Supongamos que yo ahora estoy muerto, o que abro una lavandería de autoservicio, la primera de Israel.Así empieza el cuento “Suciedad”, el noveno de los treinta y cuatro cuentos cortos y muy cortos que componen Un hombre sin cabeza. Es el mismo que yo traduje como "Mugre", cuando leí un libro con casi los mismos cuentos que tiene éste pero en inglés. Mi traducción me gusta más porque la hice yo. Igual debe estar mejor la de "Suciedad", porque la mía es del inglés y no del hebreo. Es notable como casi ninguna frase estaba traducida idéntica en las dos versiones.
2.
Etgar Keret, para quienes todavía no lo conocen, es EL escritor israelí vivo y todavía joven más capo por lejos. Nació en Israel en el '67 y sacó su primer libro en el '92. Escribe más que nada cuentos cortos (que podrían ser amigos, sin salvar tanto las distancias, de los de Un tal Lucas de Cortázar y La máquina de pensar en Gladys de Levrero), aunque también guiones de televisión, cine y cómics. Tiene una novela breve, Pizzería Kamikaze, que quiero leer. Y además hace pocos años estrenó una película, Meduzot [2007] (sí, es el hebreo para medusas), junto con su mujer Shira Geffen, que no es su ópera prima pero sí la primera en salir de Israel, en llegar hasta acá y en ganar la Camera D'or del Festival de Cannes.
3.
Vaya uno a saber por qué, la edición de la obra de Keret fuera de Israel es un quilombo: para cada nuevo idioma han hecho compilaciones diferentes de los cuentos que están en sus libros originales en hebreo. En castellano, ese sería el caso de La chica sobre la nevera (Siruela, 188 p.), que tiene cuentos de Gaaguei LeKissinger [1994] pero también de otros libros publicados con posterioridad. Un hombre sin cabeza, sin embargo, es la excepción a la regla, o el comienzo de una nueva era de ediciones bien cuidadas. Es la edición en español, íntegra, de Anihu (Aní-hú), a la que en vez de dejarle su título traducido ("Yosoyel", por lejos el más extenso) le pusieron el nombre de otro cuento que también está en el libro y que también está muy bien.
4.
Si intentemos una clasificación posible de la literatura de Keret, que se aplique a los cuentos de Un hombre sin cabeza, nos sale así:
a) Cuentos con chicos que se enfrentan al mundo adulto con sus armas de niño y que por lo general resultan extrañamente victoriosos. ("A Tuvia le pegan un tiro", "Satisfacción", "Ojos brillantes", el del título).
b) Cuentos con una buena cuota de fantástico en la onda de los cuentos fantásticos de Bukowski. ("El gordito", "Tu hombre", "La botella").
c) Cuentos donde se muestra -mejor que en ningún otro autor, desde la perspectiva de este reseñista- cómo es vivir en un país como Israel que está en conflicto permanente, casi por definición, diríamos. ("Los pechos de una chica de dieciocho" es el ejemplo perfecto y uno de los mejores relatos del libro. Otro ejemplo, "Rabin ha muerto", al que quizás le falta una nota al pie que explique el título a los menos informados sobre política israelí).
d) Cuentos absurdos. (Como el del tipo en el avión al que la nena del asiento de al lado le insiste para que se encuentre con la azafata en el baño, mientras puede que la propia nena sea en realidad un enano que además hace de camello. Y no les conté nada).
e) Cuentos inclasificables. (Como "Halibut", que en castellano sería "Mero" y que es mi favorito del libro)
5.
La edición es re linda y te da ganas de acariciarla.
6.
Esta es una versión de la reseña que escribí para el blog de Libros del Pasaje. http://www.librosdelpasaje.com.ar/2012/03/un-hombre-sin-cabeza.html
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