lunes, 15 de diciembre de 2014

El amigo americano, de Patricia Highsmith

1.
No es muy entretenida. No es ágil. No es adictiva. No es muy tensionante ni da miedo ni nada de eso, aunque se supone que es una novela de suspenso. Y está llena de descripciones de muebles, ambientes, vestimentas, más muebles, que relentizan la narración innecesariamente. Sin embargo, la leí. Bastante rápido para lo lenta que es. La leí porque:
a) iba a ver la película de Wim Wenders y me acordé que tenía el libro, entonces decidí proceder en orden de gestación.
b) nunca antes había leído a Pato Highsmith y tenía dos libros de ella -éste y El hechizo de Elsie- choreados alguna vez -hace tanto que ya debe haber prescrito- y luego estacionados en mi estantería desde entonces. Me gusta leer los libros que choreo porque así redimo mi crimen (pasional).
c) me gusta terminar los libros que empiezo y aunque no es una fiesta de luz y colores, se deja leer.

2.
Los libros de Pato Highsmith fueron llevados al cine un par de veces (Extraños en un tren, de Hitchcock, El talentoso Sr. Ripley, esa película que me dejó tan confundido en 1999) y esta novela en particular tuvo dos adaptaciones: El amigo americano (1977), de Wim Wenders, y El juego de Ripley (2002), de Liliana Cavani, con John Malcovich. Las veo y les cuento. Por lo pronto, Manu dice que la de Wenders es increíble y Wenders dice que "a partir de una mentira inocente, de una confortable traición, se desarrolla de repente una historia horrible... un torbellino que no puede evitarse porque se conoce demasiado bien. Esto nos puede suceder a cada uno de nosotros. Y de ahí que las historias de Patricia Highsmith sean verdaderas". Dato de color: la novela es de 1974 y se titula en realidad Ripley's game, la película es de 1977 y se titula Der amerikanische Freunde, en la edición de Anagrama de 1982 que tengo yo el título (y la ilustración de la tapa) corresponden a la película.

3.
Jonathan Trevanny es un tipo con poco dinero y leucemia que vive en Francia con su mujer y su hijo. A través de Ripley, que si sólo líste esta novela, tal y como me pasó a mí, no sabés quién es pero no importa, a Trevanny le ofrecen la guita de su vida por hacer un trabajo de sicario en Alemania. De la trama les cuento hasta ahí. EL DATO QUE NO LE IMPORTA A NADIE: Al mismo tiempo estoy leyendo Monster, manga japonés en tomos, de Naoki Urasawa, que está saliendo en este momento en la Argentina gracias a Larp Editores (la empresa de Agustín Gómez Sanz, EL traductor de manga en nuestro país) y que va por su tomo #11. ¿Qué tiene que ver con El amigo americano? En las dos historias un extranjero en Alemania (el inglés Trevanny y el japonés Dr. Tenma) recorre varias ciudades del país buscando matar a alguien. ¿QUÉ LOCO NO?

El Dr. Tenma y Jonathan Trevanny/Zimmermann, sólo vinculados por mi capricho.


4.
MÁS TARDE... Ví la película de Wenders. Es asombrosa la cantidad de cosas que le cambió Wenders a la novela de Highsmith. Algunas son cuestiones superficiales, aunque grosas. Por ejemplo, mientras en la novela Jonathan Trevanny (en la película, Zimmermann) es un inglés que vive en un pueblo francés cerca de París y viaja a Hamburgo y a no me acuerdo qué otra ciudad alemana para hacer el trabajito que le encargaron, en la película es un alemán que vive en Hamburgo y viaja a París. O también, en la novela Ripley vive como un aristócrata, en una mansión con todas las comodidades, una mayordoma tipo Alfred que ama ser mayordoma y una esposa potra que se hace la que no sabe de dónde sale la guita; en la película, Ripley vive en la mansión, pero solo, y con todo a medio mudar. Y está loco. Habla solo, se saca selfies con una polaroid tirado encima de la mesa de pool... No contento con eso, Wenders también cambió radicalmente el final de la historia, cambiándole el mensaje o moraleja que la novela definitivamente tiene. Además, mientras la novela de Highsmith es una típica novela policial donde todo está explicado en definitiva y responde a una cadena de causalidades, en la película no se entiende nada de lo que importaría a un espectador/lector de policiales: ni quién es el que contrata a Jonathan, ni por qué le pide que haga eso, ni todo lo que sigue. La película igual está muy buena, la fotografía es hermosa, las actuaciones de Dennis Hopper y Bruno Ganz son excelentes (Bruno Ganz actúa bastante parecido a Klaus Kinski, me di cuenta, como si fueran de la misma escuela, ¿serán?), véanla.

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