martes, 5 de marzo de 2024

Caín, de Ricardo Barreiro y Eduardo Risso

 1.

Se podrían compilar las historias donde Buenos Aires levanta una barrera física que la separa del "interior", en un futuro distópico con ecos del XIX. Entrarían la reciente y excelente novela de Gonzalo Pardo (Cualquier lugar es bueno para morir), el de Mairal que en este blog es de culto (El año del desierto) y ahora sumemos esta historieta, once capítulos aparecidos en la Fierro ochentera y reunidos en este tomo de Ediciones de la Urraca 1993, que compré en la calle a un hombre que evidentemente estaba vendiendo los libros de su colección personal para solventar algo de la crisis vergonzante en la que nos ha sumido a todEs el gobiernos de Javier Gerardo. 

2.

No la conocía, pero sí a su autor, guionista de los clásicos también distópicos y también con culos Ministerio y El Instituto. Obvio que hay algo de esos libros en este (el reformatorio, por ejemplo, al que mandan a Caín en los primeros capítulos) pero en realidad no sé por qué, creo que por el dibujo, pensé más en Cybersix, súperhistorieta de Trillo y Meglia. Y también pensé, con más justificación, en otros dos clásicos del futuro en los '80s (qué lindo el futuro representado en los '80s) como son V de Venganza y Akira. Deberíamos meter el Blade Runner de Ridley Scott, ahora que lo pienso, por el uso gráfico de las marcas, que acá hablan del postcapitalismo del horror en el que todavía vivimos.

3.

Algo que no señalaría por obvio, pero en este caso señalaré por específico, es el quantum de machismo que había en estas historietas. No me acuerdo si en Ministerio era tan campal, a pesar del erotismo, los culos y el clima sadomasoquista general. En Caín todos los personajes femeninos son deleznables (la periodista -cuyo castigo es morir de sida-, la madre, la hermana, no sé si hay más) salvo por la "novia" que no habla hasta que no garchan y a la que por suerte le dio el autor UNA acción útil por si misma en la batalla final. Me chocó un poco, pero porque en esta historieta con este argumento y este nivel de denuncia y progresismo hoy tendríamos travas con lanzallamas como mínimo (y no el otro castigado, que tras la psicosis provocada el chiste es que se cree "la reina del carnaval"). No juzgo a Barreiro, entiendo que el contexto y etc., aunque sí podría juzgarlo porque Cyber-six no tiene estos pequeños problemitas, ahora que lo pienso. En fin, lo antedicho no arruina la diversión de la lectura.


jueves, 29 de febrero de 2024

Los compañeros, de Santiago Llach

 1.

Que belleza cómo la poesía se engarza a la época en que fue escrita. Este libro es muy 2015. A la vez, cuán el pasado es ya el 2015.

2.

Este me lo regaló Ioni, gracias Ionito.

sábado, 24 de febrero de 2024

Las locas, de Dolores Alcatena

 1.

Ahora amo a las hienas. Lo lograste, Dolores Alcatena.

2.

Leí dos novelas gráficas de la misma autora en un período relativamente corto de tiempo. La otra fue Manos horribles, que reseñé en su momento pero muy poquito, con un parrafito de nada. Y es que no le había sacado la ficha: me gustó, sí, pero algo no me terminaba de convocar. Y ahora que leí la segunda -y me encantó- creo que también quiero más a la primera.

3.

De hecho, hace poco (hoy es 11 de octubre, terminé de leer Las locas el 24 de febrero) tuve la suerte de leer otra historieta de Alcatena, una sobre gatitos que publicó en un fanzine y que yo me leí de un tirón en una actividad que hizo Mati Duarte, en la que Juan Vegetal compartió su colección privada de fanzines con el público. Habiendo entonces leído tres historietas de Doli Alcatena, puedo decir que: aguantes los animalitos, crecer, tener miedo y superarlo, y apoyarse en los demás. Y la autoedición.

martes, 20 de febrero de 2024

Uno no decide lo que ama, de Ignacio Veliz

 1.

Bueno, no me gustó, che. Ya lo sabía a la mitad del libro (largo libro, cerca de las 300 páginas con letra peque) pero lo terminé igual para corroborarlo. Tiene, obvio, rasgos que lo redimen, pero a veces son los mismos que hicieron que no me gustara: algo de la prosa tan barroca y constante (no sé qué palabra usar) es interesante y atrapa, aunque a la vez es insoportable y sofoca (¿por qué las mujeres son las "fems"? ¿quién les dice así? Se entiende que el narrador protagonista, Valentín, pero ¿cuándo? ¿Se supone que es la forma de hablar del Valentín que recuerda? O sea el Valentín que chupa "pija de bebé" (¿no había una expresión más desagradable?) al final de todo (que es el comienzo)?. Esa interpretación hice, pero no me cierra. Lo de las "fems" es un ejemplo, debe haber otros, pero eso de la prosa fue uno de los escollos, como que se me interponía con el relato. 

2.

Después, me parece que la novela tiene dos problemas más o menos objetivos. Uno de contenido, otro de forma. El primero es que es tan, tan cínica, que no deja nada del lado de acá, del lado de la empatía, o sea, digamos. Si fuera cínica y con humor, sería una cosa, pero no tiene humor la novela. Si fuera cínica todo el tiempo -onda Irvine Welsh, se me ocurre- capaz la entendería como eso, y no lo consideraría un problema objetivamente, sino una cuestión más a gusto de cada lector. O sea, si fuera sólo cínica, sería gorila y punto, tipo Pola Oloixarac que, por las dos novelas que leí, es una muy buena gorilona que escribe bárbaro, no me parece que una cosa se oponga a la otra. Pero no. La historia misma se basa en la tragedia íntima que implica para el protagonista haber creído en "el proyecto" y haberse decepcionado de él, haberse vuelto el traidor. Siendo así, aparece el problema objetivo al que me refiero. Y es que la novela por un lado odia a los pobres, y por el otro odia al kirchnerismo. Estoy SEGURO de que el autor negaría que su novela odie a los pobres, igual que Pablo Trapero cree que Elefante Blanco es una película valiosa por su contenido sociopolítico. Los pobres en esta novela son eso que huele mal y se deja acarrear. Los únicos negros cabeza con algo de entidad, con nombre y características, son o  terminan siendo matones, o violines, o similar; y de las mujeres pobres de la novela mejor no hablemos. De nuevo: si fuera PURO CINÍSMO la novela, si fuera Boogie el Aceitoso, o una de Laiseca, o de Osvaldo Lamborghini, bueno, de una. Pero la novela tiene una bajada, y creo haber entendido que no es la bajada de "Casa tomada" o "Las puertas del cielo" de Julio Florencio Cortázar. Así que es un problema.

3.

Amplío: Hay en Uno no decide lo que ama unos resquicios por los que se cuela una intención, que uno tiene que elegir ver, de decir otra cosa, de salvar algo de ese kirchnerismo conurbanense símil La Cámpora o símil no sé qué agrupación que la novela construye. Uno es el título, claro, que además está explicado innecesariamente en uno de los últimos capítulos. Pero más allá del título, hay un ejemplo más fuerte en el capítulo que se titula "Gestión o creación" y que es un diálogo entre Valentín y Gonzalo, donde el protagonista tiene la última palabra (el autor se la concede) y para oponerse a su compañero posibilista y rosquero dice: "Nosotros trabajamos con lo que no hay, si queremos crear otra cosa" (p. 190). Buen capítulo ese, por cierto, aunque sean dos carillas. Si el protagonista piensa así, si es importante contar que en un momento Valentín realmente creía en "el proyecto", ¿por qué todo lo que está en on en la novela es la imagen lanatesca de los doce años de Néstor Carlos y Cristina Elizabeth? Los doce años de kirchnerismo en esta novela son nada más que gente peleando por la caja y el cargo. A riesgo de ser reiterativo: Si fuera la novela de Carrió, sería una cosa, pero está contado tan "desde adentro", es tan el relato "realista" del crecimiento de una célula kirchnerista en el tercer cordón del conurbano bonaerense, que el hecho de que ninguno de los protagonistas en ningún momento haga una reivindicación de nada de lo obrado por Néstor y Cristina, que sólo hablen de los frentes y todo eso, es un problema de la novela.

4.

Que quizás se vincule con el problema de forma que mencionaba en el punto dos: a la novela le faltan escenas, y le sobran explicaciones. En el afán de contar una historia que ocurre a lo largo de más de diez años, y de llenarla de personajes, quedó una novela llena de "en esa época Pirulo solía hacer esto y aquello", con personajes que te los cuentan pero no los ves, no los escuchás. Al principio te dibuja cuatro amigos principales, y hay dos que se desdibujan fuerte incluso aunque termines con mucha "información" sobre ellos: Javier y el Chino. Él único que está bien desarrollado es Gonzalo, pero es un estereotipo. Hasta Valentín está mal desarrollado. Su sexualidad es un re tema del libro (¡en la primera oración está chupando pija!) pero no tiene arco. Y sobre sus ideas políticas no queda claro si hay una transformación, si no la hay, cuáles eran sus valores, si no los tenía en realidad. Nada. Ni siquiera tiene una gran ambición de poder. Ni siquiera ama a nadie. A su mamá, capaz, únicamente. Y volviendo a lo de las escenas, es una lástima, porque las escenas están buenas en muchas ocasiones. Pero no abundan. Casi todo lo importante pasa fuera de campo, es un racconto al principio del capítulo siguiente.

5.

Pido perdón si me equivoco, que me juzgue la historia, mi voto es no positivo, es en contra.

jueves, 8 de febrero de 2024

Historias extraordinarias, de Roald Dahl, seguido de The Magic Finger

 1.

¿Cuál es tu récord de tiempo máximo entre haber adquirido un libro y haberlo leído? Este tomito de cuentos de Dahl en forma de Compactos Anagrama azul eléctrico debía andar por los quince años, fácil, capaz dieciséis. No puedo recordar si me lo compré en 2006 o 2009 en España, o si me lo robé del gift shop del museo Picasso en enero de 2005, o pensé en robarlo pero al final lo compré, o si... MOMENTO. Hace muchos muchos años, en una galaxia muy muy lejana, cuando los blogs eran la onda y yo escribía (no como ahora, esto no cuenta), hice un posteo sobre robar, en el que quizás hablé de este libro. Voy a mi viejo blog. Encuentro el posteo. Es del 14 de febrero de 2008 (se cumplieron, ayer, dieciséis años, la puta madre). Aquí el fragmento con la data histórica:

(...) Un lomo de color con una barra negra en el medio, un apellido y un título. Y otro. Y otro. Había encontrando los libros de la Editorial Anagrama. Los precios: 6 euros, 7 euros, 8 euros con cincuenta. Agarré uno, Lanzarote de Houllebecq, dispuesto a comprarlo. Pero entonces, encontré más, y más. Agarré Espera a la primavera, Bandini de Fante. Y Pulp de Carlos Bukowski. Pensé en robármelos todos. Finalmente agarré uno más, Historias extraordinarias de Dahl. Si me robaba cuatro, y me agarraban, iba preso en vida y después al infierno cuando muriese. Pero no podía pagar todo eso.

El plan del robo era simple, y estaba seguro de que funcionaría salvo por un ítem. Yo quería salir caminando, con los libros en la mano. Qué mejor forma de robar que en actitud de viandante inocente. No es un concepto mío, lo sé, pero que es cierto es cierto. Pero no sabía si sonaban. Siempre sospecho que no, si a la ropa le ponen todo ese coso grande que hay que sacar con una máquina especial, es obvio que las etiquetas con un código de barras no suenan. Pero, nunca se sabe. A qué arriesgarse, cuatro libros es mucho. Decidí que lo decidiera el destino. Fui a la cajera y le pregunté "¿Se puede pagar abajo?". Si la respuesta era sí, bajaba con los libros y me iba caminando. La respuesta fue no. Quedé atontado. Todavía no había decidido si quería robarlos, pagarlos, dejarlos o quedarme a vivir en El Corte Inglés, cuando otra cajera me dice "¿Me acompañás?". Ya no tenía escapatoria. No necesitaba ninguno de esos libros, pero a la vez sí. Y si pagaba por todos, más allá del dolor de bolsillo, me iba a pesar en la conciencia (sí, así y no al revés). Le entregué tres, todos menos el de Houllebecq, más el Ásterix. El restante quedó en mi mano. "Son 30 euros" "¿30 euros justo?" "Le has pegado, 30 justo". Pagué con una mano, mientras con la otra sostenía el librito celeste. Me da una bolsa, me da el ticket, me da las gracias.

Mientras bajo por las escaleras mecánicas el único tramo que me separa de la calle, meto el libro impago con los libros legalmente adquiridos y con el ticket en la bolsa. Los pasos que di hasta la calle, aunque comunes a la vista de la gente, fueron pesados y reflexivos. Vi la línea de meta entre las dos columnas que activarían la alarma. Estaba jugado. Cinco pasos, película de un futuro cercano humillante, repleto de explicaciones y gallegos enojados, y tal vez algún madero y una multa, un paso, CLIMAX,

salida sin complicaciones, cigarrillo triunfal en la puerta de El Corte Inglés, pensando en el próximo golpe,
en pilas y pilas de libros de colores.

Así que, en resumen, me compré el libro en El Corte Inglés, en 2008, lo pagué 6 euros, y nunca lo leí. (Los de Houellebecq y Bukowski los leí al toque, el de Fante nunca lo leí y eventualmente lo vendí  por Internet durante la mala del macrismo)

2.

Lo más raro es que me encanta Roald Dahl: libro suyo que tengo a mano va a parar al asador (figurativo). En inglés o castellano (circula mucho en inglés), infantil o no tanto, como cuando leí sus memorias de niñato, Boy, prestado por la gran Iael Raij oriunda de Montevideo. Sin ir más lejos, en este blog hay cinco libros suyos reseñados por este reseñista, y con este ya son seis. Entonces, ¿por qué no leí antes Historias extraordinarias? Tengo la sospecha de que alguna vez lo empecé pero me abataté, me inventé que era medio aburrido, o alguien me dijo que era medio aburrido. Lo peor, LO PEOR, el castigo merecido por tamaño abatatamiento, fue también el motivo por el que finalmente lo leí. Resulta que Netflix le dio plata a Wes Anderson (viejo conocido de las adaptaciones de Dahl, hizo Fantastic Mr. Fox hace una década y pico) para que adaptara cuatro cuentos del británico escandinavo este a cuatro cortometrajes que me entero existen porque le gustaron a mi mamá. No va que miro uno (La maravillosa historia de Henry Sugar), miro otro (El cisne, excelente) y redepente me acuerdo de este librito. ¿Estarán estos cuentos? Me pregunto. Y antes de seguir mirando, me aprompicuo a la biblioteca donde constato, consternado, que sí, que no solo están sino que los otros dos que aún no vi, no están. Estos sí, los otros no. Me autoespoilié los cuentos, so cretino. Igual los cortos están muy bien.

3.

En fin, no es tan grave, tampoco es que se dejan de disfrutan por conocer su trama. Agarré el libro  y lo devoré. El compendio, que en inglés lleva el título original del cuento más largo (The Wonderful Story of Henry Sugar, si se lo dejaban no me pasaba lo que me pasó) incluye: un par de cuentos propiamente dichos, una especie de crónica periodística, y como frutilla del postre un texto intitulado "Racha de suerte: cómo me hice escritor" que es un poco memoria, un poco consejos, y un poco un cuento que además, conduce a otro cuento, que cierra el libro. Se llama "Pan comido" y es el primer cuento que publicó Roald en su vida. El mejor cuento es "El cisne", tremendo, violencia infantil y magia, piña en la cara. El del título original también está buenísimo, pero es tan largo y tiene tantos recovecos que casi diría que es una novela corta. Hermosísimo el juego de relato enmarcado que tiene (el cuento de Henry Sugar, que está leyendo el cuadrno del doctor Cartwright, que está transcribiendo el relato de Imhrat Khan) y cómo se desenvuelven.

4.

Una adenda: mientras leía este, o justo después, leí un cuento de Dahl en inglés, "The Magic Finger", publicado como un librito con ilustraciones del gran Quentin Blake. Como siempre, no se anda con chiquitas, tiene muerte y destrucción y aunque termina bien nada vuelve a ser como antes. ¿Sería vegetariano, Dahl? Porque es un cuento anti-caza y casi casi anti especista.



 

miércoles, 31 de enero de 2024

Nada se pierde con vivir, de Enrique Lihn y Jorge Quien

1.

Nada se pierde con vivir lleva como aclaración inmediata, debajo de su título, la repartija de responsabilidades entre los autores arriba citados: son tres monólogos del poeta chileno Enrique Lihn, dibujados por el ilustrador argentino Jorge Quien. En 2023 apareció esta reedición a cargo de la editorial Tren en movimiento, que engorda a la original -aparecida hace una década por Loco Rabia- con un prólogo del chileno Guillermo Valenzuela (que se suma al del argentino Pablo de Santis), y un texto postrero o epílogo del argentino Lautaro Ortiz, que se suma al del chileno Rodrigo Olavarría. De esa manera se mantiene la armonía transcordillerana. El libro me lo regaló Beladrich, hola Beladrich.

2.

Los tres poemas-monólogos que Jorge Quien eligió para ilustrar (o para volver historieta) son, diría, poco menos que imbatibles. O sea, el libro para fallar tenía que fallar en lo gráfico, y, pues, no falla. Así que el libro se mantiene invicto. Mientras leía no lloré porque los machos no lloran, pero ta' para llorar un poquito. Sobre todo el primero y más conocido, "Monólogo del padre con el hijo de meses" (La pieza oscura, 1963), del que me habló hace poco Marcos Krivocapich a propósito de su novela Ésta ciudad es hermosa. Los otros dos poemonólogos mortuorios, "Monólogo del viejo con la muerte" y "Monólogo del poeta con su muerte", son igual de lindos, o quizás una partícula menos. En fin, librazo (y van...).



Un hombre ridículo y otros cuentos, de Fedor Dostoievski

 1.

Fedor o Fiódor Mijailovich Dostoievski, qué grande sos, mi escritor decimonónico favorito, cuánto vales. Uno de los cuatro más capos del mundo (según un ranking falopa que establecí en los albores de este blog, hace más de mil años), hace tanto que no te leía. Hace diez años, exactamente. Seguís tan depresivo como siempre, pero a la vez, qué chistoso.

2.

Este tomito de ediciones Terramar, sin corrección alguna (muchos errores de tipeo y quizás de traducción) incluye tres cuentos: el del título, otro más bien largo que se llama "Era cariñosa y humilde" (como ésta), y uno último más cortito (como ésta) intitulado "Bobok (Narración Fantástica)". 

3.

"Un hombre ridículo" empieza como muchas historias de Fiódor, con un protagonista que se desprecia a sí mismo y nos quiere contar una historia. Resulta que el tipo es un miserable, nada le importa del mundo, y decide acabar con su vida. No va de que, frente a la decisión de suicidarse, entra en un colapso filosófico: si me voy a morir dentro de breves instantes, entonces no debería importarme el mundo, que acaba cuando acabo yo; sin embargo, ¿por qué siento cosas por esa niña pobre y descalza en la nieve que me pidió ayuda hace una hora, y a quién desprecié? En esas cavilaciones, se duerme, y casi todo lo que sigue es un sueño: el tipo en el sueño se mata, pero no muere, su alma transmigra por el espacio exterior (medio 2001 Odisea del espacio) y llega a un mundo sin pecado, en el cual vive muchos años (siempre en el sueño) y al que llega a pervertir, porque él trae el pecado. Cuestión que ese mundo, que es a la vez la Tierra pero otra, se termina por convertir en esta misma Tierra. Al hombre ridículo lo condenan por sus pecados, que son los de todos, se jesusiza digamos, y entonces despierta. Ya no quiere suicidarse. Ahora es un profeta errante, convencido de que su sueño no fue tal. Como cuento no es muy bueno, como alegoría cristiana no sé. Qué cristiano que era Fiódor.

4.

"Era cariñosa y humilde" también incluye un suicidio, el de una jovencísima esposa. El narrador es el marido, un típico protagonista que se desprecia a sí mismo, que empieza a contarnos la historia de su matrimonio mientras contempla el cadáver inmaculado de su difunta. Tiene muchos mini capítulos, y dos partes. Como cuento, es buenísimo. Lástima la edición.

5.

El último cuento es muy chistoso: un protagonista que no se desprecia a sí mismo pero que sin embargo es un borracho y quizás un loquiloqui, sale a pasear y recala en el cementerio, donde de casualidad están velando a un pariente suyo. Aburrido de la misa, sale a pasear entre las lápidas, y por motivos que desconocemos, empieza a escuchar la conversación que entre sí mantienen los muertos en sus tumbas. Es bastante chistoso, me reí un poquito para afuera en la Línea B.

6.

Fiódor corazón te amo nos veamo nos besemo.

Almer definitivo, de Manuel Loza

 1.

Lo más importante que tengo para decir sobre este libro es que lo encontré casi enterrado en el estante de abajo de todo en una librería muy bonita de Baradero, PBA, a precio diría que de 2022. Así que tremendo éxito. Por lo que tengo entendido, está agotado este, el primer libro del también autor de Estrella Roja.

2.

Almer es un caballero de la Mesa Redonda, devoto del Rey Arturo, no sé si apócrifo o canónico pero rodeado de personajes conocidos de la leyenda inglesa, como Sir Gawain y la bruja Nyneve (por cierto, ¿vieron The Green Knight? qué buena peli). Tiene aventuras y aprende cosas. A veces es muy criptoperonista, otras sólo un poco. Hay magia, pero no en todos los capítulos, algunos se mantienen en el terreno del realismo socialista. Unas pocas tienen su inicio nudo y desenlace prolijito, varias empiezan in medias res. Una de las historias, quizás la más interesante, habla de salud mental, aunque al final Almer estuviera embrujado en vez de deprimido, lo que le quita un poco el punto al cuento. 

3.

Loza sin dudas dibuja bárbaro (véase la tapa), pero a veces no se nota. Cada capítulo tiene otro estilo de trazo y sombreado y en demasiadas ocasiones la experimentación le juega en contra a la comprensión de las imágenes: capaz sea la impresión. Pero también puede ser que en algunas batallas haya problemas de ejes, porque me perdía en la acción, como en esos mangas de Macross que no se entiende nada qué nave está arriba, qué robot al costado, para dónde se mueven. 

4.

En definitiva, son muchos los problemas. Estrella Roja me gustó más.

sábado, 20 de enero de 2024

Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce seguido de Diario de bar, de Roberto Bolaño y A. G. Porta

 1.

Desbloqueo mágico de domingo de este blog inmundo listos preparados ya. 

2.

Leí este libro en enero, estamos en setiembre (fines de). Igual me lo acuerdo bastante, me quedaron sus imágenes y sus climas. Lo más extraño de la cosa es que tuve mi época de fanatismo por Roberto hace una década, cuando leí casi todo lo que pude de este capo del mundo, y en esa época también fue que me robé este libro.* Pero no lo leí. Lo acopié. Lo amarroqué. Quizás no me atraía que hubiera sido escrito a cuatro manos con otro sujeto que no tenía de nada. A la vez, qué bueno que te quede un Bolaño por leer. A mí me debe quedar alguno de los póstumos seguramente. Y la poesía, no leí la poesía completa. 

3.

Consejos de un discípulo... es todo lo que podés esperar de una primera novela de Bolaño. Que es, como ya dijimos en algún lado de este blog, uno de los escritores que mejora novela a novela, como Dostoievski. Uno que se dedicó a pulir su estilo hasta el fin (y por eso 2666 es la mejor novela de Bolaño, como Los Karamazov para Fiódor). Sin embargo, Never Deleuze, esto que digo no convierte a Consejos... en la peor novela de, sino que la convierte en la más "boceto de lo que será". Boceto de Los detectives salvajes, de Una novelita lumpen

4.

Cuenta la historia de una pareja de lúmpenes, justamente, que se entregan al crimen casi que porque pueden, y van avanzando en su raid criminal como los amantes de True Romance hacia un final trágico -creo, el final no me lo acuerdo tanto-. La historia incluye una femme fatale latinoamericana hot, el protagonista es un proto García Madero, hay trolos y referencias a la cultura pop. Y noches sórdidas de bares. Y drogas. La verdad es que está buenísima la novela.

5.

En el mismo libro hay otro coso que se llama Diario de bar, y del que, a ocho meses de su lectura, no recuerdo nada. También hay un muy bonito y muy interesante prólogo del otro autor de ambos textos, el barceloneto A. G. Porta, donde cuenta lo que recuerda del método de escritura, del trabajo con Bolaño. a cuatro manos. Fin de la reseña.

sábado, 13 de enero de 2024

Universo DC por Alan Moore

 1.

Le había echado el ojo a este librazo hacía mucho tiempo, pero esperé. Mi mejor acción de especulador financiero es comprar cómics caros cuando el salto inflacionario ya pasó pero todavía no se actualizaron los catálogos de las comiquerías. Soy un genio de las finanzas. Ahorro en cómics. Del contenido del tomo qué les voy a decir: diversión garantizada.

2.

Entre otras historias, el libro incluye el que para muchas personas es el mejor cómic de todos los tiempos, o el mejor de superhéroes, o el mejor Batman, que es La broma asesina (1988) y que nunca había leído. Vive a la altura de su reputación. Notablemente, todas las películas de Batman posteriores parecen salir del paradigma que establece este guión, especialmente la primera de Burton, pero la de Heath Ledger también.


jueves, 11 de enero de 2024

Desvelos de verano, de Martín Kohan

 1.

Pensé que tenía más leído a Martín Kohan, PERO NO. Mi bitácora lectora no me deja mentir, este es recién el segundo, después del Me acuerdo que leí en 2020. Mirá vos. Me resulta curioso porque, seguramente en base a verlo por streaming o en charlas públicas o adaptado a cine, tenía la sensación de recontra tenerlo manyado como autor. Bueno, no.

2.

Más extraño aún, leerlo fue como reencontrase con un autor, no como leerlo por primera vez. Y eso que Me acuerdo es un libro de... bueno, no es de ficción digamos (id a la reseña linkeada más arriba), mientras que este es de cuentos hechos y derechos. Cuentos cortos además, con fórmula de tales. Lo que los engloba es la estación mencionada en el título, el verano, y algo del impacto final de cada uno. El mejor es el de la mujer que se mete al mar pensando en hacer la gran Alfonsina, y no les cuento qué pasa después.

3.

Es un libro que está bien. Es lectura de playa, también. Me da toda la impresión de que así fue pensado. Lo cual obviamente no es ningún desmérito, sólo un dato de la realidad. Pero debe tener libros mejores. Quiero leer el de la novia de Videla.

 

miércoles, 10 de enero de 2024

Soy una tonta por quererte, de Camila Sosa Villada

1.
Muy arriba el libro nuevo de la Sosa Villada. Habiendo leído solamente Las malas (y algunos twits), pensé que me iba a encontrar con más de lo mismo, en el mejor sentido: o sea, con algo muy bueno, pero dentro del tono general de la novela del éxito. El primer cuento pareció confirmar mi prejuicio, porque es como si fuera un spin off de Las malas, hasta re-narrando episodios autobiográficos que están en esa novela (algo muy Bukowski, que después es increíblemente referenciado). Pero a partir del segundo cuento, la cosa cambia, y con unos más cortos y otros más largos, la Sosa Villada nos ofrece una especie de crisol de razas géneros puntos de vista y narradores, países y épocas, hay para elegir. Hasta tenés realismo puro y fantástico criollo -medio terrorífico-, mitología... lo que quieras. Finales abiertos y cerrados... humor, drama. Es como si hubiera salido a discutir esta idea de la que ella misma se burla en sus redes de "la trava cordobesa esta que escribe autobiografías porque ya sabemos que las travas no pueden escribir otra cosa".

2.
Mi favorito fue el del título, "Soy una tonta por quererte", cuento largo situado en los Estados Unidos de Norteamérica, protagonizado por una travesti mexicana que se hace amiga de Billie Holiday, qué me contursi. También me divirtió mucho "Mujer pantalla", y "La merienda", que tiene tremendo finalllll.

3.
El que menos me gustó fue el último, capaz porque me entusiasmé con que fuera de ciencia ficción distópica onda El cuento de la criada, y después resulta que no va por ahí: va más por el lado del realismo mágico y parece también volver a un mundo cercano al de Las malas. Hasta reaparecen los hombres sin cabeza y la Machi travesti. El cuento es largo así que tuve tiempo de salir de la decepción como para disfrutar del chiste de Chinaski ("¡Es como la pija de Chinaksi! ¡Roja y con las venas púrpuras!") y del buenísimo final.

4.
Conclusión: gran libro, medio infalible, de esos que le podés regalar a casi cualquiera.

lunes, 8 de enero de 2024

París, de Mario Levrero

 1.

Esta novela es un poco insoportable, la verdad. Probablemente la de Levrero que menos haya disfrutado. En todo Levrero el relato camina por la cuerda floja entre lo gracioso y lo angustiante, y en ésta me pareció que se caía más para el lado de lo segundo que de lo primero. Sigue en la línea de Kafka, eso lo explica un poco. Es todo muy onírico-pesadillesco y claustrofóbico, aunque también tiene sus momentos de aire.

2.

París (1970) es la tercera novela de Levrero, aunque en la caja que reúne la Trilogía Involuntaria la hayan puesto en segundo lugar (no sé por qué). Sucede a La ciudad (1966) y a El lugar (1969), y comparte con las anteriores algo de lo kafkiano y urbano, la influencia de El castillo. Dice un tal Constantino Bértolo en el prólogo (que como siempre hay que leer después y no antes porque te cuenta las cosas, qué les pasa) que también podemos encontrar cosas de la literatura del absurdo onda Beckett o Ionesco (concuerdo) y del Juan Pablo Sartre (nunca lo leí).

3.

Lo más importante de todo es que leí por fin en 2022 un libro que debo haber comprado por lo menos en 2008. Me falta uno de la cajita, a ver qué onda. Les cuento en unos años. 

viernes, 5 de enero de 2024

Litoral, de Miguel Ángel Gutiérrez

 1.

Me pasa más con los libros escritos por amigxs o gente conocida: pienso mucho en el proceso de escritura. Porque, qué difícil es escribir, ¿no? Ponerse a escribir ya es difícil. Esto por ejemplo es un humilde posteo, capaz no lo lea nadie, pero para ponerme a escribirlo me tomé seis meses (hoy es 8 de agosto, el libro lo leí los primeros días de enero). Le pregunté a Migue por el asunto, que cómo hacía él, y resulta que su método es escribir la novela ENTERA varias veces, o por lo menos eso entendí: la termina, y después hace una segunda versión, pero no volviendo para atrás a releer y corregir sobre el texto; la escribe de nuevo. Y que con Litoral hizo eso como cinco veces. Tal vez estoy exagerando o adulterando la realidad, porque la verdad es que mi fuente es una conversación que tuvo lugar en el pool San Bernardo, sin ningún marco propicio y hace un montón, pero igual algo así era. Estás loco, Miguel Ángel.

2.

Una pequeña reseña sobre la persona Miguel Ángel: lo conocí en un rodaje, su departamento era la locación, él demostró desde el vamos su proverbial buena onda regalándome un libro sólo porque mencioné con asombro que tenía una pila de ejemplares. El libro en cuestión es Grindermanías, y Migue tenía una pila porque en ese entonces trabajaba para la editorial trasandina Alquimia Ediciones que es también la que publicó la novela que nos ocupa, ganadora del premio Roberto Bolaño 2020. Después lo conocí más, ahora es un amigo, si estás leyendo esto, hola amigo, sos un capo.

3.

Litoral es una novela coral en el estilo de La pista de hielo (del autor que da nombre al premio), con los capítulos titulados con el nombre de quien habla en cada uno (Laura, Boris, Saúl, Silvia), y también es policial (in a way): xl lectorx tiene que poner de su parte para ir armando un rompecabezas que incluye pingüinos muertos (pobres pingüinos qué lindos), un club náutico de milicos conchetumare y a un pirata fantasma que no es LeChuck. Hay una parte muy fea, la pasas un poco mal (como persona), pero también bastante bien (como lector). Y después está la otra cuestión, que nos remite de nuevo a que Migue estás loco y sus un capo, que es el uso de documentos. Documentos reales, recabados en archivos. Porque si bien es sobre todo una ficción, Litoral está construida sobre hechos reales. Lo de los documentos me vuelve loco. Y encima la edición es re linda.

4.

Vayan y cómprenla ya: está en todas las librerías de la galaxia.


jueves, 4 de enero de 2024

Para que sepan que vinimos, de Marina Yuszczuk

 1.

El primer libro del año es del año antepasado y fue leído -a pesar de sus voluminosas casi 300 páginas- en dos sentadas: una en la sala de espera de un banco (dos horas y media, con aplausazo de la clientela piquetera incluido, estamos en los caldeadísimos primeros días de gobierno de LLA y el mundo es bastante horrible) y otra a la vera de una pileta, o piscina como le decimos los chetos, en mis vacaciones  gasoleras pero muy apacibles en la ciudad de Baradero, PBA. 

2.

Para que sepan que vinimos es la novela sucesora en la bibliografía yuszczukística de la premiada, traducida y muy serializable (Amazon, teléfono) novela de vampiras La sed; y la comparación se me impone, sobre todo por lo que tienen en común: editorial, tamaño, condición genérica. Esta no es de vampiras, pero es de fantasmas, y al igual que en La sed la pertenencia a una tradición literaria se aprovecha para un juego con los tópicos del género y un intento por encontrarles nuevos usos y costumbres (argentinas). Eso en la cuenta de las similitudes. Sin embargo, y a pesar de que ambas manejan exactamente la misma cantidad de páginas (290, qué curioso), creo que la mayor diferencia está justamente en la escala, pero no de sus lomos sino de sus acontecimientos: mientras que La sed es épica, orquestal, Para que sepan que vinimos es música de cámara. En La sed se atraviesan épocas y fronteras, hay epidemias y persecuciones y cambios de punto de vista y mucho sexo. En Para que sepan, si bien hay cruces de fronteras (normales y paranormales) y algo en su escenario neoyorquino  podría remitir a cierta escala mayor: la reducida cantidad de personajes, el conflicto interno y el punto de vista (casi) único construyen otro tipo de novela y de clima, algo más íntimo, claustrofóbico. De hecho, siguiendo con la idea de lo audiovisual, mientras que La sed haría una muy buena serie, Para que sepan que vinimos necesariamente debería ser una película.

3.

Sinopsis a las apuradas: Una familia porteña se va de vacaciones. Fernanda, la protagonista, es madre, ama de casa y en menor medida, fabricante de juguetes progres. En esta década pandémica y neoconservadora, Fernanda está casada con Mariano, abogado, chabón, recontra chabón, y es madre de Rosa, de 7 años. La pareja no marcha demasiado. Y encima, Fernanda está duelando a una madre que murió de una enfermedad fea y desgastante. La novela comienza en el aire, en un avión: los tres viajan como turistas a Nueva York, el lugar donde sucede la ficción, en búsqueda de superar el duelo de Fernanda, de reencontrarse como pareja, de ser felices. Claro que lo de superar el duelo va a ser difícil, porque Fernanda se trae con ella, de forma imaginaria o no, a su madre muerta. Ya les dije que es una novela de fantasmas.

4.

El final es tremendo. No quiero espoilearlo, pero sí decir que me sorprendió MUCHO. Le pregunté a Marina si siempre había sabido que la novela terminaba así: me dijo que sí. Y me citó como referencia el final de la película Drag Me to Hell (2009) de Sam Raimi. Yo asentí, claro claro, pero no la había visto. Ta buena.

Cómo ser niño, de Francesco Tonucci

 1.

Frato, humorista gráfico y pedagogo italiano ¡vivo! (no sé por qué asumí que estaría finiquitado), archiconocido por cualquiera que estudie o haya estudiado pedagogía en algún momento, hace puras viñetas sobre su tema. Me topé con un libro compilatorio de sus dibus ochentosos en esta casa que estamos cuidando, perteneciente a una trabajadora social y a un psicólogo: tiene sentido. Escribieron sus apellidos juntos en la primera página, ¿a quién le corresponderá en caso de divorcio?

2.

El libro muy lindo.



sábado, 23 de diciembre de 2023

PornoBurka, de Brigitte Vasallo

 1.

Mariano me prestó dos libros de trolo que le habían gustado mucho: El Ahijado, del chaqueño Oscar Hermes Villordo (joya absoluta, a su reseña les remito), y esta otra: PornoBurka: desventuras del Raval y otras f(r)icciones contemporáneas, de la charnega Brigitte Vasallo. Si la comparación fuera válida, El Ahijado le pasaría el trapito de la genialidad literaria, pero bueno, la comparación no es válida porque no tienen un pedo que ver ambos libros. El de Villordo es de hace treinta años, y hasta te diría que es del paradigma trolo anterior, mucho más Genet que Preciado. PornoBurka es una novela paródica-satírica española de 2013, super posmo, burla de lo posmo, por momentos pasada de rosca en la sátira (porque deja de tener gracia, se pone demasiado enrosqueti) y por momentos súper efectiva. Lo bueno es que funciona como novela, no sólo como sátira. Tiene un montón de personajes muy bien dibujados, cada uno con su temita con el sexo-el género-la identidad-la nacionalidad, todos despreciables (menos Buenaonda que no tiene la culpa de nada pobre falso argento) y una trama muy compleja pero bien llevada al clímax anunciado que aúna todas las historias. Es un rollo, igual, con su complejidad de prosa, dialectos y chistecitos, pero me gustó.

2.

En el indicador de la erección: 1 capítulo erecto (el de Lahore y Jordi, pero si fuera menos trolo seguramente sumaría el de Lo y Pack). En el indicador de la risa para afuera: por lo menos 2 risas en subtes. En el indicador de la sorpresa: no sé, porque me la arruinó el prólogo del imbécil de Juan Goytisolo, que no sé si será un capo en otros sentidos, pero cometió el pecado superior de escribir un prólogo que es sólo un recuento de TODO lo que pasa en la novela (hasta el final) y otros imbéciles los editores que lo ponen ahí, antes de la novela y sin anunciar que se trata de un prólogo (creí que estaba empezando a leer el libro, ¿cómo iba a saber?). Me da una bronca que no te la explico.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Nuestra parte de noche, de Mariana Enriquez

 1.

¡Sexto libro de Mariana Enríquez en este blog! Bombos y platillos, seis es bastante. 

2.

Me desmarco en este acto de la responsabilidad de decir algo nuevo o siquiera interesante sobre esta novela de la que ya se dijo tanto (horas de entrevistas en video y podcast, notas, etc.). Voy a escribir sobre mi experiencia de lector, nada más.

a. Adicción. Deseo constante de estar leyendo este libro, superior incluso al de mirar una serie o cualquier otro tipo de falopa. Me pasa con pocos libros. No creo que un libro tenga que ser adictivo para ser bueno, pero sí creo que es una virtud en un libro y que es muy difícil de lograr. De todo esto, la etiqueta "droga", como mis lectorxs ya saben. 

b. Asombro. Mi papá (que es quien me lo prestó) me dijo algo que también pienso como una clave del disfrute de este libro: "¿cómo se le ocurren estas cosas a esta mujer?". La verdad, hay algo de eso. La idea del culto, pero sobre todo la idea de lo que lo genera (el Dios de materia oscura), what the big fuck.

c. Calentura. Amo que nuestra escritora más famosa sea tan señor trolo. Que la primera escena de sexo sea tan cerca del comienzo y tan puto.

d. Miedi. Hay algunos momentos de verdadero miedi. Sobre todo en la parte de los niños.

c. Asco. Qué asco todo lo de los imbunches, y la vieja esa sin labios (¿Mercedes se llamaba?). Y hablando de los imbunches, me acuerdo ahora que fue gracias al Método de Mariana Enríquez que llegué a esa otra gran novela latinoaméricana con imbunches, El obsceno pájaro de la noche de José Donoso, y ahora que leí las dos hay algo de novelas parientes. 

3.

En fin. Diversión asegurada. Obra cumbre de la Enríquez. Pináculo de sus obsesiones quizás (el personaje de Juan es una versión mejorada, más profunda y real de los protagonistas de Bajar es lo peor, su primer libro). Les va a gustar, creo que no hay margen de error.

viernes, 1 de diciembre de 2023

Pretty Baby, de Ralf König

 1.

A punto de empezar a escribir esta reseña atrasadísima (seis meses) me di cuenta de que la presente novela gráfica de mi querido rey Rodolfo es la secuela de otra, que se llama El hombre nuevo. Ayer adquirí la primera entrega entonces, de manos de un trolo del Abasto que la vendía usada por la paǵina web del usurero Galperín, así que aplazo mis comentarios sobre este libro hasta la lectura del otro y en la respectiva reseña hablaré de las dos. Archívese.

martes, 21 de noviembre de 2023

Cualquier lugar es bueno para morir, de Gonzalo Pardo

 1.

Extraordinario (léase con voz de Víctor Hugo Morales) el primer libro de mi amigo el Oso Gonzalo Pardo. La rompió. Toda. Hizo, en un mismo movimiento, varias cosas que son muy difíciles de hacer. Primero: escribir un libro. Eso ya es directamente imposible. Pero plusquamimposible me parece lograr una novela de acción con el nivel de tensión y suspenso de la que nos ocupa. Pocos lo consiguen (y viven para contarlo). El Oso lo hizo sin despeinarse. Con muy pocos elementos se mandó una especie de western pampeano distópico -en la onda Last of us pero sin zombis- que me saco el sombrero.

2.

No quiero espoilear nada pero wait for el gay twist. (Ah re).

3.

Me junté a charlar con el Oso sobre su proceso, y esto fue lo que me dijo:

OSO: Cuando empecé, que fue con el primer capítulo -que salió de un tirón-, yo creía que estaba escribiendo un cuento o algo así. En ese momento sí que no tenía idea de nada más que esto de la General Paz cerrada, y alguien que se estaba escapando de eso "ruralmente" [Nota del bloguero: El Oso y yo somos fanáticos del Canal Rural]. Sabía que había una guerra, algo del escenario político, y que el protagonista estaba yendo a buscar a alguien. No sabía si iba a ser una antigua pareja, o una relación a distancia con la que de pronto por la guerra se habían desconectado, o lo que terminó siendo, que es [otra cosa que no podemos decir]. Después trabajé con una estructura muy gruesa: sabía por ejemplo que quería que aparezca un antagonista, pero todo lo otro fue apareciendo mientras escribía. 

RESISTIRSE ES FÚTIL: ¿Y cuándo decidiste que se volviera una buddy movie

OSO: El personaje de Dani apareció cuando lo escribí, hasta ese momento no sabía que iban a ser dos los que escapan.

RESISTIRSE: Bueno. Te hago preguntas con espoiler, y después si querés no las pongo.

OSO: Dale.

RESISTIRSE:

OSO:

(Un rato de charla censurada después...)

OSO: La primera mitad del libro la escribí en un poco menos de dos años, y la segunda mitad la escribí en tres meses. La laburé con Paula Puebla (que tiene dos novelas muy buenas que te recomiendo, La vida en presente y El cuerpo es quien recuerda: es una capa). Yo empecé a escribir esto en un taller con ella y con Mariana Skiadaressis, y cuando ya empezó a ser una novela seguí sólo con ella. Teníamos un encuentro cada tanto donde charlábamos del avance, y me acuerdo que cuando iba más o menos por la mitad me dijo algo que me dio mucha tranquilidad que fue: "A esta altura, el que está leyendo ya está encariñado con los personajes. Ahora la cuestión es cómo se resuelve". Y yo sabía que todavía faltaba que la pasen muchísimo peor. 

4.

Algo muy curioso de Cualquier lugar... es la forma en que se maneja la relación figura/fondo. La aventura de Pablo y Dani se enmarca de forma directa pero también lejana en un contexto distópico que se anuncia ya desde los paratextos del libro: la autopista que hoy llamamos General Paz y que en nuestra realidad circunvala la Capital, en la novela fue derribada y convertida en barricada bélica, que separa como el Muro de Berlín. Sin embargo, no hay ningún narrador omnisciente que nos cuente la guerra entre la Capital y el Interior, sus motivos y circunstancias. 


OSO: El narrador en algún punto sólo sabe lo que sabe Pablo. En un momento tenía la tentación de meterme mucho más en el trasfondo político y me empecé a enquilombar. Empecé a querer armar un escenario político que se iba complejizando y que se alejaba de la historia, y un poco lo que me sostuvo fue eso: el narrador sabe lo que Pablo sabe. Y Pablo sabe lo que escuchó en las noticias, lo que alguien le contó, lo que supuso, pero no más que eso. Con la otra novela de la editorial, El Coloso Justicialista, pasa un poco lo mismo: lo que anuncia la contratapa y parece que va a ser central pasa al principio, y después la novela se va por otros lados inesperados. Es un poco un bait. No es sobre eso específicamente.

RESISTIRSE: ¿Y ya estás escribiendo otra cosa?

OSO: Hice un intento de empezar a escribir unos cuentos como en el mismo universo, medio spin-offs, raros, pero no me enganché mucho. Es una idea que la ponemos a dormir ahí a un costado. Y ahora ya encontré otro personaje y otra historia, quizás en el mismo mundo pero proyectado al futuro. Tengo ganas. Me quedé manija.

4.

Cualquier lugar es bueno para morir es la primera novela del Oso Pardo y la segunda publicación de la editorial independiente El Panda. La consiguen exclusivamente por acá.