miércoles, 13 de julio de 2022

FOREVER BUTT, de Butt Magazine

 1.

¿Vieron que casi siempre los libros hermosos y gigantes son más para tener, mirar o mostrar que para leer? Por ejemplo, El vértigo de las listas de Umberto Eco, es quizás el más lindo que tengo y lo traté de leer, pero es imposible. Está pensado para consulta, o para ojearlo, no para leerlo de pe a pa. Bueno,  el libro de la revista BUTT es la excepción a esa regla: acabo de terminar de leer sus 530 páginas con sus más de ¿100? entrevistas, y fue un viaje de placer, negocios, autoconocimiento y arqueología homosexual. 

2.

Todo empezó porque fuimos con Gonza a ver Todo a la vez, documental de Alberto Fuguet sobre una pareja que hace la revista Kink en España, y Gonza me dijo "Es como la BUTT". Ahí descubrió con azoro que yo nunca había oído nombrar a la revista BUTT. ¿Es tan extraño? En fin, no sé si todo el mundo trolo la conoce, pero bien que valía la pena conocerla, y en un acto heroico Gonza consiguió este kilo de libro que sacó Taschen en 2014 y me lo regaló. 

3.

La revista BUTT (de ahora en más, CULO) salió en EEUU y Europa entre 2001 y 2011. Era una revista de entrevistas y fotografía, que según el número llevó el subtítulo de Fag Mag, Lo espectacular de la revista CULO es que por un lado había recortado su objeto a las entrevistas (con sus fotos) -es decir, no tenía crónicas, notas de opinión, etc., sólo entrevistas y fotos o a lo sumo dibujos-, y por el otro, en su monoformato, buscaba y lograba una diversidad máxima en los sujetos entrevistados, y no una diversidad en la gama Benetton o en el arco LGBTTIQ+, ni siquiera en el arco ideológico, sino en el estatus de fama de los entrevistados. Podía tener en el mismo número a Marc Jacobs o a Gore Vidal, y a la vez a un croto (literal) con una parafilia por la mugre o al mozo de un boliche gay de Londres, porque sí. O más bien, porque lo que los igualaba como entrevistados válidos era la experiencia y el deseo homosexual. 

4.

Hay algo en la forma de entrevistar de CULO y sus hacedores que es excelente y muy libre, si fuera periodista trataría de sacarles el yeite. Las fotos son bárbaras, a veces son desnudos y a veces no y en muchos casos son del zarpado fotógrafo Wolfgang Tillmans. El libro propiamente dicho, FOREVER BUTT (Por siempre culo) es una selección de las entrevistas de los 29 números de BUTT, ordenadas en orden alfabético según nombre del entrevistado (desde AA Bronson, artista canadiense, hasta Your Big Dick Host, un muchacho de Brooklin que hace una fiesta en su sótano) con sus fotos, impreso todo en papel rosa, tapas duras, una joya. La pasé bárbaro, conocí bocha de artistas y personajes que no tenía de nada, y viajé a la primera década del 2000, con la que nuestro mundo ya tiene poco en común. Para mi sorpresa, fue todo más interesante que hot. Mis entrevistas favoritas fueron las que les hicieron a Aiden Shaw (actor porno devenido poeta), Andy Butler (el de Hercules and the Love Affair, parece que le cabe el cruising), Bruce LaBruce (después miré su peli Hustler White, buenísima), Buck Angel (un actor porno trans -the man with the pussy- que estuvo a su vez casado con una actriz porno que también era dominatriz de un club de sadomaso en Hollywood al que iban los Wachowski antes de ser las Wachowski: resulta que esta mujer dejó a Buck Angel por uno de los Wachowski, y se casaron, y después transicionaron, y cuando leí esta entrevista me metí en un vórtex de leer basura sobre las Wachowski, cuidado con la Internet, hay un artículo muy largo de Rolling Stone al respecto pero parece un foro de conspiranoicos), Dennis Cooper (después leí su novela Un cabo suelto), Edmund White (tengo para leer su novela About a boy), Gore Vidal (increíble personaje), John Waters (qué decirte), Perez Hilton (un Rial internacional, una persona horrible, también me dediqué a googlearlo después, porque las entrevistas son de hace una década y media vistesss), Rosa von Praunheim (!), Slava Mogutin (ruso exiliado, fotógrafo, gran historia), Stephin Merrit (el de Magnetic Fields, está chapa). Pero en fin, me gustó todo. Lo leí en inglés, y me duró como medio año. Buena amortización.

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