sábado, 30 de diciembre de 2017

El regreso del condón asesino, de Ralf König

1.
Cerrando el año a puro golpe de calor y libros de historietas, hoy me leí en un rato de comienzo a fin esta novela gráfica del autor alemán Ralf König. Nunca lo había leído, a Ralf. Tengo otros dos libros suyos acá, seguramente los termine antes de 2018. 


2.
Llego re tarde, como veinte años tarde a este libro que es del '96, y seguro ya se dijo esto pero me escudo en mi ignorancia y digo que es como Fontanarrosa pero gay. Por el trazo (la historieta es en blanco y negro), el tipo de humor y el recurso al género (en este caso el film noir, pero estoy leyendo otro que se llama Lisístrata y es una versión de la obra de Aristófanes, en la misma línea o con la misma distancia entre el original y la versión que las historietas de los clásicos del mentado rosarino). El regreso del condón asesino empieza como si se tratara de una película, con créditos y todo, y tiene un laburo interesante donde los fondos en exteriores o los cuadros de establecimiento son fotos mega saturadas tipo fotocopia mal impresa de las calles de Nueva York, donde sucede la acción. Esto contrasta con el tipo de dibujo caricaturesco, y se logra algo copado, y no tengo mucho más para decir sobre esto.

viernes, 29 de diciembre de 2017

The complete Dirty Laundry collection, de Robert Crumb, Aline Kominsky-Crumb y Sophie Crumb

1.
Este libro megaincreíble me lo compré en una feria en Chile por lo que serían 200 pesos. En inglés, edición original californiana de 1993, perfectas condiciones, un hallazgo la verdad. Gracias Chile te amo. No consigo en Internet la tapa de mi libro en calidad aceptable así que acá va la de uno de los cómics contenidos en el tomo:


2.
Resulta que Robert Crumb está casado hace muchos miles de años con Aline Kominsky (desde el '78), una historietista del movimiento underground, y resulta que desde comienzos de su convivencia, Bob y Aline dibujan juntos una tira esporádica que se llama, o se llamó, Dirty Laundry ("Ropa sucia"). La joda es que Robert se dibuja a sí mismo, y Aline se dibuja a sí misma. Hacia fines de los '80s o comienzos de los '90s se suma en algunas tiras la hija de ambos, Sophie, que también se dibuja a sí misma. El resultado es muy bueno.

3.
Los cómics cambian notablemente a lo largo de los años. Los primeros son fanzines, hechos para vender por centavos de dólar en ferias de hippies, y están llenos de sexo explícito bizarro al estilo Crumb, referencias al universo under de los '70s californiano (o sea LSD y Leary) y tramas disparatadas o absurdas. Después empiezan a ser cada vez más testimoniales, a hablar de la vida de la familia Crumb, y a dejar de tener un objetivo comercial para pasar a ser un mero entretenimiento familiar. Varias de las tiras hacen referencia a cuántos meses o años les lleva terminar cada una. También hay, en páginas dispuestas de forma vertical, tiras de Dirty Laundry que salieron por momentos en diarios, a razón de cuatro cuadritos por entrega con una punch line al final, tipo humor gráfico de contratapa. Eventualmente, el tema pasa a ser el de la nueva hija, y luego el de la emigración a Francia, donde viven los Crumb hasta el día de la fecha. Está todo muy bien. Banco mil a Aline. Fin.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Teenage Mutant Ninja Turtles, de Kevin Eastman y Peter Laird

1.
Me gustan porque están dibujadas medio como el hoyo, las primeras historietas de las Tortugas Ninjas, if you know what I mean. En el sentido de que para ser historietas de superhéroes yanquis se alejan mucho de la estética Marvel/DC. Casi te diría que son historietas de autor, por el tipo de dibujos y lo bizarro de la premisa (que es la que todos conocemos, exactamente esa: una rata que sabe kung fu y encuentra a cuatro tortugas bebés justo cuando se vuelca un pote de líquido radioactivo en una alcantarilla que los vuelve a todos humanoides). Dicen, tanto la muy nutrida entrada de Wikipedia como el prólogo de esta edición argentina de tres tomos de 2007, que la historieta original (que es del '84) al comienzo era una parodia de Frank Miller y de Daredevile. Creámosles.

2.
Resulta que en la historieta el malo al comienzo es Destructor, al que vencen, y luego viene toda una parte donde extraterrestres con forma de cerebro que se mueven dentro del abdomen de unos exoesqueletos antropomórficos (pero son buenos, no como en el dibujito) mandan a las tortugas por error a otro planeta, donde las secuestran unos triceratopos malvados. April O'Neil no es periodista sino programadora informática, y por lo que yo veo en el cómic es negra más que pelirroja. Medio latina candente. Díganme si no: