lunes, 17 de abril de 2023

Fuera de juego, de Gonzalo María Beladrich


1. 

Exterior, día. Un chico de 19 años, de traje y corbata y mochila al hombro, espera un colectivo en una calle del lejano y apacible barrio de Versalles. Viaja parado, el colectivo viene lleno. El viaje es largo. Una hora después baja en una calle concurrida del microcentro porteño. Veredas angostas, tráfico, humo. El día se empieza a despedir y los y las oficinistas caminan apurados, atestan los cafés, fuman sin parar. El chico camina hasta la entrada del edificio de la AFA, entra. Sube cuatro pisos por escalera, y se pone en una breve fila formada por otros chicos y no tan chicos, todos de traje y corbata, que esperan su turno frente a una ventanilla.

Exterior, atardecer. El chico sale del edificio de la AFA y entra en un café en el que otros muchachos como él ya apilan tazas y platos con migas. Interior. Los chicos conversan sobre fútbol, pero más específicamente, sobre árbitros y arbitraje. La conversación los revela como jóvenes réferis y nos revela que estamos a fines de los años '90. "¿Qué jugas mañana?". "A mí me toca femenino, Franja de Oro contra Dolores de Colon". Etcétera.

Exterior, noche. Nuestro joven árbitro sale del café, se despide de los otros en la vereda y se aleja con rumbo norte, en el sentido opuesto al de los demás. Camina un par de cuadras. Entra a un McDonald's.

Interior, noche. Baño del McDonald's. Luz blanca que zumba. El chico se suelta la corbata, se saca la camisa. Es una metamorfosis. Deja la formalidad y la reemplaza por un par de jeans claros, una chomba azul oscuro y un par de zapatillas Pony.

Sale del McDonald's y camina con la mochila al hombro por calles nocturnas de Barrio Norte. Avenida Santa Fe, avenida Callao, avenida Pueyrredón. Taxis con sus luces, negocios y librerías abiertos, puestos de flores. El chico se cruza por la vereda con otros hombres, que le buscan la mirada. ¿Qué es ese rubor en sus mejillas? ¿Acaso se pone colorado? Como un impulso se mete en un cine, el extinto Atlas Santa Fe.

Interior, noche. En la boletería compra una entrada para la película que comienza en instantes. Mira la película solo. Capaz es una de trolos. Capaz es Plata quemada, o Ronda nocturna. Pero como son los noventas no me cierran los números. Esa maldita costilla podría ser, de Juanjo Jusid, que no es de trolos pero tiene a Susana y a Rossy de Palma.

Aceleremos. 

Ext, noche. El joven árbitro sale del cine, mira una anotación en un cuaderno y se encuentra en una esquina con otro chico de su edad, a quien no conoce, pero reconoce cuando confirma su alias de mIRC. Juntos entran a (interior, noche) un boliche, las luces giran, la música pop mariconea la escena. Estroboscopía. Primeros planos. Transpiración. El joven árbitro aprieta con otro hombre contra una pared. CORTE A. Exterior, día. Joven árbitro + amigo de mIRC + grupo heterogéneo de homosexuales desayuna en un café con motivos de grupo inglés Wham. Por raccord de primer plano, joven árbitro está ahora en un bondi, que se traslada suavemente por la Panamericana. Y ahora , sin solución de continuidad, camina por calles de tierra, en ciudad de Tigre o similar. Llega a club de barrio. En vestuario vacío, sufre nueva metamorfosis, y se viste de réferi, con casaca y short negro. De una lata extrae su silbato y sus tarjetas roja y amarilla. Juez de línea que aparece junto a él emite comentario machirulo, al que joven árbitro responde con un ademán.

Ext, día. Joven árbitro arbitra, rodeado de aún más jóvenes jugadoras de las inferiores de ignotos clubes. Último primer plano, ¿en qué piensa el árbitro que arbitra?

Corte a negro. Créditos.

2.

Una vuelta, en un viaje, seguramente mientras surcábamos las planicies patagónicas en la Bolita, Beladrich me contó esta rutina suya de fines de los noventa (el traslado de Versalles al microcentro en traje para buscar la asignación en AFA, el cambio en un baño de McDonald's, el cine, el boliche) y a mí me pareció alto corto. Puede ser que no haya sido en un viaje: quizás fue en la más monótona de las jornadas pandémicas. Como sea, le dije que si él lo escribía como relato, yo lo hacía guion, y bueno, acá empecé. Le falta laburo. No me roben la idea. 

3.

Cuestión que Gonza, seguramente más por inspiración propia que por mi sugerencia, en el largo letargo pandémico agarró esa anécdota, ese período de su vida, lo combinó con obsesiones varias y algunas cosas que ya tenía escritas de su propia historia familiar, futbolística y cinéfila, y terminó desarrollando no un cuento como yo me imaginaba al comienzo, sino una novela, que la editorial Tren en movimiento publicó para gran suceso en la primera mitad de este 2023. Fuera de juego es la tercera (o cuarta, según cómo se cuente) novela de Beladrich, después de Bolivia, Perú y Los límites remotos, y es posible  que sea por el momento la más lograda. Mezcla algo de "literatura del yo", de no ficción, de ensayo y de crónica periodística, y logra un resultado que atrapa y emociona. Y no lo digo yo solo. Acá por ejemplo lo dice Modarelli, que también hizo un texto para la contratapa. Otro fan de Fuera de Juego, Manu Embalse, dice con razón y usando una metáfora cinematográfica que uno de los mayores méritos del libro es su "montaje": como se imbrican las distintas capas del libro, la historia de Gonza, de su familia, de Castrilli contra la AFA de Grondona, de Madorrán y su "estigma" homosexual. Si sigo abundado en detalles corro el riesgo de spoilear y no quiero, pero si les andan faltando más pistas acá hay un adelanto del libro. 

4.

Este blog venía bloqueadísimo, como nunca. Terminé de leer la versión final y física de Fuera de Juego el 17 de abril de este año. Hoy es 4 de diciembre: tremendo bache. El libro, sin embargo, sigue vigente: se vienen cositas que creo que no puedo contar. Sólo voy a decir que es un excelente regalo de Navidades y que lo pueden comprar acá, o pedírselo directamente al muy apuesto autor.

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