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viernes, 6 de agosto de 2021

Me acuerdo y otros autorretratos, de Joe Brainard

 1.

¡Lo bien que la pasé con este libro! Un poco me enamoré de Joe Brainard. 

2.

Lo dije en reseñas pasadas, pero el Me acuerdo (I Remember) de Brainard, inventor del formato (o género), es mucho mejor que el más famoso Me acuerdo (Je me souviens) de Perec. Más lindo, más interesante, más sincero. El de Perec es muy sociocultural y muy francés, parece un muestrario de referencias. Este es más diario íntimo, y por eso quizás más universal. Y además es gay. 

3.

(El público se renueva, así que me repito: hay un Me acuerdo argentino, el de Martín Kohan, está muy bien también).

4.

El tomo en el que está publicado en castellano este Me acuerdo, incluye también otros textos de Joe Brainard, que es o fue un artista visual (ilustrador, diseñador gráfico, collagista, pintor) yanqui, nacido en 1942 y fallecido en 1994, muy gay y muy fachero (y muy lulu). Algunos de esos textos son fragmentos de diarios, otros son mini-ensayos, hay también algún cuento y algunas historietas. Además de todo, hay un prólogo de Paul Auster. La verdad, la pegué con esta compra, es un librazo recontra lindo y cuando lo compré (a fines del 2020) estaba agotado. Se los vendo por cien mil pesos.

Qué churro.

miércoles, 3 de julio de 2019

La trilogía de Nueva York, de Paul Auster

1.
Acabo de leer mis reseñas anteriores de libros de Auster, la última es de 2013, y me puse triste y melancólico. En una de esas reseñas digo que Auster es un escritor que empeora: igual yo, parece, soy un bloguero que empeora. Es notable, al margen de Auster y más en general, cómo los libros y nuestras lecturas de ellos se entrelazan con un momento en la vida de cada quien, y me alegro de tener yo este registro que no todos tienen, por no decir muy pocos, para acordarme de estas cosas. 

2.
También me doy cuenta, ahora que leí las tres novelas que conforman esta trilogía, que El libro de las ilusiones es exactamente y sin ninguna diferencia importante la misma novela que La habitación cerrada, tercera de esta trilogía (con un elemento de Ciudad de cristal, la primera). Es cierto que todes escribimos siempre la misma historia, pero Auster está exagerando. 

3.
Cuestión que hacía un lustro que no leía a este señor, a quien siempre consideré muy bueno, de los contemporáneos los más capos, amén de autoplagiativo y bestsellerudo. No lo había vuelto a leer porque bueno, sufi, pero me había quedado la espina clavada, desde mi adolescencia incluso, de verlo en la biblioteca de María Rosa la mamá de un amigo, la espina de leer ésta que muchos consideraban en ese entonces la mejor novela (o las mejores tres novelas) del Pablo este, La trilogía de Nueva York. No va que pasan los años y como todo best seller llega la hora de la colección que sale con el diario a la que le sigue la hora de la mesa de saldos y por una ventana reducida de tiempo se consiguieron las novelas de Auster editadas por Seix Barral y Planeta (creo que Seix Barral es de Planeta ahora) a 100 pesos cada una, y estamos hablando del 2019. De mayo de 2019, porque mientras corrijo para postear ya es 28 de agosto y todo se sigue yendo un poquito más a la mierda. Un día tenía que ir al banco, no tenía libro, y me compré este hermoso ejemplar de papel encuadernado por la suma recién mencionada. En el banco me atendió Gustavo Maiorano, a quién le agradezco el señalador. 

4.
La trilogía de Nueva York reúne tres novelas cortas, escritas en los años '85 y '86, que fueron publicadas originalmente sueltas: Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada. En la primera, un escritor llamado Quinn, que usa el seudónimo William Wilson para escribir una novelas protagonizadas por un detective de nombre Max Work, recibe un llamado. Quinn atiende y una mujer al otro lado del teléfono le pregunta si él es Paul Auster, el detective. MINDFUCK. Como comienzo es espectacular. Toda la novela se presenta como un policial metafísico, pero luego deriva en una cosa como la que pasa en El bigote de Emmanuel Carrère (que es del '86), una de las mejores novelas que leí en mi vida, y luego termina como las de César Aira cuando se cansa de trabajar. Igual es buena tirando a muy buena. La segunda novela, Fantasmas, es más bien un cuento, y es buena tirando a más o menos. También tiene como protagonista a un detective, pero no termina de ser un cuento policial, tiene mucho de metafísico pero me dio un poco de pajita. Y por fin, La habitación cerrada es un golazo, me gustó mucho muy bien diez. Tiene final, gracias Auster por tomarte el laburo. Tiene una hilación medio falopa para integrar las tres novelas en un mismo mundo, que no hacía falta, pero en sí es muy buena. Se trata de un crítico en este caso, a quien el último deseo de un amigo de la infancia embarca en una aventura también metafísica. También hay escritores y detectives, literatura dentro de la literatura y esas cosas. ¡Ah! Una cosa que me olvidé y que me pasó tanto con la primera como con la tercera es que me dieron ganas de leer El Quijote, que nunca leí (en realidad leí unos centenares de páginas en la secundaria). Quizás un día deje la pelotudez y me ponga a leer a los clásicos: Moby Dick, El Quijote, La guerra y la paz. Es más probable que primero lea toda la bibliografía de Stephen King, pero puede pasar. Mi sueño es que alguien un día considere que es mecenazgo pagarme sólo para que lea mi biblioteca y así pueda por fin trabajar de leer sin objetivo.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

La historia de mi máquina de escribir, de Paul Auster y Sam Messer


1.
Paul Auster eructa y le publican el efluvio. Este librito (64 p.) es en realidad más de Sam Messer (pintor, ilustrador) que de Auster.  El motivo real de publicación del coso son las pinturas y los dibujos que hizo Messer con el tema de la máquina de escribir de Auster y retratos del escritor, y los textos inanes e intrascendentes de Auster acompañan a éstos, y no son más que la excusa de publicación. En fin, se lee en una sentada (en el inodoro) y el ARTE "está gut", como dice un profesor que es un gomazo. Ejemplos:


miércoles, 20 de julio de 2011

El libro de las ilusiones, de Paul Auster

1. Una novela más de Paul Auster ha sido absorbida por El Borg y saben qué, primero era interesante pero después tenía sabor a poco y después se terminó y fue una novela más de Auster, lejos muy lejos de las que más me gustaron, que fueron Leviatán y El país de las últimas cosas, y cerca muy cerca de las que -si bien me gustaron -me parecieron más caca como Viajes por el scriptorium. Puede ser que Paul Auster sea uno de esos escritores que empeoran.

2. Un tipo pierde a toda su familia -mujer e hijos pequeños- en un accidente de avión. Se deprime. Después de mucho tiempo ve una película muda en la tele y se ríe. Decide ver todas las películas de ese director y actor y escribir un libro sobre él como laborterapia. Lo hace. Resulta que el cineasta de las películas hizo ocho y desapareció, nadie más supo de él. Por eso, nuestro tipo se sorprende mucho cuando le llega una carta donde dice que el cineasta lo quiere ver.

3. Lo mejor de la novela es que contiene la descripción detallada de las películas mudas. Hay un capítulo por el principio donde cuenta un par de ellas, y es el mejor capítulo.

4. Está muy bien escrita y tiene ese elemento polosteresco de que no lo podés dejar (por lo que le cabe la etiqueta droga), pero si ya leíste otros libros de Auster (como los que ya mencioné, y también El palacio de la luna y Smoke y Blue in the face), este es peor.

martes, 17 de marzo de 2009

Viaje por el Scriptorium de Paul Auster

1. Esta novelingui de 185 páginas con la letra MUY GRANDE y márgenes MUY AMPLIOS es eso, una novelingui. Vendría a ser una nueva clasificación: novela, novela corta o nouvelle, novelingui. No sé qué características se le deberían atribuir a las novelinguis; supongo que cuando aparezcan otras y tengamos un conjunto vamos a poder aislar sus particularidades, ceteris paribus.

2. Desde Resistirse queremos felicitar a Paul Auster por ser el primer autor en tener dos reseñas en esta página. ¡Felicitaciones! Que todos tus deseos se hagan realidad.

3. En Viaje por el Scriptorium Auster hace una operación que en la página 70 ya me parecía obvia. Todo lo que supongo que a Auster más copado le debía parecer de su novela es en realidad lo más cliché de los libros de Auster. Pero lo bueno es que está lo otro, las cosas originales de esta novela: los highlights son A. el protagonista es un viejo que se hace pis, muy capo; B. el ritmo. Muy recomendable para leer en colectivos. La tapa también me gustó. Y bueno, es un libro de Auster y como ya dije en el post de La noche del oráculo, Auster es uno de los Contemporáneos.

domingo, 11 de enero de 2009

La noche del oráculo de Paul Auster

1. Mi psicóloga anterior, la de la niñez y hasta la pre-adolescencia, me había recomendado cuando yo tenía unos 14 años "El palacio de la luna" y lo leí, y también leí "La invención de la soledad". Ahora ya no me acuerdo nada de lo que dicen esos libros, me acuerdo que el de la luna me había gustado y que el del padre lo había abandonado, porque no entendía nada. Es probable que del otro tampoco haya entendido nada, aunque me haya gustado. Son dos cosas distintas. No sé por qué la mina me recomendó ese libro, tal vez debería volverlo a leer.

2. Después durante mucho tiempo tuve un prejuicio contra Auster, porque me parecía demasiado masivo para ser bueno, como muy de supermercado, como muy de abuela. Obviamente, me equivocaba. También venden los cuentos completos de Cortázar en el súper. Yo creo que no soy el único que tuvo ese prejuicio y que mucha gente no considera a Auster como nada especial justamente por su "masividad" (entre comillas porque masivo es Tinelli, no Auster. O Rowling en todo caso). Pero aquí vengo yo desde éste, el blog más leído del mundo, ocho veces ganador del premio ese que da la Deutsche Welle a los blogs más copados del mundo, para hacer la reivindicación de Auster. Paul Auster es uno de los Contemporáneos, sindudamente. Me refiero a lo que ya conté en el post de "Las partículas elementales". (Por cierto, la cita que aparece en ese post es de este libro).

3. Hace no tanto leí "Leviatán" y los guiones de "Smoke" y "Blue in the face" (y ví las películas correspondientes, co-dirigidas por él) y ahí fue cuando cambié mi opinión sobre Auster. Sobre todo "Leviatán" me flasheó, es un libro excelente. El personaje que en la realidad es Sophie Calle (María Turner) es buenísimo.

4. De la biblioteca Minovich leí "El país de las últimas cosas", con el que Auster amplió mi opinión sobre él. También es altamente recomendable, hace poco lo compré como regalo. Es de la familia de "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago y "La peste" de Camus. De hecho tiene mucho del de Camus.

5. Este en partícular, "La noche del oráculo", es bueno pero no es el mejor de los mencionados (el mejor es "Leviatán"). Lo tomé de entre los libros de la casa de mi primo, en la que estuve viviendo las últimas semanas, y todo el tiempo estuve seguro de estar leyendo el último, el que salió reseñado en todos lados y en realidad se llama "Un hombre en la oscuridad". Después de haberlo terminado me di cuenta de que no era ese. La idea principal, de ficción dentro de ficción en tres niveles, está re buena (y creo que también está en la última novela y por eso me confundí) y re bien desarrollada, aunque a mi gusto la termina muy pronto. Es un buen libro de verano.

6. Besitos.

7. Empecé a leer "Mr. Vertigo" en su idioma original, a ver si me la banco.