sábado, 17 de septiembre de 2022

Cometierra, de Dolores Reyes

 1.

Dolores Reyes... qué nombre.

2.

Leí esta novela prestada y con poca data previa. Sabía de una polémica en torno a su inclusión como lectura obligatoria en un secundario en Neuquén, donde la calificaron de pornográfica. Y no mucho más. Un poco la polémica fue mi disparador. Pero después, leyéndola, la verdad no era lo importante. Qué pelotudez las polémicas y qué pelotuda la gente, alguna, a veces. Bastante seguido. Bastante gente. En fin.

3.

Sin contar la trama, tiro algunos descriptores: es una primera novela, pero de una autora que la publicó con casi 40 años de edad. Dolores Reyes es docente, militante feminista y de izquierda, conurbana, madre de 7 hijes. Sin embargo, la edad de la Reyes no cambia el hecho de que la novela tenga rasgos de primera novela, que no sé bien en qué los noto pero están, le dan un tono punk, un desprejuicio. Quizás no son consecuencia de su carácter de benjamina, sino buscados y recontra laburados -es una novela muy tallereada parece, con Selva Almada y con Julián López- pero hay algo "sencillo" en la prosa, que también le da un tono de novela juvenil -que explica su inclusión como lectura en escuelas-. Lo que le quita ese tono y dio lugar a la polémica son algunas escenas de sexo explícito. Dice pija. Pero dale, es una palabra escrita. Volvemos a lo de la gente es pelotuda.

4.

Otro descriptor: sobrenatural. Capaz, en el orden del realismo mágico, pero sucio, contemporáneo. Realismo mágico y sucio. No quiero contarles en dónde está la cuestión mágica y les deseo que agarren la novela sin saber nada de su trama.

5.

Último: me hizo acordar a Una novelita lumpen, en el clima, y en el joven dúo de hermanes sin padres, con la casa sola, rebuscándosela. La rutina sin obligaciones. Un clima de siesta. El olor a birra.

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