miércoles, 31 de agosto de 2011

Historia del llanto, de Alan Pauls

1. No sé qué voy a decir sobre este libro pero demoslé para adelante.

2. De Alan Pauls leí El pasado, durante mi viaje a España. Una buena parte la leí durante un día que pasé en micro entre Granada y Barcelona. En ese entonces fui fan. Hay frases de El pasado que van a quedarme para siempre (aunque tal vez las escuché en la película -malísima- en lugar de haberlas leído) como "Rímini, sos un hijo de puta, tuviste un hijo sin mí" o "las tristes gotas de semen que me dejaste" (en la carta que le deja la Sofía a la mujer de Rímini). Historia del llanto no forma parte de la misma categoría para nada, no lo voy a recordar y de hecho ya me lo olvidé en gran parte.

3. A favor: La forma en que está escrito con larguísimos párrafos y cambios de tema es interesante y por momentos muy copada. En contra: La forma en que está escrito en larguísimos etcétera hace que sea medio un quilombo seguirle el ritmo y acordarte de qué estaba hablando y de dónde venían las cosas. A favor: El muchacho escribe bien (me refiero a la construcción de oraciones y uso del wortschatz). En contra: Si la historia estuviera escrita de forma un poco más lineal, el final no sería creíble. A favor: Es corto (sí, a favor, de una, en este caso). En contra: No entiendo qué sabe Alan Pauls sobre la dictadura, desde dónde escribe sobre eso. El desarrollo del tema parece un poco superficial. Fin. Resultado: No lo recomiendo. Tampoco lo desrecomiendo. Hay muchas cosas mejores para leer como para andar leyendo esto. Por ejemplo, Slam Dunk.

lunes, 29 de agosto de 2011

Lengua de tierra: antología del cuento israelí

1. Es una antología editada por Adriana Hidalgo (¿en persona? ¿será una persona?), de cuentos israelíes compilados, traducidos (muy bien), anotados (un poco demasiado) y prologados (académicamente) por una señora Henie Hajdenberg. Son diez, como el minian, ordenados cronológicamente. Muchos de los autores no nacieron en Israel y muchos (la mayoría) nacieron antes del '48, pero los que no nacieron son olim. Hajdenberg, de manera levemente irritante, insiste en llamar Israel a Israel aún cuando no era Israel sino Palestina. Pero si bien a nivel histórico tiene estos dislates, hace unos interesantes análisis literarios que aparecen antes de cada cuento (biografía del autor y contexto del cuento, más un breve análisis).

2. "Partículas" de Dvora Barón (1887-1956). El título parece re Houellebecq pero nada que ver. Es un cuento de principios del siglo XX. Una niña queda huerfana y encima es fea, entonces nadie la quiere. Un día es grande, se hace amiga de una vaca y de un religioso y encuentra la felicidad. Y se muere. "Supo entonces que esa claridad era la que le había descripto el sabio ciego, la luz maravillosa que les está reservada a aquellos que en este mundo se han templado en el sufrimiento". Es un cuento un toque soso, pero no está tan mal. Está bien que lo haya incluido por dos cosas: tiene un estilo bien de ese entonces que nos permite construir el trayecto de la literatura israelí que intenta armar la antología -ese es uno- , y lo escribió una mujer -ese es el otro- que además es la primera escritora del hebreo moderno.

3. "Las otras caras" de Shai Agnon (Galitzia 1888- Israel 1970; vivió en Yafo desde 1908). Agnon escribía en idish y en hebreo y es el único israelí que ganó un premio Nóbel de literatura (en 1966). El cuento es de 1932 y en hebreo se llama "Panim", la traducción sería "Cara", que en hebreo es siempre plural, o sea "Caras". Me hizo acordar mucho a Gustav Meyrink por como escribe, aunque más que surrealista es realista con incursiones flasheras de corte psicologista. Se trata de una pareja, los Hartmann, que se divorcian y cuando salen del tribunal se van a pasear. Está bueno.

4. "En el camino a Jericó" de S. Yizhar, un judío con un jopo que sí nació en territorio-entonces-no-aún-israelí-pero-después-sí (1916-2006). Se trata de un tipo que va en auto a Jericó buscando a un pariente movilizando durante la Guerra de los Seis Días (1967). En el camino se encuentra una familia de árabes desahuciados. Está bien.

5. "Horizonte" de Biniamin Tammuz (1919-1989). Lirismo horrible y encima con moraleja. Una garcha.

6. "El llanto" de Aharon Megued (1920, aparentemente sigue vivo) es un cuento así onda no te digo lo que piensan los personajes pero sí qué impresión causan en los demás. Y es sobre el kibutz de la época del Beit Ieladim (hacia los '60s, cuando el kibutz era comunista de a deveras, y los chicos no se criaban con sus familias sino todos juntos en el Beit Ieladim). Está bueno. Medio sórdido.

7. "Berta" de Aharon Appelfeld (1932, vive!). Un cuento turbio sobre sobrevivientes de la Shoá con traumas. Muy turbio. Son un hombre y una mujer, y ella tiene un retraso, o una tara, no se sabe. Y lo une nada, que en la huida de Europa a él se la encajaron. El autor estuvo en un campo de concentración nazi y se rajó, vivió escondido y después se unió al Ejército Rojo antes de irse a Israel. Está medio bueno el cuento.

8. "La gallina de tres patas" de Yehoshua Kenaz (1937). Es un cuento de 1980 y es excelente. Se trata de un nene que vive en un moshav (asentamiento agrícola judío) en la época del mandato británico, es decir cuando Palestina se llamaba así y era una colonia. Se muere el abuelo, el padre está lejos, la madre se burla de él y el chico está confundido. También aparece una chica que le gusta, un chico que le da miedo, una gallina de tres patas y los tipos que cobran por verla, un árabe con violín, una polilla de la madera y un momento místico muy zarpado. Excelente cuento, garpa el libro.

9. "Las tierras del chacal" es el cuento de Amos Oz (1939) que es probablemente el escritor israelí más famoso en castellano porque está muy traducido en España, no sé por qué gusta tanto. Lo traducen Tusquets y Siruela. Yo no había leído nada, pero tengo un par de libros suyos en mi casa en el estante de los israelíes. El cuento está un poco bueno y un poco no. Lo mismo corre por la traducción. Me parece que debe ser mucho mejor en hebreo. Transcurre en un kibutz también: hay un búlgaro feo y atractivo a la vez (está muy bien logrado eso, es lo mejor del cuento: "la fascinante fealdad de Matitiahu Damkov" y la descripción del personaje) que se quiere encamar con la hija del líder ideológico del kibutz, capaz por revancha. Creo que no me gustó tanto por un tema de ritmo (según mi papá, Amos Oz es un embole), pero está bueno.

10. "Días de a dos" de David Grossman. El segundo mejor cuento. Grossman es el otro escritor israelí contemporáneo famoso. Es el fundador de Shalom Ajshav ("Paz Ahora"), una ONG pacifista, bastante pro-palestina y con la que puedo estar de acuerdo. Momento Viviana Canosa: Tengo una amiga que salió con el hijo. Grossman además tiene un hijo que murió en la muy reciente Guerra del Líbano (no es el mismo hijo). El cuento se trata de una pareja, como el título indica. Empieza así:

Esta noche, después de hacer el amor, Tamar lloró. Qué más podría agregar a esto.
Y por supuesto, lo que agrega a eso es todo el cuento. Lo banco, muy bien felicitado.

11. "Hasta que pase toda la guardia" de Leah Aini. Este es el último. Es el único otro de una mujer. Y se trata de sobrevivientes del nazismo traumados también. Está bien, bien sórdido. Fin.

martes, 23 de agosto de 2011

Dejen todo en mis manos, de Mario Levrero

1. Lauri me regaló este libro por mi cumple. Gran regalo, gracias bo.

2. Mario Levrero fue un descubrimiento para mí. Había leído El sótano nada más. Después de leer Dejen todo en mis manos quedé obnubilado y me compré en la FLIA otros dos de Levrero editados por Eloísa Cartonera. Uno de ellos ya lo leí (La máquina de pensar en Gladis) y próximamente les alcanzo la reseña.

3. Dejen todo en mis manos es una novela bastante corta. Se trata de un escritor montevideano al que su editor le encarga viajar al interior de Uruguay para encontrar al autor anónimo de un manuscrito genial. Del autor misterioso solo hay tres pistas: el contenido de la novela manuscrita, el seudónimo Juan Pérez y el lugar de donde se expidió el sobre con el texto, el pueblo de Penurias, cerca de Dolores. Hacia allí parte el protagonista: las pesquizas para encontrar a Juan Pérez son el cuerpo de la novela.

4. Información fáctica: la leí en dos días, me reí muchas veces. Se la presté a Joni, no le gustó nada (o estaba muy tajante en el momento en que lo charlamos). Se la presté a mi papá, me dijo que estaba buena, no sabía si muy buena. Sin embargo a mí me pareció excelente. Creo que a Lauri también. Excelentemente escrita y excelentemente pensada, llena de vueltas inesperadas y recursos de lenguaje muy bien utilizados. Y muy uruguaya además.

5. Última información personal e innecesaria. Cuando estuve en Uruguay este verano entré en una librería y me compré dos libros: Mentirillas de Leo Masliah y éste mismo, de Levrero. No me acordaba, creía que me había comprado otro de Levrero. Ahora tengo dos, pero el que leí es el que me regaló Lauri (Ed. Mondadori, linda edición) y el que tengo de clavo -el que leyó Joni- es el de una editorial uruguaya independiente. Qué anécdota pedorra. Lo anecdótico en realidad es que después de leer y disfrutar tanto Dejen todo... y de haberme obnubilado, fui muy contento a agarrar el otro y vi que era el mismo.

lunes, 22 de agosto de 2011

El fin de la infancia, de Arthur Charles Clarke

1. Hace años que quería leer este libro. Como muchos otros nerds, la primera vez que leí acerca de este libro fue en una revista Lazer en la que contaban que Hideaki Anno se habría inspirado en esta novela para crear Neon Genesis Evangelion, y quise leerla en busca de explicaciones. La tuvimos por un tiempo, mi papá se la compró a mi hermano, pero después se perdió y nunca la pude leer. Ahora la conseguí gracias a mis artes oscuras en la edición de Minotauro de los 70's y pude leerla finalmente. La conexión de la novela con Evangelion es mínima.

2. El fin de la infancia (Childhood's End) se publicó por primera vez en inglés en 1953 y tiene una reedición post-alunizaje en la que cambiaron una alusión a la Luna por otra a Marte. Está dividido en capítulos, y entre los capítulos pasan en ocasiones varias décadas y los protagonistas van muriendo y cambiando por otros.

3. Paso a contar la trama (sin arruinarles nada). Cerca del año 2000, gigantescas naves extraterrestres con forma de zeppelins entran en la atmósfera terrestre y se quedan ahí. Después de un tiempo, Karellen, representante de los alienígenas, entra en contacto con el Secretario General de las Naciones Unidas. Los invasores nunca se muestran: dicen que la humanidad no está todavía preparada para verlos. El principio de la novela gira entonces en torno al misterio por el aspecto de los superseñores (Overlords en inglés, mucho más copado que su traducción y nada que ver con los del Starcraft). A la vez, los superseñores instauran de prepo un Estado de Bienestar sin guerras en el que poco a poco la humanidad entera se relaja. Ya no hay casi trabajo para hacer. Surge una resistencia contra la intromisión extraterrestre: son los que consideran que al eliminar los peligros de la vida, les están quitando su libertad (¿Herbert Marcuse habrá leído El fin de la infancia antes de escribir El hombre unidimensional, libro de filosofía/ciencias políticas en el que postula básicamente eso mismo? Para mí que sí). Más adelante el misterio del aspecto se termina: el de los motivos secretos de Karellen y los suyos se intensifica. La última parte del libro (las aventuras del negro Jan Rodrick) está muuuuy buena pero no se las puedo contar. A menos que...

4. Hagamos esto: el que quiera que le siga contando y así saber en qué se parece El fin de la infancia y Neon Genesis Evangelion y no le importa arruinarse toda sorpresa de la novela, hace clic en seguir leyendo. El que no, hasta acá llegamos. Besito.

jueves, 11 de agosto de 2011

Next: Sobre la globalización y el mundo que viene, de Alessandro Baricco

1. Next es un libro muy chiquito de Anagrama (150 páginas) con una letra bastante grande, tres capítulos o partes y un glosario o bonus track, en el que Baricco (Los bárbaros, Seda) se pregunta qué es la globalización y sale a desmantelar el concepto. Según cuenta en el prefacio, la pregunta por la globalización salió de los acontecimientos del G-8 en Génova, cuando los globalifóbicos fueron a protestar y los reprimieron salvajemente. El libro es viejo, del 2001. Mi edición es de 2008 con lo que podemos inferir que más de una persona decidió leerlo a pesar del paso de los años y por ende deducimos que no debe estar tan desactualizado. Un poco sí.

2. La conclusión a la que llega Baricco, y no creo estar cagándoles nada al contarlo, es que la globalización es un mito, una mentira, algo que no sucedió aún pero a lo que se tiende en beneficio de cierto tipo de empresas, países y políticas, y que el discurso de que la globalización ya llegó hace rato es una herramienta para hacerla llegar.

3. La metodología que usa para refutar la globalización es lo más interesante, y es bastante inteligente. El supuesto es que muchas personas -o todo el mundo- habla de globalización pero si les pedís que la definan no pueden. Entonces Baricco fue y le preguntó a personas qué es la globalización, y en respuesta obtuvo ejemplos del supuesto fenómeno manifestándose: por ejemplo, vas a cualquier lado y encontrás coca-cola. Después agarra todos esos ejemplos-definiciones que le dieron y se pone a investigar si son ciertos.

4. El libro es muy corto, no tengo más nada para decir salvo que Los bárbaros está mejor (es más complejo, más actual y más original), que no deja de ser un punto de vista interesante y que Baricco escribe bien. Próximamente, reseña de Océano mar (lo estoy leyendo adesso).

miércoles, 10 de agosto de 2011

Boy, tales of childhood, by Roald Dahl

1. Este post se viene muy escatológico (injustificadamente).

2. En febrero de este año estoy en la casa de Iae en Montevideo y tengo que ir a hacer caca. Ojeo los libros en los estantes y elijo éste: Boy, relatos de infancia. En sucesivas cacas llego hasta la mitad y cuando tengo que volver a Buenos Aires decido que no se lo voy a pedir prestado, lo compro acá y ta. Le doy a Tere una lista de libros de Dahl para que compremos en la biblioteca (los de Charlie, Las Brujas, otros). Como éste libro se llama Boy también en su edición castellana, se genera una confusión y nos lo traen en su edición inglesa de Penguin Books. Termino de leerlo entonces pero en inglés, en Buenos Aires, en sucesivas cacas (in several poops).

3. Hay una parte en la que Roald le cambia al novio de la hermana el tabaco de la pipa por caca de cabra y él se la fuma.

4. Hay una parte en la que en el colegio, un alumno mayor hace que Roald le caliente el asiento del inodoro antes de usarlo.

5. Boy es un libro de cuentos en el que Roald nos cuenta la historia de su infancia, en base a episodios que cubren distintas etapas de la vida (el hogar familiar, la escuela, las vacaciones, el secundario). Traduzco el principio:
Una autobiografía es un libro que una persona escribe sobre su propia vida y normalmente está lleno de detalles aburridos.
Esta no es una autobiografía. Nunca escribiría una Historia sobre mi mismo. Por otro lado, a través de mis días de joven escolar e inmediatamente después me pasaron algunas cosas que nunca olvidaré.
Ninguna de estas cosas es importante, pero cada una de ellas me causaron tan tremenda impresión que nunca fui capaz de sacármelas de la cabeza. Cada una de ellas, incluso después de cincuenta o sesenta años, permanece cosida en mi memoria.
No tuve que buscarlas. Todo lo que tuve que hacer fue rascarlas de la parte de arriba de mi consciencia y bajarlas al papel.
Algunas son graciosas. Algunas son dolorosas. Algunas son desagradables. Yo supongo que es por esto que siempre las recordé tan vívidamente. Todas son verdad.


6. Roald Dahl es el autor de Charlie y la fábrica de chocolates, Matilda, Las brujas, entre otros libros buenísimos. Nació en 1916, y los sucesos que narra en este libro son de entre el '16 y el '36. Me resultó especialmente atractivo por eso: cuando se van de vacaciones de Escocia a Noruega tienen que viajar varios días en trenes y barcos; hacer las reservas de todo por correo... un flash. Y la escuela a la que va Roald en Inglaterra es como en The Wall pero peor. Además tiene dibujitos! Y fotos! Es re lindo. Tengo muchas ganas de leer el siguiente, Going Solo en el que sigue contando su vida. Parece que Roald fue empleado de una petrolera en África, y después fue aviador en la Segunda Guerra Mundial. Si alguien lo tiene, prestemelón. Fin.

Plata quemada, de Ricardo Piglia

1. Este post se viene muy maraca.

2. Cuando vi Plata quemada (la película de Marcelo Piñeyro) quedé fascinado. Yo tendría 13 años, no sé dónde ni cómo la vi pero la película es del 2000 y yo en el 2001 ya la había visto, seguro. Creo que debe ser la primera película con escenas explícitas de sexo entre hombres que vi. Y encima, qué hombres: Sbaraglia y Noriega, mein Gott. Y de paso Echarri, antes de las canas y las fosas nasales gigantes. Sbaraglia vivía en Argentina o se acababa de mudar al exterior y venía de El garante, una de las mejores series que dio la televisión argentina, en la que hacía de tipo que debe correr con una deuda contraida por su abuelo con el diablo. El diablo (uno de sus esbirros en realidad) era Lito Cruz, cuando actuaba bien. Y también actuaba Luis Ziembrowski, en un papel buenísimo (Fernagonza) que según internet fue su primero en TV. Ziembrowski también actúa en Plata quemada. Lito Cruz no. El garante era de los hijos de Tato, que entonces eran jóvenes, tenían papá y no escribían en Clarín (uno de ellos ahora lo hace, en una columna un poco menos boluda que lo que hace Nik en La Nación) . Los Borenstein (los hijos de Tato) después hicieron La condena de Gabriel Doyle, un programa que debería haber sido un éxito, que tenía guión de Robin Wood, en el que en un capítulo Max Berliner se comía una carilina con sangre. Pero en vez de ser un éxito, lo levantaron. Después los Borenstein hicieron Tiempo Final (en su primera versión), una serie excelente que yo no me perdía nunca. Fueron los primeros en poner a Francella a hacer algo serio (demasiado serio: era un tipo que descubría en su electricista a quien lo había picaneado durante la dictadura). Por la época de Tiempo Final fue que salió Plata quemada, donde los tipos cojen y también está Leiticia Bredice.

3. El libro de Piglia es mucho menos maraca que la película. En principio, los tipos no están específicamente fuertes. El Nene capaz que sí, los otros no necesariamente y el personaje que hace Echarri diría que no. En segundo lugar, la relación entre el Nene y Ángel (que no se llama así) es mucho menos central (sin dejar de estar) que en la película.

4. Otras diferencias con la película. En el libro, el personaje de Noriega no es español, y se llama el Gaucho Rubio porque es un gaucho y es rubio. Sí se mantiene lo de que escucha voces, y lo de las drogas. Se ve que para que España pusiera guita tuvieron que acordar eso. Ojo, no me molesta, ponelo a Noriega todas las veces que quieras. Solamente que es raro porque el libro es el colmo de la investigación y el basamento en hechos reales, entonces hace ruido que le cambien esas cosas. La otra es Leticia Bredice. El personaje que hace, en el libro es una piba morocha: una cabecita negra llegada del interior uruguayo. No entiendo por qué buscaron a una rubia. O sea, está re fuerte, actúa bien, pero ¿no había una negra que estuviera fuerte y actuara bien?

5. Decía entonces que la novela es el colmo del "basado en hechos reales". El caso es real: una banda organizada de chorros porteños roba mucha guita de una municipalidad en un asalto en el que matan gente. Huyen al Uruguay pero, traicionados por diferentes personas, están a punto de caer. La policía uruguaya los acorrala en un departamento que no es de ellos sino del hampa montevideana donde, casi por azar, hay un arsenal. Los chorros porteños aguantan la embestida de la policía uruguaya toda la noche. Para Montevideo es el mayor despliegue policial de su historia, y la televisión que es joven lo cubre en vivo. Al final... no les cuento el final, por si algún desprevenido no vio la película ni leyó el libro. Es el colmo del "basado en hechos reales" por como está escrita y por las fuentes que usa. Piglia (PIGLIA, RICARDO PIGLIA, ¡no Felipe Pigna! Lo grito así porque el mundo está lleno de gente que se los confunde y más de uno debe haber llegado hasta acá pensando en el profe de historia Pigna) no sólo leyó las crónicas de la época, no sólo habló con testigos, no sólo leyó informes policiales: también leyó informes de prisiones y manicomios previos al comienzo de la historia que narra, haciendo un relevamiento impresionante de la vida de estos dos personajes el Nene y el Gaucho. ¡De uno leyó lo que escribió su psiquiatra! De todas maneras, lo más increíble de las fuentes es esto: resulta que el departamento en el que se encierran los tipos, estaba microfoneado. Por otra cosa, para vigilar a otro. Entonces la cana pone a uno a escuchar y taquigrafiar las conversaciones de los acorralados, para entender cuántos son y cuál es cuál y tratar de ver cuándo empieza alguno a aflojar para tratar de que traicione a los demás. Esas conversaciones están desgrabadas, y Piglia las leyó. Zarpada fuente. Todo esto lo cuenta el autor en un epílogo donde también cuenta cómo llegó a él esa historia.

6. Lo que tiene de interesante la novela, más que nada, es el uso de las fuentes, que no son eludidas sino incorporadas de una manera muy buena: el que escucha las conversaciones es un personaje; el cronista del diario montevideano es un personaje... Nada, está muy bueno eso. Dejemos acá por ahora.

jueves, 4 de agosto de 2011

Esperando a Godot, de Samuel Beckett

1. Obra muy famosa autor irlandés muy famoso siglo XX muy importante muy graciosa condición humana tremendo tremendo.

2. Esta es una canción que se llama "Aspettando Godot" y es de Claudio Lolli. "Vivo tutti i miei giorni aspettando Godot, dormo tutte le notti aspettando Godot", lalalalá. Por esta canción me enteré que existía Esperando a Godot, molto tempo fa.

3. Beckett dijo haberse inspirado en Los ciegos, de Maurice Maeterlinck, ya estrenada en Buenos Aires con dirección de Mariano J. Clemente, asistencia de yo y GRAN elenco.