martes, 10 de mayo de 2022

Animales domésticos, de Guillermo Saccomanno

 1.

Después de Bajo bandera, en la misma colección Biblioteca del Sur de editorial Planeta que dirigía Juan Forn a comienzos de los '90s y que amenaza con convertirse en uno de mis fetiches, Saccomanno publicó este libro de cuentos. Los animales domésticos son, claro está, los humanos, como reza el epígrafe a cargo de uno de los pocos filósofos que le dieron la vuelta completa al espectro ideológico, Ernst Jünger: "Toda comodidad debe ser pagada. La condición de animal doméstico arrastra consigo la de bestia de matadero". 

2.

Hay un poco de todo en Animales domésticos: cuentos muy largos que son casi nouvelles ("Deje su mensaje después de la señal" y el que más me gustó, "Hoy es muy lunes"), otros más cortos pero divididos en capítulos, otros cortísimos y que de tan impresionistas son una foto, sin conflicto o sin remate, más bien un clima, un espíritu, como "Las figuritas de Federico", "La Tonina Blanca" o el que da título al tomo. También hay un poco de todo en esa suerte de muestrario humano que ofrece: hombres y mujeres solos o emparejados -o metejoneados-, jóvenes y viejos, gente que se muere o que mata, que se mea y se caga, que se masturba y que coje, que se droga o se escabia, que suda, que cuida, que prende fuego a algo o a alguien. Una muestra más dark que luminosa de la humanidad, aunque haya excepciones. Algunos cuentos envejecieron más o menos, otros muy bien. El cuento que decía que más me gustó podría ser un libro por su cuenta y tiene algo de Arlt (al final, en Parque Lazama, que también tiene algo de Bioy) y algo de Puig (en el relato del relato) y mucho de Saccomanno, y con el tiempo también tiene mucho de documento de época, de archivo histórico de una Buenos Aires que ya no existe más. La descripción de los cines de Lavalle es excepcional y ahora también es testimonial, como lo es la película Sábado a la noche, cine de Ayala o el libro de Cozarinsky Palacios plebeyos. También creo que hay un eco en algunos cuentos como el del contestador con los cuentos que por esa época había publicado el propio Forn en la misma colección, los de Nadar de noche.

3.

Le acabo de encontrar varios errores al índice pero no le digan a nadie.

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