sábado, 26 de marzo de 2016

Operación Shylock, de Philip Roth

1.
Las bibliotecas de los padres, ¿qué tema, no? Ah re stand up. Pero bueno, hablemos de las bibliotecas de los padres. Cuando somos jóvenes lectores voraces, tienen libros que nos atraen, libros que nos rechazan, y libros que nuestros padres nos conminan a leer. Yo, lector omnívoro, leí todos los que pude, pero es casi una regla de la naturaleza que no se pueden leer todos los libros de una biblioteca. Principalmente porque además están los libros de las otras bibliotecas de los demás, los prestados, los que nos regalan, los que compramos usados o nuevos, bueno, muchos libros rivales que se interponen entre nosotros y la concreción de la lectura total de una biblioteca X, en este caso la de nuestros padres. No es que la de mi casa patermaterna tuviera todos libros buenos. Está por ejemplo ese del secreto de la Coca Cola, grande y rojo, no sé si lo tienen, que nunca quise leer. Y La Tercera Ola, y libros así espantosos también. Sí quise y nunca logré leer toda la sección de ciencia ficción. Y la sección judía, que no es que quise leerla toda pero como idea me atrae (no así como acto). RAMAS RAMAS ME FUI POR LAS RAMAS. Operación Shylock estuvo ahí siempre, y nunca me plantié leerlo. No es que no conociera a Philip Roth: de bastante chico leí -conminado por mi padre, este libro pertenece a ese tipo de libro- El lamento de Portnoy, la más famosa novela del autor judío norteamericano del que estamos hablando. De El lamento sólo me queda la imagen del tipo (¿sería Portnoy?) que le pedía a una mujer (¿una prostituta?) que se acuclillara sobre una mesa ratona de vidrio y cagara, mientras él yacía debajo y veía la caca posarse en la mesa a la altura de su pecho. Debería volver a leerlo, todos ustedes deberían leerlo, yo lo tengo en una edición de Grijalbo del '69, verde con letras violetas y naranjas, primera en español que pegué no sé en dónde. También está editado en la colección de Bruguera que yo busco capturar como si de pokemones se tratara, es uno de los dos libros editados bajo el número 32 (el otro es El trueno entre las hojas, de Augusto Roa Bastos) y también es uno de los únicos dos que me faltan para completar la colección (el otro es En el camino de Kerouac, número 55, letras en el lomo creo que naranjas, éste me interesa más porque con éste tendría los números del 1 al 100). Si algún lector tiene o encuentra uno de los mencionados me avisa eh. ¿Qué estaba diciendo? Ah, sí, Philip Roth. 

2.
Philip Roth nació en 1933 en Nueva Jersey, tiene 83 años y debe ser un viejo de mierda probablemente. BUSCO IMAGEN 2016. Ah no, se ve re simpático:


Tiene muchísimos libros publicados, no sólo novelas, y muchísimas entrevistas para prensa con otros escritores y cosas así. Operación Shylock: una confesión, tal su nombre completo, es su novela número 19, y comienza cuando al propio Philip Roth le encargan viajar a Jerusalén para entrevistar al escritor israelí Aharon Appelfeld. Roth acaba de pasar por el peor episodio psicológico de su vida, una depresión descomunal que lo llevó a pensar en el suicidio y que resultó provocada por el consumo de una pastilla para dormir, el Halcion, y cuando está a días de emprender el viaje en avión recibe una llamada de su amigo Appelfeld, quien le notifica que en la Tierra Prometida ya hay un Philip Roth, o alguien haciéndose pasar por Philip Roth para hablar en diarios y televisión sobre una nueva ideología, el Diasporismo. COMIENZO DE LA CLASE DE HISTORIA JUDÍA: En el judaísmo, y en particular en el marco del sionismo, se llama diáspora al estado de no-presencia de los judíos en la Tierra de Israel, así como a todos los territorios del mundo que no son Israel. La diáspora comenzó en el año 70 d.C., con la destrucción del Segundo Templo y la expulsión de los judíos por parte del general y futuro emperador romano Tito, y se consolidó con la expulsión de una cantidad aún mayor de judíos en 135 d.C., tras la derrota de la rebelión judía liderada por Bar Kojba. Esta expulsión dispersó a los judíos por los territorios del Imperio Romano, dando origen a la división entre sefaradíes y askenazíes. Se llama askenazíes a los judíos de origen europeo. Para el sionismo, los judíos deben abandonar la diáspora, y "volver" a la Tierra de Israel. FIN DE LA CLASE DE HISTORIA JUDÍA, volvamos a la novela. El otro Philip Roth, el que está en Jerusalén mientras el primer Philip Roth sigue en Connecticut, dice en los medios israelíes que los judíos tienen que abandonar Israel y volver a Europa. Que rodeados de enemigos, en Israel corren más peligro que en la Alemania nazi. Y que los europeos van a estar chochos de recibir a los descendientes de los judíos masacrados o exiliados de los territorios ocupados por los nazis. "¿Sabe lo que va a ocurrir en la estación de ferrocarril de Varsovia, cuando llegue el primer tren cargado de judíos? Acudirá una muchedumbre a recibirlos. Habrá júbilo. Habrá lágrimas. Gritarán: '¡Nuestros judíos vuelven a casa! ¡Nuestros judíos vuelven a casa!' El especáculo será televisado al mundo entero", dice el segundo Philip Roth. Entonces Philip Roth decide viajar a Jerusalén y desenmascarar a Philip Roth. En el medio se va a encontrar con Appelfeld, va a presenciar el juicio de John Demjanjuk, va a ser secuestrado por el Ejército de Defensa de Israel y por la Organización de Liberación de Palestina, va a leer los diarios de Leon Klinghoffer, va a desear a la mujer de su prójimo y unas cuantas cosas más. Hay MUCHOS personajes que hablan MUCHO, hay muchos momentos de reírse para afuera, hay ideas brillantes (como la del diasporismo) y mucha metaliteratura y por si no se nota, me pareció un 10.

3.
Nunca terminé lo que decía al principio: éste libro no lo toqué hasta que no lo leyó mi hermano. Teníamos un libro que era un 10, ahí nomás al alcance de la mano, y tardamos 30 años, o bien para ser justos digamos por lo menos 12 años desde el momento en que ya lo hubiera podido disfrutar como ahora. ¿Cuál es la moraleja? No hay moraleja, porque no hay tiempo para leer todos los libros del universo. En Cumpleaños, de César Aira, César Aira hace una reflexión sobre el particular pero para enterarse los remito a la reseña de Cumpleaños, de César Aira, que todavía no escribí porque es lo último que leí, estamos a mediados de agosto y este libro de Roth lo debería haber reseñado por lo menos a fin de marzo, porque lo terminé de leer en la fecha que indica el posteo, así de atrasados estamos en el staff de RESISTIRSE-ES-FUTIL. ¡Chau, hasta la próxima! ¡Adiós! ¡Vuelvan pronto!

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