Hace años, Marina Kogan me recomendó este libro y casi de inmediato lo vi en una mesa de saldos de la calle Corrientes. Creo que a 12 pesos. El título es buenísimo y en la tapa hay unos perritos.
2.
Cuestión que no lo leía, no lo leía, no lo leía. No sé por qué tardé tanto en querer leerlo: el libro es de esos de tamaño ideal, extensión ideal, letra grande, y además son cuentos así que tiene la ventaja de los cuentos, que es que los empezás y terminás sin tener que hacer grandes esfuerzos por recordar tramas o personajes, porque está todo ahí, autoevidente. Sin ir más lejos, si dejás un cuento por la mitad mucho tiempo, después lo podés empezar de nuevo sin grandes traumatismos. SIN IR MÁS LEJOS, en estos momentos en que escribo esta reseña, casi un mes después de la fecha que aparece consignada acá arriba (que, como siempre en este blog, corresponde a la fecha en que terminé de leer el libro reseñado), estoy leyendo 2666 de Bolaño y me pasó algo no diría terrible, no diría malo, pero sí podría decir traumático (en un sentido no negativo de la palabra, si es que existe y sino también). Resulta que yo empecé a leer 2666 en enero de 2012, y lo seguí leyendo ponele que hasta marzo del mismo año. Cuando terminé "La parte de los asesinatos", como le pasa a muchos lectores de 2666, estaba agotado. Igual llegué a leer la mitad de "La parte de Archimboldi", pero ahí me quedé. Ahora lo retomé (con vistas a mi futuro próximo viaje a México) pero al llegar a cierto punto de la parte de Archimboldi quise recordar qué sabíamos de Archimboldi en la primera parte del libro, "La parte de los críticos". Y me enganché, lo estoy leyendo de nuevo desde el principio. Ya estoy en "La parte de Amalfitano". Mi plan es saltearme los asesinatos de "La parte de los asesinatos".
3.
¿De qué estábamos hablando? De Samanta Schweblin. Merced a mi tara mental, que incluye una ley de cupos mental, siempre me alegra que se agregue un nombre femenino a la columna de nombres de acá a la derecha (nótese que pienso en términos de la columna de la derecha, y no por ejemplo en términos de "leer a una escritora mujer", a eso me refiero con mi tara mental. Otro día los invito a reflexionar -o a leerme reflexionar- acerca de cómo el desarrollo de este blog modificó y modifica mis hábitos de lectura). Si esta página permitiera agregar descriptores internos, me gustaría poder fijarme qué porcentaje de representación femenina hay en este blog. No debe ser muy alto. De Samanta Schweblin sabemos, a priori, que es mujer, que es joven, y que asistió al famoso taller literario de Diego Paszkowski. A posteriori, que nació en 1978 y que con El núcleo del disturbio ganó el premio del Fondo Nacional de las Artes y el Haroldo Conti. Bien por ella. Además, tiene otro libro, Pájaros en la boca, muy traducido.
4.
Me pareció desparejo, el libro. Algunos cuentos me gustaron mucho, mucho. "La pegajosa baba de un sueño de revolución" me gustó mucho. Hace algo increíble en este cuento: el protagonista es plural, pero el cuento actúa como si el protagonista fuera individual. Una operación similar hace en otro cuento que pongo en el top tres del libro: "Más ratas que gatos". Aunque no es exactamente igual: acá el protagonismo es múltiple. La Schweblin logra el protagonismo social. Gran cuento ese también. Y en tercer puesto, banco profundamente el cuento que se llama "El momento", en el que Vian y Sartre son personajes emplazados en la Patagonia. Ahora bien, sin dejar de reconocer que están muy bien escritos (y muy bien corregidos, alla taller literario), otros cuentos no me interesaron tanto. Y lo digo por el mismo factor que en otras críticas se menciona como lo mejor de la Schweblin: el molde Cortázar, el molde Bioy Casares de cuento fantástico. Sin dejar de ser muy buena, "El destinatario" o "Mismo lugar" entran más en esa matriz que ya conocemos pero no son "El cielo boca arriba" ni "Axolotl" ni La invención de Morel. Así que me interesaron menos, nada más. El que menos me gustó, sorprendentemente, es el que da título al tomo (porque contiene la frase que termina con "el núcleo del disturbio"): "La pesada valija de Benavides". Me pareció que desde la sorpresa en adelante, el cuento ya estaba contado.
5.
Estuvo bien leer a la Schweblin. En su página oficial se pueden leer algunos cuentos de sus dos libros, chek it aut.
1 comentario:
Yo estoy leyendo 2666 ahora. Y estoy en la densa parte de los asesinatos.
Si me preguntabas te contaba todo de la vida de archimboldi.
Cuando vayas a mexico espero que pises el desierto de sonora, que ademas de todo aparece en un tema de Antolin.
A todo esto, fui a la muestra del recoleta y no encontré una foto de Norton (quería saber que tan buena estaba...)
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