jueves, 29 de abril de 2021

Grandes éxitos, un cuento y una despedida, de Gustavo Escanlar

 1.

Lo leí primero en la antología ¡Vivan los putos! compilada por Facu Soto para Eloísa Cartonera, y después Beladruchi me prestó este libro de la editorial uruguaya Criatura, que es una colección de cuentos aparecidos previo en otros libros, en vida del sujeto que nació en Montevideo en 1962 y murió en la misma ciudad (elipsis) 48 años más tarde.

2.

Es bárbaro, todo el tiempo, todos los cuentos. Súper guarro e incorrecto, un poco bukowskiano, un poco lamborghiniano, un poco gay -que no quita lo machirulo-, un poco paki, muy merquero. Tiene algunas propuestas narrativas locas, así de estructura flashera, o de narradores que cambian, siempre muy orales. Cuentos pareciera que autobiográficos, o por lo menos autorreferenciales, protagonizados muchas veces por un Gustavo Escanlar quizás ficcionado. Se lee a los pedos, se la pasa bien y mal, hay violencia y humor y eso.

3.

Parece que trabajaba en la TV uruguaya de chimentos, y que de hecho fue mucho más conocido por eso que por ser escritor. En uno de los cuentos viaja a Miami invitado al programa de Jaime Bayly, y lo presenta como su héroe, así que imagínense el personaje.

martes, 13 de abril de 2021

El periodista deportivo, de Richard Ford

1.

Me gustó mucho mucho, aunque también en un momento no pude con su ritmo parsimonioso y lo colgué. En suma no tardé tanto, lo empecé en diciembre o enero y lo terminé hoy, pero con dos meses en el medio de no tocarlo, abajito de la pila de la mesa de luz había quedado, lo que habla de la esperanza que tienen esos libros que parece que nunca van a ser terminados pero al final lo logran. A veces pienso en los libros como si fueran los juguetes de Toy Story y fueran ellos los que quieren que los lean.

2.

Lo que me lleva a pensar, ¿qué hay detrás de la idea, humana, de que los objetos "desean" un objetivo que es a la vez la razón para la que fueron creados por humanos? Cristianismo. Seguramente de indole calvinista. Toy Story como una fábula cristiana sobre el destino. Saludos.

3.

Esta novela fue publicada en 1986 y cuenta, en poco menos de 400 páginas, en un código full realista y en primera persona, un fin de semana (el de Pascua) en la vida de Frank Bascombe, periodista deportivo (The Sportswriter es el título original), ex escritor, divorciado, padre de tres hijos, uno de ellos fallecido pocos años atrás. El relato comienza en la madrugada del viernes, en el cementerio, con la visita anual a la tumba del hijo junto a la ex, y termina el domingo a la noche, después de una serie de recorridos, viajes y eventos que mientras la lees no parecen tantos pero después te das cuenta que implicaron grandes desplazamientos geográficos, emocionales y espirituales. Quizás lo interesante de la novela sea eso: tiene una estructura clásica de viaje iniciático, con transformación del personaje y toda la bola, pero está oculta, disimulada entre hamburguesas y disquisiciones sobre el amor y chiquitaje vario. Es una de esas novelas que actúan después, con efecto retardado sobre el lector. Parece que es muy famosa y que el escritor es de esos siempre mencionados entre los posibles candidatos al Nobel que nunca lo ganan. El personaje Frank Bascombe, además, protagonizó otros tres libros del autor: Independence Day (1996), The Lay of the Land (traducida como Acción de gracias, 2006) y Let Me Be Frank With You (2014). Y esto es todo lo que tengo para decir sobre esto.

martes, 6 de abril de 2021

Hachazos, de Andrés Di Tella

 1.

Andrés Di Tella, que fue mi profe, me dijo una vez que es imposible (o muy improbable) que cuando hacés una película sobre alguien ese alguien quede conforme con el resultado. Y me dio como ejemplo su película Hachazos, un documental sobre el cuidador de quintas y cineasta experimental argentino Claudio Caldini. Acabo de verla, hoy es 3 de diciembre de 2021, ocho meses después de terminar de leer el libro que estoy reseñando aquí, y me pareció una hermosa, fascinante película. Está libre y online en el vimeo de Andrés, véanla.


Me gustó el plano del ciber.

2.

El libro y la película son parte del mismo proyecto pero son cosas distintas, y gracias a los poderes de la palabra escrita el libro es mucho más exhaustivo respecto de la biografía de Caldini y su particular periplo como seminal cineasta experimental en Argentina (formando parte de un conjunto de cineastas que incluyeron a Narcisa Hirsch, quizás la más conocida, y a Omar Chabán, conocido pero no como cineasta), sobre su intento de hacer una película en torno a su amigo Tomás Sinovcic (desaparecido por los militares a sus 24 años de edad), sobre su autoexilio en la India, su experiencia mística que luego fue psicótica y su regreso al país durante los desamparados años noventa. La película en ese sentido es menos descriptiva o explicativa, aunque toca los mismos temas, y es mucho más sensorial. 

3.

Hachazos, el libro, es un diario, el diario del reencuentro entre dos cineastas, y el narrador protagonista es Andrés, que cuenta a Caldini desde su punto de vista. Hachazos la película, en cambio, tiene a Andrés y a Caldini, ambos, frente al objetivo de la cámara, a veces discutiendo (Caldini se niega a "actuar", no quiere que el documental sea una ficción) y se convierte más bien en la lucha entre un cineasta y su objeto de estudio. Quizás eso que me dijo Andrés sobre la insatisfacción de los retratados tenga que ver con eso que Caldini dice una y otra vez en la película, de diversas formas, y que incluso vertebra el relato: "Vos estás tratando de retratar (...) a aquel que filmó, que no soy yo, ya". O incluso con esta idea, más radical, dicha en una escena casi a oscuras: "Con el cine uno quiere mostrar con imágenes lo que las imágenes no pueden mostrar, y con las palabras tratamos de decir lo que las palabras no pueden decir". 

4.

Les diría que se procuren el libro pero está agotado, y en la página de los codos amarillos se encuentra por no menos de cuatro lucas. Pídanlo prestado.



sábado, 3 de abril de 2021

El Coso del rock: diario íntimo del under, de Alejo Auslender

 1.

Lo leí en dos días, y no es sólo porque estoy guardado en casa con coronavirus: es un libro extrañamente adictivo. El autor, Alejo Auslender, es el guitarrista de Deportivo Alemán, una banda del under invisible, o under subatómico, o under de mierda -todas definiciones del autor-, a la que no había escuchado antes de leer el libro y que recién estoy conociendo ahora, desde hace diez minutos, cuando le di play al Bandcamp. El Coso del rock (las mayúsculas y minúsculas son del autor) recopila bitácoras publicadas originalmente en Facebook, de fechas casi por regla general vacías, en lugares algunos conocidos y otros recónditos; fechas en las que Deportivo Alemán fue precedido o sucedido por otras bandas ignotas y muchas veces en nada relacionadas con el género musical que propala Deportivo Alemán. La experiencia relatada podría ser patética, tediosa, reiterativa, y sin embargo no lo es: hay algo hermoso ahí, en la búsqueda de la fecha por el goce de tocar y por la captura de la anécdota, pero sobre todo, por el intento de invocar al Coso (la explicación, en el libro). 

2.

Una parte importantísima de lo hermoso está en la prosa: Alejo Auslender escribe muy pero que muy bien. Notablemente. Y también está la cuestión pinta-tu-aldeística: las aventuras y desventuras del Deportivo Alemán me remitieron directamente a las que deben pasar mi hermano y sus compañeros del glorioso Escuadrón Plush Combativo, o a las que pasaba mi amigo Macha cuando era el guitarrista estrella de la hace años perimida Chau Pekín. El karma de cargar amplificadores, de tratar con los lugares, de llevar gente (el Deportivo Alemán abandonó sanamente esa pretensión), de tocar bien con mal sonido... 

3.

Este hermoso libro que recomiendo bastantemente tiene además un breve posfacio de Rosario Bléfari, y fue publicado en la muy linda editorial Gourmet Musical.

jueves, 1 de abril de 2021

Una historia del conurbano, de Pedro Saborido

 1.

Este es el auténtico libro para leer cuando uno hace caca: cuentos cortos, graciosos, con apartados que los analizan que también son graciosos, todo breve, efectivo, justo para una sentada en el inodoro. 

2.

Leer este libro se sintió un poco como la experiencia de leer los libros del Osito Mimosito o de Cuál Es?, programas de radio de los noventa que sólo conocí por los libros (nunca fui de escuchar radio).

3.

No todos los relatos son igual de graciosos, pero algunos son muy graciosos. Mi preferido fue "Indentidad en el conurbano (Primera Parte)", donde un tipo que dice conocer el conurbano más que nadie, les dice a los demás que eso no es el conurbano, el conurbano profundo, lo que deriva en una serie de hilarantes chascarrillos. 

4.

Es un buen regalo para hacerle a alguien. Por eso se agota en las librerías. La pasé bien.