martes, 20 de noviembre de 2018

Vida de Quinquela Martín, de Andrés Muñoz

1.
Anduve investigando a Quinquela Martín para un simpático programa de televisión que ahora está próximo a terminar de post producirse (realizado por NUDO Colectivo Audiovisual, persigan nos en las redes para más noticias) (me encanta porque me creo que este es un foro de actualidad y no el archivo de mis lecturas en el que bucearé cuando sea viejo, si sigo vivo, si sigue viva la Internet, si sigue vivo Blogger y si sigue vivo Google, B''H). Primero leí esta cronología y biografía de reciente publicación, y me mandé tremenda reseña, este no va a ser el caso así que vayan para allá.

2.
Y después, o mientras tanto, leí este otro libro, la autobiografía novelada que Quinquela aceptó escribiera en su nombre el periodista Andrés Muñoz en 1948, en la que el pintor habla en primera persona (es loco eso, pero parte de una justificación en un prólogo que sí firma Quinquela: "me animé a contar en sucesivas conversaciones lo que buenamente fui recordando; pero a condición de que fuera otro quien asumiera la responsabilidad de dar forma escrita a mis recuerdos, ya que obligarme a escribir a mí sería como si yo pretendiera obligarles a pintar a ellos"). Le quedaban unos veinte años de vida al pintor de La Boca que había nacido en 1890, pero es como si los hechos se terminaran para esta época. Lo que le quedó por hacer desde entonces y hasta su muerte en 1977 fue visitar provincias argentinas, fundar alguna cosa más, juntarse a comer fideos con sus numerosos amigos varones y sus escasas amigas mujeres, recibir premios a la trayectoria, casarse con la secretaria y morir. Así que la novela va desde su nacimiento hasta sus años de filántropo a orillas del Riachuelo, con un énfasis en su infancia y juventud pre-fama y en sus viajes de exitoso y meritocrático argentino en el exterior en sus numerosos viajes de los '20. Necesito un buen presupuesto y te hago alta peli con esos años de Quinquela. Pero tiene que ser algo así medio Gran Hotel Budapest.

3.
Mi edición es de 1966 (es una versión abreviada de la publicación original, que se había titulado Vida novelesca de Quinquela Martín) y viene firmada por el propio Quinquela en ese año de 1966 en el que tenía 76 años si mis cálculos no me fallan. La rúbrica del maestro no debe ser algo muy difícil de encontrar, porque el libro lo compré por módicos pesos en mediocre librería de usados a través de usuraria plataforma web. 

¿A Carlos Tesieri no le importó nada que se lo hubiera dedicado Quinquela, o fueron sus hijos que no tuvieron corazón?


4.

Hay muchas citas buenas en la novela, que de hecho está bastante bien escrita y reviste no poco interés, aunque le puede quedar un poco alejada a quien no dimensione el peso de quien probablemente haya sido el pintor más importante social y políticamente de la Argentina (no digo artísticamente porque ahí hay debate para rato y no creo que lo haya sido). Importante políticamente no por sus posturas políticas, como lo podría ser un Carpani o alguno así (o Luis Felipe Noé, o etc.), sino de hecho haciéndose el apolítico y siendo un poquito facho. Lo dejo acá porque da para largo, pero yo a Quinquela lo quiero aunque sea facho, mirá lo que te digo.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Historieta LGBTI, de la Editorial Municipal de Rosario

1.
Tercera antología de cómics que publica la Editorial Municipal de Rosario, después de las muy redituables (para lxs lectorxs digo: precio/calidad/cantidad) Informe y El volcán. Las otras dos habían sido editadas por José Sainz, y esta no, esta viene firmada por la Dirección de Diversidad Sexual de Rosario. Los diez cómic que componen el libro ganaron un concurso nacional y fueron seleccionados por un jurado integrado por Mariela Acevedo, el rosarino Max Cachimba y el periodista-crítico-figura pública Diego Trerotola, y lxs autorxs son casi todes argentines (menos, que yo sepa, La Watson, que es colombiana pero vive acá). 

2.
No sé si había orden de mérito, pero el que más me gustó fue el primero. Gana puntos por todo: guión, dibujo, cinematografía. Vieron que la historieta es muy parecida al cine: básicamente un storyboard es una historieta sin globitos. Y lo que emparenta las dos artes es la idea de encuadre. En esta historieta (la primera, "Fabulosa el Dorado", de Sukermercado, alias de Paula Suko), el encuadre lo es todo, y en especial en el gran final. La pueden leer entera, acá.




martes, 30 de octubre de 2018

Un millón de bandas malas, de Lucía Brutta

1.
Para empezar, Brutta es chaqueña, y yo soy chaqueñófilo (y chaqueño honorario). La leí en la antología Informe: historieta argentina del siglo XXI (el cómic que aparece ahí es el capítulo "Las fisu", de este libro) y además de encantarme lo que vi, me encantó que fuera chaqueña. No conozco otros historietistas con ese origen. Sí músicos (bocha), artistas visuales (Milo Lockechi), escritores (Giardinelli, Busqued) y cineastas (Sonia Loba Bertotti) pero historietistas, la primera vez. Leí primero los capítulos unitarios que forman Un millón de bandas malas en el tumblr homónimo, pero luego me enteré que salían en formato físico y se lo regalamos de cumpleaños a la Loba.

2.
Como dice la autora, Un millón de bandas malas no es sobre las bandas sino sobre lo que pasa cuando vas a ver un millón de bandas malas. Hay punkies, fisuras, drogas duras y blandas, pogo, cerveza caliente en vasos de plástico, bondi. Está buenísima, lástima lo breve. Le ponemos muchos aleschonfelds.


sábado, 27 de octubre de 2018

Amuleto, de Roberto Bolaño

1.
Esta es una reseña irresponsable porque estamos en agosto de 2019, el libro lo leí en octubre de 2018 (en el aniversario de la muerte de Néstor chiques) y era prestado y lo devolví, así que es como una aproximación a una reseña. Que capaz es más real (she served such a reseña realness), porque sólo puedo hablar de lo que me acuerdo, o sea lo que me quedó, el emblema audiovisual de la reproducción que mi cabeza generó de las imágenes literarias que Roberto Bolaño imprimió en su novela de 1999. Lo que me quedó, así como primera imagen, es la escena del mafioso homosexual y su cautivo no cautivo, el joven marica de clase alta debilitado y yacente en la habitación de motel desde la que el rey de la noche dirige su operación. Ella, la protagonista, cuyo nombre no podré recordar y me niego a buscar en la Internet pero de quien tengo bien presente la imagen que me representé de la descripción que la novela ofrece, que si mal no recuerdo es la óptica subjetiva del personaje narrador (es interesante porque es posible que esté inventando todo o parte de lo que estoy diciendo) y que para mí es una cosa entre la Chilindrina, Marla Singer de la película de Fight Club o más bien la chica con cáncer de la misma película o las dos, y la Maga -esa para mí la puso Bolaño a propósito-, ella, decía, entrando a rescatar al joven seguramente poeta, que lo único que tiene que hacer es levantarse y salir de ahí pero que precisa ser rescatado, y argumentando. Eso me acuerdo. Y después me acuerdo la escena de la represión en la Universidad, la misma escena que aparece en Los detectives salvajes no sé si protagonizada por la misma protagonista. Ella en el baño, mientras afuera reprimen y secuestran. Ella saliendo muchas horas después del baño, la Universidad vacía. 

2.
Es maravilloso que Roberto Bolaño haya escrito tantos libros. No dejo de encontrarme con novelas de Bolaño que no sé por qué no había leído antes. Esta es de las fundamentales. Es mejor que muchas, para mí. Obviamente el podio lo llevan 2666 y Los detectives en ese orden: yo creo que mi tercer puesto personal es para Una novelita lumpen, y el cuarto para esta, Amuleto, que me prestó Defli, gracias Defli, te quiero un montón. 

viernes, 26 de octubre de 2018

No soy Hordak, de Pedro Mancini

1.
Este me lo regaló la Loba en mi cumpleaños. En realidad, ya lo había leído, en Facebook. Pero lo volví a leer, en papel, aguante el papel. Ustedes también pueden leerlo en Facebook porque yo les voy a entregar un vínculo: 

2.
Esta es la reseña número 500 de este blog. Fuegos de artificio.

domingo, 21 de octubre de 2018

Planes para toda la vida, de Antolín

1.
Antolín Oligati, nombre artístico Antolín a secas: poeta, dibujante, músico y no sé cuántas cosas más, platense, emigrado a Almagro, centro del Universo Conocido. No lo sigo desde Cemento porque no sé si tocó ahí pero sí lo sigo hace mucho tiempo, como demuestra esta antigua reseña de libro de poesía en forma de blog que publiqué a mi vez en este blog en el pasado remoto. 

2.
Planes para toda la vida es una cosa entre la historieta y la poesía y es muy bellísimo. 


3.
Está poblado por animales prehistóricos, mamíferos que hibernan, famosos suicidados y computadoras caducas. Como su música, y como su poesía. Es un autor muy consistente. También hay tenistas. Es muy hermoso de verdad, ya sé que no estoy siendo muy elocuente pero no dejen de leer a Antolín nunca.



miércoles, 17 de octubre de 2018

La barranca de la muerte y otras historias, de Javier Velasco

1.
Es una novela gráfica de Javier Velasco, de quien antes había leído (o mirado) el hermosísimo libro Grandes vestimentas de Galería Editorial. El primer capítulo de La barranca de la muerte apareció y leí primero en realidad en uno de estos compilados que salieron en los últimos años, Informe: historieta argentina del siglo XXI. O más bien una versión: ahora que comparo, en Informe la historieta comienza con otra situación, y luego deviene en el sueño que da título al primer capítulo de este libro. Tanto la historieta en Informe como el capítulo de La barranca terminan de una de las maneras más conmovedoras y pieldegallinantes que haya visto en un cuadrito. De verdad.

2.
Las historias de La barranca transcurren en los ochenta, en un barrio no identificado de Buenos Aires, y en la infancia de cinco amigos que juegan en la calle, que tienen aventuras a lo Stand by me (Cuenta conmigo), es decir aventuras teñidas por la óptica de la niñez y la nostalgia del recuerdo de la niñez. No sé si alguno de los relatos alcanza las cimas del primero, sin embargo. El libro es gordo y eso es siempre grato en una novela gráfica, que se lee a la velocidad de la luz y así dura un poco más. Me gustó esta paloma también:





lunes, 15 de octubre de 2018

La segunda generación: lo que no le conté a papá, de Michel Kichka

1.
¿Otra novela gráfica sobre el Holocausto, y te digo más, sobre el hijo de un sobreviviente que habla de su padre? Sí. En este caso es un belga, israelí por elección, que se dedica al humorismo gráfico y cuya posición ideológica no me queda muy clara mirando sus chistes.

Pareciera que le cabe Bibi Netanyahu, ¿será?
(Acabo de pasarme un rato mirando su twitter y sigo sin saber qué pensar. Algunas conclusiones: es anti Trump, sobre Bibi cambia de opinión según el tema, le caen mal Putin y todos los gobernantes árabes obvio, piensa que Abbas es antisemita, no sabe nada sobre Venezuela -o sea le cree a los medios israelíes- y le gusta Madonna).

2.
La segunda generación es un libro de 2012, publicado primero en francés por Dargaud (la editorial original de Ásterix, por ejemplo), después en hebreo por una editorial israelí (obviamente), y luego en otres idiomes: al castellano llegó de la mano de una fundación judía mexicana, en el papel de mayor gramaje del mundo y con una tapa súper rígida, edición cosida de mega lujo, todo lo cuál no deja de hacerme pensar en La industria del Holocausto. Una edición así de lujosa no deja de generarme prejuicios para sentarme a leer un libro sobre la Shoá, y todo el primer capítulo mantuve mis prejuicios: me parecía un libro anodino e injustificado (existiendo Maus). Lo empecé a perdonar en el segundo capítulo, cuando la cosa se fue poniendo más dark y contradictoria, el autor empezó a mostrar la hilacha de sus padres -padres que mandaron a sus hijos a internados, poco empáticos, autoritarios- y a hablar de lo difícil de cargar con la culpa de haber venido al mundo a pesar de que a tu padre le hubieran asesinado a hermanos y progenitores. Lo terminé de perdonar cuando en el propio libro apareció la referencia directa a Maus, el cuestionamiento a las marchas israelíes en los campos y el humor negro. Así que al final me gustó.




sábado, 6 de octubre de 2018

Benito Quinquela Martín, el hombre que fue nosotros, de Walter Caporicci Miraglia

1.
Funjo de guionista en una serie documental sobre el arte o las artes o algunes artistes en el barrio porteño de La Boca. Si digo La Boca y digo arte digo Quinquela Martín, así que para documentarme como es debido decidí leer dos cosas: por un lado, la autobiografía de Benito, que se intitula Vida novelesca de Quinquela Martín y es de 1948, y por el otro este libro, que tiene escasos dos meses y que fue editado y publicado por el Museo de Bellas Artes de La Boca de Artistas Argentinos "Benito Quinquela Martín" (sí, se llama así). La autobiografía, en realidad le fue "dictada" por Quinquela al escritor Andrés Muñoz, y se publicó primero por entregas en la revista "¡Aquí está!". Era plena época peronista, los negros quemaban el parquet para hacer el asado, y Quinquela tenía 58 años. Vivió hasta el '78, pero igual es verdad que no le pasaron muchas más cosas dignas de mención. Todas las aventuras de Quinquela se concentran en los '20, a mi entender, que es cuando pasa "de mendigo a millonario". A partir de la década del '30 Quinquela ya es una institución, y se dedica a pintar y a institucionalizarse. Con mucha onda, pero en fin.

2.
Con el barrio de La Boca pasa una cosa muy alocada (o varias), y es que hay una muy fuerte autopercepción de los boquenses como boquenses, mucho más larga y ancha que la de otros barrios porteños. La Boca del Riachuelo parece un pueblo aparte, a pesar de estar a 20 minutos de Alem y Corrientes. Por eso, el "nosotros" que figura en el subtítulo "el hombre que fue nosotros" habla de los boquenses. Capaz un turista, ya sea del extranjero o del interior, podrá pensar inocentemente que se refiere a los argentinos. Pero no. Se refiere a los boquenses (y capaz un escalón debajo, a "las", pero no estoy seguro).

3.
Benito Quinquela Martín (de ahora en más BQM): Huérfano, depositado bebé en el torno del orfanato Casa de Expósitos, en marzo de 1890. A los siete años lo adopta una pareja de carboneros pobres de La Boca: él, italiano genovés, ella, indígena, entrerriana y analfabeta. Benito va a la escuela tres años, y a los 10 lo ponen a laburar: mucha joda. A los 14 es simpatizante de Alfredo Palacios, primer diputado socialista de América en 1904. Ese fue el único momento en que Quinquela fue de izquierda, después nunca más. A los 15 se pone a dibujar, con el mismo carbón con el que labura. A los 16 toma clases de dibujo y pintura en un ateneo boquense, algo muy característico de la sociabilidad del barrio que en esa época estaba poblado casi del todo por inmigrantes genoveses. El arte podía ser una forma de ascenso social para los hijos de los obreros, y con esa mentalidad florecieron en La Boca los músicos y los pintores que explican el aura artística del barrio. En el mismo lugar estudia Juan de Dios Filiberto (compositor de tango), se hacen amigos. Por intermedio suyo conoce a otro pintor de La Boca, el uruguayo Santiago Stagnaro, que moriría poco después, con sólo 29 años. Alguien me dijo que Quinquela y Stagnaro tuvieron un algo, en esos diez años de juventud en que coincidieron. AH RE RIAL DEL PASADO. Con 17, 18 años, empieza a frecuentar entonces a todo el mundillo de amantes de las artes del barrio, que incluye a artistas y a mecenas de escala barrial como el peluquero Nuncio Nuciforo. BQM se pelea con sus padres porque quiere ser artista y no carbonero, se va de la casa, vagabundea, vaya uno a saber qué más. A los 22 le agarra tuberculosis y lo mandan a Córdoba. Está seis meses en Córdoba, pintando. Ahí tenes una buena película: ¿qué hizo Quinquela seis meses en Córdoba? Es como un hueco en su vida, seis meses es un montón de tiempo, ¿no? Sobre todo si tenés 22. Vuelve a La Boca, sigue pintando en la calle, se amiga con sus padres, va a pintar a la Isla Maciel y conoce a un gremio de punguistas que aprenden a robar como quien va a una clase de cualquier práctica. Pinta arriba de barcos. Un día sale una nota en una revista, sobre él y su obra. La nota se llama "El Carbonero. Un pintor extraordinario". Es 1916 y aparecer en letra de molde y con foto es el máximo nivel de difusión posible, ahora que lo pienso, así que un montón. Empieza a vender cuadros. Se conoce con y logra el padrinazgo de Pío Collivadino, director de la Academia Nacional de Bellas Artes y miembro de la clase alta porteña, y de su secretario Eduardo Taladrid, que más adelante será un funcionario jerárquico. La empieza a pegar. Expone en el centro. Expone en el Jockey Club. Es como una curva ascendente abrupta. Se pone de moda, digamos. En 1920 ya empieza a viajar para exponer, primero a Mar del Plata (¡en avión!), después progresivamente cada vez más lejos y al centro del mundo artístico (siempre con apoyo estatal), en el siguiente orden: Río de Janeiro (1920), Madrid (1922-3), París (1925), Nueva York (1928), Roma (1929), Londrés (1930). Se codea mucho con el presidente Alvear, y con su señora la cantante Regina Pacini: ambos hacen mucho por su carrera, incluyendo darle un cargo de ñoqui en la embajada en España para que viva allá como artista con un sueldo oficial. También se va a codear con Uriburu, antes y después del golpe. No le hace asco a nada. Una de las anécdotas más famosas es la de Mussolini: resulta que Il Duce visita la muestra de Quinquela en Roma y le dice: "Usted es mi pintor, porque pinta el trabajo". Mussolini le ofrece quedarse en Italia, pero Quinquela lo rechaza porque dice que sólo puede pintar el puerto de La Boca. Cada vez que Quinquela vuelve a La Boca lo recibe una multitud, se sueltan palomas y esas cosas. Cada vez la multitud es más grande, Quinquela es más mainstream y sus cuadros son más caros. Entonces, redepente, con un viaje a Alemania y otro a Japón programados, decide que no viaja más. Y empieza con las fundaciones. Se pone a comprar terrenos a la vera del Riachuelo, y a buscar donarlos al Estado contra promesa de que se construya en el terreno primero una escuela, después un museo, un teatro, un hospital infantil y un lactario, capaz estoy diciendo mal el orden. Todo esto no sin esfuerzo (en un momento hay un diputado peronista que no quiere que Quinquela construya porque considera que el tipo estaba especulando, haciendo subir el valor de los terrenos aledaños para en última instancia lograr lo que hoy llamamos gentrificar La Boca... Algo de razón tenía). Lo bárbaro de Quinquela es que no es "haceme una escuela", viene con un programa detrás, de cómo tiene que ser esa escuela, ese teatro, etcétera, y el espíritu que lo mueve es el de darle a lxs boquenses (Quinquela muy deconstruido no estaba así que diría los boquenses nomás) una vida digna. Una de las flasheadas del plan Quinquela es que todas estas construcciones sean de colores, y que dentro de la escuela haya murales, incluso dentro de las aulas (y para esto tuvo que pelear con los positivistas higienistas del culo). Los murales los hizo él y ojalá un día los vea. Eventualmente Quinquela se hizo construir un departamento arriba de todo esto (la escuela y el museo son el mismo edificio: en la cima está lo que hoy es parte de la exposición y era la casa del maestro), y eventualmente se murió. No tuvo hijos, toda su heredad quedó para la fundación, excepto lo que ligó su última secretaria y única esposa, con la que se casó ya senil y según la mayoría de sus biógrafos, engañado. Lo enterraron en un ataud que preparó él, pintado de colores, en el cementerio de la Chacarita.

4.
Hay mucho más de Quinquela para decir, porque es alto personaje. En particular me interesa su vínculo con la política: fue saludado en su vida por todos, desde Alvear hasta el último Perón (hay una foto en color de Perón, Isabelita, López Rega y Quinquela) y pasando por todos los golpistas, y él se las arregló para usar la política a favor de La Boca. No estoy contando acá ni la historia de la República Popular de La Boca, ni de la Orden del Tornillo, entre otros hitos, pero bueno, consigan el libro que se debe comprar en el Museo Quinquela Martín. La verdad, está muy bien escrito y está lleno de chismes, es un buen libro. Los dejo con Quinquela en colores, es la única imagen en video que vi de él, parte de la película de 1954 Buenos Aires en relieve.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Cómo desaparecer completamente, de Mariana Enriquez

1.
El año pasado salió una colección espectacular de escritoras mujeres, y el primero que corrí a comprarme fue este, el segundo libro de la Mariana Enriquez (subsiguiente a Bajar es lo peor, vayan a la reseña correspondiente que la rompí toda). Con lo que ya leí el primero (1995), el segundo (2004), el ante último (2016) y el último (2017), y ahora me faltan todos los que escribió en el diome. Dato interesante para nadie, vengo leyendo uno por año, así que tengo que cumplirle en 2019 a la Mariana Enriquez que espera todo de mí.

2.
Cómo desaparecer completamente roba el título de esta desoladora canción de Radiohead, y busca ser tan desoladora como ella. Liliana Viola en el prólogo dice que es una novela social y una novela de aprendizaje, sin duda tiene razón, pero también podríamos inventarle una categoría que se llame "realismo traumático". A Matías, el protagonista, no le puede ir peor, su familia no puede ser más horrible y desgraciada, su barrio no puede ser más intimidante y dark, su presente no puede ser más emo. La Mariana Enriquez pareciera querer lograr el efecto de que los lectores nos tapemos los ojos para leer, como quien aparta la mirada frente a una escena gore. Sin embargo, Matías está hundido en la mierda, pero va a emerger. La trayectoria de Matías lo conduce de la oscuridad a la luz, porque la Mariana Enriquez es una narradora que a veces redime a sus personajes. Enumerar las desgracias de Matías sería un poco espoilero así que no lo haré. Sólo les voy a decir que no lean el libro si están deprimidxs, embarazadxs o con problemas de sueño. No es la novela mejor escrita de la autora, que claramente ganó oficio con los años, pero no deja de ser un novelón, y dejo esta reseña acá.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Rick and Morty: volume one, de varios sujetos


1.
Me prestó Agustín este cómic de Rick y Morty que no está escrito por Harmon y Roiland pero igual está más que bien, muy bien, bastante bien, todo muy Rick y Morty. Son historias originales, no adaptadas del dibujito, valen la pena si te gustan R y M y si no te gustan no sé qué decirte.

martes, 18 de septiembre de 2018

El buda de los suburbios, de Hanif Kureishi

1.
¡Cuántos libros del año que tengo este año! El buda de los suburbios es de 1990, pero nimporta nada, para mí es de lo mejor que leí en 2018. Y con lo mucho que me gustó también Intimidad, Hanif gana el premio revelación masculina a mejor escritor británico-paquistaní de este borgspot.

2.
Además este año vi una película británica que tiene guión de Hanif y en la que Daniel Day Lewis muy joven hace un personaje gay, y también me gustó mucho. Se titula My Beautiful Laundrette (1985), el guión está publicado en la colección Anagrama de Página 12 y algún día lo voy a leer, o no.

3.
El buda de los suburbios es un bildungsroman de esos largos y llenos de personajes en los que pasás tanto tiempo metido que te sentís en casa y no querés que se termine. Empieza a fines de los '60s, con la muerte del Swinging London, y termina unos diez años después, en la era del post punk y en la inminencia de Margaret Tatcher. Karim es "un inglés de los pies a la cabeza, casi": de madre inglesa y padre pakistaní, en la primera parte del libro tiene unos quince años y fuertes deseos de irse del suburbio en el que vive, de tocarle el pene a su compañero Charlie, y de ser reconocido por su padre. En el primer episodio de la novela pasan algunas de estas cosas, no les voy a decir cuáles. A todo esto el buda del título no es Karim sino Haroon, el papá del protagonista, y en un principio la novela parece que se va a centrar en él, y en cómo deja de ser un empleado público para pasar a ser un gurú new age merced a la credulidad de la clase media blanca, pero después no: con el paso de los episodios va pasando el tiempo, y mientras Karim va descubriendo qué quiere ser, la novela nos pasea por el derrotero de muchos otros personajes que lo rodean, cada quien siguiendo otro devenir posible de los británicos años '70s.

4.
Con respecto a la ideología, es notable cuán liberal llega a ser Hanif. Se toma más de una página para defenestrar los idealismos de izquierda, desde los troskistas hasta los hippies. Y también es curioso cómo a todos los personajes les va cada vez mejor económicamente, aunque capaz haya sido un común denominador en la época (no creo). 

jueves, 30 de agosto de 2018

El volcán: un presente de la historieta latinoamericana, editado por José Sainz

1.
Una moda muy feliz del mercado editorial historietístico argentino, que no sé si responde a lógicas de producción en épocas de macrisis o a qué carambolas, es la de las antologías de historietas cortas de autorxs varixs. Hace un tiempo leí, reseñé y comparé Distinta: nueva historieta argentina, de Liniers y Martín Pérez (comp.), con Informe: historieta argentina del siglo XXI, de José Sainz (comp.), a las respectivas entradas les remito. Después pasó un tiempo y fui más pobre y luego menos pobre pero igual pobre y finalmente el hombre que me proveyó la vida y el genoma me regaló, en el aniversario de ese acontecimiento, esta nueva antología que en lugar de ser argentina es latinoamericana, y yo se lo agradecí.


2.
De las tres antologías que mencioné, esta es la más gorda: 42 historietas trae, y por ende también es la más despareja. Hay cosas muy buenas, y cosas muy malas. Otro flanco flaco del libro gordo es que a pesar de ser latinoamericana, no hay de todos los países, pero eso puede tener que ver con variadas causas, siendo la principal seguramente (y en realidad se lo pude preguntar al propio Sainz en una Feria) que en algunos países no hay movida actual de historietas locales, o es muy débil o subterránea. Hay mucha historieta peruana, mexicana, argentina y colombiana. Brasil está bien representado (y lo más hermoso es que las historietas están en portugués, con la traducción añadida aparte en un fanzine adjunto), Chile no tanto (me extraña el argumento de Sainz en este punto, ¿no hay historietas chilenas?), de Uruguay, Paraguay, Bolivia, Venezuela y Costa Rica hay una de cada una, y después hay unos pares portuguesas, no sé por qué. Otro punto a favor es que cada vez hay mejor paridad de géneros en les autores, mucha historietista mujer. Mis historietas favoritas fueron la venezolana y la paraguaya, y la de la colombiana Power Paola. Va una página de la paraguaya Regina Rivas a modo de cierre de esta vaga reseña porque del venezolano Carlos Sánchez Becerra no encuentro.




sábado, 25 de agosto de 2018

El desapego es una manera de querernos, de Selva Almada

1.
El libro se llama El desapego es una manera de querernos, pero el cuento que da título al libro se llama "El desapego es nuestra manera de querernos". ¿Por qué? No hay por qué.

2.
El volumen viene así: Primero hay dos cuentos largos y en capítulos, o sea dos novelas cortas, que se llaman "Niños" y "Chicas lindas". Son, como todo el libro, relatos rurales con algo de la tensión sexual de la hora de la siesta y de la presencia tácita de la muerte y sus vínculos con los vivos. Están buenos, pero menos. No sorprenden.

3.
Después hay una serie de cuentos interrelacionados que se llaman "En familia". Como Bukowski con las macetas, Selva agarra una situación (el suicidio del tío Denis y lo que pasa a su alrededor, antes y después en el tiempo), y la vuelve a contar una y otra vez, en varios cuentos distintos, desde diferentes ángulos, repitiéndose y no repitiéndose. Acá se empieza a poner más interesante la cosa.

4.
Y después vienen los cuentos cortos ("Relatos dispersos") increíbles maravillosos magistrales con estructuras re locas que empiezan y terminan en cualquier lado y te dejan con el culo en el agua. El libro se vuelve droga y no lo pude dejar de leer. Y el último cuento ("Los conductores, las máquinas, el camino") es el mejor.

5.
Selva Almada es la discípula de Laiseca y sin embargo poco hay del estilo de ese en la prosa de ésta. Igual si hacemos un esfuerzo, lo encontramos a Laiseca, pero no creo que haga falta: claramente Selva Almada llegó a Laiseca con un estilo propio muy cultivado. Si un día la conozco la pregunta que le hago es esta: dónde encuentra ella que se le coló Laiseca en la escritura. Me da intriga.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Esio Trot, de Roald Dahl

1.
Todo libro de Roald Dahl garpa. El señor Dahl es otro que nunca me decepciona. Para los que no saben, estamos hablando de literatura infantil, ágil e inteligente, sin finales específicamente felices, del autor de Charlie y la fábrica de chocolates y de Matilda, entre otros. Yo llevo leídos unos cuantos, varios en inglés (porque mucho de la gracia está en la prosa) y me encanta. Este, justo, no está tan bueno: se trata de un señor que engaña a su vecina de abajo cambiándole la tortuga por otra más grande para que ella crea que él tiene poderes, y así conquistarla. No hay aprendizaje al final: ella es engañada y él logra su cometido. ¿Roald machirulo? Hagamos un seminario para debatirlo.

domingo, 19 de agosto de 2018

El número 73304-23-4153-6-96-8, de Thomas Ott

1.
Tremendo cómic silente de un austriaco que dibuja con una técnica llamada "tarjeta de raspado" (yo pensé que era grabado pero no). Cuenta la historia de un verdugo que se encuentra en la sala de ejecuciones un papelito con una secuencia de números (la del título, claro) que después no puede dejar de ver por todos lados. Habla de la superstición, del destino, de las profecías autocumplidas, de la codicia, de la justicia poética Y DE MUCHAS COSAS MÁS NO TE LO PIERDAS.

2.
Los dibujos son una locura.


3.
Mi amiga la lobi me dijo que se nota que me gustan mucho las historietas porque se terminan muy rápido para lo que cuestan, o sea la relación precio/durabilidad es poca si sólo las querés leer una vez. Bueno, una historieta silente (esta es una novela gráfica pero es igual) más rápido se lee, así que más se cumple el dicho de la lobi. Igual esta no es cara, la editó Locorabia hace bastantes años, pero si son pobres y están al pedo es de las que se pueden leer de parados junto al anaquel de la librería. #Macritips.

sábado, 18 de agosto de 2018

La niebla, de Stephen King

1.
Stephen no te decepciona nunca, no te deja a pata, no te defrauda, siempre paga, nunca se tira a chanta. Hasta en sus novelas menores, como esta, intitulada en inglés The Mist y publicada originalmente en 1980, que yo compré en un kiosco de revistas polvoriento junto a otros saldos de la increíble colección que sacó Sudamericana hace unos años y que cómo no me avivé qué boludo por favor. Como Stephen nunca falla, me compré uno de cada título disponible, incluyendo una novela de 430 páginas que se llama Cell y en su tapa nos muestra un celular con tapita re 2005... ensangrentado... uuuuuh. ¿Saben qué es lo peor? Que seguro está buenísima. Algún día les contaré.

2.
El libro que yo compré bajo el título La niebla, en inglés se llamó Skeleton Crew y es una compilación de tres historias: una novela corta -The Mist- y dos cuentos: "El mono" y "El atajo de la señora Todd". Vamos de a uno.

3.
The Mist es un éxito porque es de esas historias de terror, por lo general de zombies aunque no es el caso, en las que lo que importa no es lo paranormal sino lo que la sociedad hace con ello. En este caso, tras una tormenta que derriba árboles y corta cables, un pintor y su hijo de 5 años conducen su auto hasta el supermercado de la localidad veraniega en la que se encuentran (un lugar tipo Lake Ozark) para comprar provisiones. Pronto, una extraña niebla lo cubre todo, y en la niebla hay cosas. COSAS RE LOVECRAFT. Es como una cruza de Lovecraft con El Eternauta, digamos. Cuestión que adentro del supermercado se está a salvo, pero por tiempo limitado. La gente se va poniendo nerviosa, hay una fanática religiosa... ia tu sabes. La versión cinematográfica de 2007 es sorprendentemente buena y adecuada a la novela -tiene buena parte del elenco que después formará parte de The Walking Dead-, excepto por el final agregado: justo donde termina la novela, la película agrega una cosita más, totalmente innecesaria y detestable y yanqui, y contraria al espíritu de la novela. Pero bueno, la peli está buena igual.

4.
"El mono" es un cuento mediocre para los parámetros de Stephen, sobre un mono a cuerda que provoca tragedias. Nada que agregar. Hay un lago también. Y nenes. Todo muy Stephen pero en piloto automático. El otro cuento en cambio, "El atajo de la señora Todd", para empezar no es de terror, aunque tiene una parte que eriza los cabellos de la nuca. Hasta diría que es de amor. Muy genial. Tiene autos y mujeres en autos y otras dimensiones, todo muy Stephen también pero en plan capo.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Magnetizado, de Carlos Busqued

1.
Tiendo a no leer la contratapa de los libros, porque spoiler alert. Lauri me regaló éste por mi natalicio, y lo empecé a leer sin más referencias que haberme sido recomendado el título anterior de Busqued, Bajo este sol tremendo, novela, adaptada al cine por Caetano en la excelente película El otro hermano. Así que supuse que estaba empezando una novela. O por lo menos, una ficción, porque desde el vamos el formato de entrevista o diálogo que toma el libro y en el que además hay distinta tipografía para el preguntado y el preguntador no parece corresponder con la tipología de una novela. Así que leí por lo menos la mitad del libro sin saber si lo que me estaban contando había pasado en la realidad o no. Flashero. Me propuse no enterarme hasta el final pero en un momento me traicioné y lo comenté con un amigo como quien no quiere la cosa. No es ficción.

2.
Magnetizado cuenta la historia real de Ricardo Melogno, que a lo largo de una semana del año 1982 metió tranquilamente cuatro balas en los cráneos de cuatro taxistas en el barrio de Mataderos, para dos semanas después ser entregado a la policía por su papá y su hermano. Desde entonces que está preso. Para más sinopsis lean esta nota que está buena.

3.
Carlos Busqued es de Presidencia Roque Sáenz Peña, la segunda ciudad chaqueña en tamaño, y no conozco a ningún otro escritor de Presidencia Roque Sáenz Peña. Que sí, se llama "Presidencia", no "Presidente". O sea es una ciudad que lleva el nombre de un período de tiempo, FASCINANTE. Este detalle no tiene nada que ver con nada.

4.
El libro me gustó, pero sin estridencias. No tiene clímax, digamos. Interesante para interesados en asesinos seriales, en mentes criminales, para aquellxs a los que les gustaron las series documentales tipo The Jinx (si no la vieron y les gusta el género, háganlo).

miércoles, 8 de agosto de 2018

El mono en el remolino: notas del rodaje de Zama de Lucrecia Martel, de Selva Almada

1.
Vengo teniendo una lectura accidentada de El desapego es una manera de querernos, libro de relatos de Selva Almada, y por lo accidentada de la lectura es que El mono en el remolino le ganó de mano y pasó a ser el primer libro de la susodicha que termino y por ende reseño en Resistirse es Fútil. 

2.
A Selva Almada primero que nada la tengo como la discípula de Laiseca. Hay un documental muy lindo que se llama Lai, filmado íntegramente dentro del departamento de Laiseca, en el que aparecen sus alumnos de taller, y entre ellxs aparece especialmente Selva Almada, que lo ayuda con sus cosas de hombre viejo como si fuera una especie de hija o de ex mujer compasiva. Lo loco es que la prosa de Almada no tiene nada de la de Laiseca. Almada escribe derechito, con pocos adjetivos, sin palabras extravagantes, y por lo menos en lo que leí yo, sin apartarse de la realidad real, con una suerte de escritura documental de los sentimientos. A Selva Almada le gusta lo rural, la vida de la gente del campo, lo que les pasa por adentro del balero, y eso que yo había percibido en los cuentos de El desapego está muy presente en El mono en el remolino, no sólo en lo que cuenta sino también en lo que imagino que ella miró en el rodaje, en lo que puso el foco. 

3.
El título es una genialidad. El mono en el remolino es el mono muerto que flota en el río, en la primera escena de Zama, pero no de la película de Lucrecia Martel, sino de la novela de Antonio Di Benedetto. El mono no está en la película, ni tampoco en este libro de apuntes sobre el rodaje de la película: el título queda por lo tanto completamente inexplicado para quien no leyó el libro original. Lo que me parece genial del título es que el mono es, justamente, lo que no está. 

4.
Me imagino que muchxs lectorxs se habrán sentido decepcionados con este libro, porque Lucrecia Martel aparece muy poco. Es un libro corto de por sí, seguro que caro para lo corto que es, y armado con notas breves, relatos anecdóticos de entre una y tres carillas, a lo sumo cuatro. En cada una, Almada hace una descripción de una situación que ve en rodaje, o en los casting, o que le contaron de los casting. Habla mucho más de los casting que del rodaje en realidad, y en particular de los casting de extras, que son en su mayoría personas de la tribu qom, a los que fueron a buscar a pueblos chicos y alejados en la periférica provincia de Formosa (que es donde se filmó parte de la película). A Lucrecia le dedica una de las notas, que a mí me pareció que estaba más porque tenía que estar que porque le surgió a Almada, y luego la vuelve a mencionar en otra, hacia el final, a raíz de los cating. Dice que Lucrecia en los casting le pedía a la gente que le cuente un sueño. Un sueño que hubiera tenido. Qué maestra.

5.
En conclusión: de cine propiamente dicho (o sea, gente gritando "¡Corte!" y esas cosas), hay poco; de Lucrecia Martel propiamente dicha, hay poco; pero como todo es cine, y como la mano (o la mente) de Martel se percibe detrás de todo lo que pasó en la producción de Zama, en realidad el libro es todo lo que tiene que ser, Selva Almada hizo algo re lindo y en todo caso si alguien se siente estafado por la relación precio/cantidad de chismes sobre Lucrecia Martel, la culpa no es del chancho sino del que le da de comer (Random House Mondadori). He dicho.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Embalse, de César Aira

1.
Los lugares colman una promesa. En un mundo que suele presentarse uniforme y desesperanzado, ellos son un consuelo, excelente por superar los mecanismos habituales con que sucede lo que podemos esperar de la vida. Las promesas en general se presentan en el tiempo. Pero la promesa de los lugares se consuma, simplemente, antes. Antes del paseo que uno puede dar por sus lugares favoritos. Antes de que sepamos que esos lugares existen. O antes del momento en que levantamos la vista hacia ellos y la atención se acomoda.
Para verlos, para descubrirlos, es preciso que ya estuvieran, y eso justamente es lo que se ve, su calidad de previos. Esa exuberancia de la anterioridad contamina el "después". El tiempo y la vida pasan limpiamente a los márgenes de un círculo vacío, y se hace la paz en el hombre, donde casi nunca hay paz. Lo mejor es que todo eso sucede sin ruido, casi sin manifestación, como si la sucesión se disolviera en la discreción de un juego lógico que puede practicarse o no, a voluntad, por ejemplo cuando uno no tiene nada más urgente que hacer.
2.
Una vez Manu Embalse tocó en un local que ya no existe pero quedaba en una esquina muy bonita cerca del Parque Centenario, era una librería que si mal no recuerdo se llamaba Cobra. Yo lo conocía hacía poco tiempo, Manu tocaba canciones creo que hasta anteriores a su primer disco solista, Bancatela si te la bancás. Cuestión que yo estaba filmando el recital, Manu en la guitarra, no sé quién en el bajo y una chica muy cool en batería, de fondo la estantería de Cobra, y en eso descubro, arriba y al medio, un libro que decía EMBALSE en el lomo. Mind fuck. El video debe existir, con el zoom in al libro que seguro no se lee por mi motricidad fina disfuncional. Años después, Manu se lo compró y años después yo lo leí.

3.
Igual no es muy Manu Embalse, el libro Embalse de César Aira. Es muy César Aira, eso seguro, aunque el significado de eso no tiene una sola respuesta. Es de la familia de La Villa, otra novela de Aira que leí en estos tiempo. Embalse cuenta las vacaciones de una familia de cuatro en Embalse del Río Tercero, Córdoba, unas vacaciones primero muy monótonas, y progresivamente más y más frenéticas y fantásticas -con espías, científicos malvados, experimentos genéticos- hasta llegar a un final apoteótico comparable al clímax de Akira o Watchmen (o sea, se va al carajo). Lo brillante del asunto (suele haber un elemento brillante en los libros de Aira) es la estructura del libro, que es francamente aburrido en sus primeros capítulos, y va ganando en ritmo milimétricamente, en un crescendo ridículo y muy prolijo. Y obviamente, como nos tiene acostumbrados, también tiene párrafos que son brillantes porque sí, como la cita de las páginas 77-78 que coloco aquí arriba. Otro librazo de uno de los más capos, sino el más capo, de lxs escritorxs argentinxs no muertxs. 

jueves, 26 de julio de 2018

Sonámbulo y otras historias, de Adrian Tomine



1.
Mi marido me regaló este libro depresivo carveriano claroscuro y bello, de relatos breves y afilados como navajas de suicida suburbano norteamericano, y me gustó mucho.

miércoles, 18 de julio de 2018

La vida real, de Martín Garabal

1.
Martín Garabal, actor, autor, instagrameador, es también ilustrador y humorista gráfico (¿se dice así?) y sacó un libro el año pasado que se llama La vida real y está muy bien. Cómprenlo. Con plata.

2.
Una vez hizo algo heroico que reúne sus cualidades arriba enunciadas, y es esto de acá:




martes, 17 de julio de 2018

El malestar en la cultura, de Sigmund Freud

1.
Ya casi va a ser un año que leí este libro, es prácticamente imposible que lo reseñe correctamente. Sin embargo, lo subrayé todo. Así que voy a escribir en base a lo que subrayé en ese entonces, cuando yo era joven y me tomaba el 152.

2.
Tristeza não tem fim: "nuestra disposición no nos permite gozar intensamente sino el contraste, pero sólo en muy escasa medida lo estable. Así, nuestras facultades de felicidad están ya limitadas (...) En cambio, nos es mucho menos difícil experimentar la desgracia". 

3.
Dice Sigmund que el hombre (habla siempre de "el hombre", pero digamos la humanidad) no tiene un sentido de la vida, que eso sólo se puede sostener desde un sistema religioso y que sino cuál es el sentido de la vida de los animales (tomá). Que el móvil de la vida humana es evitar el sufrimiento (o ser felices), y entonces se pone a enumerar formas de evitar el sufrimiento. 
El aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás, es el método de protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse en las relaciones humanas.
Y a esto suma las drogas (preventivos contra el sufrimiento que tratan de influir sobre nuestro propio organismo, "pues en última instancia todo sufrimiento no es más que una sensación"), aniquilar los instintos (o sea no buscar la felicidad para no frustrarse), el arte ("carece de poderío real para hacernos olvidar la miseria real"), y el amor (y el amor sexual, "el prototipo de nuestras aspiraciones de felicidad"). El amor es el más groso y el más jodido, porque "jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos; jamás somos tan desamparadamente infelices como cuando hemos perdido el objeto amado o su amor". Bueno, ¿y qué hacemos doctor Freud?

4.
Sigue Sigmund y dice que nuestra cultura es la culpable de buena parte de nuestro sufrimiento, siendo cultura "la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre contra la Naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí". Calate esta:
El hombre a llegado a ser, por así decirlo, un dios con prótesis: bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero éstos no crecen de su cuerpo y a veces aún le procuran muchos sinsabores.
5.
Bueno, dice muchas cosas, en resumen que somos todes unes reprimides. Reprimides por la cultura. El inclusivo es mío, no de Sigmund. Y que la libertad individual no es un bien de la cultura.  También dice que "no todos los seres humanos merecen ser amados" (tremendo), que las mujeres no son buenas para sublimar (Sigmund machirulo), que la imposición de una vida sexual idéntica para todes es una fuente de graves injusticias y que hasta "el amor genital heterosexual, único que ha escapado a la proscripción, todavía es menoscabado por las restricciones de la legitimidad y de la monogamia" (Sigmund queer). Habla mal de los comunistas, obvio que de los nazis, del cristianismo que se la da de amor universal pero mata judíos en las Cruzadas, que el hombre es el lobo del hombre. 

6.
En el capítulo VII viene lo más zarpado para mí, la explicación de qué es la culpa. La culpa es el miedo a la pérdida del amor. ¿NO ES HERMOSO? El origen sería (obvio que estoy simplificando, lean el libro para más datos) la agresión innata al hombre y contraria a la cultura, que ésta se ocupa de anular introyectándola (buena palabra) al interior de cada une en forma de super-yo (acá el que simplifica es el propio Sigmund) para desarmar el instinto agresivo del individuo haciéndolo vigilar por una instancia interna. O sea que lo que no hay que hace es lo malo, lo malo es lo que puede provocar la pérdida del amor, entonces uno no hace "lo malo" por ese miedo que se llama culpa. Ese miedo llevado a lo social sería el miedo a ser un paria, a ser rechazado por la sociedad toda. Sigmund no dice sociedad sino masa, que no es lo mismo pero poteito potato.

7.
La conclusión de Sigmund es que "el precio pagado por el progreso de la cultura reside en la pérdida de la felicidad por aumento del sentimiento de culpabilidad". Después dice muchas cosas muy inteligentes pero me cansé y sería muy largo de transcribir. Sólo les voy a decir esta verdad irrefutable que está en una nota al pie:
Se habría encomendado a la mujer el cuidado del fuego aprisionado en el hogar, pues su constitución anatómica le impide ceder a la placentera tentación de extinguirlo [meando].

viernes, 22 de junio de 2018

¡Despertad, oh jóvenes de la nueva era!, de Kenzaburo Oé

1.
A mí en general me gustan los libros que leo, todos, en mayor o menor medida. Muchos me gustan mucho, soy fácil y tengo un criterio amplio. Pero este se lleva once aleschonfelds, es megaincreible, inspirational, tremendamente fuerte y una piña en la cara y no lo podés creer y lo amé. Igual, al mismo tiempo, no es un libro para todo el mundo, no porque no lo vayan a entender sino porque capaz no les pasa lo mismo que a mí, así que tampoco es que los estoy mandando a leerlo, pero UF.

2.
Resulta que el Kenzaburo (premio Nóbel 1994)  tiene un hijo con autismo. En la novela se llaman K y Eeyore, pero en la realidad el hijo se llama Hikari y tiene su propia entrada de Wikipedia. Porque Hikari es compositor. Acá un video con una horrible foto descriptiva.


3.
La novela, autobiográfica, cuenta la historia de Kenzaburo, su esposa, sus otrxs hijxs, y la relación con este niño que en principio no sabía hablar y que supo ser incluso violento pero después aprendió a comunicarse con música. Todo así como suena, incluso cursi, no lo es en el libro, que tiene tremenda fuerza realista y amor (cursi again). Hay una segunda dimensión en ¡Despertad, oh jóvenes de la nueva era!, que está contenida en el libro, y es la de la lectura de William Blake, que atraviesa toda la experiencia de K (y supongo que de Kenzaburo) como padre de Eeyore/Hikari. No sé, es todo muy lindo, obvio que lloré, es un librazo y espero que lo puedan encontrar en las bibliotecas de sus helados corazones.

martes, 5 de junio de 2018

Infancia, de John Maxwell Coetzee

1.
Este libro está MUY bueno. Es la autobiografía en tercera persona -sección infancia- del premio Nóbel sudafricano, y con este sumo una figu más al álbum de los premios Nóbel, voy 24. Dale campeón.

2.
Juan Maxibien Coetzee nació en Ciudad del Cabo en 1940, así que su historia personal es también la historia de un niño blanco en el país del Apartheid, cuando ese sistema racista apenas estaba comenzando (no así el racismo, sí así el sistema). El niño Coetzee es blanco, pero no es afrikaner, tampoco es de clase alta, no es judío ni protestante (y se hace católico porque en la escuela lo obligan a elegir), y es a todos los usos un paria entre los suyos. Muy fuerte el capítulo en el que Coetzee se inscribe en el machismo junto a su padre, humillando a su madre por, wait for it, andar en bicicleta. Todo el libro es una suerte de mea culpa por haber sido ese chico débil que se acomoda para no ser víctima de nada (ni del padre, ni de los compañeros, ni de los maestros, ni de Sudáfrica), y una reivindicación sutil de su madre, que sostiene a la familia frente a la depresión crónica del padre. Es hermoso y re hermoso y se gana nueve aleschonfelds.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Yo contra el mundo, de Esteban Podetti

1.
Los 10 pesos mejor gastados del 2018. En algún momento del verano me compré, en una librería que está en Santa Fe y Ecuador, muy vieja, toda de usados, este libro de Podeti que estaba en la mesa de los saldos más saldos de todos, a diez pesos (¡diez pesos! a comienzos de 2018). Casi me compro también uno tipo La dueña (el libro de Wiñazki, no la novela con la Señora) por el mismo precio pero decidí que no. Cuestión que había varios. Búsquenlos antes de que vaya yo a comprar todos para ponerlos en Mercado Libre a 20 o quizás incluso a 25.

2.
Podeti es un humorista gráfico dibujante autor no sé cómo preferirá ser denominado. Hace todos chistes buenos y si no saben quién es googleen. Resulta que tiene un blog, que nunca había leído, y que en 2012 una editorial le editó (es lo que hacen las editoriales) un libro físico de papel con una selección del mencionado blog. Como yo no sabía que existía, y es mucho mejor leer en papel que en la compu, y además me salió 10 pesos, y Podeti hace todos chistes buenos, entonces yo re gané y ustedes no.

3.
Me compré ejemplares para vender, hay inflación, están 100 pesos. ESTO ES POSTA, si quieren uno me lo piden. Bye. 

sábado, 19 de mayo de 2018

Nunca seré millonario, de Antolín

1.
En 2010 descubrí este blog de 2008 en el que Antolín posteó 11 poesías (o poemas, ¿cuál es la palabra que no se usa y por qué?) y yo escribí más que una reseña, una recomendación, acá. Este libro que ahora reseño, editado por Pánico el Pánico, es de 2012 e incluye textos de otros cinco libros o fanzines, entre otros el mencionado. Ahora yo lo leo en 2018. Alguien que haga numerología con todo lo que dije.

2.
Antolín es un artista de esos que hacen todo bien, y ahora cada vez menos tapado, aunque nunca llegue al mainstream (no sé si querrá, aunque se lo merecería). El tipo hace sus canciones, escribe hermoso, y también dibuja (vénase las tapas de sus discos en el link anterior), y en todas las ramas de su producción artística mantiene una coherencia estilística notable. Le falta filmar. Algún tiempo atrás, los El mató a un policía motorizado, esos chicos que Spotify no quiere que no escuches y que los chongos cantan en sus bicicletas después de jugar al futbol, es decir esa banda mainstream, covereaban a Antolín, capaz lo siguen haciendo. Con esto quiero significar, sin perjuicio para El mató, que Antolín podría apuntar a las grandes ligas del reconocimiento pero no sucede, no sé si no quiere o no pasó aún. También está detrás del gran hit de Galería Editorial, como dibujante de todo el libro suceso ¿Dónde está Perón?, que yo aún no pude adquirir por la macrisis pero que pronto espero tener.

3.
El librito este que leí yo ahora, que no sé si se conseguirá, es muy bueno. O sea, Antolín es muy bueno escribiendo. Me gustó especialmente el último subtítulo, que en la nota de apertura se menciona como "Quiero ser millonario" y en el subtítulo del índice como "Nunca seré millonario" (interesante furcio editorial), porque los poemas se vuelven textos en prosa, casi cuentos, aunque lo que prima en ellos es la construcción de mundo antes que las acciones o los personajes. Me dieron ganas de que Antolín escriba una novela, sería hermosa.

4.
Acá más poemas de Antolín.

jueves, 17 de mayo de 2018

Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino

1.
DESBLOQUEO MÁGICO DEL BLOG LISTOS YA
Este lo terminé de leer en mayo de 2018 y ya estamos terminando marzo de 2019, es el eje de todos los males de este blog y lo voy a reseñar ya, como me acuerde, sin ninguna responsabilidad intelectual o de forma: Italo Calvino es un tipo que no te defrauda, vos agarrás un libro de Italo Calvino y sabés que va a ser mínimo un 8.50. No sé por qué tardé tantos años en leer este libro con este hermoso título que compré en la calle en Chile en el año 2013, pero bueno, yo soy así, tardador como podemos observar. Leí esta novela creo que en su totalidad en viajes en tren hacia y desde el partido para nada facho de San Miguel, y toda la novela tiene algo de ferroviaria, empezando por el dibujito de la tapa claro. La novela empieza diciendo que "estás a punto de empezar a leer la nueva novela de Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero. Relájate. Concéntrate. Aleja de tí cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto". Resulta que en este caso, el insoportablemente ingenioso escritor italiano fallecido decidió escribir toda su novela en segunda persona del singular (o sea te habla a vos, o en realidad a tí, todo el tiempo). Empieza así como les digo, primero en imperativo, pero luego se acomoda a un pretérito imperfecto que permite que la novela sea una novela, pero sin dejar la segunda persona. Re Cortázar, Calvino. Re Calvino, Cortázar. Abro un paréntesis - ( - para decir que el noruego Karl Ove Knausgard -imaginen un circulito encima de la segunda a - en un momento de su segunda novela dice que a alguien le gustaban autores como "Calvino, Borges, Cortázar" y yo me emocioné de compartir mi opinión con ese gran escandinavo, - ) - cierro paréntesis. La novela se trata de que el lector -o sea tú- se compró la novela de Calvino y la empezó a leer, pero en determinado momento se da cuenta de que le vendieron otro libro, con la misma tapa, el libro equivocado -e inconcluso-. Fascinado con el libro que compró por error, busca desesperadamente el título original para encontrar un ejemplar completo y poder leerlo, pero con el siguiente libro pasa lo mismo: consigue un segundo libro equivocado disfrazado como el verdadero primer libro equivocado (¿me estoy explicando? Yo no soy el complicado, fue Calvino). Esta incansable búsqueda del libro verdadero habilita una concatenación de relatos interrumpidos, porque en la novela de Calvino tenemos la historia del lector y a su vez cada historia -en reported speech- dentro de cada nuevo libro errado, que siempre se interrumpe en un punto de giro. Yo adivino que Mariano Llinás tomó de acá, de esta propuesta de relatos que se terminan donde deberían seguir -convirtiéndose de principios de novelas en cuentos con final abierto-, la idea para la película La flor. Pero capaz no, ni idea la verdad. Yo la tiró, total.

2.
Si una noche de invierno un viajero es entonces: muy divertida, muy subrayable, un poco despareja pero a prueba de balas, otra novela de Italo Calvino.