jueves, 4 de mayo de 2017

Scalabritney, de Martín Zícari

1.
Hola. Cómo va. Bien vos. Bien. Qué hacías. Nada, acá. Vos. Yo acá, boludeando un poco. Ah, mirá. Yo estoy escribiendo. Qué escribís. Una reseña triple de los libros de Martín Zícari. Ah. Quién es. No, un pibe. Y por qué triple. Porque viste que en este blog estoy obligado sólo a reseñar aquello que leo que tiene lomo. Pero en realidad antes de leer Scalabritney, ya había leído otras dos cosas de él, cosas sin lomo. ¿Qué leíste? Leí un librito de poesía suyo -parece que ahora le dicen plaqueta a los libritos de poesía-, que se llama El problema de la droga y los días lindos, que lo conseguí en una feria de fanzines en una casa. Y antes de eso leí otro pero en el celu, que se llama Papus. Es de la editorial De Parado, que ahora sacó su primer libro en papel, el de Gael Policano Rossi que reseño acá arriba. ¿Arriba de qué? Acá arriba, todo esto está pasando en un blog. Ah, mirá, no sabía. Bueno, Papus está buenísimo. Me híper calenté. Lo podés bajar gratis (o aportando a voluntad) de acá. Lo leí cuando trabajaba en Ramos Mejía. ¿Y con eso qué? Nada, eso, los tengo relacionados, a Papus con Ramos Mejía. Y de qué va Papus. Son cuentos porno gay. El primero es el que más me gustó. Y el del dark room. Lo leí hace un tiempo ya. 

2.
El problema con El problema de la droga y los días lindos es que después de leerlo se me perdió en mi casa (es muy menuda la plaqueta) y no la tengo más para reseñarla. Ya aparecerá. Pero puedo decir que me gustó mucho, excepto por el último poema, en el que se cuenta un sueño con una metáfora política (un sueño en el que política = caca) que no me convenció, digamos. Y eso que me gusta la palabra caca. Me resultó medio raro ese poema ahí, como cierre de la plaqueta, cuando todos los otros poemas anteriores hablan justamente de la droga y los días lindos, de chicos (o de un chico solo, tal vez), de citas, de andar en bici. Son muy lindos los otros poemas.

3.
Pero hablemos de Scalabritney. (¿Vieron que se fue mi interlocutor? nunca existió, los engañé). Este libro editado por Entropía, en la misma colección que por ejemplo Del caminar sobre hielo, sigue un poco la línea narrativa de El problema de la droga y los días lindos por el mundo que cuenta, los personajes que crea y que sigue, por las drogas, la bici y los días lindos. Y también por algo de lo poético. En esta entrevista que le hace a Martín Zícari la ahora fallecida Natu Poblet (dueña de Clásica y Moderna y tremenda mostra), ella dice que Scalabritney es "un canto a la vida". Amén de la simpática expresión, es cierto: en todo Scalabritney no hay un conflicto, no pasa nada malo, ni oscuro. Hay a lo sumo unas oscuridades muy naif que sólo lo son en la percepción del protagonista. A esta reseñista, eso la enoja (inserte emoji aquí). Realmente, no hay en Scalabritney una razón para contar Scalabritney, por fuera de la voz del narrador protagonista, de la deriva por una serie de imágenes y de ideas y de unas pocas escenas en las que pasan cosas, acciones. Pero la voz del protagonista resulta suficiente. Quizás lo que confunde, lo que perturba a la reseñista enojada del link suprascripto que quería más acción y menos diminutivos, es el término novela, o nouvelle, como dice la tapa. ¿Qué hace de Scalabritney una novela? Yo en principio no lo sé. No me importa mucho igual. El libro es muy lindo. Yo la pasé muy bien.

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