jueves, 4 de enero de 2018

Lisístrata, de Ralf König

1.
La historieta comienza con el público en el teatro. En eso, una pareja que viene buscando su asiento se instala en medio del plano, dándonos la espalda y de cara al escenario. Discuten porque ella quiere pasar un trapito en el asiento antes de que él apoye su túnica recién lavada. En eso, ella mira al frente, nos mira. "¡Vaya, qué sorpresa! Buenas tardes, ¿ustedes por aquí?". 

2.
Esta novela gráfica se lleva diez aleschonfelds. Es la segunda de Ralf König que leo (ver aquí abajo para la primera). La otra me gustó, pero esta es espectacular. Es una versión de la comedia griega homónima de Aristófanes, en la que las mujeres de Atenas hacen una huelga de sexo para forzar a sus maridos a firmar la paz con sus enemigos los espartanos (en la de Aristófanes los enemigos son otro pueblo). La pareja de espectadores del comienzo marca la transición entre cada uno de los siete actos, siempre en complicidad con el lector. La historia, plagada de anacronismos y virada hacia lo gay (Lisístrata y Lampito son lesbianas) se desvía de la original a través de lo que pasa en el bar gay de Atenas, el Adonis, en el que el travesti Hepatitos hace un plan para llevar a todos los hombres atenienses (que andan por ahí con sus penes erectos ya que "los heteros son muy ingenuos para hacerse una paja") a la homosexualidad. Es muy genial el acto 4to, en el que Hepatitos convence al ejército de su plan de homosexualidad forzosa ("no tiene nada que ver con ser maricones") y se suceden las escenas de los soldados teniendo que cumplir la orden. Como dije en la otra reseña, sospecho que simplemente llegué tarde a algo que ya conocían todxs, pero si no lo conocían y lo ven por ahí léanlo que se zarpa.  


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