1.
Me acuerdo que lo compramos en unas vacaciones hace unos dos años ya en ese lugar jipi de Córdoba, y lo empecé a leer en la combi que te llevaba del pueblo al camping pero me detuve por miedo a terminármelo demasiado rápido. Y después lo colgué, estuvo dos años en la pila de los libros en estado de lectura actual
-que es lo mismo que decir estado de lectura en suspenso-, cuando lo agarraba para leer un poquito no entendía nada porque es un libro para leer con envión, hay que entrar en un clima -como pasa casi siempre con la poesía- y entonces lo volvía a colgar. Recién agarré y me forcé a leer todo lo que me quedaba de corrido: la pasé joya. Así que, aprendan de mis errores y léanlo todo junto, de una vez, y después quédense así, quietos, como hibernando, para ahorrar energías.
2.
Roberto Bolaño se mantiene en el podio de los más capos del mundo, y nadie lo sacará nunca de allí. Clap clap. Hace poco salieron notas sobre su persona por un aniversario, en Ñ y en Radar, y muchas eran una garcha. Ya hay gente que escribe sobre Bolaño en plan de desmitificarlo, de plantear una mirada crítica: pavadas. Para llamar la atención. Es bardear sólo porque te parece que todos deben ser bardeados un poco. No acuerdo. Bolaño corazón.
3.
Lo leí en esa edición semi independiente uruguaya que se consigue muy fácilmente y que no se si no es la única. Linda letra.
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