Desde no sé cuándo, desde Alejandra Pizarnik o una cosa así que no me emocionaba (entusiasmaba, interpelaba, estimulaba) un poeta.
2.
Ferreira Gullar nace en Sao Luíz do Maranhao en 1930 como José Ribamar Ferreira, pero como todo el mundo es Ribamar en San Luíz se inventó un nombre: "Como a vida é inventada eu inventei o meu nome". De joven se muda a Río de Janeiro, es uno de los poetas concretos, y después rompe con los concretos y se vuelve neo concreto. Y después rompe con éstos también. En algún momento entra en el PC, y en algún momento se tiene que esconder, entrar en la clandestinidad. Lo siguiente es el exilio, en 1964, cuando el golpe. Un tiempo lo pasa en la URSS, y después vuelve a Latinoamérica en donde no lo dejan en paz: pasa por Perú, Chile y Argentina, rajando de un lugar al otro con cada nuevo golpe de estado. En el tiempo que vive en Buenos Aires en un departamento de la avenida Honorio Pueyrredón (a mediados de los '70) escribe su Poema sucio, un texto largo y rimado que habla de su infancia y juventud, de la muerte, de la alienación, del campo y la ciudad, del sexo y de volar y de un par de cosas más y en el que Ferreira Gullar, convencido de que lo mataban, puso todo lo que en ese momento le quedaba por decir. Dice el poeta:
Se iniciaba el gobierno de Isabelita que duraría poco y terminaría también con un golpe militar. Era una suerte de moda latinoamericana. Con el pasaporte vencido, me vi rodeado de dictaduras por todos lados y me convencí de que mis días estaban contados, puesto que desaparecía mucha gente sin motivo. Fue un poco antes del golpe, convencido de que hacía la última cosa de la vida, que escribí el Poema sucio. Lo escribí para decir lo que me faltaba decir, dado que podría desaparecer en cualquier momento.3.
Resulta que en la misma época vivía en Buenos Aires otro poeta exiliado: Vinicius de Moraes. La situación de los dos era muy distinta: Ferreira Gullar sabía que si lo agarraban los militares brasileros lo desaparecían, Vinicius en cambio se había exiliado por motu propio y por las dudas. Remítolos para más información a la reseña en este mismo blog de Nuestro Vinicius. Cuestión que fue él, Vinicius de Moraes, el responsable de difundir el Poema sujo de Ferreira Gullar. Le gustó tanto que gestionó una traducción al castellano y una edición argentina con su propio editor (De la Flor) y además se lo hizo grabar en un cassette para mandarlo a Río de Janeiro, donde el poema se difundió así, grabado, de mano en mano (difusión viral que le dicen) entre la intelectualidad carioca que a raíz de esto empezó a reclamar la repatriación de Ferreira Gullar. Que cuando volvió finalmente a Brasil fue chupado igual. Después de un interrogatorio de tres días seguidos, finalmente lo largaron. En la excelente edición de Corregidor que se consigue en librerías (de la colección Vereda Brasil) viene entre otras cosas una entrevista a Ferreira Gullar en donde se cuenta todo esto que les estoy contando.
4.
Resulta que en la casa de mi primo habían muchos ejemplares de este libro (supongo que se los habían encajado en algún laburo) y me llevé uno, pero no sabía qué era ni lo intenté leer y probablemente hubiera tenido destido de relleno hipócrita de biblioteca si no hubiera sido que leí Nuestro Vinicius. Y eso no alcanzó: no fue sino hasta que vi éste documental que hice sinapsis y relacioné, porque nunca había retenido el nombre del autor, sino tan sólo la imagen mental de la palabra escrita en la tapa del libro, pero como imagen y no como palabra escrita (nosésimexplico). Un gran momento cuando te das cuenta que de casualidad (o por ese afán acumulativo exagerado) tenés en tu biblioteca justo el libro que necesitás: últimamente me viene pasando.
5.
La edición de Corregidor está buenísima. Además de Poema sujo (versión original Y traducción) incluye: otro libro de poemas, En el vértigo del día, también bilingüe; la entrevista que les digo; una introducción que es una reseña de la obra de Ferreira y que cuenta en detalle el periplo del exilio; una reseña de Vinicius que está buenísima; y no sé cuántas cosas más. Ótimo, cara.
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