lunes, 26 de enero de 2009

Adiós, Robinson y otras piezas breves de Julio Florencio Cortázar

1. ¿Vieron que cuando fue el dichoso Año Cortazariano (2004), porque se cumplían 20 años de su muerte, editaron todo todo todo lo que este hombre había alguna vez escrito? Bueno, esta edición que tengo acá es del 1995 así que no es el caso, pero podría serlo. Es uno de esos libros de Cortázar que realmente no valen la pena y uno (yo) lo lee más de compromiso (con Cortázar) que por otra cosa. Ta, tampoco es malo. Todo bien loco todo bien.

2. Las piezas breves son: "Dos juegos de palabras", que a su vez contiene "Pieza en tres escenas" (1948) y "Tiempo de barrilete" (1960); "Nada a Pehuajó" y "Adiós, Robinson" (ambas de los '70). Son todas medio chotas, pero zafan. La que más me gustó es la primera. Las otras también tienen algunas cosas que están buenas. El otro día leí en Ensayos bonsai que Casas opina que Cortázar era mejor escritor cuando era reaccionario (exilio a París por antiperonismo) que cuando se volvió zurdo, y un poco de razón tiene. De la etapa reaccionaria sale "Rayuela", por ejemplo, o "Bestiario". De la parte zurda sale "El libro de Manuel". En el caso de este libro esa regla se mantiene, y los primeros dos son mejores que los últimos dos relatos. El que da título a la compilación es el peor de todos, y es casi malo.

3. El llamado "Tiempo de barriletes" fue representado por un grupo de alumnos cuando nosotros estábamos en quinto año. Es el de las mancuspias, para los que se acuerden. Habiendo leído la obra, me doy cuenta de que estuvieron bien los chicos. Mucho más no se podía hacer con eso.

4. (Siento que estoy blasfemando.)

El otro de Hernán López Echagüe

1. "El otro: una biografía política de Eduardo Duhalde" es el título completo. Es un libro del '96, y por lo tanto le falta un pedazo importante de vida de Duhalde, que seguramente sería muy interesante leer (por ejemplo perdió las elecciones del '99 y por ejemplo fue presidente en el 2002-03). En el '96 fue el libro más vendido del año. Duhalde salió a decir que le iba a hacer un juicio a López Echagüe, a lo que el tipo le contestó que todo bien, que tenía todo documentado, y al final Duhalde no mandó ni una carta documento.

2. Buena lectura para el baño. A mí personalmente me pasa con estos libros de investigación periodística (es el segundo que leo, el otro fue el de Galimberti) que no puedo retener los nombres de todos los mencionados, así que se me vuelve lectura pasatista. Está bien escrito este.

3. Duhalde es muy peligroso. Y feo.

viernes, 23 de enero de 2009

Ensayos bonsai de Fabián Casas

1. Lo leí en dos días, en la casa de Darío en Escobar. Casas escribe de manera muy adictiva, o más bien se lee de manera muy adictiva.

2. Casas es el mejor escritor argentino contemporáneo. Le quitó el puesto en mi podio personal a Fresán.

3. De Casas leí: primero, Ocio seguido de Veteranos del Pánico (prestado), segundo, Los Lemmings y otros cuentos, robado tras muchos días de planearlo del puesto de Tusquets de la Feria del Libro, tercero, Oda, comprado en una FLIA, el de Eloísa Cartonera, cuarto y quinto, El Salmón y El spleen de Boedo, la semana antepasada también en Escobar y también de Daro, y ahora Ensayos bonsai. Todos son lo máximo y recomiendo todos.

4. Ensayos bonsai es una recopilación de textos de casas (de ensayos bonsai) aparecidos en diferentes medios, revistas y blogs principalmente. Tanto en los casos en los que yo conocía el tema del que hablaba como en los que no, Casas la rompe. En los ensayos de temas que yo no manejaba, aparecieron mencionados todos estos títulos de libros que acepto como regalos en cuanto se les presente la posibilidad de regalarme algo, y si no, les paso como dato útil en sus vidas.
FABIÁN CASAS RECOMIENDA (entre otros, estos son los que a mí me interesan leer y no leí aún):
- Andrés Caicedo: "¡Viva la musica!" (la edición argentina viene con prólogo de él), "Angelitos empantanados", "El atravesado", "Destinitos fatales", "Calicalabozo" (salvo el primero, los primeros no están en Argentina. Si alguien viaja a Colombia, tráigame uno, yo se lo pago). (Sí, ya sé, nadie viaja a Colombia). (Estuve transcribiendo muchos documentales colombianos y me dio ganas de ir).
- Fernando Vallejo, "La virgen de los sicarios" (vi la película, que es una mierda, pero supongo que el libro debe estar bueno).
- William Faulkner, "El sonido y la furia", "Luz de agosto".
- Samuel Beckett, "Molloy".
- Juan José Saer, "El limonero real", "Cicatrices", "El entenado", "Nadie nada nunca" (todos estos están en la biblioteca donde yo trabajo así que no me los regalen, gracias).
- Elías Canetti, "Masa y poder" (lo necesito como bibliografía para preparar mi tratado de pogología en ciernes)
- Roberto Bolaño, "2666", "Estrella distante" (estos consejos en particular fueron bienvenidos porque como Bolaño es tan cool y editaron todo lo que escribió, hasta las listas de supermercados, es bueno que alguien me aclare qué vale la pena y qué no. Los Detectives Salvajes la rompe y es tan importante para mí como Rayuela y Adán Buenosayres, lo leí un poco antes de crear este blog así que no aparece reseñado pero lo recomiendo AHORA).
- Kurt Vonnegut "Matadero 5" (justo me lo compré el otro día), "Las sirenas de Titán", "Buena puntería", "Cuna de gato".
- Los diarios del Che en Bolivia.
También me pueden prestar estos libros, no hace falta que me los regalen. Todo bien, no me enojo.

5. http://www.festivaldepoesiademedellin.org/pub.php/es/Revista/ultimas_ediciones/74_75/casas.html

domingo, 11 de enero de 2009

La noche del oráculo de Paul Auster

1. Mi psicóloga anterior, la de la niñez y hasta la pre-adolescencia, me había recomendado cuando yo tenía unos 14 años "El palacio de la luna" y lo leí, y también leí "La invención de la soledad". Ahora ya no me acuerdo nada de lo que dicen esos libros, me acuerdo que el de la luna me había gustado y que el del padre lo había abandonado, porque no entendía nada. Es probable que del otro tampoco haya entendido nada, aunque me haya gustado. Son dos cosas distintas. No sé por qué la mina me recomendó ese libro, tal vez debería volverlo a leer.

2. Después durante mucho tiempo tuve un prejuicio contra Auster, porque me parecía demasiado masivo para ser bueno, como muy de supermercado, como muy de abuela. Obviamente, me equivocaba. También venden los cuentos completos de Cortázar en el súper. Yo creo que no soy el único que tuvo ese prejuicio y que mucha gente no considera a Auster como nada especial justamente por su "masividad" (entre comillas porque masivo es Tinelli, no Auster. O Rowling en todo caso). Pero aquí vengo yo desde éste, el blog más leído del mundo, ocho veces ganador del premio ese que da la Deutsche Welle a los blogs más copados del mundo, para hacer la reivindicación de Auster. Paul Auster es uno de los Contemporáneos, sindudamente. Me refiero a lo que ya conté en el post de "Las partículas elementales". (Por cierto, la cita que aparece en ese post es de este libro).

3. Hace no tanto leí "Leviatán" y los guiones de "Smoke" y "Blue in the face" (y ví las películas correspondientes, co-dirigidas por él) y ahí fue cuando cambié mi opinión sobre Auster. Sobre todo "Leviatán" me flasheó, es un libro excelente. El personaje que en la realidad es Sophie Calle (María Turner) es buenísimo.

4. De la biblioteca Minovich leí "El país de las últimas cosas", con el que Auster amplió mi opinión sobre él. También es altamente recomendable, hace poco lo compré como regalo. Es de la familia de "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago y "La peste" de Camus. De hecho tiene mucho del de Camus.

5. Este en partícular, "La noche del oráculo", es bueno pero no es el mejor de los mencionados (el mejor es "Leviatán"). Lo tomé de entre los libros de la casa de mi primo, en la que estuve viviendo las últimas semanas, y todo el tiempo estuve seguro de estar leyendo el último, el que salió reseñado en todos lados y en realidad se llama "Un hombre en la oscuridad". Después de haberlo terminado me di cuenta de que no era ese. La idea principal, de ficción dentro de ficción en tres niveles, está re buena (y creo que también está en la última novela y por eso me confundí) y re bien desarrollada, aunque a mi gusto la termina muy pronto. Es un buen libro de verano.

6. Besitos.

7. Empecé a leer "Mr. Vertigo" en su idioma original, a ver si me la banco.

jueves, 1 de enero de 2009

Las partículas elementales de Michel Houellebecq

1. Con algunas frases de este párrafo me siento ampliamente identificado:
"-No sirvo para nada -dijo Bruno con resignación-. Soy incapaz hasta de criar cerdos. No tengo ni idea de cómo se hacen las salchichas, los tenedores o los teléfonos portátiles. Soy incapaz de producir cualquiera de los objetos que me rodean, los que uso o los que me como; ni siquiera soy capaz de entender su proceso de producción. Si la industria se bloqueara, si desaparecieran los ingenieros y los técnicos especializados, yo sería incapaz de volver a poner en marcha una sola rueda. Estoy fuera del complejo económico-industrial, y ni siquiera podría asegurar mi propia supervivencia: no sabría alimentarme, vestirme o protegerme de la intemperie; mis competencias técnicas son ligeramente inferiores a las del hombre de Neardenthal. Dependo por completo de la sociedad que me rodea, pero yo soy para ella poco menos que inútil; todo lo que sé hacer es producir dudosos comentarios sobre objetos culturales anticuados. Sin embargo gano un sueldo, incluso un buen sueldo, muy superior a la media. La mayor parte de la gente que me rodea está en el misma caso."

2. “La carrera hacia la apostasía parece ahora imparable: en la terna del esnobismo, ya está cabeza a cabeza con leer a Michel Houellebecq o no tener televisor en casa”, Hernán Casciari, en La Nación.

3. Mi psicólogo me recomendó este libro hace un montón. Yo no trabajaba así que ni pensé en comprármelo, aunque me hubiera gustado leerlo. Un día nos íbamos a Rosario con Darío y con Iae y en la biblioteca de María Rosa encontré Plataforma. La novela me duró tres días: no podía parar de leerla. Y ese fue mi primer acercamiento a Michel Houellebecq. A lo largo de su lectura tuve muchas erecciones.
Este verano me fui de viaje y en la galería Tienda Inglesa de Barcelona me encontré muchos libros de Anagrama muy lindos y entre ellos, Lanzarote, de Houellebecq (que me lo robé, relato hecho acá). El libro no me gustó tanto como Plataforma, hasta me pareció un poco malo. Está bueno que venga con fotos sacadas por él.
Unos meses más tarde trabajé en la feria del libro y me encontré, debajo de una pila de otros libros, Ampliación del campo de batalla. Fue buenísimo porque por un lado estaba fallado (tiene una mancha de nada en la tapa) y me salió la mitad, y por el otro los que atendían ahí no sabían que lo tenían: a la gente que preguntaba por Houellebecq le contestaban que se había agotado. Fue antes de que se reedite. Ampliación del campo de batalla es un libro es increíble. Y me parece completamente válida la comparación con Kafka. Y la tesis del título, lo que significa la ampliación del campo de batalla, brillante. Aguante Houellebecq, muerte a los humanos.

4. Finalmente empecé a ver Las partículas elementales en las librerías y tenía trabajo, así que me le compré. Justo al tiempito lo leyó Maia y me cagó el pionerismo. Yo leí otras cosas y lo dejé ahí, priorizando siempre los libros de la Biblioteca Minovich que algún día voy a tener que devolver, pero el verano llegó (que vivan las vacaciones) y me lo llevé a Mar Azul, para empezarlo en cuanto se terminara Kerouac. Hice bien. Buen enganche además, Kerouac con Houellebecq, son como lo contrario esos dos libros. De hecho Houellebecq habla mucho de lo boludos-conchudos-hijosdeputa-caca-mierda que son las/los conceptos-lugares-personas-creencias New Age, y Kerouac casi que es Osho. Houellebecq es el más misántropo y Kerouac es el más filántropo. The thing is: en este duelo que se creó porque yo hube leído el uno a continuación del otro, Houellebecq le pasa el trapo.

5. El año pasado creo que era (2007) a mi me parecía importante (y divertido) saber (o decidir) quiénes son Los Contemporáneos, es decir, quiénes de los que están produciendo arte o teoría en este momento del mundo, o sea desde que yo existo, van a ser después reconocidos como los más grosos "de fines del siglo XX" o "de comienzos del tercer milenio" (nota al margen: la palabra milenio cada vez va teniendo menos su sentido original para mí, y se va conviertiendo progresivamente en una radio de taxi); quiénes son los actuales Cortázar, Borges*, Arlt, Marechal, Pizarnik, Kafka, Camus, Bukowski, Steinbeck, etc., Marx, Stevenson**, etc., etc., (sólo por mencionar el plano de la literatura. En los planos del cine y la música me resulta igual de divertido jugar, y además con Darío teníamos una jerarquía máxima que se saltaba las diferencias disciplinarias). Cuestión que Houellebecq es seguro uno de nuestros mentados contemporáneos.

* Borges me la chupa
** Stevenson te amo

6. Hay un problema muy serio con la lectura de Houellebecq y es que me pone muy malo. Muy misántropo. No es exactamente un problema en realidad; es más bien algo a tener en cuenta. No es para leer en cualquier momento. A mí me sirve para potenciar algunas de mis peores características cuando me siento con ganas de ser un aparato. Por ejemplo en Mar Azul. Estaba con un grupo grande de desconocidos que entre sí eran conocidos de hace mucho, un grupo muy unido y con muchos códigos internos y todo eso (ex madrijim de una misma tnuá), además de un grupo de intereses aparentemente homogéneos, heterogéneos de los míos (con salvedades de personas y de pequeñas cosas que parecí compratir con los demás, como los juegos que hicimos) y yo desde el vamos noté que no me iba a integrar -bien hice en llevar este libro. En mi tercera jornada de estadía (y de lectura) y luego de un día muy agitado y plácido durante el cual no me había visto con nadie (de ellos), me encontraba en la playa, de noche, parado al lado de la ronda en la que todos, sentados, hablaban y bebían tragos salidos de una heladerita (a contraluz; desde mi perspectiva eran siluetas). Houellebecq no fue el único propiciante, ni tampoco el principal, pero ayudó a que yo entrara en un juego MUY DIVERTIDO en el cual todo lo que pasaba me era tan ajeno como en una película (la palabra juego no es exacta: tiene poco contenido de realidad) que yo estaba mirando. Amplío: yo jugaba a que yo felicitaba a la vida por su guión, por la brillantez de sus directores de sonido y de fotografía, a partir de la aparición de un nudo de tensión en la forma de dos chicos muy raros y encapotados (relato más cuidado, proximamente algún día quizás en aubemina). Cuando lo escriba, voy a poner esta cita (que no es de Houellebecq, sino de otro potencial -menos certero- contemporáneo Paul Auster): "Contra todo pronóstico, aquella sensación no desapareció. Si acaso, fue creciendo a medida que avanzaba la noche (...) yo ya estaba instalándome en lo que habría podido denominarse (a falta de un término más preciso) un estado de doble conciencia. Por un lado formaba parte de lo que estaba pasando a mi alrededor, y por otro me sentía aislado del entorno, dejaba que mi imaginación vagara con toda libertad (...) No es insólito que una persona esté abstraída hasta el punto de parecer ausente, pero el caso era que yo no estaba ausente. Me encontraba en aquel espacio, plenamente inmerso en lo que estaba sucediendo; y al mismo tiempo no me hayaba allí, porque aquel sitio ya no pertenecía al mundo real. Era un ámbito ilusorio que existía en mi imaginación, y también el lugar donde yo estaba. En los dos sitios al mismo tiempo."

7. El final, el final final digo, es asombroso. Es uno de los mejores finales del mundo. Tiene mucho de lo que yo decía sobre la ciencia ficción el otro día en este espacio, en la reseña de Ciudad de Clifford Simak en el punto 6 (y eso que el libro no es ciencia ficción, o no se presenta así en ningún momento; a lo mejor sí es ciencia ficción y la jodita es que uno no se da cuenta).

8.
Ponga huevo Houellebecq
Ponga huevo y corazón
que esta hinchada
se merece
se merece rock and roll