sábado, 17 de junio de 2017

Jajaja, de Inés Acevedo

1.
La otra escritora argentina en voga últimamente (porque LA escritora argentina en voga es la Mariana Enriquez) es ésta, Inés Acevedo. En la contratapa, entre varias opiniones, se destaca la de Hebe Uhart: "Esta chica escribe bien". Esa es la opinión de la Uhart.

2.
Jajaja es un libro de cuentos. Más exactamente, es un libro que compila todos los cuentos que existen de Inés Acevedo hasta ahora (o todos los que ella quiso publicar, claro). Los cuentos son veintitrés y fueron escritos entre sus quince años y sus actuales treinta y cuatro (según mis cálculos), lo que nos da un amplio margen etario, de estilo, de oficio. Un dato interesante para leerlos es que al término de cada uno se indica la fecha del mismo, con lo que podemos jugar a adivinar si son cuentos de quinceañera, de dieciochoañera, de veinteañera, etc. Mis favoritos fueron por lejos los tres primeros ("Nadie quiere a los extraterrestres", "La mancha de Grippo" y "Días de Banchero"), que son a su vez los más nuevos, los únicos de 2016, tal vez escritos especialmente para este libro. En esta muy interesante entrevista Inés cuenta cosas sobre Jajaja que son muy buenas claves de lectura. Una es la idea de lo autobiográfico versus lo demás: para ella lo autobiográfico no es copia de nada, mientras que lo demás siempre lo es. Están esos dos registros muy fuertes en los cuentos del libro (yo preferí todos los que parecían autobiográficos, o los que tenían una voz de mujer joven, por sobre los demás -porque también hay cuentos protagonizados por niños, por hombres, por perros, por una coreana, por una científica del futuro, et. al.). Otra es esta, y cito: 
Hay algo oral muy fuerte, sí. Es como dice Piglia, todo el tiempo estamos contando cuentos, todo el tiempo son marcos para contar una historia. Un marco posible es que algo gracioso te pasó, es uno de los más universales y necesarios. Jajaja tiene que ver con eso. Siempre tenés que tener una excusa para contar, ¿por qué contarías algo? Justamente la persona a la que le contás es la excusa, entonces los cuentos están direccionados. No digo que hay que escribirle a un lector, pero sí imaginar por qué estarías contando esa historia y a quién. Si no está eso, es como que la voz se pierde. Las ganas de contar tienen que ver con querer comunicarte con el mundo, no con escribir algo lindo. No es la escritura, siempre estás con el mundo, conversando.

martes, 6 de junio de 2017

13,99 euros, de Frédéric Beigbeder

1.
El libro del amigo de Houellebecq se llama como su precio y se trata de un publicista, basado en el propio amigo de Houellebecq, en el mundo de la publicidad, en personajes reales del mundo de la publicidad y en publicidades reales. Como dicen todas las otras reseñas, la contratapa del libro y cualquier hijo de vecino, el estilo del amigo de Houellebecq es muy parecido al de su mencionado amigo Houellebecq, y también al de Bret Easton Ellis, en especial al de American Psycho y al de ese otro libro del que sólo leí el principio (Glamourama) que por algún motivo del destino encontré por cinco pesos ($5) entre los saldos polvorientos de la librería El Arca, subiendo una precaria escalera de caracol enfrente de la Facultad de Filosofía y Letras (en ese entonces; hoy está en la esquina). Es menos oscuro que ambos, igual. Este libro es su primer libro (del amigo de Houellebecq estoy hablando), y salió en Francia en el año 2000 bajo el título de 99 francos

2.
En el libro, el publicista Octave Parango está escribiendo un libro (este libro) como forma de denunciar el mundo de la publicidad en el que se encuentra inmerso y del que no se puede ir. Intenta que lo echen, al escibir el libro. Parece ser que el propio amigo de Houellebecq pasó por una historia similar y de ahí el propio libro. Todo muy autobiográfico y todo muy metatextual.

3.
El libro está muy bueno, tiene sus partes mejores y peores, sin bajar demasiado bajo, y por lo general tiende a levantar el promedio gracias a las partes más metatextuales, como las tandas publicitarias entre capítulos, que están escritas como si fueran tratamientos de guión de publicidades ficticias, las citas textuales y el resto de los para-paratextos. Me resultó muy paki, por otro lado, como Bukowski pero sin serlo, eso le baja el promedio en general. 

4.
Cuántas veces escribí Houellebecq. Cuantas letras tiene Houellebecq. Cuántas letras se utilizaron en la escritura de la palabra Houellebecq en esta reseña. Juro que nunca hice copipaste y siempre tipié desde cero la palabra Houellebecq. Como premio y como castigo por mi comportamiento.