jueves, 29 de octubre de 2020

El adversario, de Emmanuel Carrère

 1.

Esta es la reseña #601.


2.

Una piña en la cara este libro de no ficción al que le tenía ganas hace tiempo. El autor de El bigote (id a mi reseña para loas considerables) escribió en 1999 la historia real de Jean-Claude Romand, un francés que una mañana de 1993 mató a sus hijos y a su mujer, a sus padres y al perro de éstos, y que intentó (o no) suicidarse después del hecho, incendiando su casa para encubrir sus crímenes. Lo particular del caso es el móvil: a poco de cometer los crímenes, se descubrió que durante los últimos 18 años había mentido, a sus víctimas y a todo su círculo de amistades, acerca de quién era y lo que hacía. Decía ser un médico, investigador, con un puesto en la OMS y relaciones con primeros ministros. En realidad no era nada de todo esto: todas las mañanas salía con su coche a trabajar, pero daba vueltas por ahí, en el auto, con el coche, por un bosque cercano. A veces dormía la siesta al costado de la ruta. Es un caso real y lo pueden buscar en la internet, pero les recomiendo agarrar el libro sin otra data encima. 


3.

El libro está escrito desde la primera persona del autor, que, fascinado por la noticia intentó entrevistar al asesino en la cárcel. Al principio no tuvo respuesta, y entonces escribió una novela de ficción que se titula Una semana en la nieve (que yo espero leer pronto) y se olvidó del asunto. Pero entonces, Romand le respondió. El libro narra en partes similares la historia de Romand, y la relación, primero epistolar, que Carrère establece con el susodicho y con los actos atroces qué cometió. ¿Qué hay acá que me fascina? se pregunta don Emmanuel. Y también, ¿qué lleva a una persona a fingir durante 18 años una vida que no tiene, y no contento con eso, terminar la mentira con semejante masacre? Hay algo de estos temas también en el otro libro que leí de Carrère, la pregunta por la autenticidad de la propia identidad. 


4.

Hay un giro en el personaje, en la última parte de la novela, que es más grande que la ficción, y una sagacidad como autor en Carrère para con ese giro, que me saco el sombrero y me caigo y me levanto.

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