1.
Hace poco le hice una entrevista a Saccomanno, vía Zoom. Estoy trabajando en una pequeña investigación sobre la película Bajo bandera, adaptación suya de una novela también suya sobre la colimba, le escribí a propósito de la misma y aceptó charlar conmigo sobre su experiencia. Entre otras cosas, hablando de su vínculo literario con el Servicio Militar Obligatorio, Saccomanno menciona Un maestro, con estas palabras: “El libro del Nano me parece de lo mejor que escribí”.
2.
La historia es más o menos esta: En 1968, un veinteañero Willy Saccomanno pedece la colimba en el Regimiento de Infantería de Montaña Nro. 26 de Junín de los Andes, Neuquén. Entre otras personas a las que conoce en esa circunstancia concentracionaria ("no te olvides que era dictadura, estábamos bajo disciplina militar, había pibes que se suicidaban, otros que eran violados, estaqueados") se encuentra Orlando "Nano" Balbo: un joven maestro oriundo de Pellegrini, Provincia de Buenos Aires, con quien comparte el escritorio en la oficina de mesa de entradas. Sigue Saccomanno:
Muchos años después, ahora ya hace veinte o quince, yo estaba en una feria del libro en San Martín de los Andes y se me acerca un maestro y me dice “Te manda saludos el Nano Balbo”. "¿Santiaguito?" "No, Orlando". Yo había pensado que estaba desaparecido, me había llegado la información. "Bueno, dame el teléfono". "No lo podés llamar porque está sordo. Quedó sordo de la tortura". A Nano se lo chuparon el 24 de marzo del ’76, el mismo día del golpe se lo chupan en Neuquén, donde él era docente. Un docente muy comprometido políticamente, con planes de educación bajo la influencia de Paulo Freire, pedagogía del oprimido, etc. El que lo tortura es Guglielminetti. Como no puedo hablar me contacto por mail. Salgo corriendo del encuentro de literatura, me voy a un locutorio, le pongo un mail, me responde al toque y nos empezamos a ver y los dos coincidimos en que si nos vamos a encontrar no es para recordar la colimba, sino para ver si estábamos todavía a la altura de aquello que nosotros pensábamos que debía cambiarse en el mundo. Y su historia de vida me pareció tan atractiva, tan interesante, tan pasional, la tortura, la prisión, el exilio, la vuelta, la sordera… como quiere volver a la docencia le ofrecen ir a alfabetizar a Huncal, paraje en el medio de la nada en Neuquén, a una comunidad mapuche. Y, sordo, se va a alfabetizar una comunidad mapuche.
3.
Saccomanno me recomendó Un maestro a cuento de la parte de la colimba y de los muchos personajes ficcionados en Bajo bandera que acá aparecen con sus nombres reales. Sin embargo, la colimba ocupa una porción breve de la historia, proporcional a la que ocupa en la biografía del Nano. Cuando volvió por fin a ser un civil, se dedicó a la docencia y a la militancia en la ciudad de Neuquén, y en contextos sindicales se capacitó con el propio Paulo Freire. El 24/03/76 es secuestrado, está desaparecido unos días en los que padece la tortura por picana -querían que entregara compañerxs- y gracias a que trabajaba con una diputada logró cambiar del estatus de desaparecido al de preso político en la cárcel de Rawson. El capítulo de Rawson: eso sí que es literatura concetracionaria, en la línea de Si esto es un hombre, libro en el que no pensaba hacía tiempo. Tardé en engancharme con Un maestro, pero en ese capítulo empecé a entrar y cuando el Nano llega a Roma solo y exiliado y se da cuenta de que está delirando, ya estaba completamente adentro.
4.
Lo rico de Un maestro está en las increíbles vueltas que da la vida de ciertas personas, en que una vida pueden ser muchos libros distintos, y en el viejo refrán de que la vida es más grande que la ficción. La anteúltima vida del Nano Balbo, entre los mapuches de Huncal, es otra vida y a la vez la misma. Y el libro es otro libro, uno que discute el concepto de otredad. Algo hermoso que hace Saccomanno es entregarle a Balbo la primera persona, usando seguramente citas casi textuales, su forma de hablar y de contar a partir de las charlas grabadas con las que construyó el libro, para cuando llega el momento romper con eso y encarnar su propia voz, hablar de Balbo desde Saccomanno y lo que éste ve cuando lo acompaña a Neuquén y a Huncal, a visitar el lugar donde fue maestro y a marchar reclamando justicia por los crímenes de la dictadura de los que fue víctima directa. Y también se agradece el apéndice documental, que habla de las causas y sus estados en 2011, año de publicación del libro. Es un libro en donde lo literario está en función de un objetivo ideológico y político, y quizás lo que Saccomanno expresa sentir por este libro ("de lo mejor que escribí") tenga que ver con su importancia, con su valor. Pero en fin, estoy especulando. Ojalá en otra ocasión y ahora que ya leí el libro, se lo pueda preguntar a él. Mientras tanto, les dejo la recomendación.
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