1.
No me lo iba a comprar. Casas, quién una vez supo ser para mí el más capo escritor contemporáneo mío, es decir como humano vivo en el Cono Sur, el que para mí mejor escribía de entre los que todavía viajan en subte y van al laverrap y esas cosas, había caído en el descrédito. Desde el escenario de Niceto había caído, al piso. Pero en la liberería de enfrente de Puán lo vendían con descointo porque el librero le había jodido un vértice al ejemplar. El descointo era como de cuarenta pesos así que me lo compré.
2.
Y lo leí en el bondi de vuelta a casa, casi la mitad en el bondi. La otra mitad cagando. No en el bondi: en mi casa.
3.
Y me di cuenta de algo predecible y de algo terrible. Lo predecible es que Casas se haya vuelto (o siempre haya sido) re gorila, medio gorila mogo. El primer texto, el del gordismo, lo leí hace mucho y es uno de los motivos por los que no me compré el libro. El texto es malo, malo y esnob en la onda "los gronchos no saben votar y miran Tinelli". O sea, no sos Vargas Llosa, y no sos la Bety Sarlo, Casas, y no entiendo porque buscaría ese lugar. Los otros dos textos políticos del libro son el de Ricardo Fort y el del matrimonio igualitario. El de Fort está bueno, el del matrimonio es muy lindo, y en ninguno de los dos parece gorila. El de Fort es bastante progresista, en el sentido real del término -no en el recientemente instalado por convención en Argentina-. Y es lo contrario de la onda "los gronchos..." que mencionamos antes. Así que el primer texto no sé, será un golpe de efecto (negativo) o será la ideología que Casas supone que tiene (mientras, sin darse cuenta, destila otra en textos que son menos explícitos).
4.
Lo terrible es que yo le copio las mañas. Él las tiene más y mejor desarrolladas claro está. No me refiero al gorilismo sino a eso de empezar hablando de algo personal o de algo nada que ver y de pronto era para hablar de un libro, o de una película. Por ejemplo, hay un ensayito (sí, bonsai: para mi el libro se debería haber llamado Ensayos bonsai II) que empieza "Oaki era un personaje de la serie Hijitus, de García Ferré". Adivinen de que se trata... ¡Sí, adivinaron! ¡De Tomas Alfredson, el director de cine sueco! (posta). Para ver como le copio las mañanas, vean por ejemplo las reseñas que hice para Libros del Pasaje, por ejemplo la de Fueye.
5.
Casas dice que La parte de Amalfitano de 2666 no se la hubiera bancado por sí sola si el libro hubiera sido editado en cinco partes como pretendía Bolaño. No sé por qué lo dice, pero no estoy de acuerdo.
6.
Mi amigo Mati dice que Casas siempre tiene que hablar mal de alguien para hablar bien de alguien, como cuando habla de Fernando Cabrera bardeando a Jaime Ross. Es verdad, lo hace bastante. No sé si está mal como operación específicamente.
7.
Dicho todo lo dicho, fue una gran compra y una gran lectura. Casas sigue teniendo oficio, eso es innegable, y sus opiniones aunque muchas veces no las comparta siguen siendo interesantes. Y si no, por lo menos vale la pena para poderlo bardear.
lunes, 9 de abril de 2012
Breves apuntes de autoayuda, de Fabián Casas
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Fabián Casas,
libro para cuando uno hace caca
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