miércoles, 17 de mayo de 2023

Nuestro iglú en el Ártico: relatos escogidos, de Mario Levrero

 1.

Impulsado por la maravilla deslumbrante de Aguas salobres, agarré por fin este libro que tenía en la biblioteca, casi inviolado, desde que Laura Preger me lo regaló en la FED de 2019, en el Konex, al día siguiente de una ruptura amorosa que me dejó hecho un trapito mojado, razón por la cual mi amiga Lauri se compadeció de mi cara de papa deprimida y me regaló este libro que desde entonces tuve en la biblioteca, casi inviolado. Y digo casi porque el primer cuento, "El sótano", sí que lo había leído. La historia es así: 

2.

Cuando laburaba en la biblioteca de la ORT, allá por el 2010, encontré entre los infantiles un librito finito, sin lomo, ilustrado no me acuerdo por quién, que contenía este cuento, "El sótano", en el que un niño vive en una casa infinita, tiene prohibido bajar al sótano, no puede encontrar en qué habitación está su abuelo intubado, en qué habitación está su abuela rodeada de una nube de polvo... Era un cuento un poco terrorífico para ser infantil, pero a la vez qué mejor para un niño que un cuento que lo inquiete. Me acuerdo que también había encontrado otro librito de la misma colección con un cuento de Isabel Allende. Era como una colección de infantiles escritos por autores tradicionalmente adultos. Cuestión que lo leí, me fasciné, por algún motivo que desconozco me agarró el honestismo y lo dejé en su lugar, y tiempo después cuando lo quise buscar, presuntamente para robarlo, ya no estaba: alguien me ganó. BTW, se robó el de Allende también, que no era tan bueno. Elipsis y estamos en el Konex, yo hecho un trapito, y encontramos en el puesto uruguayo de la FED que estaba esta compilación de Levrero que arrancaba con el cuento perdido. Ahí fue lo de la piedad de Preger y todo lo suprascripto en el punto 1.

3.

Cuestión que releí "El sótano" (magistral) y ahí me quedé, hasta que Aguas salobres me sacó de mi pasividad y me recordó lo que siempre olvido: que nunca hay que dejar de leer a Levrero. 

4.

¡Extra, extra! Había reseñado "El sótano" en este blog, junto con el de Allende. Lo leen acá. Los dibujos que no me acordaba eran de Kern.

5.

Nuestro iglú en el Ártico es lo que el subtítulo indica, no una recopilación de cuentos completos, sino una selección de diez cuentos, los diez mejores según Ricardo Strafacce, que además prologa. Entre los diez se encuentra el del título, el mencionado más arriba, uno de los de Aguas salobres ("La cinta de Moebius"), el primer cuento publicado de la carrera de Levrero ("Gelatina", que no se puede creer, ¿cómo se le ocurrió?) y el último ("Los carros de fuego"). Son todos buenísimos. Especialmente el de los ciclistas y el parto de la luna. Qué genio, la gran siete.

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