viernes, 1 de mayo de 2020

A veces estoy contenta, pero tengo ganas de llorar, de Jens Christian Grøndahl

1.
Este libro no me aportó nada, y pronto lo habré olvidado. Sin embargo, soy magnánimo, así que rescato dos oraciones de entre medio de mi desinterés general:
Leí todos sus libros, y cuando leí el último me marché de casa. 
Me he dado cuenta de que no tiene sentido que una persona concilie añoranza y sensatez; no, al menos, a costa de la añoranza.

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