1.
¿Se acuerdan de los '90s? Pero de los de verdad, no de la imagen fetichizada de los '90s que manejamos en los nuevos años '10. Este libro, que es un diario, transcurre en 1996, entre febrero y el último día del año, y su edición es de 1998. Es de los '90s DE VERDAD. No hay paddle ni chombas y creo que no hay champán. Hay muchos contestadores telefónicos, anuncios clasificados en revistas, cassettes. Un año sin amor: diario del sida, es lo que escribió Pablo Pérez el año que empezó a usar los famosos cócteles retrovirales para tratar su enfermedad, un año en el que pesaba 51 kilos, tosía mucho, no tenía fuerzas y pensaba que se iba a morir, pero en el que seguía tratando de hacer su vida, muy atravesada por lo que es el mundo hoy llamado BDSM (por Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo). El libro empieza con un spoiler en el prólogo de Roberto Jacoby: tiene final feliz. O sea, Pablo no se murió. De hecho cualquiera que lea la Soy de Página/12 sabe que Pablo Pérez escribe regularmente en esa revista. También filmó un cortometraje de título atractivo que estuvo en un BAFICI: El Mendigo Chupapija, y que es la adaptación cinematográfica de un cuento del mismo título, que está editado como libro por Mansalva y que no está en Internet (el corto tampoco lo encontré).
2.
Como libro, Un año sin amor tiene sus momentos atractivos (me gustó mucho la reflexión sobre cómo redactar un aviso para buscar, en definitiva, amor) y sus momentos amesetados, porque no deja de ser un diario, real. Se torna repetitivo, no tiene una direccionalidad clara, algunos de los conflictos se diluyen en la nada, como sucede en la vida misma. El saldo es positivo, de todas maneras. El fuerte de los diarios personales (como La novela luminosa de Levrero por ejemplo, o El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, de Bukowski, los dos diarios que se me vienen a la cabeza en este momento) es la empatía que podés generar con un tipo que te cuenta su vida, sus preocupaciones anodinas, o se las cuenta a sí mismo en realidad. Hubo sólo un año en el que tuve un diario, durante un viaje largo que hice, y una cosa que me llamaba mucho la atención es que no lograba sacarme de encima la escritura para un otro: aunque sólo lo iba a leer yo (y a la fecha, creo que sólo lo leyó una persona más) igual trataba de ser ingenioso, de escribir bien. Llamativo.
3.
Once años ha, la cineasta argentia Anahí Berneri adaptó este libro al cine en la película Un año sin amor (2005), con Juan Minujín en el papel del protagonista. Está completa en youtube (aunque en 240p). Una película con escenas gay explícitas, recuerdo lo mucho que me impactó, pero no recuerdo ya si la película es buena. Calculo que sí. Debería volver a verla.
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