1.
Juicio y castigo a un tal Frank McConnel que escribió un prólogo malísimo en el que TE CUENTA EL FINAL. Por cadena de mandos, juicio y castigo también a los editores del libro que dejaron pasar un prólogo que te cuenta el final, en su versión original y en su versión castellana. Hay que ser hijo de puta. O, hay que ser tan tan tan snob como para creer que el factor sorpresa no tiene ninguna importancia para la lectura de un libro, cualquiera éste sea. Ya hice una reflexión más sesuda sobre esto mismo en la reseña que hice de El traductor de Benesdra.
2.
Es el anteúltimo de los tomos y el más largo. Reaparecen todos los personajes de la saga de Gaiman, se retoman brevemente todos los hilos. Los hilos están muy presentes en la historieta, por cierto, que comienza con las tres Parcas, Cloto, Laquesis y Átropos (tales sus nombres en la mitología griega), comenzando un tejido nuevo. No me di cuenta en la lectura, lo dice el hijo de puta de Frank McConnel en el prólogo spoilero y es una buena observación que habla de lo zarpado guionista que es Neil Gaiman, que muchos de los capítulos tienen en el primer o segundo cuadrito un hilo, cable, soga o similar, y una frase que se refiere a algo de la diégesis de la historia pero podría estar refiriendose a la narración también: "¿Y cuánto van a tardar?", "Creo que va a ser más grande de lo que había planeado", "Siempre tarda más de lo que pensabas, ¿no?".
Los dibujos de este Marc Hempel no son de mis preferidos. |
3.
Como siempre cambia de dibujantes, en este tomo el principal es un tal Marc Hempel, que no me gustó mucho. La cosa es empieza demasiado naif y minimal para mi gusto,
pero después se va oscureciendo, complejizando (y/o acomplejando) y
mejorando.
4.
A Gaiman le re cabe lo meta. El tomo está lleno de mini historietas contenidas dentro de la principal, pero que cuentan cuentos separados que empiezan y terminan. Incluso antes de que empiece la trama propiamente dicha, hay una especie de mini capítulo en subjetiva o P.O.V. en el que los personajes hablan "a cámara", por decirlo de alguna manera, parecieran hablarle al lector, que guiado por Lucien el bibliotecario de Sueño se va encontrando con todos los subditos del señor Morfeo.
Los dibujos, en cambio de este tal Kevin Nowlan, más DC, son de mi agrado y preferencia. |
5.
Sobre lo que se narra en este tomo, para qué contarles, mejor leerlo. Léanlo. LÉANLO. Los conmino. Finis.
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