lunes, 22 de enero de 2018

La uruguaya, de Pedro Mairal

1.
Creí que encaraba el libro con buena disposición, pero ahora me doy cuenta que en realidad era expectativa y exigencia, para el autor del libro que me parece mejor de todos los libros argentinos del 2000 para acá, El año del desierto. Así que al principio algo no me cerraba, como una vacuidad en la historia que no me alcanzaba (El año del desierto es épico). La premisa de La uruguaya es la siguiente: un escritor, Lucas, viaja de Buenos Aires a Montevideo por el día en plena época del llamado cepo cambiario, para traer unos cuantos miles de dólares que cobrará como adelanto por un trabajo para el exterior. Primera razón de conflicto: Lucas va a hacer algo ilegal: contrabandear dinero, evadir impuestos. Y andar con mucha plata encima. Pero además, como sabemos casi de inmediato, Lucas se va a encontrar en Montevideo con una amante, o una casi amante, Guerra, la uruguaya del título. Segunda razón de conflicto. En casa quedan la mujer, Catalina, y el hijo Maiko. Catalina, que seguramente también transgrede los límites de la monogamia. Esos son, desplegados, todos los elementos que van a jugar en la novela. Una novela corta, escasas 167 páginas en letra enorme, que se lee como era esperable al ritmo vertiginoso de una historia que transcurre en un día solo, entre una mañana y una noche, entre un Buquebús y otro: una historia de una ida y una vuelta, como El Hobbit pero sin anillo. 

2.
En realidad hay un elemento más: el libro está escrito en segunda persona, de Lucas para Cata, como una carta, o como un e-mail. Esta es la papa, pero está tan bien utilizado que te vas a olvidar y cuando te quieras acordar: chapeaux, Monsieur Mairal. Aún habiendo leído esto. Porque como Hitchcock, Mairal deja que el lector confirme una sospecha, sólo para sorprender en la siguiente curva.

3.
El libro me gustó mucho, y creo que a todxs les puede gustar. Me embolaron un poco las demasiadas referencias filo-uruguayas progre (Fernando Cabrera, Tiranos Temblad, el Pepe), pero no dejé de identificarme. Lo leí de una sentada, en un micro de larga distancia. Tiene muchos más puntos de contacto con Una noche con Sabrina Love, primera novela de Pedro y única otra que leí, que con El año del desierto, digo esto como una constatación nomás porque Una noche me encantó también. Gran libro para vacaciones. Muchos aleschonfelds.

domingo, 21 de enero de 2018

Contra el fanatismo, de Amós Oz

1.
Lo tengo hace años y años. Ahora que lo quise vender, y me lo compraron, lo leí a las apuradas antes de entregarlo, porque me entró la curiosidad. Está bueno.

2.
Son tres ensayos, o más bien discursos, que da Amós Oz en 2001 y 2002 en Alemania: "Sobre la naturaleza del fanatismo", "Sobre la necesidad de llegar a un compromiso y su naturaleza" y "Sobre el goce de escribir y el compromiso". En los tres habla del conflicto palestino-israelí, pero no solamente. Amós Oz nació en la por entonces colonia británica de Palestina, en la ciudad de Jerusalén, en 1939, de padres europeos escapados del nazismo y de la guerra, y es uno de los escritores israelíes más conocidos, más traducidos y de más larga trayectoria. Ideológicamente se ubica a la izquierda del espectro político israelí. Es uno de los fundadores del movimiento Shalom Ajshav, conocido también como Paz Ahora, que lucha por la llamada "Solución de dos Estados" desde la década del '70 y un poco antes. La historia de Israel, sus guerras y sus conflictos territoriales es larga y este no es el lugar adecuado para exponerla, pero mi opinión se acerca a la de este resumen histórico sobre el asunto. De Amós Oz había leído algún cuento nomás. 

3.
El primer ensayo habla sobre el fanatismo, en general. Aplicado al conflicto palestino-israelí, pero en general. El fanatismo de los israelíes de derecha, de los palestinos intransigentes, de los yijadistas, de los belicistas en general, pero también el fanatismo de los ecologistas, los vegetarianos, y otros progres. "Creo que la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar", dice Amós.

4.
El segundo ensayo habla más específicamente del tema de Israel y Palestina, y cómo debería ser su solución, para Amós. Dice que amor y paz no son términos que deban ir de la mano. Que lo que espera entre palestinos e israelíes no es que se logre el amor, sino la paz. "En caso de esperar algo, se trataría más bien de un divorcio limpio y justo entre Israel y Palestina. Y los divorcios nunca son felices". 

5.
El tercer y último ensayo habla del oficio del escritor, aunque como excusa para hablar también del conflicto palestino-israelí. Lo mejor en todos los textos, son las anécdotas. Es bueno contando historias Amós Oz. El libro en castellano es ridículamente caro porque está editado por Siruela. No hay relación precio-producto. No lo compren nuevo, ese es mi consejo, no lo vale. Pero está bien.

viernes, 19 de enero de 2018

La muerte del padre o Mi lucha: 1, de Karl Ove Knausgård

1.
Hace mucho venía queriendo leer este libro. Me lo recomendaron muchos amigos criteriosos. Lo que sabía era más o menos esto: un escritor escandinavo de mediana edad está haciendo su autobiografía en varios tomos en base a nada, a una vida anodina de escritor, que no era exitoso hasta la aparición de esta saga. Lleva escritos seis gruesos tomos (creo que se piensa quedar ahí). Y el chiste que remata la cosa es que el título de la saga es Mi lucha, como el libro de Hitler. Es bueno el chiste. La muerte del padre es el título que le puso Anagrama a este primer tomo porque era mucho para ellos poner en tapa Mi lucha: 1, así sin más, que es el título original (en noruego, Min Kamp, Forste Bok).

2.
Sin embargo el título en español no está mal puesto: la novela, que se puede leer perfectamente como un todo autoconclusivo, trata de la relación de Karl Ove con su padre, y de la muerte del mismo. Y de muchas otras cosas más, pero sobre todo de eso. ¿Y por qué está buena? Para empezar, no está tan buena. No me voló la peluca. La novela tiene principalmente dos tiempos de la narración: el presente o la adultez de Karl Ove, y la infancia evocada. En realidad, la infancia, la adolescencia, la juventud, varias etapas de la vida de Karl Ove, evocadas en la tradición de Marcelito Proust, a quien sigo sin haber leído. Pero la que me emboló fue la infancia. Esperaba que se terminara rápido para que siguiera la parte divertida (es una forma de decir): la del adulto oscuro y medio mal padre mal marido mal todo que vive con las consecuencias de ser el hijo de su padre, un mal padre. El libro a su vez está dividido en dos partes. La segunda parte comienza con la noticia de la muerte del quetejedi, y sigue más o menos linealmente los preparativos para el entierro: el viaje de Karl Ove y su hermano a la ciudad natal, la limpieza palmo a palmo de una casa arrasada por el enquistamiento de un alcohólico como rito de depuración, el encuentro con la abuela senil y algo siniestra. Con la parte de la limpieza Karl Ove entra triunfal en la raza de los escritores que ponen muchos nombres de marcas en sus libros, como Houellebecq, su amigo publicista Beigbeder, y el mejor de todos en la lisa, Bret Easton Ellis. No sabía que el Cif era universalmente Cif. Qué producto más noble.

3.
Bueno, no está 100% buena, decía, pero sí está un, pongámosle, 78% buena, la novela. El tono a la vez minimalista e intimista del relato, de drama cotidiano, que al principio resulta un poco parsimonioso, después se vuelve código y el libro se lee no diría que rápido tipo droga, pero si a paso firme y de a muchas páginas por vez. Es interesante ir descubriendo los distintos Karl Ove que se van entrelazando en el relato según la edad que tiene el protagonista en cada momento (aunque el presente de la enunciación es uno solo, el del Karl Ove cuarentón, que escribe en 2008, tiene tres hijos, está casado en segundas nupcias, y tiene varios libros escritos de los que nada sabremos ni en el libro ni probablemente nunca más). Y sobre todo, tiene algunos momentos brillantes, más bien periféricos al relato, en los que reflexiona sobre cosas cualquieras con un grado de profundidad jodido: últimamente me surgió un par de veces aportar en una conversación algo que "no me acuerdo dónde lo leí" y al final era acá, en este libro generalista que se llama Mi Lucha Primera Parte. Me dijo Erwin que el dos está buenísimo, el tres muy aburrido, el cuatro levanta, el cinco buenísimo y el seis no sabemos aún. Se verá.

Está medio fuerte Karl Ove.

viernes, 5 de enero de 2018

La noche más loca, de Ralf König

1.
De las tres historietas que me leí al hilo de Ralf König (véanse los dos posteos de aquí abajo), esta es la más triste. Es una historia de 1997, y el título mega imbécil que le pusieron en castellano, en complicidad con la tapa mega imbécil de la edición española de este cómic, reemplazan una tapa y un título mucho más acordes a su contenido en la versión original alemana: Safere Zeiten ("Tiempos más safe", es decir "Tiempos más seguros", siendo "Safe" la palabra en inglés que corresponde al concepto de "safe sex"; a la vez es un juego de palabras que resuena en títulos como Tiempos modernos: Moderne Zeiten). Se ve que los editores españoles decidieron que un cómic sobre los vericuetos de usar forro en el momento de auge de la epidemia de sida no iba a vender.


  

2.
Al igual que Lisístrata y El regreso del condón asesino (si es para hacer chistes parece que sí vale hablar de forros desde la tapa), Safere Zeiten es un relato encuadrado, en este caso dentro de dos marcos. El cómic empieza con una serie de cuadros de dibujo entre realista y pop art en el que dos megachongazos se están garchando fuerte. Una carilla después, comprobamos que las imágenes corresponden a una película porno, que el personaje protagónico Lote -ahora sí en el estilo de dibujo caricaturizado de Ralf König- está proyectando en Súper 8 en la pared de su departamento. Lote es interrumpido en pleno plan masturbatorio por su amigo Klaus, que lo viene a buscar para ir al cumpleaños de Jörg. La visita de Klaus dispara el relato de Lote sobre la última fiesta de Jörg, antes de la época del Safe Sex y del terror al sida, una verdadera orgía en la que Lote copuló (lluvia dorada incluida) con el holandés Willem: el flashback ocupa casi la mitad del libro, y resulta ser el segundo relato encuadrado de la historia. Tras el relato dentro del relato, Lote y Klaus van a la fiesta de Jörg, en la que nada es como antes del sida. El reencuentro entre Lote y Willem no resultará como antes de los Safere Zeiten, y finalmente Lote terminará en la última página, viendo de nuevo porno en Súper 8. Toda la historia está teñida de nostalgia, es un lamento por las consecuencias del virus en la sociabilidad gay europea, y resulta bastante triste. La historieta está buena. Ralf König es un maestro de la narración, ultra sencillo por otra parte. Espero que me presten otros títulos porque en mercado libre los precios son ridículamente elevados (salvo para este, que se consigue por $130 en este instante).

jueves, 4 de enero de 2018

Lisístrata, de Ralf König

1.
La historieta comienza con el público en el teatro. En eso, una pareja que viene buscando su asiento se instala en medio del plano, dándonos la espalda y de cara al escenario. Discuten porque ella quiere pasar un trapito en el asiento antes de que él apoye su túnica recién lavada. En eso, ella mira al frente, nos mira. "¡Vaya, qué sorpresa! Buenas tardes, ¿ustedes por aquí?". 

2.
Esta novela gráfica se lleva diez aleschonfelds. Es la segunda de Ralf König que leo (ver aquí abajo para la primera). La otra me gustó, pero esta es espectacular. Es una versión de la comedia griega homónima de Aristófanes, en la que las mujeres de Atenas hacen una huelga de sexo para forzar a sus maridos a firmar la paz con sus enemigos los espartanos (en la de Aristófanes los enemigos son otro pueblo). La pareja de espectadores del comienzo marca la transición entre cada uno de los siete actos, siempre en complicidad con el lector. La historia, plagada de anacronismos y virada hacia lo gay (Lisístrata y Lampito son lesbianas) se desvía de la original a través de lo que pasa en el bar gay de Atenas, el Adonis, en el que el travesti Hepatitos hace un plan para llevar a todos los hombres atenienses (que andan por ahí con sus penes erectos ya que "los heteros son muy ingenuos para hacerse una paja") a la homosexualidad. Es muy genial el acto 4to, en el que Hepatitos convence al ejército de su plan de homosexualidad forzosa ("no tiene nada que ver con ser maricones") y se suceden las escenas de los soldados teniendo que cumplir la orden. Como dije en la otra reseña, sospecho que simplemente llegué tarde a algo que ya conocían todxs, pero si no lo conocían y lo ven por ahí léanlo que se zarpa.