1.
Volví a ver El artista, el primer largo de ficción de Cohn y Duprat, y me pareció tan buena como lo recordaba. La película es de 2006, y la única copia que encontré está online, es una calidad mediana pero bueno, es lo que hay. La pueden ver o volver a ver acá.
2.
Alberto Laiseca, escritor reputado por su bigote y su gusto por la puteada, actúa en El artista: hace de Romano, el viejo que sólo dice "pucho" y que crea las obras que su enfermero, Ramírez (Sergio Pángaro), expone para hacerse rico y famoso. Un poco la gracia de la película reside en que quienes actúan no son actores: además de Laiseca y Pángaro, actúa el propio guionista, Andrés Duprat, que a su vez es curador de arte y hace de curador en la película, y luego casi todos los demás personajes están interpretados por dueños de galerías, artistas, críticos y etcéteras, aunque este dato escapa al 99,5% de los espectadores (dato chequeado) que no somos de la muy reducida esfera que retrata la película. De hecho, el plano paradigmático del filme yo diría que este:
Con una composición en abismo, cuatro viejos gagas miran "Televisión Abierta" (programa que hacían Cohn y Duprat). Los viejos son Laiseca, Rodolfo Fogwil, Horacio González (ex director de la Biblioteca Nacional, una alumna me dijo: "¿es el de Carta Abierta?") y León Ferrari (que además es productor de la película y realizó la obra que aparece en el póster y en la portada del libro que estoy reseñando y del que todavía no hablé).
3.
Recién había vuelto a ver la peli y me encontré con este libro en la biblioteca de Maijo. Tenía que ser un hit: Laiseca me encanta, la película me encanta, no podía fallar. En la portada dice "Adaptación libre de la película...", y menciona un prólogo de Luis Chitarroni y un epílogo de Ferrari. Entré como un caballo en la estafa. Me pregunto si habrá sido iniciativa de Laiseca, o de Mondadori o de quién, porque si fue de Laiseca, alto chanta. Salvo por unos párrafos al comienzo, el libro te cuenta la película así como es. Incluso los diálogos son textualmente los de la película. El plus, si lo quieren llamar así, es el tono del narrador, que es el típico de Laiseca. Hay muchas putedas de las que ya no me hacen tanta gracia (mucho "puto"), y hay unos soliloquios de los personajes principales que comentan la acción, pero que no suman nada (asombrosamente nada) al relato. Para más inri, la letra es enorme y hay fotos que son fotogramas de la película, así, de relleno.
4.
Ponele que el prólogo es interesante. Hay también un texto de Andrés Duprat que es como un primer epílogo, en el que con un léxico muy enrevesado habla del arte contemporáneo y de por qué escribió la película. Me gustó la parte en la que habla de la película, pero es muy cortita. Quizás quepa mencionar que ésta fue la primera película que escribió (después siguió con casi todas las de su hermano Gastón + Mariano Cohn) y que este Duprat, después de la película dirigió el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, y -hasta el día de hoy- el Museo Nacional de Bellas Artes. Lo único que está bueno en serio del libro es el texto de León Ferrari al final, que más que un epílogo es un coso que podría estar impreso hasta en un póster. Se titula "Hacer". Qué capo Ferrari.
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