martes, 19 de septiembre de 2017

Heroína, de Gabriela Bejerman

1.
Ahora ya pasó un tiempo largo de que la leí, y lo más curioso es que el cuento que más me quedó en la mollera es el que menos me había gustado en su momento, "¡Oh, por favor, dame la mano!". En este cuento una chica joven se acerca a la residencia de una famosa actriz de cine, en un edificio tipo Puerto Madero, para encontrar a su ídola encerrada, fóbica y divísima. Sin mucho motivo, la actriz la recoge en su seno, las dos mujeres tienen una relación, y después la historia termina. En su momento me había parecido un cuento vacío, sin pies ni cabeza, sin conflicto, un capricho de diálogos y nada más. Ahora, es el que más me acuerdo, y eso significa que es el que más me marcó en algún sentido. Y por otro lado, ahora en este preciso instante me doy cuenta que el cuento puede que sea -es, sin duda- una versión de Las lágrimas amargas de Petra Von Kant, de Fassbinder.

2.
No sé por qué los libros de Mansalva no justifican los párrafos. Se ven así, como este post, ¿por qué?

3.
El otro cuento que venció al tiempo en mi memoria es el último "Esa troncha trenza de cana", un cuento meramente pornográfico donde la protagonista coje con una mujer policía, también sin mucha trama. Muy caliente, cuentazo.

4.
Ahora, repasando el índice, me doy cuenta que es un muy buen libro en general. El tercer cuento me había encantado, "Cuando te quedes sin nafta", autobiográfico, featuring Dani Umpi (por quién me compré este libro, él la recomendó a la Bejerman en un taller al que supe ir). Hay cuentos autobiográficos y otros salidos de la más pura imaginación, me gustaron las dos vertientes. En algunos casos no se entiende muy bien qué nos está contando, qué es lo trascendente de la narración, pero al final está en todos. Y es muy chistoso, el libro. Mega like.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Carrie, de Stephen King

1.
En Santiago de Chile, en los puestos de la feria que está junto a la Universidad de Chile, cruzando la Alameda, venden libros truchos. Ediciones piratas de libros que se venden bien. Están los Harry Potter, los de George Martin, pero también los de Pedro Lemebel por ejemplo, y también están todos los de Estebancito Rey. Muy baratos. Lo cierto es que a primera vista parecen originales (además no se me había ocurrido que hubiera puestos enteros de libros truchos en la cara de los pacos, a los que evidentemente no les importa o son parte del negocio), pero cuando los abrís te das cuenta de todo. El problema principal es que la encuadernación es mega berreta, el papel también, y en algunas partes los márgenes son cualquier cosa. En fin, ya me lo había comprado cuando me di cuenta, lo iba a leer igual. Y además estaba a un cuarto del precio del original.

2.
Como es fácilmente comprobable, vengo leyendo a Stephen asiduamente. De hecho, a esta novela la leí pausando la lectura de otro libro suyo mucho más largo, que más tarde también terminé (Tommyknockers). Carrie es la primera novela publicada por King (en 1974), habla mucho de ella en Mientras escribo, y yo tenía muchas ganas de leerla. Ahora lo que quiero es conseguir It, acepto préstamos.

3.
A esta altura del partido de la humanidad occidental, todos debéis saber que Carrie es la venganza macabra del bullying: la chica discriminada que, frente a la ultimate joda en la prom, revienta a todes sus compañerites en un maelstrom de sangre y fuego. Múltiples versiones, citas, parodias, alusiones, y ahora, memes, tienen que, necesariamente, haberles hecho llegar el recado. La película, dirigida por Brian De Palma en 1976, ya es un clásico y sus imágenes seguramente son más famosas que la trama y que la novela (véanse, de nuevo, los memes), y además en 2013 hicieron otra peli más. Yo también ya sabía, yo también ya había visto la película, así que leí la novela como seguramente todos los lectores desde hace décadas, esperando el momento de la masacre en la prom, esperando el momento del fin del bullying, del happy ending de la venganza con el que todes, dejémonos de joder, nos podemos identificar. Carrie es probablemente un éxito por diversos motivos, obvio, pero el de la catarsis personal del lector no ha de ser el menor de ellos. ¿Quién no quiso hacer la de Carrie en el secundario?

4.
El libro tiene un formato particular que no es trasladable al cine: el relato clásico con narrador omnisciente se interrumpe casi en un 50% por supuestos fragmentos de notas periodísticas, investigaciones científicas y memorias de testigos que analizan, en el futuro de la narración, lo que pasó en Chamberlain, Maine alrededor de la figura de Carrieta White y la masacre del baile de fin de curso. El cambio constante de tono le da al libro un trasfondo de ciencia ficción (la búsqueda de explicaciones científicas a los poderes telekineticos de Carrie) que en la película de terror no está. También hay en la novela de King un especial énfasis en el origen fundamentalista católico de Carrie y su personalidad freaky. En Mientras escribo King cuenta que el personaje está basado en una compañera de su secundario, que iba a la escuela con ropa hecha en su casa, y que tenía en su living -en el living de la casa de su madre, en realidad- un crucifijo gigante con un Cristo agonizante terrorífico.

5.
La novela es, mínimo, un gran entretenimiento, pero además tiene un poder de síntesis catártica popular que la vuelve muy recomendable, y muchas imágenes memorables. Si la tienen a mano no lo duden.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Juan Raro, de Olaf Stapledon

1.
Es muy linda la ciencia ficción vieja. Juan Raro (Odd John, en su título original) es una novela británica de 1935, o sea de entreguerras y en el país menos dispuesto a entrar en la guerra que ya era obvio en ese año que se venía, Hitler lo estaba gritando a los cuatro vientos y los británicos no se querían dar por enterados. En fin. Decía que es linda la ciencia ficción vieja, pre-televisión, computadoras, drones y tamagotchis. De chico (habré tenido 12 años a lo mucho) supe leer Sirio (1944) de este mismo autor, de esta misma editorial, en un ejemplar que supo ser de mi padre en su propia juventud. O sea un ejemplar con las tapas sueltas, las hojas comprometidas, lo que le pasa a los libros muy leídos y en especial a los libros de Minotauro muy leídos. Sirio se trata de un perro evolucionado, un perro inteligente. Sólo me acuerdo eso, y que se llamaba Sirio por la estrella, que es la más cercana a nuestro sistema solar. Juan Raro también se trata de la evolución, pero como en Más que humano (1953) del norteamericano Theodore Sturgeon, en este caso se trata de la evolución de la humanidad. Yo no sé si estos muchachos habían leído mal a Darwin, o era lo que se entendía en ese entonces, pero la idea científica detrás de todas estas novelas es la del salto evolutivo: un día de pronto nace un individuo de una especie (perro, humano) que tiene capacidades nuevas y que anuncia el destino de sus congéneres. De un día para el otro, nacen humanos un escalón más arriba que los Homo Sapiens Sapiens. Exactamente como los mutantes de los X-Men (Stan Lee y Jack Kirby, 1963). El temita es, claro, que los homo sapiens sapiens son bastante forros con lxs distintxs (no sé si sabían). Así que a los más que humanos, a los juanes raros y a los perros inteligentes siempre se les complica instalarse en su lugar de la evolución. 

2.
Juan Raro está estructurada en forma de biografía y narrada en tercera persona por un testigo, en la tradición británica del genio allà Sherlock Holmes y su escudero menos inteligente allà Dr. Watson. El Watson en cuestión, alterego de Olaf Stapledon, se propone contar la historia de Juan Raro para que su muerte no haya sido en vano, como nos adelanta en la introducción. En cada capítulo Juan va creciendo y conociendo todo lo cognoscible (es un relato muy positivista), y luego, como Jesús, se retira al desierto y vuelve con una misión para salvar a la humanidad. No les voy a contar mucho más pero a la humanidad no le gusta que la salven. La novela es linda, un poco racista -como la época, y más por positivista que por ganas de ser racista, aunque la parte en que encuentran al africano negro y pelirrojo uno se imagina a Olaf teniendo arcadas mientras lo describe- y un poco predecible pero bastante disfrutable. Igual no es lo mejor que se puede encontrar en ciencia ficción vieja. Les dejo un besito.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Chamamé, de Leonardo Oyola

1.
El nuevo libro -de 2017- de quien, a pesar de haber escrito y publicado ocho libros antes, ahora será por siempre conocido como el autor de Kryptonita -salvo que escriba algo que se vuelva más conocido que la mencionada- lo tiene todo. Dos criminales psicópatas, sanguinarios y despiadados tipo Cazador, salidos de la tumba, se persiguen por la ruta que conduce a Paraguay, por un botín y una venganza, y a su paso siembran el caos nivel Asesinos por naturaleza. Hay una banda de evangelistas, una familia de brujas, una nena enamorada, rock and roll, referencias cinematográficas, chamamé, sexo, drogas, mucho gore, explosiones. Es un policial, un western, una road movie en novela. Como su mundo es autocontenido está mucho mejor que Kryptonita, cuya gracia residía un 50% en los ecos al mundo DC, que a la mayoría de los lectores se nos escaparon. Tiene mucho ritmo, no se puede parar de leer (la mitad del libro me la bajé en un avión de dos horas) y bueno, eso. No es que te deja grandes reflexiones filosóficas, pero es MUY BUEN ENTRETENIMIENTO. Ahora que la estoy reseñando a cinco meses de haberla leído, me doy cuenta de que la escena que más recuerdo es la que me pareció más falopa y descolgada, la de las brujas que secuestran al Perro (¿o al Pastor?), y que la mayor parte de la trama se me olvidó: no así los climas, el vértigo del ritmo, y lo bien que la pasé. 

2.
Encontré que tiene un problema de estructura: el libro es un flashback, pero por algún motivo me había resultado confuso a mí como lector qué pasa cuándo: si primero fueron a la cárcel, o primero fueron piratas del asfalto... Tuve que releer para darme cuenta y la verdad es que no recuerdo si lo logré. Así que eso es un punto en contra. Le quedan unos 7 aleschonfelds.