lunes, 29 de febrero de 2016

Budapeste, de Chico Buarque


Fui a Brasil y me compré 7 (siete) libros de autores brasileros en su idioma original. Como sé que si no los leo ahora -con el idioma presente-, no los leo más, estoy atravesando la Campaña de Conquista Brasilera (porque Resistirse es Fútil, todos serán absorbidos). Este es el libro 3 de 7.

1.
Este libro es increíble increíble increíble excelente excelente excelente. Un 10. Sé que está en castellano, editado por Siruela, seguramente muy caro, y no puedo asegurar que sea igual de bueno en español que en el original portugués porque mucha de su excelencia se sostiene en la forma en que está escrito. El amigo Francisco Buarque de Holanda, alias Chico, hace algo muy fantabuloso con las elipsis en el texto, metiéndolas en medio de párrafos o en el paso de uno al otro sin resaltarlas, deslizándolas más bien. La novela está en primera persona, en un preterito imperfecto que es casi presente continuo, y por eso cuando después de una frase entendés que hubo una elipsis en el tiempo de la historia siempre es una sorpresa bien puesta; del mismo modo los diálogos aparecen entremezclados con el discurso general que es el de José Costa (o Zsozse Kósta), el protagonista; incluso hay libros dentro del libro, y en todos los casos la transición entre capas es imperceptible y muy prolija. Es eso que yo no sé hacer y me encantaría, una de las habilidades más específicas de un escritor tipo artesano.

2.
La novela narra la historia de un escritor fantasma (ghostwriter) carioca -o sea alguien que escribe cosas que salen firmadas por otros, políticos, periodistas, escritores- quien por un vuelo cancelado pasa un día en Budapest, Hungría, y a partir de una serie de eventos inesperados -y de comportamientos anómalos- termina creandose una segunda vida en Budapest, en húngaro. En algunas cosas recuerda al escritor en portugués más importante y conocido del mundo, José Saramago, que además aparece en la solapa entre los que recomiendan el libro en estos términos tan elogiosos que parece joda -pero no es-: "Chico Buarque se atrevió a mucho, escribió cruzando un absimo sobre un alambre y llegó al otro lado. Al lado donde se encuentran los trabajos ejecutados con maestría, la del lenguaje, la de la construcción narrativa, la del simple hacer. No creo engañarme diciendo que algo nuevo aconteció en Brasil con este libro".

3.
¿No hace falta aclarar quién es Chico Buarque no? Nada más el mejor músico de MPB de todos. Si no lo conocen escuchen este tema.

4.
Dos citas. Una:
Cheguei ao Danubio tao depressa que olhei meus pes, para me assegurar de andar com eles e nao com o pensamento.
La otra:
Nao me aborrecia caminhar assim num mapa, talvez porque sempre tive a vaga sensação de ser eu tambem o mapa de uma pessoa.
Fucking Chico Buarque, lo hiciste de nuevo.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Sangue bom, de Patati, Francisco Solano Lopez y Allan Alex


Fui a Brasil y me compré 7 (siete) libros de autores brasileros en su idioma original. Como sé que si no los leo ahora -con el idioma presente-, no los leo más, estoy atravesando la Campaña de Conquista Brasilera (porque Resistirse es Fútil, todos serán absorbidos). Este es el libro 2 de 7.

1.
Este parecía que iba a ser el más fácil de leer, por ser cómic y por ser breve, pero no. Sangue bom (cuyo primer capítulo ganó un premio brasilero en 1993, y que se publicó como historia completa en 2003 según creo) (data no menor la del año 2003, mismo de la primera novela de Férrez, de la novela Cidade de Deus y de la asunción de Lula, coincidencias que uno de los comentaristas de Manual Práctico del Odio hace notar en su texto) es una historia en cinco episodios sobre una favela de Río de Janeiro y sobre sus habitantes, quienes se organizan siguiendo a un hombre cuya familia fue masacrada por equivocación y toman el poder en el barrio de manos del crimen organizado. Desde el principio, los diálogos utilizan un lenguaje favelado de hace más de veinte años, por lo que debí leer cada página un par de veces para terminar de sacar por contexto el significado de la mayoría de las palabras. Fue arduo. Pero como con todo, cuando le agarrás la mano empezás a fluir. 

2.
Los dibujos, excelentes, son del prócer argentino Francisco Solano López. Hay sexo y sangre y paisajes cariocas, personajes contradictorios y una crisis comunitaria, y debería tener más menciones en internet, pero en 2013 salió una telenovela brasilera con el mismo título y es todo lo que sale cuando googleás. Lo único que encontré es una breve reseña del propio Carlos Patati de su relación con Solano López, que vivió en Río en los '80s y '90s tras su exilio por la dictadura. No dice mucho sobre el contenido del libro: sólo una frase que Solano López le dijo a Allan Alex (quien hasta entonces dibujaba los guiones de Patati y que hizo la finalización artística de esta historieta): "Se trata de dibujar no sólo las curvas, sino los volúmenes de los personajes (...) No alcanzaba con que el lector viera que un personaje femenino estaba fuerte; tenía que ver que estaba muy fuerte!" ["Era preciso que o leitor visse não só que a personagem era gostosa, mas como era gostosa!"]. Parece que Solano López se dedicaba a producir encargos europeos o trabajos para Argentina desde su estudio brasilero, y que Sangue bom es el único libro con guión brasilero que publicó en Brasil (no así en Europa). La nota completa está acá.

3.
Re da para que este libro se publique en Argentina. No entiendo cómo no se hizo aún. También re da para que se publique por episodios en la Fierro. Sasturain, si estás ahí, oíme una cosa, te re conviene. En Brasil se compra en cualquier lado: yo lo encontré en Fnac.

http://blogdosquadrinhos.blog.uol.com.br/images/sanguebomcapa.jpg


sábado, 6 de febrero de 2016

Sobre garotos que beijam garotos, de Enrique Coimbra


Fui a Brasil y me compré 7 (siete) libros de autores brasileros en su idioma original. Como sé que si no los leo ahora -con el idioma presente-, no los leo más, estoy atravesando la Campaña de Conquista Brasilera (porque Resistirse es Fútil, todos serán absorbidos). Este es el libro 1 de 7.

1.
Lo elegí por la tapa, ¿ta? Fui al Fnac, a la sección de literatura brasilera, y como para comprar un libro de un autor que no conociera me tenía que guiar por algún otro criterio elegí el que tenía los colores de la bandera gay en el lomo. Bueno, la pegué, alto libro.

2.
Es (A.) Fácil de leer, escrito recontra coloquial, porque (B.) su prosa corresponde al mundo de la Internet 2.0, los blogs y ahora también los (C.) youtubers. Resulta que Enrique Coimbra es un youtuber brasilero autodenominado Enrique Sem H, o sea un tipo que vive de grabar videos en su habitación opinando sobre diversos temas, en general sentimentales en el caso de Enrique. Por suerte vi y escuché a Enrique Sem H después de haber terminado el libro. No me gusta cuando los escritores -o los actores que interpretan a los personajes en las películas- ocupan la imagen del personaje en mi cabeza. Enrique es mucho más lindo que el personaje que escribió. No lo busquen ahora: lean el libro y después lo ven.

3.
Cuenta la historia de amor entre un pibe gay y un hetero, o heterocurioso, o heteromaraco, que es el novio de una amiga del protagonista. También cuenta la historia de amor entre el mismo protagonista y otro chico, esta vez gay, sacado no me acuerdo si de Tinder o de Grindr. Todo muy 2.0. El libro está notablemente bien escrito -para lo que el prejuicio indicaría de un youtuber, eso también-. Por lo menos tan bien escrito como otro libro que comparte tema y tono, el del gran escritor y terrible persona Jaime Bayly, La noche es virgen (un título mucho más poético pero menos comprometido que Sobre garotos que beijam garotos).Y la trama, muy sencilla, de encuentro y desencuentro, así nomás, incluso vuelven una y otra vez a los mismos escenarios, más o menos como en Bajar es lo peor ahora que lo pienso, consigue un ritmo muy adecuado para enredarlo a uno en la trama y los altibajos emocionales de los muchachoides de la novela, a solidarizarlo con sus sentimientos y desearles lo mejor. Así todo bien romántico bien siglo XIX bien televisión y bien internet. Me gustó mucho, la pasé bien, y la leí en un toque.




martes, 2 de febrero de 2016

El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq

1.
Hace años que no leía a Michel Houellebecq, que es uno de los más capos entre los contemporáneos más capos del mundo y también es el escritor con el apellido más divertido de tipear de todos. Escribe tan bien, tan alevosamente mejor que la mayoría y aparentemente con tanta cintura económica de lenguaje y energías que bueno, que le puedo decir señora, es un placer. Es tan bueno que no importa que sea de derecha (porque tampoco es TAN de derecha, a mí me resulta tolerable). Recientemente lo vi -le dije qué hacé cómo andá- en una película: El secuestro de Michel Houellebecq, en la que actúa de sí mismo. Mucho tienen que ver las tramas de este libro y de esa película, pero de eso no quiero decir más nada porque es MUCHO MEJOR enterarte mientras la leés. La película me hizo querer más a Houellebecq. Houellebecq Houellebecq Houellebecq.


2.
Hubo un motivo por el que no leí antes El mapa y el territorio: cuando salió, mis lectores amigos y conocidos la hicieron mierda, tanto los que la habían leído y como los que no. Se decía que había empeorado, que ya no estaba bueno, casi exactamente como se dice con las bandas cuando sacan el siguiente disco al que los hizo famosos -como Babasónicos con lo que siguió a Jessico, por ejemplo, o Árbol y Guau, o Los Tipitos y ese disco que salió después de Armando Camaleón, o Bersuit y La argentinidad al palo, o la carrera solista del Indio Solari, o etc. En muchos  casos el empeore es un hecho. En este caso era sólo mala onda. El mapa y el territorio es la primera novela de Michel después de su triada de libros increíbles: Ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales y Plataforma. Antes salieron uno de ensayos -El mundo como supermercado-, varios de poesía, también esa novelita mala que es Lanzarote y que no sé por qué no se la mira mucho cuando se habla de la obra de Michel. Pero El mapa era la primera señora novela en mucho tiempo, y bueno, pasó eso. Si tuviera el poder de hacer un ranking diría que El mapa no es mejor que Ampliación ni que Las partículas pero sí que Plataforma

3.
No hay forma de hacer una breve sinopsis sin spoilers por el modo en que está escrita la novela, así que renuncio a hacerlo. Sólo diré que la cronología de la historia cubre la vida entera de su protagonista, el artista Jed Martin, desde su nacimiento, a fines del siglo XX, hasta su muerte, bien entrado el siglo XXI, es decir lo que por ahora para nosotros es el futuro. Como en Las partículas (y también en Las constelaciones oscuras de Pola Oloixarac) esto hace que poco a poco una novela en principio realista -como los cuadros de Jed Martin- se convierta en una de ciencia ficción, algo que me había maravillado de Las partículas y que encuentro que Houellebecq hace muy bien. Houellebecq -les dije que me gusta tipear su apellido- usa este recurso para bajar línea, dar su opinión sobre a dónde vamos a ir a parar si tal o cual cosa sigue así en nuestro mundo real, y si tengo razón, entonces el futuro bastante bueno de El mapa -en el que Francia se reacomoda exitosamente en la economía mundial cambiando sus producciones en consonancia con "lo que dicta el mercado"- subraya el caracter derechista de Michel, o capitalista, o de espíritu capitalista muy a la Max Weber. Por ahí leí que El mapa y el territorio es una crítica al capitalismo: me pareció lo contrario. El capitalismo funciona marcadamente bien en la novela, en la que de hecho está casi excluido el conflicto social. De todos modos, el capitalismo no es el único tema de la novela, que también baja línea sobre "el arte", claro está, y que también pone en juego prácticas manieristas que son aquellas de las que creo no debemos hablar para no espoilearle nada a La Gente.

4.
Ahora al toque, cuando termine la Campaña de Conquista Brasilera voy a leer Sumisión, en la que parece que Michel hace nuevamente uso del recurso de ir del presente al futuro próximo mediante el seguimiento de una historia de vida, esta vez para ser de derecha en otro sentido, mostrando los males de una Francia islamista. Estoy seguro de que estará bueno.