1. No voy a repetir lo que ya dije muchas veces (Silencio, El caballero inexistente, Una novelita lumpen) acerca de la colección de libros que entran en el bolsillo de la campera para cuando se sale sin mochila. Sólo mencionar que éste es de esos, y agregar que ahora que por fin tenemos nueva biblioteca en la casa de los bellos durmientes y se ha agrandado la sección de libros chiquitos, próximamente leeremos uno de Perec y uno, Babilonia creo, de Discépolo Armando.
2. La casa de las bellas durmientes: es una novela corta en cinco capítulos; en cada uno de los cuales el viejo Eguchi (debe ser Eguchi-San, ¿no?), de setenta y siete años, llega al mencionado ¿prostíbulo? ¿cuasi-prostíbulo? ¿prostíbulo para impotentes? para pasar una noche yacente junto a una joven virgen, desnuda y narcotizada. Cada chica nueva despierta en Eguchi recuerdos -unos tristes, otros lindos, otros turbios- de mujeres de su vida, además de calentura claro, y ganas de morirse. Por fuera de esto, es muy poco lo que hay: las conversaciones de Eguchi con la madama, en las que a veces se hace referencia a otro personaje, el viejo Kiga. Esa breve línea argumental es sin embargo la que hace avanzar al relato: las encamadas con bellas durmientes son de una estaticidad imponente (con sus propias tormentas y pasiones, pero todo muy contemplativo) y uno tiene la sensación de que podrían ser muchos más capítulos y la novela sería la misma y también estaría bien.
3. Kawabata Yasunari (1899-1972) es el primer Nóbel de Japón. Es increíble cómo esos premios de mierda son referencia obligada cuando alguien los ganó. Imaginemos que alguien odia los premios Nóbel, y le otorgan uno. Ya está, quedás pegado para siempre. A algunos les encanta, obvio, como al confundido Vargas Llosa que sacó un libro malísimo y le pusieron una faja que dice premio Nóbel: ¡si lo ganó antes de escribirlo! ¡no se lo dieron por existir! A Kawabata Yasunari no sé si le gustó o no, no lo conozco. Güiquipedia dice que se suicidó tres años después de recibirlo, inhalando gas. Yo no lo vinculo eh, pero en güiquipedia lo pusieron así, en la misma frase.
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