1.
Pensé que tenía más leído a Martín Kohan, PERO NO. Mi bitácora lectora no me deja mentir, este es recién el segundo, después del Me acuerdo que leí en 2020. Mirá vos. Me resulta curioso porque, seguramente en base a verlo por streaming o en charlas públicas o adaptado a cine, tenía la sensación de recontra tenerlo manyado como autor. Bueno, no.
2.
Más extraño aún, leerlo fue como reencontrase con un autor, no como leerlo por primera vez. Y eso que Me acuerdo es un libro de... bueno, no es de ficción digamos (id a la reseña linkeada más arriba), mientras que este es de cuentos hechos y derechos. Cuentos cortos además, con fórmula de tales. Lo que los engloba es la estación mencionada en el título, el verano, y algo del impacto final de cada uno. El mejor es el de la mujer que se mete al mar pensando en hacer la gran Alfonsina, y no les cuento qué pasa después.
3.
Es un libro que está bien. Es lectura de playa, también. Me da toda la impresión de que así fue pensado. Lo cual obviamente no es ningún desmérito, sólo un dato de la realidad. Pero debe tener libros mejores. Quiero leer el de la novia de Videla.
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