuerdo de un muñeco de Lex Luthor. Verde y pelado.

Me acuerdo de Teddy, el perro que tuve en la infancia. Era el hijo de Bebé, el perro de mis abuelos. Bebé era un perro brillante, Teddy era muy tonto. Un día se escapó.

Me acuerdo del canario enjaulado que tuvimos un breve tiempo. Murió congelado porque una noche lo olvidaron afuera, pero a nosotros nos dijeron que se había ido volando.

Me acuerdo del departamento de mi primo, en un piso alto de un edificio muy alto en una calle que ahora sé que es Medrano cuando nace. Estaba todo alfombrado, y era obligatorio descalzarse para entrar.

Me acuerdo del Indiana Jones and The Fate of Atlantis, del Maniac Mansion, del Monkey Island, del Alone In The Dark, del Duke Nukem, del Doom.

Me acuerdo de mi primer recital grande al que fui sin adultos, Roger Waters en Vélez por 30 pesos gracias a una promoción del supermercado Disco. Lo extraño fue que no sólo fui sin adultos sino que me dejaron a cargo de mi hermano menor, yo debía tener 14 y él 12. En un momento se avecinaba una tormenta y los rayos parecían sincronizados con los acordes de "Shine on you crazy diamond".

Me acuerdo de las palmeras quemadas en Plaza de Mayo.

Me acuerdo de mis zapatillas de primer año. Eran Vans verdes, medio Tortuga Ninja.

Me acuerdo de la comiquería de la calle Velasco en la que compré las Evangelion, las Dragon Ball, las Lazer y las Ranma ½.

Me acuerdo del día del niño de 2000 en el que trajeron a Tolkien cachorro, era un coquer spaniel dorado y medía lo que mis palmas.

jueves, 29 de octubre de 2020

El adversario, de Emmanuel Carrère

 1.

Esta es la reseña #601.


2.

Una piña en la cara este libro de no ficción al que le tenía ganas hace tiempo. El autor de El bigote (id a mi reseña para loas considerables) escribió en 1999 la historia real de Jean-Claude Romand, un francés que una mañana de 1993 mató a sus hijos y a su mujer, a sus padres y al perro de éstos, y que intentó (o no) suicidarse después del hecho, incendiando su casa para encubrir sus crímenes. Lo particular del caso es el móvil: a poco de cometer los crímenes, se descubrió que durante los últimos 18 años había mentido, a sus víctimas y a todo su círculo de amistades, acerca de quién era y lo que hacía. Decía ser un médico, investigador, con un puesto en la OMS y relaciones con primeros ministros. En realidad no era nada de todo esto: todas las mañanas salía con su coche a trabajar, pero daba vueltas por ahí, en el auto, con el coche, por un bosque cercano. A veces dormía la siesta al costado de la ruta. Es un caso real y lo pueden buscar en la internet, pero les recomiendo agarrar el libro sin otra data encima. 


3.

El libro está escrito desde la primera persona del autor, que, fascinado por la noticia intentó entrevistar al asesino en la cárcel. Al principio no tuvo respuesta, y entonces escribió una novela de ficción que se titula Una semana en la nieve (que yo espero leer pronto) y se olvidó del asunto. Pero entonces, Romand le respondió. El libro narra en partes similares la historia de Romand, y la relación, primero epistolar, que Carrère establece con el susodicho y con los actos atroces qué cometió. ¿Qué hay acá que me fascina? se pregunta don Emmanuel. Y también, ¿qué lleva a una persona a fingir durante 18 años una vida que no tiene, y no contento con eso, terminar la mentira con semejante masacre? Hay algo de estos temas también en el otro libro que leí de Carrère, la pregunta por la autenticidad de la propia identidad. 


4.

Hay un giro en el personaje, en la última parte de la novela, que es más grande que la ficción, y una sagacidad como autor en Carrère para con ese giro, que me saco el sombrero y me caigo y me levanto.

sábado, 17 de octubre de 2020

Chico Zigzag, de David Grossman

 1.

Después de leer La vida entera a comienzos de año, medio que de toque empecé este otro, que tenía (robado de la Feria del Libro no le digan a nadie) hace fácil diez años y que nunca había abierto siquiera. Grossman dice en entrevistas que tiene dos tipos de libros: los que escribe sufriendo y que apuntan a ser obras trascendentales, y los que escribe para descansar de esos otros, que le implican menos compromiso y menos sufrimiento y que resultan en literatura ligera y para pasar el rato. Chico Zigzag (Iesh Ieladim Zigzag, en hebreo, o sea "Hay chicos zigzag" o "Existen chicos zigzag") corresponde al segundo grupo.

2.

No deja de ser un libro que más de uno desearía poder escribir, incluso como obra cumbre de su carrera. Está claro, igual, que es un libro que busca entretener. Es una novela de aventuras. Hasta podría decirse que juvenil. Está protagonizada por un chico que en una semana cumplirá 13 años y que además es, muchos años después, el narrador, y cuenta los periplos que dan inicio con su viaje en tren de Jerusalén a Haifa, y con el encuentro con un anciano de extraño acento y bigote de nombre Félix Galik. Tiene mucho cliffhanger al final de los capítulos, y es muy espoileable, la contratapa del libro ya te espoilea cosas, así que no voy a decir más. Sólo que aunque es muy así de ritmo trepidante y coso, y aunque lo acabo de terminar y puedo decir que las últimas cien páginas me las devoré, no lo leí de corrido: hice un hiato de varios meses, no sé por qué, capaz ni tiene que ver con el libro.

3.

Grossman podría ser llamado el Ítalo Calvino israelí. En realidad, algo me hizo acordar a Si una noche de invierno un viajero, pero creo que mas que nada lo de la novela de aventuras. También me hizo acordar a Harry Potter para el caso, pero no diría que es el J. K. Rowling varón y judío así que olviden lo de Calvino.

martes, 13 de octubre de 2020

Una curiosidad nueva, de Santiago Nader

 1.

Xavier Dolan, homosexual canadiense multipropósito del cine que es famoso sobre todo por haber arrancado su filmografía muy joven, preguntó una vez en una entrevista y en tono de queja que cuándo su juventud iba a dejar de ser un dato, en qué momento el periodismo le iba a dejar de preguntar por ese tema cuando estaba presentando una película, que en ese caso creo que era su tercera (y para muchxs la mejor, Laurance Anyways, 2012), escrita, dirigida ¡y editada! por Dolan a sus 24 años, que es la edad en la que Alejandro Magno conquistó el mundo y en la que yo pensé en pasarme de Puán al IUNA. Aunque Dolan es insoportable (mírenlo en entrevistas en Youtube para comprobarlo), creo que su pregunta es atendible. ¿Importa la edad de alguien para juzgar su obra? Yo digo que sí: aunque no siempre el dato tenga que llevar a la misma conclusión. Por ejemplo, ¿a qué conclusiones llegamos, mis querides lectorxs, con el dato de que Bukowski escribió su primera novela, Cartero, a los 50? A mí es un dato que me consuela siempre, hasta que cumpla 50 me va a consolar. ¿Y con el hecho de que Bajar es lo peor de la Enríquez se publicó a los 21 de la susodicha? Yo, creo que si la corrige ahora la mejora. No así Bret Easton Ellis, por ejemplo, que pegó el batacazo a los veinte con Menos que cero y no sé si lo podría haber escrito con otra edad. De hecho pasó de escribir novelitas breves y lacónicas al barroco de American Psycho y de ahí creo que no volvió. 

2.

Cuestión que mi amiga, el jóven escritor tucumano Santi Nader acaba de publicar hace poco meses, en medio de esta pandemia de mierda, su primer libro de cuentos, con jovencísimos 23 años, y es una bomba. Abre con una cita súper emo que viene muy a cuento, del forro de Esteban Trabajos [Steve Jobs]: "Ahora mismo, lo nuevo son ustedes. Pero un día no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos. Y serán eliminados. Siento ser tan dramático, pero es muy cierto".

3.

Lo que sigue a la cita de Jobs son doce cuentos, uno mejor que el otro. No sé cuál mejor que cuál, pero mi sensación fue de asombro ante cada nuevo pico. Pensándolo ahora, hay uno que los supera a todos, "Damu", que no entiendo cómo se le ocurrió, directamente. De ese no les quiero ni adelantar la trama, porque mejor lean, pero tiene amor, homoerotismo, bullying, una trikini y una especie de transmigración de las almas. El otro que está ahí cabeza a cabeza, pero es más raro, es "Morir de dolor". Quizás en un voto del público ganaría "Damu", pero "Morir de dolor" tiene una cosa con el ritmo que es para sacarse el sombrero (o la kipá). Empieza instalando un estado de situación laxo ("Bárbara y Bebu son mis mejores amigas ever. Ahora estamos en Sudáfrica de viaje de egresados o algo así. Nos vinimos a instalar un mes entero a un campus regio...") y de a poco nos va llevando a una escena puntual, con el tiempo detenido, por demás extraña, hipnótica, hot, inesperada y a la vez verosímil gracias al teje que es el cuento mismo, una maquinita hecha para llegar a ese final. No sé si he sido claro. Esos dos fueron mis favs. 

4.

Todo el promedio del libro es altísimo, de todos modos. De los doce, diría que sólo se lo bajan un poco los cuatro finales, y me imagino que el editor tuvo un criterio similar al mío poniéndolos al fondo porque si bien están buenos, no alcanzan las alturas de los mencionados, o de los primeros tres ("Una curiosidad nueva", "Modelo de Naciones Unidas" y "Más cool que el tuyo", mucho Etgar Keret hubo ahí, bien aprendido), o de "La pluvisilvia", o etc. A la vez, a pesar de lo que digo del promedio, me copó la situación medio El bigote de Càrrere en "Gauchos work the land" (pero me faltó algo más) (algo de eso hay también en "Todos los Kogan"), y "Alevines" es un flash, pero quizás por acumulación de efecto y su puesto en el índice me pegó menos. Ese cuento, "Alevines", tiene unos párrafos autoconscientes medio vómito que me encantaron, y que cito a continuación para cerrar esta reseña no sin antes recomendarles a todes encarecidamente que lean a Santi Nader y despedirme con un cordial shalom:

Yo camino convencido de que aquí será el lugar en el que encuentre el sombrerito que preciso para ser cool, quiero un piluso de esos de moda, es que vi que ahora todos los putitos neo-estupendos los llevan puestos, y mis crisis son pequeñas pero existen, no pondré a inventarme un mundo de problemas que no es mío, o no me tocan, de momento me preocupa no tener un sombrerito así, piluso, y eso es causa suficiente para hablar de ello en un cuento, aunque a veces me parece que, al narrar, hago un esfuerzo innecesario de inventar un universo recargado de excesivos privilegios, nada más para evitar andar contando cosas de mi vida.

lunes, 12 de octubre de 2020

El artista, de Alberto Laiseca

 1.

Volví a ver El artista, el primer largo de ficción de Cohn y Duprat, y me pareció tan buena como lo recordaba. La película es de 2006, y la única copia que encontré está online, es una calidad mediana pero bueno, es lo que hay. La pueden ver o volver a ver acá

2.

Alberto Laiseca, escritor reputado por su bigote y su gusto por la puteada, actúa en El artista: hace de Romano, el viejo que sólo dice "pucho" y que crea las obras que su enfermero, Ramírez (Sergio Pángaro), expone para hacerse rico y famoso. Un poco la gracia de la película reside en que quienes actúan no son actores: además de Laiseca y Pángaro, actúa el propio guionista, Andrés Duprat, que a su vez es curador de arte y hace de curador en la película, y luego casi todos los demás personajes están interpretados por dueños de galerías, artistas, críticos y etcéteras, aunque este dato escapa al 99,5% de los espectadores (dato chequeado) que no somos de la muy reducida esfera que retrata la película. De hecho, el plano paradigmático del filme yo diría que este:


Con una composición en abismo, cuatro viejos gagas miran "Televisión Abierta" (programa que hacían Cohn y Duprat). Los viejos son Laiseca, Rodolfo Fogwil, Horacio González (ex director de la Biblioteca Nacional, una alumna me dijo: "¿es el de Carta Abierta?") y León Ferrari (que además es productor de la película y realizó la obra que aparece en el póster y en la portada del libro que estoy reseñando y del que todavía no hablé).

3.
Recién había vuelto a ver la peli y me encontré con este libro en la biblioteca de Maijo. Tenía que ser un hit: Laiseca me encanta, la película me encanta, no podía fallar. En la portada dice "Adaptación libre de la película...", y menciona un prólogo de Luis Chitarroni y un epílogo de Ferrari. Entré como un caballo en la estafa. Me pregunto si habrá sido iniciativa de Laiseca, o de Mondadori o de quién, porque si fue de Laiseca, alto chanta. Salvo por unos párrafos al comienzo, el libro te cuenta la película así como es. Incluso los diálogos son textualmente los de la película. El plus, si lo quieren llamar así, es el tono del narrador, que es el típico de Laiseca. Hay muchas putedas de las que ya no me hacen tanta gracia (mucho "puto"), y hay unos soliloquios de los personajes principales que comentan la acción, pero que no suman nada (asombrosamente nada) al relato. Para más inri, la letra es enorme y hay fotos que son fotogramas de la película, así, de relleno. 

4.
Ponele que el prólogo es interesante. Hay también un texto de Andrés Duprat que es como un primer epílogo, en el que con un léxico muy enrevesado habla del arte contemporáneo y de por qué escribió la película. Me gustó la parte en la que habla de la película, pero es muy cortita. Quizás quepa mencionar que ésta fue la primera película que escribió (después siguió con casi todas las de su hermano Gastón + Mariano Cohn) y que este Duprat, después de la película dirigió el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, y -hasta el día de hoy- el Museo Nacional de Bellas Artes. Lo único que está bueno en serio del libro es el texto de León Ferrari al final, que más que un epílogo es un coso que podría estar impreso hasta en un póster. Se titula "Hacer". Qué capo Ferrari.

sábado, 3 de octubre de 2020

Las malas, de Camila Sosa Villada

 1.

¿Cuántas veces pasó en la República Argentina que el libro de una escritora trans sea un fenómeno de ventas? No se me ocurre ninguna, y eso solo ya es motivo de celebración. Porque las personas trans, como todos los colectivos, necesitan/merecen/deben (no sé qué verbo elegir) también ser narradas "desde adentro", por sí mismas, y no sólo "desde afuera", por otrxs, por más progre/copada/inclusiva que pueda ser una mirada externa. Quiero decir, lo necesita cada colectivo, no sólo las personas trans, porque no es lo mismo ser hablado por otrxs que hablar desde unx, pero también lo necesitamos lxs demás respecto de los colectivos a los que no pertenecemos. Es la forma de tener imágenes y representaciones auténticas que nos permiten configurar nuestra percepción acerca de las identidades otras. Aclaro, que no oscurezco: yo no creo que sólo si sos, por ejemplo, una mujer negra, tenés permitido narrar a una mujer negra (en cine, en literatura, o en donde sea), pero si las representaciones sobre las mujeres negras son todas construidas por otrxs que no son mujeres negras, tenemos un problema. No estoy diciendo nada nuevo. Y también creo que si sos, por ejemplo, un joven varón cis holandés de clase media alta que de niño jugó con Legos y es fanático de Björk Guðmundsdóttir, y querés por algún motivo hacer una película o escribir una novela o una obra teatral unipersonal o hacer un tebeo sobre una mujer negra, digamos, de Surinam, por lo menos tenés que investigar mucho. Charlar con mujeres negras de Surinam, por lo menos. Eso si estás tratando de hablar de la realidad. Bueno, todo esto para decir que una de las cosas más conmovedoras de Las malas de Camila Sosa Villada es que, con realismo mágico incluido, sea la novela de una escritora trans, narrando la experiencia trans en primera persona.

2.

Pero claro que eso no hace al fenómeno de Las malas. Camila Sosa Villada no es la primera escritora trans argentina. Lo que pasa es que, ahora haciendo abstracción de la identidad de Camila, tiene un talento de la San Puta (y la San Puta podría ser la Tía Encarna, medio Difunta Correa viva). Las malas es sin duda lo mejor que leí en este traumático dos mil veinte, así, en términos generales. La prosa, los personajes, las situaciones, las tramas principales y secundarias, la Tía Encarna, el Brillo de los Ojos, la Machi travesti, los Hombres Sin Cabeza, lo luminoso y lo terrible, todo es mega increíble. Se lee como droga (por eso la etiqueta) y todo el mundo lo debería leer. Para sinópsises y demaces, la Internet está llena. Esta entrevista está buena, por ejemplo. Comentario aparte merece el prólogo de Juan Forn, que es hermoso como casi todo lo que escribe ese buen hombre afincado en Villa Gesell. 

3.

Me contó un pajarito que se está cocinando una adaptación cinematográfica de la mano de Armandito Bo. Puede ser malísima (atentos a lo que hablaba en el punto 1) pero también puede estar muy bien. Ya veremos.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Pesadillas, de Katsuhiro Otomo

 1.

Otomo antes de Akira ya era Otomo, y a los hechos me remito con Domu (literalmente "Sueños infantiles", titulado Pesadillas en castellano), este manga de 235 páginas sobre una serie de muertes misteriosas en un complejo de edificios monstruosos, con un trasfondo de niñxs con poderes psíquicos que explotan cosas cuando se ponen mal. A diferencia de su más famosa sucesora, Domu no es ciencia ficción, no sucede en el futuro ni pinta mucho la ciencia por aquí: más bien diría que el género en el que se inscribe es el del horror:

2.

Hace años que se viene gestando una versión con actores y actrices de carne y hueso (o sea lo que hoy llaman "live-action") de Akira, que según las últimas informaciones será dirigida por Taika Waititi. Parece ser, que ahora dicen, que se rumorea, que se está preparando lentamente una versión live-action de esta historieta también, en la que quizás esté o haya estado o estará involucrado Guillermo del Toro.

3.

Dibujate un edificio cuando quieras:


 


martes, 15 de septiembre de 2020

Enciclopedia Mundial del Coso, por Podeti

1.

El catálogo de Galería se sigue ampliando sin alcanzar su pico de excelencia, y mantiene su gran performance con esta Enciclopedia Mundial del Coso, que compila en orden alfabético una selección de doscientos cosos detectados y reseñados por Podeti a lo largo de más de veinte años. Dice Podeti:

Un Coso es un objeto de uso o presencia ocasional que nos llama la atención por su utilidad particular, por sus características únicas o su aspecto llamativo, y con la capacidad de despertarnos una iluminación o una reflexión. Así, un trozo de lechuga utilizado de decoración puede ser un Coso, pero un clavo no lo es. Un clavo es un clavo. Nada puede decirse de un clavo que ya no se haya dicho. No insista, por favor.

Lo adquirí apenas salió, hará unos dos meses, pero espacié mis lecturas para más placer (es susceptible de ser leído de una sentada, pero recomiendo ingerir dosis breves) y recién acabo de leer la última letra, que es la V, terminando el libro con el coso "Viruta de Goma de Borrar".

2.

Salió una linda nota sobre este libro, con una selección de la selección, en el suplemento Radar. Corran a comprarlo en este link.

martes, 25 de agosto de 2020

Últimos poemas en Prozac, Fabián Casas

 1.

Casas se volvió mainstream sin gastarse. Nunca llegó a ser genial, creo que lo sentía más genial cuando era joven e inexperto (yo más que él, pero él también), y ahora me parece que es un buen poeta y escritor, con mucho oficio y que no roba, que ya es mucho. Cuando jovenazo me extasié con Los lemmings y Ocio y Tuca y todo eso: no diría que me pase lo mismo con lo que escribe ahora, pero ya mantenerse en un buen nivel de calidad, para lo que hace Casas, me parece alto mérito. A Casas lo leo hace mucho muchísimo (evidencias se hallan en el historial de este blog), alguna vez lo consideré mi escritor argentino favorito y alguna vez lo odié -por gorila, por pendeviejo-, hoy lo respeto. Lo respeto mucho (¿se puede respetar mucho?). Y eso es todo lo que tengo para decir sobre esto. Podría citar algún poema, pero hoy no. En vez, voy a citar la cita de inicio, haciendo todo meta meta:

Nadie, ni siquiera una persona enamorada, te mira con tanta intensidad e interés como alguien que intenta noquearte en el tatami.

Chuck Norris.

lunes, 24 de agosto de 2020

Give Me Liberty: un sueño americano y Martha Washington va a la guerra, de Frank Miller y Dave Gibbons

 1.

Fue por compulsión: vi Frank Miller y entré como un caballo, pero me vendieron una edición trucha. Ojo mis querides aficionades al cómic, que vaya uno a saber por qué alguien decidió piratear esta historieta de comienzos de los '90s y venderla como buena. No es tan común en Argentina lo de las ediciones piratas: en Chile, en cambio, hay una industria montada sobre este concepto (todo Stephen King se consigue trucho en todos lados, por ejemplo) pero acá no lo había visto tanto. En fin. No es tan grave, salvo porque la guillotinaron mal y le recortaron el bordecito de arriba a todas las páginas, y porque el lomo les quedó re croticio: me quería morir. Igual, como no aprendo más, fui de nuevo a la página amarilla de los codos que se están robando el sistema financiero de nuestro amado país y me compré usados (aunque originales) los dos tomitos que cubren la segunda historia de Martha Washington, es decir, todo lo que hay para leer sobre este personaje.

2.

Por si requieren presentación, los presento. Frank Miller es uno de esos guionistas anglo que se merecen el Nóbel o un premio similar que no haya sido desprestigiado, y que pongo en la bolsa con Gaiman (Sandman), Moore (V de Venganza, Watchmen, mil cosas más) y en menor medida otro que me gusta mucho pero es menos conocido, Garth Ennis (Preacher, Hellblazer, The Boys). Miller es conocido sobre todo por Sin City, por 300 y por algunas cosas que le hizo a Batman pero yo de eso no sé nada. Dave Gibbons es el dibujante de Watchmen, guionada a su vez por Alan Moore. Así que ahí están, sus credenciales.

3.

La saga de Martha Washington (que lleva el nombre de la que fuera esposa de George W.) fue escrita en 1990, y empieza en 1995, que ya es plenamente un futuro distópico sin medias tintas. La historia arranca con el nacimiento de Martha, y sigue con la llegada al poder de El Presidente, un tipo con un perfil medio Ronald Reagan que se perpetúa en el poder a fuerza de represión. Martha es una afroamericana que se cría en un monoblock habitado por negros, del que no se puede salir, hasta que en 2008, tras un violento episodio en el que mata a un violador, la consideran loca y la mandan a un loquero. ¿Logrará Martha zafar de las garras del Estado represor que es un macho violador? ¿Se convertirá en una suerte de supersoldado astronauta? ¿Será la llave para la reunificación de los Estados Unidos tras la secesión que divide al país en 50 estados independientes, uno más facho que el otro? No les puedo decir.

4.

Give Me Liberty, el primer título (conformado por cuatro issues) es muy bueno todo el tiempo. Hay un equilibrio difícil, pero que Miller logra, entre el peso de la sátira política y el peso de la trama de la vida de Martha. En cambio, en el siguiente tomo (Martha Washington Goes To War), eso se pierde, la historia es menos verosímil (dentro del código propuesto mismo) y toda la estructura es más endeble. Algo muy lindo de la tira, que ya había visto por ejemplo en Watchmen si mal no me equivoco, es que la historieta está interrumpida en algunos momentos por portadas de revistas a página completa, artículos de diarios, publicidades, todas del mundo del relato y que completan la información. 

5.

Leo en Internet que hay mucho nerd pidiendo que se adapte Give Me Liberty a cine o serie... ¡por favor, no lo hagan! No tiene chance de salir bien.

lunes, 17 de agosto de 2020

Como una novela, de Daniel Pennac

1.

Este es un libro muy archi conocido, muy archi vendido, algo así como un best seller, que podríamos encajetar en el género del ensayo y que aborda el tema de la lectura y lxs adolescentes. Cuando yo laburaba en la biblioteca de una escuela privada y judía de gran porte, este libro salía mucho entre les profes. Pennac era docente (no en la escuela en la que trabajaba yo, en otra, en otro país y en otro siglo), y escribió un libro sobre porqué la educación secundaria (el Liceo, en Francia) genera o generaba en lxs alumnxs el rechazo, o el miedo liso y llano, a los libros: porqué sucedía así, y cómo remediarlo. Todo esto -la escritura de este libro, lxs alumnxs de lxs que habla y también la escuela a la que se refiere- han quedado en el pasado, en una época sin celulares, ni computadoras ni World Wide Web. Creo, sin embargo que no deja de estar en línea (on-line) con lo que sigue pasando hoy por hoy. 

2.

De todas maneras, lo mejor del libro es que está muy pero muy bien escrito, muy bien llevado. Se lee, realmente, "como una novela" (esta frase debe estar en todas las reseñas sobre este libro; y bueno, qué se le va a hacer). Yo venía de leer a Pennac en ficción (La felicidad de los ogros, El hada carabina) y es muy grosso: en este otro género no se ha quedado atrás. En esta época de pandemia y aislamiento social empecé dos libros suyos a la vez, muy parecidos entre sí: este, y Mal de escuela, que terminaré en algún momento de mi vida, o no. 

3.

Dos citas que me hablan a mí directamente. Una por la negativa, en relación con este blog:

¿La lectura, acto de comunicación? ¡Otra graciosa broma de los comentaristas! Lo que leemos, lo callamos. Las más de las veces conservamos el placer del libro leído en el secreto de nuestra celosía. Bien porque no vemos en él nada que decir, bien porque, antes de poder decir una palabra, tenemos que dejar que el tiempo efectúe su delicioso trabajo de destilación. Ese silencio es la garantía de nuestra intimidad.

Y otra que me gustó porque sí, chiquita y fuera de contexto:

La ficha individual, al igual que el diario íntimo, prefiere la autocrítica: uno se ensombrece instintivamente.

sábado, 15 de agosto de 2020

Tres, de Osvaldo Bossi

 1. 

Casi me amparo en mi recurso de amparo para no reseñar libros de poesía, pero este blog es más que nada para mí, archivo personal de lo que he leído y lo que me ha parecido, y recién en segundo puesto es un blog para el secreto, eventual, misterioso, mudable lector, así que sólo voy a dejar constancia aquí de que leí este libro, publicado originalmente en la década de los '90s y reeditado dos veces más, con prólogo de Diana Bellessi y epílogo del propio autor. Lo leí, además, en una continuidad con los de Javier Roldán y Franco Rivero, el primero discípulo suyo, el segundo premiado por un jurado presidido por él, los tres poetas homosexuales de nuestra matria, los tres convidados además por Beladrich que me está compartiendo de a poquito su biblioteca -yo le paso historietas, él me pasa poesía-.

2.

Del libro de Bossi voy a decir que me resultó hermético, oscuro, difícil de disfrutar. Son poemas muy pequeños y apretados, algunas líneas en cada página, que en realidad forman cuatro relatos poéticos ("Tres", "Fiebre", "Valdemar" y "Telémaco"). El primero me resultó claro, los otros más confusos. El epílogo, "Antídoto", que viene a contextualizar el marco en el que nació el libro, echa un poco de luz sobre el sentido de los poemas. Después Beladrich me leyó algunos en voz alta, y en la voz de otro apareció un sentido que leyendo para mí no había visto. Hay momentos para entender los libros, hay otros momentos donde no nos van a decir nada.

martes, 4 de agosto de 2020

Arlequín enamorado, de Neil Gaiman y John Bolton

 1.

Esta es una historieta muy finita, publicada en su país de origen en 2001 como Harlequin Valentine y en español en 2006 por Dark Horse Comics, con guión del maestro Gaiman que hace mucho no leía pero a quien mucho alabé en otras ocasiones.  El protagonista es el Arlequín, un personaje de la Commedia dell'Arte italiana del siglo XVI, que en este caso anda suelto por Londres, enamorado en plan stocker de una rubia de nombre Missy, a quien considera su Columbina. Es 14 de febrero, y Missy está teniendo un día de mierda desde que a la mañana encontró un corazón humano clavado en la puerta de su departamento con un alfiler. El Arlequín, con su sombrero, su bastón y su maquillaje, la sigue por la calle mientras ella busca al culpable del atentado amoroso. El final es del estilo "mindfuck".

2.

Hace unos años leí otra historieta de Gaiman basada en personajes de relatos arquetípicos de siglos pasados, Mr. Punch. En ese caso también partía del relato tradicional para contar otra cosa, y en ese caso también recurría a dibujos o pinturas sobre fotografías como técnica gráfica, aunque en la de Mr. Punch se iba para el lado del terror, mientras que esta es una historia de amor, con un poco de sangre. Aguante Gaiman.

lunes, 3 de agosto de 2020

Usted no viaja asegurado, de Franco Rivero

1.
Franco Rivero nació en Corrientes pero vive en Chaco, y publica libros de poesía desde el año 2010. Este tomo, Ud no viaja asegurado, es de 2016, fue editado por la editorial Deacá, y ganó el segundo premio en un concurso de poesía del FNA, siendo jurados Beatriz Vignoli, Mariano Blatt y Osvaldo Bossi. Habla del campo, de Corrientes, de amor, de familia, de niñez, y también de abuso, en dos poemas que son una patada en el pecho y que se titulan "Los caballos de la infancia" y "El corazón es la cárcel más común". También hay un poema muy lindo y que me hizo reír. Se llama "Vierne santo correntino", y está en el blog del autor, en el que pueden encontrar también otros escritos.

vierne santo correntino

no silbe que le silbá en la cara a cristo
no escriba que le escribí en la cara a cristo
no corra que corré sobre la tumba de cristo
no hondeé porque le hondeá a cristo
no juegue a lascarta porque jugá por la ropa de cristo

no grite no haga juego no prenda la radio
no coma carne roja no barra no lave la ropa
no hable mucho no diga malapalabras
no mire mal no lave lo plato

no pelee con tu hermano no golpee nada
no largue pedo no erute no etornude

no saque la miga del pan no corte con cuchillo
no tome leche porque tomá la leche del sapo
el sapo é el diablo la víbora é el diablo sobre todo la verde
porque la verde anda en lo árbole y vuela

no mastique mucho no escupa en el piso
no haga nudo con la lonja no chrense

no ande a caballo y si andá ni chrote ni galope

no tome bebida alcólica porque bestejá la muerte de cristo y ademá
te da gana de pelear o de ochra cosa
y si hacé esa ochra cosa
te quedá abotonado como lo perro

é sábado de gloria dende la doce del mediodía
ante se puede hacé el juego para el asado
pero chiquito

miércoles, 22 de julio de 2020

Corazones calientes / Historias de amor, de Ralf König y Detlev Meyer

 1.

En la calentura por leer todo lo que este ídolo alemán del noveno arte homosexual hizo en su vida (después de maravillarme con ¡Oh, genio!, Lisístrata y otros títulos), entré en la plataforma esa que se está quedando con nuestro país (la de los codos amarillos) y me compré este porque estaba disponible nomás. Estuvo bien comprarlo, pero es un título bien flojo, tirando a flojísimo. Resulta que tiene dos autores porque el libro reúne algunas muy pocas y breves tiras de König con unos poemas que, si eran buenos en alemán, perdieron totalmente su gracia en la espantosa traducción castiza con la que los castigaron un tal Wladimir y una tal Lola. Los poemas (que en su idioma original sospecho estaban en rima) están acompañados por ilustraciones de König.

2.

Lo divertido es que adentro del libro había un sobre con sellos españoles, y algunos folletos gay españoles de principios de los 2000, como este que usé de señalador:

domingo, 5 de julio de 2020

La vueltita ridícula, de Dani Umpi

1.
Dice Gonzalo Beladrich que dice Dani Umpi que dice Gonzalo Beladrich que hay que desconfiar de las ediciones que tienen más grande el nombre del autor que el título del libro en la tapa.

2.
La vueltita ridícula es un libro con poesías de Dani Umpi escritas entre 2000 y 2008, publicado en 2010 por la editorial Vestales. En una rápida investigación, compruebo que la editorial existe, pero se volcó a las novelas históricas onda consumo de mi abuela y en su catálogo on-line no aparece mencionado este libro, así como tampoco el de poesía de Sergio Pángaro, Señores Chinos (2007). Igual pareciera que les va bien: bien por elles. También descubro, en la extraña entrada de Wikipedia sobre Umpi, que hay algunos títulos del emerito tacuaremboense (¿se dirá así) que no conocía y que son anteriores a los que sí: Porque nuestro amor es una esmeralda que un ladrón robó (2000), Abrázame y verás que aún en nuestro ser hay fuego que apagar (2001), Tu arrogancia es una flor  (2002) y Cuestión de tamaño (2003). Quizás los poemas de esos libros estén reunidos en este libro, o quizás no.

3.
Como esta es una reseña sobre poesía, y es cuando más impune me siento en este blog, todo va a concluir sin más preámbulos y con un poema transcripto del señor Daniel Umpiérrez, que dice así:

COSAS HORRIBLES (2005)

lo horrible era lo que yo estaba pensando
no lo que iba haciendo, invencible, obrando
ni lo que decías, lo de
"hay que meterlos a todos presos"
justo vos, que proponías entretenimientos
de universitarios, como preguntarme
qué palabra me gustaba más
lo horrible no era la noche en un barrio que no me gusta
ni el estar lejos de casa aunque pudiera volver
encerrarme
caminando a fin de año sin taxis, ni tanto calor como
el fin de año anterior
lo horrible era lo que yo estaba pensando
no que parecía que íbamos a irnos a las manos
a las piñas, como si supiéramos pelear así
a las piñas contigo que te crees sensible solo por
ser inteligente
y se nota todo el tiempo
que tampoco podés ir a las piñas
o hacerte el común diciendo eso de que hay que
meterlos a todos presos, como si otra persona
fuera la que me posteaba links
con canciones que yo no conocía ni volví a
escuchar bandas y cantantes nuevos
porque vos estabas mucho más al tanto que
yo y yo
sentía que tenía suerte
no tenía necesidad de pensar ni buscar nada
bajarme cosas de internet
porque vos ya me dabas todo
así que querías pelear, que yo te ofendía
jugando a la locura, cuando en realidad
sos re tierra, re tierra, como si no te conociera
sos re tierra, mirate un poco
si antes me besabas por cualquier cosa
mil motivos y en la fiesta de fin de año dijiste
que me quería matar y me besabas con los ojos
después de tanto tiempo
te entendía perfectamente y reaccionaba acorde a
la situación
pero lo horrible era lo que yo estaba pensando
no es que, de repente, de la nada, querías pelear
lo horrible era lo que yo estaba pensando
recordando, mejor dicho
cuando me presentaste a tu madre
en la cena, que cocina tan bien, aclaró
"antes de tenerlo era virgen y ahora ni siquiera
se tiende la cama, es como si no tuviera hogar"
había una cosa horrible en la frase de ella
que nunca entendí
lo horrible no era el olor a perro muerto
tampoco

Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare

 1. 

Atenas, viernes, cinco de la tarde. Teseo, duque de Atenas (en la mitología griega era rey, no sé por qué Guillermito lo bajó en el escalafón), se va a casar dentro de cuatro lunas con Hipólita, reina de las Amazonas, a la que venció en batalla (sí, por eso se van a casar). Están ahí, arreglando todo con su wedding planner Filóstrato, cuando entran Egeo, su hija Hermia, y los enamorados de Hermia: Demetrio y Lisandro. Resulta que Egeo prometió a Hermia en matrimonio con Demetrio, pero ella ama a Lisandro. Egeo le pide a Teseo que haga cumplir la ley: si su hija no se casa con quien él quiere, debe morir. Teseo ofrece una amable alternativa: el convento. Cuestión que Hermia y Lisandro deciden huir al bosque, llegar fuera de la jurisdicción de Teseo, y casarse. En eso aparece Helena, que ama a Demetrio (que no la ama a ella porque ama a Hermia), y para que se quede tranquila de que su objeto de deseo estará pronto disponible, Hermia y Lisandro le cuentan que se van a fugar. Pero Helena, que es una chica mooy sacrificada, en lugar de quedarse con el dato va y le cuenta a su amado Demetrio, en un acto de amor desinteresado y estúpido,  que su amada Hermia se va a fugar, para que la siga. MIENTRAS TANTO, seis proletarios de Atenas montan una obra de teatro que parece una parodia de Romeo y Julieta para ver si ganan la licitación de representarla en la boda de Teseo e Hipólita. Son bastante tontos y ocupan el rol de alivio cómico de la comedia cómica. Los proletarios deciden que la van a ensayar en el bosque para que nadie les robe la idea. 

2.

Así que, todes parten al bosque, donde, SEGUNDO ACTO, habitan criaturas mágicas. El duende Puck charla con un bolo mayor y nos revela que Oberón, el rey de las hadas, está divorciado de Titania, la reina de las hadas. En eso entra Oberón (sale bolo mayor) y detalla sus objetivos y su plan: resulta que quiere quedarse con un chico (turbio) que pertenece al séquito de su ex esposa, y su plan para lograrlo es hechizarla de modo que se enamore de algún animalito (un jabalí, un mono, una buena víbora), de modo que ella le implore que la des-hechice, a cambio de entregar al chico. Oberón le manda a Puck que haga el teje, y que ya puesto en eso, hechice a un ateniense que vio por ahí rechazando a una pobre mujer. ¿Me siguen hasta acá? Puck hechiza al ateniense equivocado, que cambia la orientación de todo el cuadrángulo amoroso: por su culpa ahora Lisandro y Demetrio aman a Helena, y odian a Hermia (porque acá si no te aman te odian, nada de medias tintas, a los tibios los vomita Dios). Titania, a todo esto, está dormida, y se va a enamorar del primero que vea cuando despierte.  

3.

Entonces, TERCER ACTO, justo mirá qué casualidad los proletarios que llegaron al bosque para ensayar en secreto se ponen a hacerlo al lado de la reina de las hadas dormida. Puck, que es un jodón, le pone cabeza de burro a uno, y no va que Titania lo ve y se enamora de él. Los demás huyen despavoridos. Puck le cuenta a Oberón lo que hizo y éste lo reprende: "¡Pero qué haz hecho, Puck! Pifiaste mal", a lo que Puck responde la cita más conocida de la obra: "Mira el drama de sus males, ¡qué locos son los mortales!". Aparecen los enamorados en reversa, los varoncitos se quieren batir a duelo por el amor de la dama Helena, Puck los marea en las tinieblas y todxs se duermen en el piso. 

4.

Por la mañana, ACTO CUARTO, Teseo e Hipólita que habían sacado a pasear a los sabuesos espartanos, se encuentran a les enamorades tirades por el suelo, les despiertan con trompetas (re mala onda) y como Demetrio no está más enamorado de Hermia, sino que ama sólo a Helena (mientras que Lisandro, pasado el hechizo, vuelve a amar a Hermia), Teseo decide que habrá tres bodas simultáneas. Todxs los hechizados piensan que fueron presas de un delirio colectivo. 

5.

Finalmente, y esto quizás es lo más lindo, ACTO QUINTO, los proletarios ganan la licitación para actuar frente a los nobles y hacen su obra, Píramo y Tisbe, teatro dentro del teatro, que es tan mala que pega la vuelta, convirtiéndose Shakespeare en un teórico del consumo irónico (dice Teseo de la obra que están por ver: "Observaremos sus incorrecciones, tal será nuestro juego; pues aquello que el humilde deber no puede hacer el criterio del noble lo pondera no por sus logros sino por su esfuerzo": una línea que une a Sueño de una noche de verano con Un buen día, el Ecce Homo de la Señora Cecilia y la Tigresa del Oriente bailando).

6.

La obra es de 1594 o 1595, Shakespeare la escribió para ser representada en la boda de unos nobles, y la traducción que leí yo -y que está re bien, cero castiza- es de Idea Vilariño para Losada. Es una gran obra para versionar, y pide a gritos una versión queer en la que gracias a la pócima Lisandro y Demetrio se enamoren el uno del otro, Titania de Hermia, que la cabeza de burro sea un cinturonga y etcétera, etcétera. Capaz alguien ya lo hizo, dudo estar siendo original, pero para originalidad hablen con Guillermito.

jueves, 2 de julio de 2020

Copacabana, de Lobo y Odyr

 1.

Un amigo se fue del país, se fue a vivir a Israel, hizo aliá, y me dejó una porción de su biblioteca. Decidido a dejar de acumular porque sí, pero también decidido a seguir acumulando con propósito, los acomodé todos juntos en un sector de mi superpoblada estantería, en orden ascendente de los que menos tiempo me debería llevar leer a los que más. El criterio tiene que ver con el idioma, la cantidad de páginas y si tiene dibujitos y no. Empiezo entonces por esta novela gráfica, que aunque está en portugués leí bastante rápido, sobre crímenes y pecados en la ciudad de Río de Janeiro, todo un género ya en este blog porque ahora me acuerdo de otras historietas que leí en portugués y reseñé aquí, la excelente Sangue Bom de Patati y Solano López (sí, el de El Eternauta) y la olvidable Madame Sata de Aguiar y Shimamoto. 

2.

Está muy bien esta novela. Protagonizada por dos prostitutas, una chica cis y una travesti que comparten departamento, y por el novio escritor de una de ellas, la aventura tiene que ver con botines de atracos robados a mafiosos, muerte y destrucción, turistas rubios y chicas negras, gente bien que no quiere que la señora se entere que se hace culiar y cosas por el estilo. El estilo de dibujo es difícil pero expresivo, difícil porque hay que mirar un rato los cuadritos para entender todo, pero en mi humildísima opinión, en este caso garpa. 


martes, 23 de junio de 2020

¡Oh, genio!, de Ralf König

1.
Estoy en un momento de gran fanatismo desenfadado por este señor, que como ya dije en reseñas anteriores, no puedo creer que no conocía. Es como no conocer a Quino, a Ásterix, al Eternauta, pero de los putos.

2.
Ralf König es MUY GRACIOSO, me hace reír para afuera, así: JAJAJA, pero además es MUY INTELIGENTE, muy capo del guión. Con esta tremenda novela gráfica (322 páginas) ya leí cuatro libros suyos, y puedo decir sin temor a generalizar que le van los relatos enmarcados, y que escribe personajes profundos sin dejar de hacer comedia. Esta novela empieza con un narrador al estilo de Las mil y una noches (el cuenta cuentos), que sentado en una alfombra fumando su narguile se apresta a contarnos la historia del almala malhumorado, del intocable porreta hindú que se volvió vendedor de zapatos de señora, del genio del amor encerrado en una tetera, del alemán gordo que trabajaba en una copistería y de su amiga cuarentona que sale con un gil casado. Las tramas se entreveran de formas maravillosas, hay una situación muy deus ex machina que está más que justificada, y todo pero todo es brillante. Y bastante sexy. La edición española de La Cúpula está muy bien (excepto por la tipografía con la que intervienen los cuadritos en la parte de "los créditos"), fue una gran compra y me siento un hombre afortunado. Mientras escribía esta reseña ya adquirí, de manija, otro libro de Ralf König usado, por la plataforma de compra venta esa que nos está robando el país de a poquito.


lunes, 15 de junio de 2020

Antes de que me olviden, de Jo Murúa


Esta sale en el libro.

1.
Una de mis mejores adquisiciones historietísticas recientes. Y eso que todo o casi todo ya lo había visto o leído en Instagram. Yo sabía que no podía fallar.

2.
Salido hace ¿dos años?, en tiempos macristas en los que no tenía fondos y me tenía que contener en mi afán invencible por comprar cómics, este libro de Joaquín Murúa, alias El Joven Quino, 88 páginas, todo color, Wai Cómics, compila y reúne y contiene tiras, chistes, viñetas y recuadros alegres o depresivos, algunos protagonizados por Milhouse, algunos aparecidos antes en forma de fanzines (de los que el libro conserva tapas y contratapas en una propuesta documental y copante) y muchos que igual pueden leer en el perfil de Internet del autor pero no es lo mismo. Muy amigo de Juan Vegetal (incluso hay una cita), de quien hace poco estuve releyendo el magnífico Ciber-city: Internet pseudo-sistem, de la misma editorial. 

3.
Mi historieta favorita del libro es "Nunca dejes de seguirme". Nóbel de la historieta.

Esta no sale en el libro.

miércoles, 10 de junio de 2020

El náufrago, de César Aira

1.
Me di cuenta de esto: todo el mundo tiene un libro de César Aira, pero nadie tiene el mismo. Nunca encuentro uno que ya leí en las bibliotecas ajenas. Y eso que, Resistirse no me deja mentir, llevo leídos en la última década y pico trece títulos del mentado cuasi Nóbel, más un par pre-Resistirse.

2.
Justo hoy salió en Radar una nota sobre los libros de Aira en los estantes de las bibliotecas ajenas. Envidia e identificación.

3.
Este salió en 2011 por editorial Beatriz Viterbo, mismo año de publicación del que leí hace un par de meses, Festival, que fue editado por el BAFICI. Hay un chiste que me contó Beladrich y que también le escuché a Martín Kohan en una charla, según el cual cuando alguien hace una editorial en Buenos Aires lo busca a Aira para editar un librito suyo, que siempre tiene uno para publicar. 

4.
Hay dos relatos en esta novela, sucesivos: el del náufrago, que está solo en una isla desierta, solo con sus pensamientos y sus antecedentes literarios, primero tranquilo y después aterrado, y el de Año Nuevo, que podría ser otro título para este libro, el Año Nuevo de todos nosotros. Los superpoderes de Aira se dejan ver todo el tiempo, porque no podés escribir así de bien sin superpoderes, pero sobre todo se notan en el momento en que pasamos de un relato al otro, y sindudasmente, en el momento en que los hace eclosionar.