miércoles, 1 de febrero de 2023

Aniquilación, de Michel Houellebecq

 1.

Mmmmmh qué difícil escribir esta reseña. Primero porque leí el libro en enero y estoy escribiendo a fines de mayo. Segundo porque no sé qué me pareció. A ver, voy a hablar desde las certezas: a. Me gustó leerlo. Mucho más que Serotonina. Es más, puedo afirmar sin pruebas ni dudas que es mejor libro que Serotonina. También es más raro, más experimental en su propuesta de novela, más interesante y más entretenido. b. Lo de "más experimental" capaz es extensible a una comparación con toda su obra literaria, por lo que voy a explicar en el punto 2 haciendo mucho uso del espoiler.

2.

Houllebecq decidió, muy conscientemente me parece, jugar con los cliffhangers y la frustración de las expectativas del lector. Desde el vamos: el primer capítulo tiene un protagonista -el hacker profesional Bastien Doutremont- que te lo re vende como que va a ser el protagonista de todo el socotroco pero cuya función termina siendo únicamente presentarnos al protagonista de la novela (Paul Raison, asesor del Ministro de Economía de la República Francesa Bruno Juge) y salir por foro sin hacer ruido. Nada en ese primer capítulo nos prepara para que Bastien sea intrascendente: más bien al revés. Y lo mismo pasa con la trama principal de la novela: Bastien entra en la novela con un conflicto de terrorismo internacional bajo el brazo, un misterio planetario digno de una novela de espías tipo John Grisham (por decir uno de esos autores, en realidad no sé quién escribe cosas así) pero ese tremendo conflicto se va yendo en fade, cada vez más lejos de la trama principal y más intrascendente, hasta que queda literalmente en la nada. La escala del conflicto falso y la forma en que la "trama real" se va acomodando en el centro de la escena pero siempre atrás de otras cosas, es lo que me pareció experimental: Houellebecq encontró una manera de contarnos una historia manteniendo nuestro interés en otra que nada que ver. Y no digo que no se haya hecho, pero no lo había visto así. Porque no es un truco clásico al estilo El Mago de Oz donde mientras te distraen con el objetivo, lo importante es el proceso y al final ah resulta que el León ya se había vuelto valiente y no nos habíamos dado cuenta: es otra trama (o varias otras tramas), nada que ver, y cuando la novela termina está bien que termine y a la vez te quedas medio watafak. 

3.

Por otro lado, tiene todo el combo del mundo Houellebecq que ya conocemos: un protagonista deprimido, un Ministerio, una religión New Age inventada, problemas para cojer, name dropping de marcas comerciales, ciencia ficción ligera, terrorismo... Hay algo que sí que es novedoso, y único, y es que de alguna manera esta es la novela más feliz y luminosa de todas las que escribió. Y eso es decir mucho. Casi que podríamos hablar de un happy ending.

4.

Decidí que me gustó mucho. Aguante Houellebecq. 

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