jueves, 26 de julio de 2018

Sonámbulo y otras historias, de Adrian Tomine



1.
Mi marido me regaló este libro depresivo carveriano claroscuro y bello, de relatos breves y afilados como navajas de suicida suburbano norteamericano, y me gustó mucho.

miércoles, 18 de julio de 2018

La vida real, de Martín Garabal

1.
Martín Garabal, actor, autor, instagrameador, es también ilustrador y humorista gráfico (¿se dice así?) y sacó un libro el año pasado que se llama La vida real y está muy bien. Cómprenlo. Con plata.

2.
Una vez hizo algo heroico que reúne sus cualidades arriba enunciadas, y es esto de acá:




martes, 17 de julio de 2018

El malestar en la cultura, de Sigmund Freud

1.
Ya casi va a ser un año que leí este libro, es prácticamente imposible que lo reseñe correctamente. Sin embargo, lo subrayé todo. Así que voy a escribir en base a lo que subrayé en ese entonces, cuando yo era joven y me tomaba el 152.

2.
Tristeza não tem fim: "nuestra disposición no nos permite gozar intensamente sino el contraste, pero sólo en muy escasa medida lo estable. Así, nuestras facultades de felicidad están ya limitadas (...) En cambio, nos es mucho menos difícil experimentar la desgracia". 

3.
Dice Sigmund que el hombre (habla siempre de "el hombre", pero digamos la humanidad) no tiene un sentido de la vida, que eso sólo se puede sostener desde un sistema religioso y que sino cuál es el sentido de la vida de los animales (tomá). Que el móvil de la vida humana es evitar el sufrimiento (o ser felices), y entonces se pone a enumerar formas de evitar el sufrimiento. 
El aislamiento voluntario, el alejamiento de los demás, es el método de protección más inmediato contra el sufrimiento susceptible de originarse en las relaciones humanas.
Y a esto suma las drogas (preventivos contra el sufrimiento que tratan de influir sobre nuestro propio organismo, "pues en última instancia todo sufrimiento no es más que una sensación"), aniquilar los instintos (o sea no buscar la felicidad para no frustrarse), el arte ("carece de poderío real para hacernos olvidar la miseria real"), y el amor (y el amor sexual, "el prototipo de nuestras aspiraciones de felicidad"). El amor es el más groso y el más jodido, porque "jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos; jamás somos tan desamparadamente infelices como cuando hemos perdido el objeto amado o su amor". Bueno, ¿y qué hacemos doctor Freud?

4.
Sigue Sigmund y dice que nuestra cultura es la culpable de buena parte de nuestro sufrimiento, siendo cultura "la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre contra la Naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí". Calate esta:
El hombre a llegado a ser, por así decirlo, un dios con prótesis: bastante magnífico cuando se coloca todos sus artefactos, pero éstos no crecen de su cuerpo y a veces aún le procuran muchos sinsabores.
5.
Bueno, dice muchas cosas, en resumen que somos todes unes reprimides. Reprimides por la cultura. El inclusivo es mío, no de Sigmund. Y que la libertad individual no es un bien de la cultura.  También dice que "no todos los seres humanos merecen ser amados" (tremendo), que las mujeres no son buenas para sublimar (Sigmund machirulo), que la imposición de una vida sexual idéntica para todes es una fuente de graves injusticias y que hasta "el amor genital heterosexual, único que ha escapado a la proscripción, todavía es menoscabado por las restricciones de la legitimidad y de la monogamia" (Sigmund queer). Habla mal de los comunistas, obvio que de los nazis, del cristianismo que se la da de amor universal pero mata judíos en las Cruzadas, que el hombre es el lobo del hombre. 

6.
En el capítulo VII viene lo más zarpado para mí, la explicación de qué es la culpa. La culpa es el miedo a la pérdida del amor. ¿NO ES HERMOSO? El origen sería (obvio que estoy simplificando, lean el libro para más datos) la agresión innata al hombre y contraria a la cultura, que ésta se ocupa de anular introyectándola (buena palabra) al interior de cada une en forma de super-yo (acá el que simplifica es el propio Sigmund) para desarmar el instinto agresivo del individuo haciéndolo vigilar por una instancia interna. O sea que lo que no hay que hace es lo malo, lo malo es lo que puede provocar la pérdida del amor, entonces uno no hace "lo malo" por ese miedo que se llama culpa. Ese miedo llevado a lo social sería el miedo a ser un paria, a ser rechazado por la sociedad toda. Sigmund no dice sociedad sino masa, que no es lo mismo pero poteito potato.

7.
La conclusión de Sigmund es que "el precio pagado por el progreso de la cultura reside en la pérdida de la felicidad por aumento del sentimiento de culpabilidad". Después dice muchas cosas muy inteligentes pero me cansé y sería muy largo de transcribir. Sólo les voy a decir esta verdad irrefutable que está en una nota al pie:
Se habría encomendado a la mujer el cuidado del fuego aprisionado en el hogar, pues su constitución anatómica le impide ceder a la placentera tentación de extinguirlo [meando].