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sábado, 30 de abril de 2022

Metodología de la dispersión, de Alejandro Chuca

 1.

Es un lulu total este Ale Chuca. Al final del libro y de los agradecimientos agarra y entra a Fb y le dedica el libro al azar a dos amigos desconocidos en nombre de todos los que alguna vez le tiramos buena onda en redes, lo que eventualmente produjo que existiera el libro en papel que recién terminé de leer en el baño que es donde leo casi todos los libros, experiencia que recientemente mejoré con un banquito para dejar los libros directamente frente al Juego de Tronos.

2.

Quizás lo tengan por su gran hitazo de 2018: "Poema para mi querido vecino que llamó a metrogas y nos cortaron el a gas a todos y ahora no vamos a tener gas por meses y meses, mi querido vecino". Yo creo que por ese texto llegué a su perfil, y de ahí a pre-comprar el libro en pre-venta. Siguiendo con la luleza, el propio Chuca se allegó a mi puerta -como a las de todxs los demás pre-compradores- durante ese momento estricto de la pandemia que ya estamos empezando a olvidar para hacer entrega de mi ejemplar firmado, que recién hace unos días por fin comencé a leer.

3.

Metodología de la dispersión pertenece a la colección Zona Breve que también acoge a Besar una puerta de la Tarcic o a Yo soy esta tormenta de Gael Policano Rossi AKA Astromostra, todxs autorxs nacidos a la luz de la Internet. Y en consecuencia tienen algo de la fluidez en la lectura que tiene un muro de facebook. El de Chuca me estaba gustando tanto que con la lectura in medias res fui a comprar otro ejemplar para regalar a Macha que además de ser sociólogo cumplió años en el Día de lxs Trabajadorxs. 

4.

En fin. Como yo de poesía no sé nada les dejo por acá una entrevista a Chuca que me pareció linda y por acá el hitazo dedicado al vecino que llamó a Metrogas .

miércoles, 20 de abril de 2022

De qué hablo cuando hablo de correr, de Haruki Murakami

 1.

Nunca en mi vida había leído un libro más AMENO. ¿Cómo se puede ser tan ameno? Es el adjetivo que mejor le cuaja.

2.

Al principio creí que, escondido detrás de un libro sobre correr, había un libro sobre escribir al estilo del de Stephen King. Pero no, es sobre correr. Tiene algunas secciones de algunos capítulos en los que habla de su método de escritura, que si el libro fuera mío hubiera subrayado enteras, pero representan un porcentaje muy pequeño de las 230 páginas. Más que nada cuenta su vida como corredor de maratones y ultramaratones, como triatlonista, las dificultades para prepararse y las satisfacciones de llegar a la meta. Parece poco para un libro pero se la banca bien. Además tiene fotitos de un pequeño Murakami ochentoso corriendo en Grecia.

3.

A este libro, sin dudas, le corresponde la bella etiqueta de "autoayuda para intelectuales". 

miércoles, 2 de marzo de 2022

Hasta que puedas quererte solo, de Pablo Ramos

 1.

Otro caso milagroso donde un libro, después de purgar sus penas en la pila de "en proceso de lectura" de la mesa de luz durante largos años, es retomado y rápidamente terminado por este lector. Muy rápido: me copé y devoré la mitad del libro que me faltaba. Pasó tanto tiempo que no sé si es que la primera mitad era menos interesante, o simplemente es esa cuestión de que cualquier libro no es bueno en cualquier momento en que uno se lo encuentre, hay algo de intersección entre humano y texto que tiene que suceder.

2.

Pablo Ramos en general me gusta, como creo que establecen mis reseñas anteriores*. Y En cinco minutos levántate María me parece una obra maestra, directamente. Es desparejo Ramos, como casi todo el mundo. Este libro tiene una premisa interesante, y luego una sucesión de textos que Ramos llama crónicas pero podríamos entender como cuentos y que son, como les digo, desparejos. Algunos ("Autosuicidarse", "El vicio de los suicidas", "Satisfecho de poder respirar", caramba, qué títulos felices) me gustaron mucho.

*Acabo de releer "mis reseñas anteriores" de libros de Pablo Ramos y no puedo creer:

a. La cantidad de libros que leí del quía, hay dos que ni me acordaba que leí porque

b. ¡Lo vengo leyendo hace muchos años! La ley de la ferocidad la leí en 2009, lo que nos lleva a 

c. Este blog ya existía en 2009. Pero es como si lo hubiera escrito otra persona. ¿Quién es ese boludo de 23 años que bardea la novela de Pablo Ramos? Yo no lo conozco.

3.

La premisa es la siguiente: hacer un libro sobre la adicción, o las adicciones, escribiendo relatos de su vida como adicto en recuperación o de otros adictos a los que conoció en su vida, usando como disparador cada uno de los Doce Pasos en los que se basa el programa de Alcoholicos Anónimos y Narcóticos Anónimos. Cada sección está encabezada por la transcripción de cada paso, un comentario de Ramos al mencionado paso que funciona como prólogo de lo que sigue, y un cuento (relato, crónica), o más de uno, en función del antescripto. Es un libro que además de ser literatura es un poco de autoayuda -y lo digo como descripción pura, sin carga de valor, o con carga positiva si hay que elegir- y hasta un poco religioso en un sentido amplio, porque lo son los Doce Pasos y porque lo es Pablo Ramos a su manera. Es un libro que le puede interesar a: seguidores de Pablo Ramos, interesades en el método de AA y NA, profesionales de la salud, adictxs.

viernes, 6 de agosto de 2021

Las aventuras de Recontrapoder, de Luis Felipe Noé y Nahuel Rando

 1.

Un libro que me regaló Tuti cuando se volvió a sus pagos patagónicos, y que frente a la propuesta ultra críptica con la que arranca, colgué. Lo dejé sin leer un par de años, raro para una historieta en mi poder. Sonia lo leyó antes que yo, no me acuerdo por qué azares del destino, y me dijo que estaba buenísimo: igual me tomé mi tiempo hasta que le di curso. 

2.

La cosa es algo así: en 1974, Luis Felipe "Yuyo" Noé, joven neofiguracionista de 41 años, escribe una novela y la publica bajo el siguiente título: Códice rompecabezas sobre Recontrapoder en cajón desastre. Como la palabra "códice" indica, la novela tomaba la forma de un relato sagrado, épico, para contar el devenir en clave delirante-psicoanalítica de un sujeto, un argentino, Adrián Nevares, desde que nace hasta que entiende cuál es su lugar en el mundo, o en la historia, o en la lucha de clases o algo así. El libro tenía algunos dibujos de Noé, mucho espíritu de época (peronista, revolucionario, místico en la línea de Jodorowsky y del Don Juan de Castaneda) y final abierto. Desconozco qué repercusiones generó en su momento. Noé tiempo después se exilió y estuvo afuera del país diez años, entre el comienzo de la dictadura y mediados del alfonsinismo. Regresa, sigue pintando y rompiéndola toda, y en los 2000 encara el proyecto de reversionar su novela, pero esta vez como historieta y en tándem con un muy joven dibujante, Nahuel Rando (n. 1980). El resultado se publica en 2003 bajo la mismo sello de Ediciones de la Flor, tapa dura, gran formato y nuevo título, el que vemos suprascripto. 

3.
Parece ser, por lo que leo en esta reseña de Sasturain, que las palabras son prácticamente las mismas. También dice esto: "Son 190 páginas de historietas dibujadas sin red ni previa anestesia que, si se proponían de alguna manera hacer más accesibles las complejidades del original, desde ya cabe advertir que, saludablemente, no lo han logrado". En realidad no es un libro difícil de entender: como dice Sasturain, el tema es el acceso. Una vez que te ponés en ritmo es todo muy fluido, sobre todo si abandonás la pretensión de estar "traduciendo" todo el tiempo las metáforas a ideas llanas y te dejás llevar. La historia es buenísima, pero lo mejor es la parte gráfica, porque lo que hicieron Noé y Rando fue mezclar sus estilos en las páginas, en un mismo lodo todos manoseados, y además ponerle mucha cabeza al diseño de las páginas. 


4.
Lo que sí cambia es el final, porque entre el libro y la historieta ocurrió la dictadura. El final ya no está abierto: a Adrián Nevares lo van a desaparecer. Esto no es espoiler, creo que es una buena manera de entrar a esta aventura: los últimos cuadritos se convierten en foto novela, y Yuyo Noé y Nahuel Rando sostienen el siguiente diálogo: 
Noé:-  Adrián Nevares desapareció durante la dictadura. Fue un tipo que nunca supo lo que es la realidad. 
Rando:- ¿Y qué es la realidad?
Noé:- Donde desapareció Adrián Nevares.


sábado, 6 de junio de 2020

Corazones estallados: la política del posthumanismo, de J. P. Zooey

1.
A instancias de Gonzalo leo este ensayo del argentino Juan Pablo Ringelheim, alias J. P. Zooey, a quien hasta hace no mucho tenía por un autor angloparlante -su alias me remitía, supongo que no de casualidad, a Salinger-. Este Zooey supo estar de moda en algún momento de los últimos años, con alguno de sus libros de habitual contendiente en las mesas de novedades de las librerías bien de la ciudad de Buenos Aires, y eso es lo que sabía sobre él. No sabía, por ejemplo, que su alias se correspondía con un anonimato como autor que rompió el año pasado con la publicación de Corazones estallados.

2.
Este dato no es menor, porque este libro concluye con una auto-entrevista, en la que Zooey habla con Ringelheim, se soban los egos mutuamente, y el chiste es que son la misma persona. Es muy fácil no tener el dato y pensar que Zooey se cree Zizek sin que lo conozca Lady Gaga. Un poco me parece igual que es así, por eso que dice Freud de la verdad en el chiste y el fallido y la mar en coche. ¿Sabías que la frase "la mar en coche" surgió porque a principios del siglo pasado, en el Mediterráneo, ir a la playa en auto era un lujo para muy pocos? No, no sabías. Bueno, ahora lo sabés. Es como querer la chancha, los veinte (chanchitos) y la máquina de hacer chorizos (qué refrán especista jiji).
3.
Los posthumanos (primero habla del post-humanismo como una actitud frente a la vida, pero después lo reduce a la identidad total de un conjunto amplio de la población) son o somos todxs con los celulares en la mano, preocupados por los likes (los corazones estallados) y por existir en Internet. Somos cyborgs. Un poco es el mismo tema que toma Baricco en Los bárbaros y retoma en The Game, pero para Baricco es todo bueno y para Zooey es todo malo. Lo leí hace tanto tiempo, y tengo tantas ganas de terminar esta reseña pronto, que esto es todo lo que voy a decir sobre esto. Next.

martes, 12 de mayo de 2020

El fin del amor: querer y coger, de Tamara Tenenbaum

 1.

Le tenía ganas a este porque me había gustado mucho un artículo, que ya mencioné hace un tiempo, cuando leí y reseñé el muy notable libro de poesía o poemario o "plaqueta" de esta misma autora Reconocimiento de terreno. En el artículo, que se llama "No sos vos, es el mercado del deseo", la Tenenbaum partía de su propia experiencia como niña en un contexto judío ortodoxo para hablar del mundo de los vínculos, del cojer y del deseo como quien habla de una cultura a la que se hubo de adaptar. Es un texto largo, que recomiendo mucho, y que luego encontré metabolizado en este libro que ahora les estoy contando. 

2.

El libro, igual, no va de eso: eso es un punto de partida, para luego desarrollar un poco de feminismo pre-digerido para lectura en la playa (ojo: no es despectivo, me parece un género muy decente). Así que, un poco partiendo de su experiencia personal, un poco de su trabajo como periodista y mucho de su talento como escritora y como lectora, el libro recorre temas como las citas, las aplicaciones de ídem, el amor romántico y el mercado del deseo, pasando por los abusos y los escraches, entre otros temas que se inscriben en la esfera de las relaciones hetero-cis. Esto último me lo tornó un tanto aburrido, a mí, pero entiendo que el libro no me está hablando a mí.

3.

Desbloqueo mágico de RESISTIRSE listos ya.


jueves, 12 de diciembre de 2019

Vidas platinas, compiladas por Omar Borré

1.
En un acto de generosidad espontánea Mati Duarte me regaló este librito mínimo publicado en 2004 por una tal Editorial Mate con el apoyo del CCEBA. Resulta que, hace mucho mucho tiempo en una galaxia muy lejana, una cronista de la revista Leoplán (1934-1965) cuyo nombre me es esquivo le hizo la siguiente pregunta a una serie de personajones de la literatura iberoamericana (todos varones, obvio): "¿Qué opina de usted mismo?". O quizás era "¿Qué piensa de usted mismo?". Este libro compila las respuestas, todas muy breves, algunas muy ingeniosas. El resultado es un gran divertimento para hacer caca. 

2.
Mi favorito fue Onetti, que bien dice que no hay ningún período más mentiroso en el recuerdo que la infancia, y que por ende se saltea las autobiografías que hablan de ese período (e inmediatamente me acordé de Infancia de Coetzee). También me hizo reír Macedonio Fernández, que empieza tranqui con: "El Universo o Realidad y yo nacimos en 1ero de junio de 1874...". Borges, como siempre, un denso, no sé quién se lo bancaba.

3.
Curioso, o quizás no, en la tapa dice que los autores del tomito son Arlt, Quiroga, Borges, Mallea, Olivari, Marechal, González Tuñón, Rojas, Scalabrini Ortiz, Discépolo, Nalé Roxlo, Macedonio F., Alfonsina Storni, Neruda, Fernández Moreno y César Tiempo. Cuatro de estos no están en el libro, entre ellos la Alfonsina Stori, que hubiera sido la única autora, pero ni está. Mal por los editores pero en realidad mal por el mundo. Me hizo pensar una vez más en Alfonsina, que escribía mejor o peor (mucho no me llama), pero que sin duda se bancó ser la única mina en un mar de machos culturales durante décadas. Busquen sino la historia de la Tertulia, creada por Quinquela Martín en el café Tortoni, principal reducto de la bohemia artística porteña durante décadas: Alfonsina era la única mujer. Todos los machos de la Tertulia le hicieron cuando murió (cuando se mató) un monumento que hoy está en la Chacarita, muy lindo monumento, se ve que la querían. ¿Cómo se sentiría Alfonsina, tomando falopa con Benito Quinquela Martín y Juan de Dios Filiberto, Bioy Casares y Jorge Luis en el sótano del Tortoni, en la década del '30, entre tanto olor a bolas?

martes, 18 de junio de 2019

El discurso vacío, de Mario Levrero

1.
Hermano mayor de La novela luminosa por edad, hermano menor de La novela luminosa por tamaño, El discurso vacío es un diario, es una novela, es un conjunto de ejercicios caligráficos (en realidad, el contenido de los ejercicios: la caligrafía, o grafía a secas como aclara Jorge Mario Varlotta Levrero, nos es negada en forma de letras de imprenta), y además es un ensayo y un libro de autoayuda, quizás su mayor valor. Esto que está en el epílogo, por ejemplo, es hermoso y lo transcribo:
Cuando se llega a cierta edad, uno deja de ser el protagonista de sus acciones: todo se ha transformado en puras consecuencias de acciones anteriores. Lo que uno ha sembrado fue creciendo subrepticiamente y de pronto estalla en una especie de selva que lo rodea por todas partes, y los días se van nada más que en abrirse paso a golpes de machete, y nada más que para no ser asfixiado por la selva; pronto se descubre que la idea de practicar una salida es totalmente ilusoria, porque la selva se extiende con mayor rapidez que nuestro trabajo se desbrozamiento y sobre todo porque la idea misma de "salida" es incorrecta: no podemos salir porque al mismo tiempo no queremos salir, y no queremos salir porque sabemos que no hay hacia dónde salir, porque la selva es uno mismo, y una salida implicaría alguna clase muerte o simplemente la muerte. Y si bien hubo un tiempo en que se podía morir cierta clase de muerte de apariencia inofensiva, hoy sabemos que aquellas muertes eran las semillas que sembramos de esta selva que hoy somos.
2.
Qué increíble eso de arriba.

3.
De todos lxs autorxs que leo y con lxs que me identifico en el proceso de leerlos (se llama empatía), Levrero es el que más. Y me pregunto por qué, si era un viejo y gordo uruguayo sedentario, y yo soy un joven y esbelto argentino nómade. Dato curioso: Levrero no era gordo: cierto que me pasó lo mismo cuando leí La novela luminosa, él se describe como Jabba The Hutt y después lo buscas en fotos y no es. ¿Será una cualidad de Levrero, o será que me pasa a mí?

4.
Recién releí mi reseña de La novela luminosa (el link está arriba), y me gustó un montón. Cualquier cosa que escriba ahora será repetición de mi mismo yo, empeorado con los años. Y todo lo importante ya lo dije en el punto 1. En fin: es un librazo, leanlo, fin. Nota para mí: No te olvides de leer a Levrero para siempre.

miércoles, 17 de abril de 2019

Un hombre afortunado, de John Berger

1.
Una cita brillante y aplicable a las clases obreras en general y a los grupos de hombres (varones) de cualquier extracción social:
La dificultad de expresión de los ingleses es objeto de muchos chistes y se suele explicar en términos de puritanismo o de esa timidez que es una característica nacional. Pero esta explicación tiende a ocultar algo más serio. La dificultad de expresión de una gran parte de la clase trabajadora y de la clase media inglesa es el resultado de una privación cultural sistemática. Se les ha privado de los medios para traducir lo que saben a ideas sobre las que puedan pensar. Carecen de ejemplos en los que las palabras clarifican la experiencia. Sus proverbiales tradiciones orales hace tiempo que desaparecieron, y, aunque están alfabetizados en el sentido estricto del término, no han tenido la oportunidad de descubrir la existencia de una herencia cultural escrita.
(...)
La forma de conversación más fácil -con frecuencia la única posible- es aquella relativa a la acción, aquella que describe la actividad desarrollada, ya sea como técnica o como procedimiento. (...) Dichas conversaciones pueden ser vehementes y cálidas y pueden dar lugar a amistades grandes y duraderas. La misma complejidad de los temas parece acercar a los interlocutores. Se diría que éstos se inclinan sobre el tema para examinarlo de cerca, hasta que, así inclinados, sus cabezas se tocan.
2.
Una cita re marxista y bonita:
Se suele creer que el sentido común es práctico. Pero sólo es práctico a corto plazo. El sentido común te dice que es una locura morder la mano que te alimenta. Pero sólo es una locura hasta el momento en que te das cuenta de que podrías estar mucho mejor alimentado. A largo plazo, el sentido común es pasivo, porque está basado en la aceptación de una visión periclitada de lo posible.
"Periclitar": estar en riesgo, en peligro. Decaer o declinar. Cito y googleo para ustedes porque RESISTIRSE ES FÚTIL es un servicio a la comunidad.

3.
No puedo parar de citar:
El sentido común constituye la ideología doméstica de aquellos a quienes se ha privado de unas enseñanzas fundamentales, a aquellos a quienes se ha mantenido en la ignorancia.
(...)
El sentido común es estático. Pertenece a la ideología de quienes son socialmente pasivos, de quienes no llegan a comprender jamás qué o quién ha construido y mantenido la situación en la que se encuentran. 
4.
A Fortunate Man es un libro originalmente publicado en 1966, es decir en otro mundo, en la Inglaterra de los años dorados, antes de la Crisis del Petróleo y el auge del neoliberalismo. John Berger hace un retrato literario y un ensayo de corte marxista-freudiano ligero sobre un médico rural, John Sassall, y su batalla de un hombre solo por mejorar la vida de una comarca atrasada de la campiña inglesa. Al principio del libro nos encontramos lxs lectorxs con una serie de crónicas sobre la labor de Sassall, encuentros con pacientes, diálogos, y con la fotos que sacó el fotógrafo suizo Jean Mohr (si fuera británico tendríamos un tercer John aquí). Todo muy lindo (de verdad). Pero suddenly, a la mitad de lo que parece fuera a ser una novela, el John Berger se pone a analizar, en profundidad, a la persona Sassall, a luz de muchas teorías psicoanalíticas y sociológicas, y se va por las ramas y el libro adquiere una nueva  profundidad que le da otro sentido y otro nivel. Me gustó mucho mucho. Es un gran libro para regalar a cualquiera.

5.
Cómo cambió el mundo de un tiempo a esta parte, eh. La sociedad capitalista de que la habla Berger en el '66 sólo fue de mal en peor. Todxs vamos a morir. Emoji de Sol.

lunes, 25 de febrero de 2019

Acontecimiento, de Slavoj Zizek

1.
Me fui de viaje y me llevé un libro muy corto, entonces tuve que tomar prestado el de mi amiga Micaela que para mi gran beneficio es una ñoña y había llevado este bello tomo de Sexto Piso escrito por el gran personaje contemporáneo Slavoj Zizek, de quien nunca había leído una nada y a quién no me hubiera animado en condiciones de elegir. Qué difícil es leer filosofía che.



2.
¿Qué es un acontecimiento? Es algo que "no sólo reconfigura el presente y habilita un futuro impensable sin él, sino que redimensiona y articula el pasado que lo precede para que este pasado pueda abrazarlo, encajarlo, explicarlo". Es el amor. Es la revolución. Zizek recorre en sucesivos capítulos la idea del Acontecimiento desde distintos ángulos: el individual, el cristiano, el budista, el de la filosofía occidental (Platón, Descartes, Hegel), el del psicoanálisis lacaniano, y por supuesto el político. Y para explicar, recurre a ejemplos de la cultura popular, mucho cine (grosso el análisis de Melancolía de Lars von Trier), un poco de historia contemporánea, y hasta el ya olvidado Gangnam Style. Me lo pasé muy bien, and so on and so on.

3.
Un video más porque le amo. Es un docu sobre Zizek que empieza en Buenos Aires, con el tipo en Puán. Tan rarísimo. Chau.




martes, 17 de julio de 2018

El malestar en la cultura, de Sigmund Freud

1.
Ya casi va a ser un año que leí este libro, es prácticamente imposible que lo reseñe correctamente. Sin embargo, lo subrayé todo. Así que voy a escribir en base a lo que subrayé en ese entonces, cuando yo era joven y me tomaba el 152.

2.
Tristeza não tem fim: "nuestra disposición no nos permite gozar intensamente sino el contraste, pero sólo en muy escasa medida lo estable. Así, nuestras facultades de felicidad están ya limitadas (...) En cambio, nos es mucho menos difícil experimentar la desgracia". 

3.
Dice Sigmund que el hombre (habla siempre de "el hombre", pero digamos la humanidad) no tiene un sentido de la vida, que eso sólo se puede sostener desde un sistema religioso y que sino cuál es el sentido de la vida de los animales (tomá). Que el móvil de la vida humana es evitar el sufrimiento (o ser felices), y entonces se pone a enumerar formas de evitar el sufrimiento. 
El aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás, es el método de protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse en las relaciones humanas.
Y a esto suma las drogas (preventivos contra el sufrimiento que tratan de influir sobre nuestro propio organismo, "pues en última instancia todo sufrimiento no es más que una sensación"), aniquilar los instintos (o sea no buscar la felicidad para no frustrarse), el arte ("carece de poderío real para hacernos olvidar la miseria real"), y el amor (y el amor sexual, "el prototipo de nuestras aspiraciones de felicidad"). El amor es el más groso y el más jodido, porque "jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos; jamás somos tan desamparadamente infelices como cuando hemos perdido el objeto amado o su amor". Bueno, ¿y qué hacemos doctor Freud?

4.
Sigue Sigmund y dice que nuestra cultura es la culpable de buena parte de nuestro sufrimiento, siendo cultura "la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre contra la Naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí". Calate esta:
El hombre a llegado a ser, por así decirlo, un dios con prótesis: bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero éstos no crecen de su cuerpo y a veces aún le procuran muchos sinsabores.
5.
Bueno, dice muchas cosas, en resumen que somos todes unes reprimides. Reprimides por la cultura. El inclusivo es mío, no de Sigmund. Y que la libertad individual no es un bien de la cultura.  También dice que "no todos los seres humanos merecen ser amados" (tremendo), que las mujeres no son buenas para sublimar (Sigmund machirulo), que la imposición de una vida sexual idéntica para todes es una fuente de graves injusticias y que hasta "el amor genital heterosexual, único que ha escapado a la proscripción, todavía es menoscabado por las restricciones de la legitimidad y de la monogamia" (Sigmund queer). Habla mal de los comunistas, obvio que de los nazis, del cristianismo que se la da de amor universal pero mata judíos en las Cruzadas, que el hombre es el lobo del hombre. 

6.
En el capítulo VII viene lo más zarpado para mí, la explicación de qué es la culpa. La culpa es el miedo a la pérdida del amor. ¿NO ES HERMOSO? El origen sería (obvio que estoy simplificando, lean el libro para más datos) la agresión innata al hombre y contraria a la cultura, que ésta se ocupa de anular introyectándola (buena palabra) al interior de cada une en forma de super-yo (acá el que simplifica es el propio Sigmund) para desarmar el instinto agresivo del individuo haciéndolo vigilar por una instancia interna. O sea que lo que no hay que hace es lo malo, lo malo es lo que puede provocar la pérdida del amor, entonces uno no hace "lo malo" por ese miedo que se llama culpa. Ese miedo llevado a lo social sería el miedo a ser un paria, a ser rechazado por la sociedad toda. Sigmund no dice sociedad sino masa, que no es lo mismo pero poteito potato.

7.
La conclusión de Sigmund es que "el precio pagado por el progreso de la cultura reside en la pérdida de la felicidad por aumento del sentimiento de culpabilidad". Después dice muchas cosas muy inteligentes pero me cansé y sería muy largo de transcribir. Sólo les voy a decir esta verdad irrefutable que está en una nota al pie:
Se habría encomendado a la mujer el cuidado del fuego aprisionado en el hogar, pues su constitución anatómica le impide ceder a la placentera tentación de extinguirlo [meando].

viernes, 4 de mayo de 2018

Siddharta, de Hermann Hesse

1.
Si bien se deja leer, el clásico universal del nobelizado Hermann Hesse es en gran medida un bodrio. Los giros de la historia son predecibles, Siddharta es siempre perfecto como un dios, y si bien la novela dice que Siddharta aprende cosas, no constan esos aprendizajes, ni se justifican las declaraciones de perfección que Hesse atribuye a sus personajes. La única mujer es una prostituta, aunque para ser justos con Hesse es una prostituta buena, y la relación de Siddharta con su amigo Govinda no puede ser más gay (siempre lo mismo con vos Hermann, sacá a tus personajes del clóset de una vez). Así que, en definitiva, una gilada la novela. Pero lo bueno es que leí un clásico así que me sube la barrita de cultura, además leí otra novela del nobelizado éste así que más aún porque Nóbel, y lo más importante, leí/taché otro volumen de mi colección COMPLETA de Club Bruguera y ahora estoy más cerca del Nirvana.

domingo, 18 de febrero de 2018

Intimidad, de Hanif Kureishi

1.
Hanif es un inglés de origen pakistaní. Intimacy es una novela de 1998. En la tapa de Anagrama hay una foto de la película de 2001 con los rostros de Mark Rylance y Kerry Fox que vendrían a ser les ignotes protagonistas. Por algún motivo la película se trata de cualquier otra cosa, y qué esperar si la novela es un monólogo interno que transcurre en un acotado período de tiempo: una noche, exactamente. "Esta es la noche más triste, porque me marcho y no volveré", empieza la novela. Jay, el protagonista de la historia, baña a sus hijos bebés, recuerda cosas, reflexiona acerca del amor y la intimidad, se pasea por la casa mientras piensa. No es muy filmable.

2.
Decía que Jay quiere dejar a su mujer. Mañana por la mañana. Con dos hijos. Llevarse sus cosas y abandonar la casa. Durante la primera mitad de la muy breve novela, parece seguro que Jay se va a ir, y es difícil empatizar con un sujeto tan egoísta, en una narración tan estática. Pero de golpe, no queda tan claro si lo va a hacer o no. Y de golpe, empiezan a pasar cosas, no sólo en el plano de los recuerdos, sino también en el tiempo de la narración, esa noche real en la que Jay no sabe lo que va a hacer. Gana un interés inusitado, la novela. La segunda mitad (son en total escasas 143 páginas en letra más bien grande) se lee de una sentada.

3.
Esto me gustó mucho (entre otras cosas). Por este tipo de reflexiones es que voy a colocar esta reseña bajo la etiqueta-galardón de autoayuda para intelectuales:
No resulta sorprendente que todo el mundo lo desee..., como si se hubiese conocido el amor anteriormente y apenas se pudiese recordar, pero uno se siente obligado a buscarlo sin pausa, como si fuese la única razón por la que mereciese la pena vivir. Sin amor, la mayor parte de la vida permanece apagada. Por desgracia, nada es tan fascinante como el amor.

Sé que el amor es un trabajo sucio; tienes que mancharte las manos. Si te mantienes a distancia, no sucede nada interesante. Además, debes encontrar la distancia adecuada entre las personas. Si están demasiado cerca, te aplastan; si están demasiado lejos, te abandonan. ¿Cómo mantenerlos en la situación adecuada?

Es fascinante ver cómo en las relaciones más sólidas, incluso después de años de convivencia, determinados aspectos ocultos de las personas afloran de pronto, como en una excavación arqueológica. Hay mucho que explorar y comprender. Con el resto de la gente, en cambio, uno sólo puede darse la vuelta, aburrido.
Quiero decir algo: las cosas son así, y punto.

jueves, 17 de agosto de 2017

Mientras escribo, de Stephen King

1.
Creo que mi sección favorita de este borgspot es autoayuda para intelectuales. Este libro entra claramente en la categoría. Lo leí prestado así que no lo subrayé, pero el tono consejeril y motivacional del bueno de Estebancito Rey nos ofrece maravillas como estas (no estoy siendo irónico): 
-Escribir una historia es contársela uno mismo -dijo él-. Cuando reescribes, lo principal es quitar todo lo que no sea la historia.
-Escribir es mágico: es, en la misma medida que cualquier otra arte de creación, el agua de la vida. El agua es gratis. Conque bebe. Bebe y sacia tu sed. 
Y así muchas más. 

2.
El libro en realidad se llama On Writing, mucho más adecuado que su título en español, es de 2000, y consta de tres partes principales (y de muchos prólogos y epílogos). Tiene una primera parte bastante larga en la que cuenta su vida, "cómo se hizo escritor", y en la que analiza algunos de sus libros a la luz de lo que le estaba pasando en la vida cuando los escribía: básicamente, tuvo unas décadas en las que fue alcohólico, y después también cocainómano, y Misery, Tommyknockers y algunos más se tratarían de eso, de la adicción. La cocaína como una enfermera psicópata, la cocaína como unos aliens fantasmas que poseen a las personas de un pueblo. Tommyknockers lo vengo leyendo hace meses, interrumpido, voy 300 páginas y me falta mucho más de la mitad del libro, pero algún día sooner or later se los comento en esta misma url. Después tiene una segunda parte, muy interesante, que se llama "Caja de herramientas" y ofrece una serie de consejos sobre cómo escribir (literatura). Consejos del tipo no uses adverbios, o "la primera versión se escribe a puertas cerradas, la segunda a puertas abiertas" (ese lo repite hasta el hartazgo), o no busques el simbolismo porque sólo es bueno cuando aparece solo (vale remarcarlo en la reescritura: este consejo me gustó). 

viernes, 4 de marzo de 2016

El príncipe, de Nicolás Maquiavelo

1.
Este blog está estancado hace cuatro meses entre otras cosas por la fiaca que me da hacer esta reseña. Pero bueno, a por ello:

2.
El príncipe es un libro florentino de 1513, y lo escribió el famoso y nunca bien ponderado Niccolò di Bernardo dei Macchiavelli, también conocido por su nombre castellanizado, Nicolás Maquiavelo (1469-1527). En Florencia gobernaban los Medici, que en ese momento tenían bocha de poder porque por primera vez un papa era Medici también, León X. Maquiavelo había sido asesor político de los Medici pero éstos lo habían encarcelado, acusado de conspirar contra ellos, y el libro, dedicado a Lorenzo II de Medici, hijo de Pedro de Medici, sobrino del papa León X y nieto de Lorenzo el Magnífico, es un intento de congraciarse con sus ex-mecenas y volver al redil. Un autor, Viroli, dice que en el escritorio de Lorenzo II debían haber un montón de tratados como éste que le llegaban de otros competidores de Maquiavelo, en donde le decían cómo debía gobernar.

3.
Maquiavelo se centra en el tema de cómo mantenerse en el poder en una situación de ilegitimidad, o cómo pasar de una situación de ilegitimidad a una de legitimidad. La gente lo suele relacionar con el concepto de que "el fin justifica los medios", cuando esa frase no está en ningún lado del libro, pero algo de eso hay. Varias veces aclara que es mejor ser temido que amado, porque "Puesto que los hombres aman según su voluntad, y temen según la voluntad del príncipe, un príncipe sabio debe depender sólo de lo que es suyo y no de lo que es de otros". Pensaba hacer un resumen de cada capítulo pero por suerte descubrí que la entrada de Wikipedia es exactamente eso, así que leanlo de ahí.

4.
Al ser un best seller de todos los tiempos hay miles de ediciones y traducciones, una más trucha que la otra. También es muy popular la edición con supuestos comentarios de Napoleón, que son más apócrifos que la pindonga, ni los lean. Son todos comentarios tipo "ah, sí, yo hice eso pero mejor". Una pavada. Las ediciones baratas suelen estar traducidas como el hoyo, así que si lo tienen que leer peguen una de una editorial más o menos seria, os los recomiendo.

jueves, 1 de enero de 2015

Atrapa el pez dorado, de David Lynch

1. 
Durante el primero de enero me dediqué en cuerpo y alma a no hacer nada y a leer por partecitas Atrapa el pez dorado (Catching the Big Fish) de David Lynch, ese libro que desde la tapa reconoce su lejanía temática con el cine mediante el subtítulo "Meditación, conciencia y creatividad". Lo leí casi de casualidad: lo había llevado alguien más y lo empecé como si lo estuviera hojeando (u ojeando, me fascina cómo esta palabra tiene sentidos similares con dos raíces diferentes) pero era tan fácil de leer que seguí y en un momento lo terminé.

2.
Atrapa el pez dorado es un libro de formato cuadrado, capítulos de máximo tres carillas y un total de 200 páginas. Básicamente, se trata de que Lynch quiere que todos hagamos meditación trascendental 20 minutos dos veces por día, porque ese tipo de meditación permite "agrandar el contenedor" en el que buscamos "atrapar al pez más grande" (que sería LA IDEA), y eso. Hay muchos capítulos que dicen eso, de diferentes maneras, una y otra vez. En ese sentido, es insoportablemente redundante. Hacia el final, Lynch parece Zoolander. No lo podía creer cuando leí esta frase: "Mi fundación, la Fundación David Lynch para la Educación Basada en la Conciencia y en la Paz Mundial...". Y aunque el capítulo siguiente se trata de por qué no es una boludez el concepto de Paz Mundial, sigue siendo muy Zoolander. 

3.
Pero, hay un pero. Y ese pero es que David Lynch es David Lynch. Entonces cuando te habla de la importancia de la meditación en su vida y en su obra, y te acordás de que su obra es lo más, te lo tomás un poco más en serio. Y como Lynch se ve que sabe eso, entre medio de los capítulos sobre por qué todos deberíamos meditar hay un montón de capítulos -más que un tercio del libro diría- con anécdotas sobre sus películas, o sobre Twin Peaks. Muchas ya las conocía, porque son las mismas de las entrevistas, los extras de las pelis y series, pero algunas no. Hacen que valga la pena el libro.

4.
Hay dos capítulos que se titulan "Fellini" y "Kubrick", respectivamente. Al parecer, Kubrick dijo una vez que su película favorita era Eraserhead. Qué zarpado.

5.
Este libro me hizo acordar de una cosa más: qué yanqui que es David Lynch, a pesar de todo. Sobre todo por dos capítulos. Uno se titula "Drogas", y plantea una postura careta ultra yanqui ochentosa, tipo los jóvenes usan drogas para expandir la conciencia pero en realidad se hacen mal, mejor que mediten, yo cuando era joven fumé porro pero dejé. Muy berreta me pareció. El otro se titula "Disponer de una instalación", y dice: 
...A veces se te ocurre una idea, la ves, pero para llevarla a cabo necesitas lo que yo llamo una "instalación". Por ejemplo, tal vez necesites un taller para trabajar o pintar. O un estudio para hacer música. O una sala de ordenadores donde poder escribir. Es crucial tener una instalación así para, en cualquier momento, cuando se te ocurra una idea, disponer del lugar y las herramientas necesarias para llevarla a cabo. 
Es exactamente la idea opuesta a la que postula Bukowski en este hermoso poema, que hace quedar a Lynch como una señora de country:

Aire y luz y tiempo y espacio, de Carlos Bukowski

"sabes, yo tenía una familia, un trabajo, algo
siempre estaba
en el medio
pero ahora
vendí mi casa, encontré este
lugar, un estudio amplio, deberías ver el espacio y
la LUZ,
por primera vez en mi vida voy a tener un lugar
y el tiempo para
CREAR"

no, bebé, si vas a crear
vas a crear aunque trabajes
16 horas por día en una mina de carbón
ó
vas a crear en una piecita con 3 chicos
mientras estás
desocupado,
vas a crear aunque te falte parte de tu mente y de
tu cuerpo,
vas a crear ciego
mutilado
loco,
vas a crear con un gato trepando por tu
espalda mientras
la ciudad entera tiembla en terremotos, bombardeos,
inundaciones y fuego.

bebé, aire y luz y tiempo y espacio
no tienen nada que ver con eso
y no crean nada, 
excepto quizás una vida más larga para encontrar
nuevas excusas.

(versión en inglés acá)

lunes, 10 de noviembre de 2014

Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes

1.
Yo creo que existe un género literario oculto o por lo menos disimulado entre los demás, un género conformado por algunos libros que generalmente se clasifican entre los de psicología, sociología, filosofía, quizás incluso gestión de las organizaciones. Lo llamaremos "autoayuda para intelectuales", y en este solemne acto el concepto pasa a ser una etiqueta más para reseñas de este blog. Con carácter retroactivo, se le aplica a: El arte de amar; El miedo a la libertadEl tesoro de los humildes. Regístrese, comuníquese, publíquese y archívese. 

2.
Ya lo dijo Federico Liptak: hablar sobre amor en términos "académicos" está desprestigiado. También lo dice Barthes, hablando acerca de El banquete:
En El banquete, Erixímaco comprueba con ironía que ha leído en alguna parte un panegírico de la sal, pero nada sobre Eros; y es porque Eros está censurado como tema de conversación que la pequeña sociedad del Banquete decide hacer de él la materia de su mesa redonda: se diría intelectuales de hoy aceptando discutir a contracorriente, precisamente del Amor y no de política, del Deseo (amoroso) y no de la Necesidad (social). 
3.
Este debe ser el mejor libro que leí en todo 2014. El mejor escrito, el más inteligente, el que más me conmovió, el más todo. Fragmentos de un discurso amoroso es un libro difícil de describir. De hecho, yo no lo entendía hasta pasados el prólogo ("Cómo está hecho este libro", se llama, y es un manual de uso) y las primeras entradas o capítulos. Pero sobre la marcha se termina comprendiendo perfectamente. Lo que hace Barthes es esto: identifica una serie de figuras del discurso (al fin y al cabo él era un lingüista y este libro también es sobre lingüística, y sobre crítica literaria, y sobre psicología y sobre filosofía), les escribe una definición adjunta, y luego, en parágrafos a la Benjamin, las desarrolla, analiza, estudia. Por ejemplo, la figura LOCO se define así: "El sujeto amoroso es atravesado por la idea de que está o se vuelve loco". Y sobre la misma dice, entre otras cosas:

Desde hace cien años se considera que la locura (literaria) consiste en esto: "Yo es otro": la locura es una experiencia de despersonalización. Para mí, sujeto amoroso, es todo lo contrario: es a causa de convertirme en un sujeto, de no poder sustraerme de serlo, que me vuelvo loco. Yo no soy otro: es lo que compruebo con pavor. 
Y esa cita la acabo de agarrar al boleo, no estaba ni subrayada, con lo que queda demostrado que Barthes es un genio y que todo el libro es un quilombo de genialidad.

4.
Si uno (el o la lector/a) alguna vez estuvo o bien está enamorado/a, es probable que se sienta profundamente identificado con todo lo que dice el pobre Barthes y todo lo que le pasa al pobre Barthes, y sufra dulcemente. Barthes, por su parte, se regocija en el sufrimiento de identificarse con Werther. Lo cierto es que Fragmentos de un discurso amoroso es un libro bastante emo, donde el protagonista (el sujeto amoroso, "el que habla / y dice", Barthes, el lector) básicamente se clava las espinas. En un momento me empecé a preguntar por qué para Barthes el amor es dolor. Y hacia el final del libro, en una de las pocas entradas que hablan de una figura relacionada con lo positivo (SACIEDAD o COLMO), Barthes me dio la respuesta que necesitaba:

Saciedades: no se las menciona -de modo que, falsamente, la relación amorosa parece reducirse a una larga queja-. Es que si es inconsecuente hablar mal de la desdicha, en cambio, en la felicidad, parecería culpable de estragar su expresión: el yo no discurre sino herido; cuando estoy colmado o recuerdo haberlo estado el lenguaje me parece pusilánime: soy transportado fuera del lenguaje, es decir fuera de lo mediocre, fuera de lo general: "Se produce un encuentro que es intolerable a causa del gozo y a veces el hombre queda reducido en él a nada; es lo que llamo el transporte. El transporte es el gozo del que no se puede hablar".
"El yo no discurre sino herido" es una frase del carajo. Porque además de que el contenido es brillante, la prosa de Barthes no puede más de genial.

5.
Única recomendación: antes de leer Fragmentos..., tómense cuatro viajes largos en bondi, o dos días de playa, o algo así, y lean enteros Werther de Goethe y El Banquete de Platón. Son cortos y bastante entretenidos, así que no es un gran sacrificio. Se los digo porque Fragmentos... es casi casi un libro sobre Werther en un punto -casi todos los momentos de Werther deben aparecer como ejemplo de algo- y se te va a espoilear toda la trama. A los ejemplos tomados de Werther le siguen en segundo lugar los ejemplos tomados del de Platón, y aunque de ese no hay mucho que espoilear, igual está bueno haberlo leído primero.

sábado, 2 de febrero de 2013

El arte de amar, de Erich Fromm

1.
Como contamos en otro lugar (pero repetimos por pertinencia absoluta y por impunidad), un profesor mío dijo en relación con este libro que hoy está muy desprestigiado escribir sobre el amor en forma de ensayo o estudio, relegado a materia de autoayuda, y que eso no tiene razón de ser. Que muchos escribieron sobre el amor desde lugares intresantísimos, desde Platón y El banquete (sobre el que nos ocuparemos en una reseña próxima) hasta Fromm y El arte de amar o el capo de Barthes y Fragmentos de un discurso amoroso. Buen punto. Fromm arranca así:
La lectura de este libro defraudará a quien espere fáciles enseñanzas en el arte de amar.
2.
Dicho lo anterior, este libro es un poco de autoayuda. Se supone que es de psicología, pero Fromm es muy, demasiado dictador de su lector. Cuando es descriptivo es brillante, pero por momentos se pone prescriptivo: en esos casos me cayó mal. Aún cuando tuviera razón. Sin embargo, si uno puede leer críticamente y no tragarse todo lo que dice Fromm como si el tipo tuviera la posta, hay unas cuantas ideas sobre el mundo en general que valen la pena de conocer. Y además escribe muy bien, muy ameno, muy para todo público.

3.
Un ejemplo simpático de Fromm siendo prescriptivo (que sirve para ver que, por si alguien dudaba, Ari Paluch vende mucho pero no dice nada nuevo -El arte de amar es de 1956-):
Debo agregar aquí que, así como importa evitar la conversación trivial, importa también evitar las malas compañías. Por malas compañías no entiendo sólo la gente viciosa y destructiva, cuya órbita es venenosa y deprimente. Me refiero también a la compañía de zombies, de seres cuya alma está muerta, aunque su cuerpo siga vivo: a individuos cuyos pensamientos y conversación son triviales; que parlotean en lugar de hablar, y que afirman opiniones que son clisés en lugar de pensar.
4.
Un ejemplo nefasto de Fromm siendo freudiano (cuando él es el que rompió con el campo freudiano por su mecanicismo social):
La desviación homosexual es un fracaso en el logro de esa unión polarizada, y por eso el homosexual sufre e dolor de la separatidad nunca resuelta, fracaso que comparte, sin embargo, con el heterosexual corriente que no puede amar.
Lo curioso es que dos páginas después bardea a Freud en estos términos:
...el extremo patriarcalismo de Freud, que lo llevó a suponer que la sexualidad per se es masculina... 

5.
Dos ejemplos de Fromm siendo romántico (y libertario diría Löwy):
La felicidad del hombre moderno consiste en "divertirse". Divertirse significa la satisfacción de consumir y asimilar artículos, espectáculos, comidas, gente, conferencias, libros, películas -todo se consume, se traga. El mundo es un enorme objeto de nuestro apetito, una gran manzana, una gran botella, un enorme pecho; todos succionamos, los eternamente expectantes, los esperanzados -y los eternamente desilusionados. 
El hombre moderno piensa que pierde algo -tiempo- cuando no actúa con rapidez; sin embargo, no sabe qué hacer con el tiempo que gana -salvo matarlo.  

6.
Es (era) capo Fromm, a pesar de algunas forradas como la del punto 4 que son en realidad producto de las ideas generales de la época. Si quieren saber más, pueden remitirse a mi reseña de El miedo a la libertad. O sino leerlo a él directamente. Se consigue usado ampliamente.

miércoles, 10 de octubre de 2012

El miedo a la libertad, de Erich Fromm


...el carácter anal, típico de la clase media europea...


1.
Erich Fromm (léase "Erij"), mi buen amigo. Lo leí para la facultad. Fromm es conocido principalmente por dos tipos de personas: estudiantes de psicoanálisis y lectores de libros de autoayuda y afines. Los primeros, porque Fromm fue básicamente un psicoanalista y escribió muchos libros importantes sobre el tema. También es un importante autor para la corriente de la psicología social. Los segundos, porque su libro más conocido es El arte de amar, que por título y temática parece uno de Ari Paluch. Obviamente, Erich Fromm no es Ari Paluch. Hablando de éste autor (de Fromm, no de Paluch) un profesor de la facultad decía que el tema del amor está muy desacreditado, o pasado de moda, pero que las reflexiones filosóficas sobre el amor han dado por resultado obras importantísimas desde El banquete de Platón (que estoy en proceso de leer) hasta acá. Por ejemplo, en el siglo XX, además de Fromm: Roland Barthes, Alain Finkielkraut... No leí El arte de amar (está en lista) pero de todos modos en el libro que nos convoca hay (en la página 123 de la 1ª edición de Paidós, 1973) un resumen del pensamiento de Fromm sobre el amor, que paso a transcribir para usted, lector/a.

(MOMENTO PUBLICITARIO: Para aquel que vio la obra de teatro Una materia que mantener fija (o mi prima hermana amor), de Mariano Javier Clemente con asistencia de dirección mía, éste el texto que aparecía. Para el que no la vio: atentos al estreno 2013)


Desde el punto de vista teórico nos encontramos aquí con un error sobre la naturaleza del amor. El amor, en primer lugar, no es algo “causado” por un objeto específico, sino una cualidad que se halla en potencia en una persona y que se actualiza tan sólo cuando es movida por determinado objeto.

El odio es un deseo apasionado de destrucción; el amor es la apasionada afirmación de un objeto; no es un “afecto” sino una tendencia activa y una conexión íntima cuyo fin reside en la felicidad, la expansión y la libertad de su objeto.

Se trata de una disposición que, en principio, puede dirigirse hacia cualquier persona u objeto, incluso uno mismo.

El amor exclusivo es una contradicción en sí.

Evidentemente no es un mero azar el hecho de que una persona determinada se vuelva objeto del amor manifiesto de alguien. Los factores que condicionan tal elección específica son demasiado numerosos y complejos para ser discutidos ahora. Lo importante es, sin embargo, que el amor hacia un objeto especial es tan sólo la actualización y la concentración del amor potencial con respecto a una persona;

no ocurre, como lo pide la concepción romántica del amor, que exista tan sólo una única persona en el mundo a quien se pueda querer, que la gran oportunidad de la vida es poder hallarla, que el amor hacia ella conduzca a negar el amor a todos los demás.

Este tipo de amor, que tan sólo puede ser sentido con relación a una única persona, se revela, en virtud de ese mismo hecho, no ya como amor sino como una unión sadomasoquista.

La afirmación básica contenida en el amor se dirige hacia la persona amada, asumiendo ésta el carácter de encarnación de atributos esencialmente humanos.

El amor hacia una persona implica amor hacia el hombre como tal. Este último tipo de amor no es, como frecuentemente se supone, una abstracción que se origina después de haber conocido el amor hacia una determinada persona, o una generalización de la experiencia sentida con respecto a un objeto específico; por el contrario, se trata de una premisa necesaria, aun cuando, desde el punto de vista genético, se adquiera en el contacto con individuos concretos.

De ello se sigue que mi propio yo, en principio, puede constituir un objeto de amor tanto como otra persona. La afirmación de mi propia vida, felicidad, expansión y libertad están arraigadas en la existencia de la disposición básica y de la capacidad de lograr tal afirmación. Si el individuo la posee, también la posee con respecto a sí mismo; si tan sólo puede amar a los otros, es simplemente incapaz de amar.

2.
BIO FROMM: Nace 1900, Berlín. Padres judíos ortodoxos. Él es ortodoxo hasta sus 26 años de edad, estudia Talmud en Berlín y más tarde en Frankfurt con el rabino de la escuela de Frankfurt Nehemia Nobel. Es sociólogo por la Universidad de Heidelberg ('18-'22). Estudió con Alfred Weber (hermano de Max) y con Karl Jaspers. También estudió psicoanálisis a mediados de los '20 en un sanatorio (no existía la carrera chicos) con Frieda Reichmann (y después se casó con ella, que era 11 años mayor) y después con Hans Sachs, "apóstol" de Freud. (Más tarde rompe con el campo freudiano). Forma parte de la llamada escuela de Frankfurt a principios de los '30. En el '33 asciende Hitler y Fromm se exilia a Génova. En el '34 está ya en Nueva York. En EEUU no tiene mucha popularidad: entre el '41 y el '49 es profesor en una universidad menor (Bennington College, en Vermont). Se afilia al partido socialista yanqui, se enemista con el macartismo, se va a vivir a México. Es profesor en la UNAM. Muere en Suiza en 1980.

3.
El miedo a la libertad (que originalmente se llamó Escape from Freedom, y después pasó a ser Fear) es un libro que Fromm escribió y publicó por primera vez en 1941, cuando la 2ª Guerra Mundial estaba en curso, el Holocausto en ciernes, y el autor desde el exilio se trataba de explicar el fenómeno del nazismo, o más exactamente, el por qué de que los alemanes votaran a los nazis, fueran nazis. En ese sentido es un libro de época, y sirve como fuente histórica. Sin ir más lejos, la edición argentina de Paidós tiene un prólogo de principios de los setenta del gorila de Gino Germani, que trata de acarrear agua del pozo de Fromm para el suyo propio y leer El miedo a la libertad en clave antiperonista. Germani es, como Borges y como José Luis Romero, de los que creen que los obreros de la década peronista estaban "hipnotizados", palabras más, palabras menos.

4.
De qué va El miedo a la libertad: Acá voy a poner un "seguir leyendo", porque me voy a extender. A los que no quieran seguir leyendo, besitos.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El tesoro de los humildes, de Maurice Maeterlinck

1. No puedo dejar de sentir que es la mañana. Pero ya son las tres de la tarde. Es que me levanté al mediodía.

2. El tesoro de los humildes es un libro muy raro que no hubiera leído por gusto. Voy a tratar de evitar las apreciaciones personales porque sé que hay mucha gente que podría disfrutar de leer este libro y que hay mucha otra gente que con una breve descripción ya se va a dar cuenta que no tiene que intentarlo siquiera. Yo lo leí porque quería preparar un breve texto para ofrecer a los espectadores de Los ciegos antes de las funciones, y pensaba que capaz encontraba alguna cita para poner. El texto al final fue este:

Acerca de Los Ciegos

“En los dramas de Maeterlinck, existe un personaje invisible sobre la escena, pero cuya presencia se siente cuando cae el telón”
Vsévolod Meyerhold

La obra que usted está a punto de ver fue escrita originalmente en el año 1890 por el belga Maurice Maeterlinck (1862-1949), y es uno de los exponentes más importantes del teatro simbolista. Aquí no existe el heroísmo, y el simple hecho de vivir es trágico. La acción se desarrolla en la forma de un drama estático, donde personajes casi inmóviles se enfrentan receptivos a lo desconocido, mientras por los resquicios trata de liberarse y entrar lo Sublime, que ha sido alienado de la vida del hombre por la Modernidad y la Razón. Pasen y vean nuestra puesta de esta obra –arreglada para ocho ciegos, músico y didascalia –que tras 120 años insiste en decirnos que “hay en el hombre muchas regiones más fecundas, más profundas y más interesantes que las de la razón o la inteligencia”.


La cita del final es de El tesoro de los humildes.

3. Le trésor des humbles es de 1896. Es algo así como un ensayo sobre el hombre y cómo su alma está escondida y es lo único cierto y él nunca la va a poder ver y lo auténtico -que es lo sublime- no se ve y lo esencial es invisible a los ojos y patapín y patapán. "Somos ciegos que jugamos con piedras preciosas a lo largo de los caminos"; "Eran como pintores que se esforzaron en tomar un parecido en las tinieblas". Sin que esto tenga un juicio de valor, es como un libro de autoayuda de 1896.

4. Yo lo leí en una edición increíblemente vieja e intervenida por postits que me prestó Mumu. Es de la década de 1910, todas las preposicones "a" y los coordinantes "o" tienen tilde ("...no teme á un juez?"; "...la vida animal ó psíquica"). En la portada tiene esta foto de Maeterlink:



que cuando se editó esto en castellano venía de ganar el Nóbel (1911).

5. En fin, es eso. Creo que no me olvido de nada. Miren que lindo este cuadro simbolista: