viernes, 26 de mayo de 2017

Éste es el mar, de Mariana Enriquez

1.
Acabo de terminar de ver la primera temporada de American Gods, serie producida por y basada en la novela homónima de Neil Gaiman, y ahora entiendo a qué se referían todos (la propia Enriquez, mi amigo Eze que me prestó este libro, y el resto del mundo) cuando decían que Éste es el mar estaba inspirada en el mundo de, o bien citando explicitamente a Neil Gaiman, crack entre los cracks, autor de Sandman, showman, role model, etcétera. Al igual que en American Gods, en Éste es el mar hay una comunidad de seres sobrenaturales (o preternaturales, como diría Santo Tomás de Aquino), en este caso las Luminosas, que son supervivientes de un pasado anterior a la era de la Razón, y que necesitan de la devoción de los mortales para seguir existiendo. Éste es el mar se centra en Helena, una Luminosa recién salida del Enjambre. Helena necesita convertir a un hombre en un ídolo, en una Estrella, y luego en una ofrenda sacrificial, para que el muerto se vuelva Leyenda y ella pueda permanecer entre las Luminosas y no desaparecer. Desde que dejó el Enjambre y ganó una individualidad, vive en la Casa (las mayúsculas todas de la autora) con las creadoras de los mitos Jim Morrison, Kurt Cobain, Sid Vicious, Elliot Smith, Lennon, Janis Joplin, aprendiendo las estrategias y las precauciones que tiene que tomar para cumplir con su misión. Hasta que un día está lista. 
Después de la Ceremonia Escarlata, Vashti y Violeta coincidieron en que Helena ya estaba lista para reunirse con James. La despidieron en la terraza y, cuando Helena bajó las escaleras hasta el mar, se encontró con un camino en la arena y un edificio y una oficina donde fue contratada como la nueva asistente personal de James.
Y eso fue todo. No hubo preguntas. Su presencia resultó tan normal como el paso del día a la noche.
2.
En la entrevista que ya linkeamos (linkeamos todos) más arriba, Mariana cuenta que Éste es el mar empezó siendo un cuento de Las cosas que perdimos en el fuego, pero no dejaba de crecer y así terminó por ser esta nouvelle de 125 páginas y letra considerable que se lee súper rápido (una vez que se entra en clima, que no es de toque). Hay otra cosa además de la extensión que la diferencia de los cuentos de Las cosas que perdimos, y es la locación: mientras todos los cuentos de su libro anterior transcurren en el suelo patrio de la patria ésta, Éste es el mar sucede un poco en todo el mundo, pero en particular en Los Angeles, California. Lo emo y lo dark, y el perfil de James, acercan a este libro más a Bajar es lo peor que todos los cuentos de Las cosas, además. El libro es un golazo, super recomendable, Mariana es lo más, y la banco fuerte. Próxima reseña.

3.
Bonustrack: Betty Sarlo escribió una crítica del libro que me da a la vez gracia, simpatía y gracia de nuevo. Por algún motivo que desconocemos Sarlo llama al personaje de James "John Warren". Es raro porque claramente sí leyó el libro, aunque se ve que no lo tenía más cuando escribió la nota de Télam.

lunes, 22 de mayo de 2017

Sombras breves, de Walter Benjamin

1.
Hay un problema con Benjamin y este blog y es que por lo general los libros de Benjamin (o con Benjamin adentro) recopilan muchos de los textos breves de este buen hombre judío místico revolucionario y yo que voy leyendo a Benjamin fragmentariamente, de este libro unos textos, de este otro estos otros, no puedo hacer honor a mi regla autoimpuesta de reseñar todos los libros que leo, porque primero que mi definición autoimpuesta de libro reseñable implica haber leído todo lo que haya entre tapa y tapa (siempre que tenga lomo) y yo ahora por ejemplo de este tomo de Planeta-Agostini que se llama Discursos interrumpidos ya había leído casi todos alguna vez, excepto este del título de aquí arriba. Por lo general lo que hago cuando leo a Benjamin, es no reseñarlo. Porque además es un quilombo. Por eso ahora que reviso sólo tengo aquí Calle de mano única, el hermoso único libro que Benjamin publicó en vida como tal (como libro). 

2.
Sombras breves es una colección de quince textos de poco más de un párrafo cada uno, que como suele suceder están en algún lugar entre un ensayo, una poesía, un vómito y una profesía. Hablan de amor romántico, de las imágenes, de los fracasos, de cualquier cosa. Benjamin los publicó en dos entregas, en 1929 y 1933, en dos diarios. Podría no haber dado cuenta de mi lectura de las Sombras breves, pero entonces no podría haber compartido con ustedes este fragmento tan increíble que vale la pena que lean y transcribo como un servicio para mis inexistentes queridos lectores:
BELLO HORROR
Fuegos artificiales de la "Fête Nationale". Desde el Sacre-Coeur se desparraman sobre Montmartre fuegos de bengala. Arde el horizonte tras el Sena, los cohetes suben y se apagan en el suelo. En la cuesta empinada hay miles de personas apiñiadas que siguen el espectáculo. Y esta multitud encrespa sin cesar un murmullo parecido al de los pliegues de una capa cuando el viento juega entre ellos. Pongámonos a la escucha más atentamente: lo que resuena es otra cosa que la espera de cohetes y otros disparos luminosos. ¿No espera esa multitud sorda una desgracia, lo bastante grande para que de su tensión festiva salte la chispa, incendio o fin del mundo, algo que transformase ese murmullo aterciopelado de mil voces en un único grito, com cuando un golpe de viento descubre el forro escarlata de la capa? Porque el agudo grito del horror, el terror pánico son la otra cara de todas las fiestas de masas. El ligero estremecimiento que recorre como una llovizna espaldas innumerables los ansía. Para las masas en su existencia más honda, inconsciente, las fiestas de la alegría y los incendios son sólo un juego en el que se preparan para el instante enorme de la llegada a la madurez, para la hora en la que el pánico y la fiesta, reconociéndose como hermanos, tras una larga separación, se abracen en un levantamiento revolucionario.
3.
Comento dos textos más, ya que estamos, que están en este tomo marrón que es el 70 de la colección Obras Maestras del Pensamiento Contemporáneo (tranqui el título de la colección). El carácter destructivo es una nota de dos carillas y media, publicada en 1931. Benjamin, como Barthes en Fragmentos de un discurso amoroso, tiende a generalizar con frases del tipo "existen dos tipos de personas". Puede porque no le importa nada, y porque no se toma en serio sus definiciones taxativas: otro día puede escribir que el mundo se divide en otros dos tipos de personas diferente de su primera delimitacion binaria. En ese caso, Benjamin se dedica a describir a las personas de carácter destructivo, en oposición a las de carácter constructivo y también en oposición al "hombre-estuche", flashera forma de llamar a los pequeño-burgueses. Está buenísimo el remate:
El carácter destructivo no vive del sentimiento de que la vida es valiosa, sino del sentimiento de que el suicidio no merece la pena.
4.
Experiencia y pobreza, cinco carillas de 1933, dice esta genialidad, sorprendentemente clara y comprensible para ser Benjamin:
La cotización de la experiencia ha bajado y precisamente en una generación que de 1914 a 1918 ha tenido una de las experiencias más atroces de la historia universal. Lo cual no es quizás tan raro como parece. Entonces se pudo constatar que las gentes volvían mudas del campo de batalla. No enriquecidas, sino más pobres en cuanto a experiencia comunicable. Y lo que diez años después se derramó en avalancha de libros sobre la guerra era todo menos experiencia que mana de boca a oído. No, raro no era. Porque jamás ha habido experiencias tan desmentidas como las estratégicas por la guerra de trincheras, las económicas por la inflación, las corporales por el hambre, las morales por el tirano. Una generación que había ido a la escuela en tranvía tirado por caballos, se encontró indefensa en un paisaje en el que todo menos las nubes había cambiado, y en cuyo centro, en un campo de fuerzas de explosiones y corrientes destructoras, estaba el mínimo, quebradizo cuerpo humano.
La negrita es mía. Qué capo Benjamin.

5.
Otra cosa linda del tomo este es que incluye un texto llamado Currículum vitae, una carta que Benjamin envío por mediación de Brecht a un Comité Danés para la Ayuda a Refugiados cuando estaba solo y pobre en París, no tenía más que unos libros y estaba cagado de miedo. Pobre Benjamin. Un hallazgo en ese texto es que Walter define su libro Calle de mano única como "un volumen de reflexiones filosóficas". Yo a los cosos del libro ese los llamaba cosos.

jueves, 18 de mayo de 2017

La jornada de la mona y el paciente, de Mario Bellatín

1.
Yo lo tengo en versión Eloísa Cartonera, asequible por módicos creo que $30 al día de la fecha en un puesto de revistas que en realidad lo es de libros cito en la Avenida Corrientes, entre Uruguay y la de más acá, en edición de 2012. Parece ser, si le creemos a Internet, que en realidad es de 2006, y fue editado como libro así como lo tengo yo, que sospeché que debía ser un cuento en una colección pero no, era una novela desde su misma concepción. Una novela de 23 páginas.

2.
Recomiendo con Bellatín, especialmente si se está leyendo un libro poco narrativo o con una trama poco clara o inexistente, leerlo de una sentada. Cuando lo lees de una sentada (como en este caso), la cosa toma impronta de cosa total, los párrafos incomprensibles o poéticos o aparentemente no vinculados con el resto de sus amigos párrafos toman otro sentido en la obra total, si tenemos la imagen o la sensación general que deja el libro entre tapa y contratapa. Leído de una sentada, sin preocuoparse por lo que no se entiende (o sea leído como poesía), me resulta sumamente disfrutable. Y le entiendo lo capo, que si no me parecería méramente críptico y choto, como me ocurrió con Jacobo el mutante (es curioso cómo ese libro no me gustó nada, pero es el que más recuerdo de este señor autor).

martes, 16 de mayo de 2017

Titanes del coco, de Fabián Casas

1.
Me re gustó, para mi sorpresa. Me gustó mucho.

2.
Como dice la contratapa, hacía diez años que Fabián Casas no publicaba ficción (dice "hacía" pero para mí que es "hacían"). Hace diez años yo no tenía este blog, pero leí y me volví loco con Los Lemmings y otros cuentos y con Ocio seguido de Veteranos del pánico. Después ya tenía este blog y escribí: "Casas es el mejor escritor argentino contemporáneo. Le quitó el puesto en mi podio personal a Fresán." (en la reseña de Ensayos bonsai). (No puedo creerlo pero tenía 21 años en ese entonces). Después Casas publicó ensayos o poesía o libros para chicos o escribió guiones para películas, pero no había vuelto a publicar ficción así, como en este caso. Tampoco se parece mucho a lo que fueron Los Lemmings, Ocio o Veteranos del pánico, la verdad. Es como eso pero con mucho más Bolaño encima.

3.
Cuando lo empecé, pensé: "Ah, es una novela sobre la redacción de un diario. Y yo no leí Diario de la Argentina del Turco Asís". Bueno, después no era tan sobre la redacción de un diario. De hecho tampoco era tan una novela. Titanes del coco es más bien una colección de relatos, cuentos, algunos más autocontenidos que otros, que se vinculan y entrecruzan en un mismo universo narrativo, pero que no necesariamente se tocan. Cuando me di cuenta de esto, de que Casas estaba abriendo más y más líneas narrativas, temí que después las dejará ahí sueltas, pero no, todas cierran. Era difícil. Así que he ahí el principal motivo por el que me gustó tanto Titanes del coco. (Que no es una novela lo digo más que nada porque al término de todo, en las "Special Thanks", Casas agradece "por leer estos relatos". Así que lo dice él, no lo digo yo). Además, pero no esperaba menos, está súper bien escrito, un poco denso por momentos (hay varios párrafos de varias hojas cada uno, en especial al comienzo). Y tiene gancho. Querés saber lo que va a pasar. Y querés saber cómo se conectan las historias con las otras historias. Está todo bien con este libro. Lo recomiendo.

domingo, 7 de mayo de 2017

Gualicho, de Gael Policano Rossi

1.
Primer libro en papel de la editorial De Parado y primera novela del poeta, actor, dramaturgo, astrólogo, seguramente algo más y ahora también novelista Gael Policano Rossi. De Parado lleva como subtítulo: "La editorial más puto de la Argentina". Gualicho lleva como subtítulo "La chancha que tenés adentro". Todo promete.

2.
Pero mejor que prometer es realizar y Gualicho, si algo hace es cumplir. A qué me refiero: a que Gualicho parte de una premisa (ensayo una formulación yo: un joven heterosexual engualichado que siente una irrefrenable necesidad por ser penetrado) y no la suelta nunca, le busca los recodos, se hace cargo de los peros. Daniel, el protagonista, tarda una buena, verosímil cantidad de páginas (todo lo que sería el primer acto, pienso ahora) en entender y sobre todo aceptar que su malestar se soluciona con una pija en su recto. Y para mejor, la premisa no se pierde en ese primer punto de giro, porque la palabra clave en la premisa sería "irrefrenable". Con una pija no alcanzaba.

3.
El otro motivo por el que la novela está buenísima, a mi entender, es la prosa. No es fácil escribir un libro pornográfico, en el que como su nombre lo indica hay que describir el garche en detalle, sin caer en tópicos insulsos. Copiaría un fragmento acá pero la verdad ahora que lo veo todo funciona en sistema. Debería transcribir un garche completo, porque no sólo está bien cada frase o cada párrafo, está muy bien la progresión.

4.
Más temprano que tarde mi calentura de lector devino en espanto, y ese es un tercer mérito de Gualicho: el género (literario). El porno no sé si es un género, pero Gualicho cuenta un gualicho (una maldición, traduzco para mis imaginarios lectores no argentinos), y un gualicho busca cagarle la vida al engualichado, como le sucede a Daniel. Así que en un momento ya no me calentaba más, quería que pare. No les cuento como termina la historia. Léanla. Ah, a todo esto, son 114 páginas. Se lee en una sentada.

jueves, 4 de mayo de 2017

Scalabritney, de Martín Zícari

1.
Hola. Cómo va. Bien vos. Bien. Qué hacías. Nada, acá. Vos. Yo acá, boludeando un poco. Ah, mirá. Yo estoy escribiendo. Qué escribís. Una reseña triple de los libros de Martín Zícari. Ah. Quién es. No, un pibe. Y por qué triple. Porque viste que en este blog estoy obligado sólo a reseñar aquello que leo que tiene lomo. Pero en realidad antes de leer Scalabritney, ya había leído otras dos cosas de él, cosas sin lomo. ¿Qué leíste? Leí un librito de poesía suyo -parece que ahora le dicen plaqueta a los libritos de poesía-, que se llama El problema de la droga y los días lindos, que lo conseguí en una feria de fanzines en una casa. Y antes de eso leí otro pero en el celu, que se llama Papus. Es de la editorial De Parado, que ahora sacó su primer libro en papel, el de Gael Policano Rossi que reseño acá arriba. ¿Arriba de qué? Acá arriba, todo esto está pasando en un blog. Ah, mirá, no sabía. Bueno, Papus está buenísimo. Me híper calenté. Lo podés bajar gratis (o aportando a voluntad) de acá. Lo leí cuando trabajaba en Ramos Mejía. ¿Y con eso qué? Nada, eso, los tengo relacionados, a Papus con Ramos Mejía. Y de qué va Papus. Son cuentos porno gay. El primero es el que más me gustó. Y el del dark room. Lo leí hace un tiempo ya. 

2.
El problema con El problema de la droga y los días lindos es que después de leerlo se me perdió en mi casa (es muy menuda la plaqueta) y no la tengo más para reseñarla. Ya aparecerá. Pero puedo decir que me gustó mucho, excepto por el último poema, en el que se cuenta un sueño con una metáfora política (un sueño en el que política = caca) que no me convenció, digamos. Y eso que me gusta la palabra caca. Me resultó medio raro ese poema ahí, como cierre de la plaqueta, cuando todos los otros poemas anteriores hablan justamente de la droga y los días lindos, de chicos (o de un chico solo, tal vez), de citas, de andar en bici. Son muy lindos los otros poemas.

3.
Pero hablemos de Scalabritney. (¿Vieron que se fue mi interlocutor? nunca existió, los engañé). Este libro editado por Entropía, en la misma colección que por ejemplo Del caminar sobre hielo, sigue un poco la línea narrativa de El problema de la droga y los días lindos por el mundo que cuenta, los personajes que crea y que sigue, por las drogas, la bici y los días lindos. Y también por algo de lo poético. En esta entrevista que le hace a Martín Zícari la ahora fallecida Natu Poblet (dueña de Clásica y Moderna y tremenda mostra), ella dice que Scalabritney es "un canto a la vida". Amén de la simpática expresión, es cierto: en todo Scalabritney no hay un conflicto, no pasa nada malo, ni oscuro. Hay a lo sumo unas oscuridades muy naif que sólo lo son en la percepción del protagonista. A esta reseñista, eso la enoja (inserte emoji aquí). Realmente, no hay en Scalabritney una razón para contar Scalabritney, por fuera de la voz del narrador protagonista, de la deriva por una serie de imágenes y de ideas y de unas pocas escenas en las que pasan cosas, acciones. Pero la voz del protagonista resulta suficiente. Quizás lo que confunde, lo que perturba a la reseñista enojada del link suprascripto que quería más acción y menos diminutivos, es el término novela, o nouvelle, como dice la tapa. ¿Qué hace de Scalabritney una novela? Yo en principio no lo sé. No me importa mucho igual. El libro es muy lindo. Yo la pasé muy bien.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Primer anuario, de Alegría


1.
Este es el libro del popular y desparejo perfil de Facebook Alegría, en el que varias docenas de humoristas gráficxs (casi no hay chicas pero hay un par) publican chistes sobre nuestra trágica situación política argentina desde comienzos de la Era Macri. El perfil tiene casi 92.000 seguidores y 2441 chistes en este momento, de los cuales un 50% diría que son malos. Lo que pasa es que el grupo tiene un funcionamiento bastante democrático, por el cual (por lo menos así lo anunciaban cuando comenzaron) cualquiera puede publicar su chiste gráfico. Lo que hace valedera la propuesta es que entre los cualquieras se cuentan Sergio Langer, Ernan, Podeti, Riskin?, Semola Souto, Mantrul y otros que me gustan (hay uno que se llama Polaco y es muy bueno). Igual el mejor es Langer. Y Mantrul. Y Podeti.

2.
La gracia del libro es que no es solo una compilación de algunos de los chistes del primer año del perfil (500 chistes creo), sino que además tiene por cada mes un texto y una historieta (no un chiste, una historieta con muchos cuadraditos consecutivos) originales del libro y que garpan, hechas por los arriba mencionados y algunos más. La otra gracia del libro es que está muy barato para lo que es (la edición está bárbara). 

DISCLAIMER: Ninguno de los chistes de este posteo están en el libro porque son más de ahorita.