2. "Partículas" de Dvora Barón (1887-1956). El título parece re Houellebecq pero nada que ver. Es un cuento de principios del siglo XX. Una niña queda huerfana y encima es fea, entonces nadie la quiere. Un día es grande, se hace amiga de una vaca y de un religioso y encuentra la felicidad. Y se muere. "Supo entonces que esa claridad era la que le había descripto el sabio ciego, la luz maravillosa que les está reservada a aquellos que en este mundo se han templado en el sufrimiento". Es un cuento un toque soso, pero no está tan mal. Está bien que lo haya incluido por dos cosas: tiene un estilo bien de ese entonces que nos permite construir el trayecto de la literatura israelí que intenta armar la antología -ese es uno- , y lo escribió una mujer -ese es el otro- que además es la primera escritora del hebreo moderno.
3. "Las otras caras" de Shai Agnon (Galitzia 1888- Israel 1970; vivió en Yafo desde 1908). Agnon escribía en idish y en hebreo y es el único israelí que ganó un premio Nóbel de literatura (en 1966). El cuento es de 1932 y en hebreo se llama "Panim", la traducción sería "Cara", que en hebreo es siempre plural, o sea "Caras". Me hizo acordar mucho a Gustav Meyrink por como escribe, aunque más que surrealista es realista con incursiones flasheras de corte psicologista. Se trata de una pareja, los Hartmann, que se divorcian y cuando salen del tribunal se van a pasear. Está bueno.
4. "En el camino a Jericó" de S. Yizhar, un judío con un jopo que sí nació en territorio-entonces-no-aún-israelí-pero-después-sí (1916-2006). Se trata de un tipo que va en auto a Jericó buscando a un pariente movilizando durante la Guerra de los Seis Días (1967). En el camino se encuentra una familia de árabes desahuciados. Está bien.
5. "Horizonte" de Biniamin Tammuz (1919-1989). Lirismo horrible y encima con moraleja. Una garcha.
6. "El llanto" de Aharon Megued (1920, aparentemente sigue vivo) es un cuento así onda no te digo lo que piensan los personajes pero sí qué impresión causan en los demás. Y es sobre el kibutz de la época del Beit Ieladim (hacia los '60s, cuando el kibutz era comunista de a deveras, y los chicos no se criaban con sus familias sino todos juntos en el Beit Ieladim). Está bueno. Medio sórdido.
7. "Berta" de Aharon Appelfeld (1932, vive!). Un cuento turbio sobre sobrevivientes de la Shoá con traumas. Muy turbio. Son un hombre y una mujer, y ella tiene un retraso, o una tara, no se sabe. Y lo une nada, que en la huida de Europa a él se la encajaron. El autor estuvo en un campo de concentración nazi y se rajó, vivió escondido y después se unió al Ejército Rojo antes de irse a Israel. Está medio bueno el cuento.
8. "La gallina de tres patas" de Yehoshua Kenaz (1937). Es un cuento de 1980 y es excelente. Se trata de un nene que vive en un moshav (asentamiento agrícola judío) en la época del mandato británico, es decir cuando Palestina se llamaba así y era una colonia. Se muere el abuelo, el padre está lejos, la madre se burla de él y el chico está confundido. También aparece una chica que le gusta, un chico que le da miedo, una gallina de tres patas y los tipos que cobran por verla, un árabe con violín, una polilla de la madera y un momento místico muy zarpado. Excelente cuento, garpa el libro.
9. "Las tierras del chacal" es el cuento de Amos Oz (1939) que es probablemente el escritor israelí más famoso en castellano porque está muy traducido en España, no sé por qué gusta tanto. Lo traducen Tusquets y Siruela. Yo no había leído nada, pero tengo un par de libros suyos en mi casa en el estante de los israelíes. El cuento está un poco bueno y un poco no. Lo mismo corre por la traducción. Me parece que debe ser mucho mejor en hebreo. Transcurre en un kibutz también: hay un búlgaro feo y atractivo a la vez (está muy bien logrado eso, es lo mejor del cuento: "la fascinante fealdad de Matitiahu Damkov" y la descripción del personaje) que se quiere encamar con la hija del líder ideológico del kibutz, capaz por revancha. Creo que no me gustó tanto por un tema de ritmo (según mi papá, Amos Oz es un embole), pero está bueno.
10. "Días de a dos" de David Grossman. El segundo mejor cuento. Grossman es el otro escritor israelí contemporáneo famoso. Es el fundador de Shalom Ajshav ("Paz Ahora"), una ONG pacifista, bastante pro-palestina y con la que puedo estar de acuerdo. Momento Viviana Canosa: Tengo una amiga que salió con el hijo. Grossman además tiene un hijo que murió en la muy reciente Guerra del Líbano (no es el mismo hijo). El cuento se trata de una pareja, como el título indica. Empieza así:
Esta noche, después de hacer el amor, Tamar lloró. Qué más podría agregar a esto.Y por supuesto, lo que agrega a eso es todo el cuento. Lo banco, muy bien felicitado.
11. "Hasta que pase toda la guardia" de Leah Aini. Este es el último. Es el único otro de una mujer. Y se trata de sobrevivientes del nazismo traumados también. Está bien, bien sórdido. Fin.
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