viernes, 14 de julio de 2017

La burbuja de Bertold, de Diego Agrimbau y Gabriel Ippóliti

1.
Diego Agrimbau es -creo- mi guionista de historietas argentino contemporáneo (o sea vivo) favorito del momento. 

2.
Entro a googlear a Diego Agrimbau y veo que en su página (que es un blog, ¡vive la resistance!) están para descargar sus historietas más antiguas (las que tienen vencido el contrato), es decir El asco (excepcional, la leí hace mucho tiempo no recuerdo en qué formato, creo de hecho que en internet, y después la conseguí a precio de saldo en la bendita calle Corrientes), El muertero Zabaletta y El campito. No había leído El campito. Me cuelgo leyendo El campito. Excelente El campito, amé.

3.
La hago corta. Diego Agrimbau es un señor que de un tiempo a esta parte ha hecho una considerable carrera como guionista de historietas, produciendo y ganando premios en el mercado franco-belga. Muchas de sus obras nacen hoy como libros en francés, y sólo después una editorial de acá (que viene siendo Historieteca) las edita traducidas en edición argentina. La burbuja de Bertold es el libro con el que empezó a pegarla en Francia: cuenta al final de esta edición, en un apartado que se llama "Historia de un viaje", que gracias a la ayuda de Carlos Trillo (mi guionista de historietas argentino ya no contemporáneo favorito) Agrimbau e Ippóliti mandaron los bocetos de esta historieta a una serie de editores franceses y lograron dar el salto continental. 

4.
En un futuro distópico, en la Patagonia, la justicia castiga a los delincuentes con amputaciones, y a mayor el delito, mayor la amputación. Dos productores teatrales recorren la Plaza Feerica en busca de un "tronco" que pueda formar parte de su teatro de marionetas humanas, y conocen a Bertold, un actor sin extremidades pero con el carisma de dios. Y después, rise and fall, en proporciones épicas. La tapa de la edición argentina me parece horrible, pero la historieta es buenísima. Tiene una secuela que se llama El Gran Lienzo, algún día la leeré. Todos los libros de Historieteca son considerablemente accesibles, y si los compran en la Feria de Editores como hice yo, son absurdamente baratos.


jueves, 13 de julio de 2017

Bajo bandera, de Guillermo Saccomanno

1.
Qué increíble libro increíble no lo puedo creer. No entiendo cómo este libro pasó a mesa de saldos, no se reeditó, nunca nadie me lo recomendó. Me lo compré usado, con el lomo con un poco de cinta scotch, en Parque Patricios por 10 pesos del corriente año. Llegué a él porque estoy haciendo una investigación en torno al Servicio Militar Obligatorio, tema del que por cierto hay muy poco escrito, o muy poco circulando hoy en día. Guillermo Saccomanno publicó este libro en el año 1990, o 1991, hablando más o menos ficcionalizadamente de su experiencia como conscripto, o sea colimba, en un cuartel en la Patagonia en el año 1969, año del Cordobazo, plena dictadura militar de Juan Carlos Onganía. Un cuartel a no tantos kilómetros de otro en Zapala, Neuquen, en el que en marzo de 1994 el soldado conscripto Omar Carrasco fue cagado a palos gratis por su inmediato superior y dejado en agonía una semana en un deposito de ropa, hasta que murió.

2.
Bajo bandera es una novela, pero como dice una nota del autor fechada en octubre del '90 al comienzo del libro, fue primero concebida como colección de cuentos, y también puede ser entendida como una crónica. Cada capítulo o cuento narra una historia autoconclusiva en torno a un personaje, sea oficial, zumbo (suboficial) o colimba (tagarna, conscripto, soldado, civilacho), y su triste destino en este cuartel del sur. Con un narrador basado en el propio Saccomanno, que a veces es protagonista y a veces testigo de la historia de otro, que a veces habla desde el presente de la narración y a veces recuerda desde un lejano 1990, la hilación entre los episodios está en la reaparición de algunos personajes, en una cierta progresión temporal que se percibe en el crecimiento del personaje del narrador, y más precariamente en algunos párrafos que nos recuerdan situaciones de capítulos pasados, y digo más precariamente porque parecen y seguramente hayan sido puestas en una instancia de edición, para volver novela lo que podía perfectamente haber permanecido como colección de cuentos. Digo así porque hay una maestría en cada cuento, una concepción tan perfecta de lo que debe ser un cuento en cada cuento, que luego pensar que mejor sea una novela me pareció un despropósito. Pero bueno, nada grave. Y además hay un motivo que lo justifica, que es el capítulo final, más bien un epílogo (se llama "Civiles"), que apuesto mi birrete inexistente a que fue escrito último y este sí pensando en que todo era una cosa sola. 

3.
Es asombroso, pero por el momento me parece que Saccomanno, y recién a comienzos de los '90, fue el primero en gestar una verdadera oposición desde el arte a la existencia del Servicio Militar Obligatorio (desde ahora, SMO). Si bien Los pichiciegos de Fogwill también puede ser entendida como oposición al SMO, y ya les diré por qué cuando la termine de leer y la reseñe, todos sabemos que es más bien una novela sobre Malvinas, y Malvinas es un tema aparte, mucho más profusamente tratado desde todas las artes que el tema de la colimba (el SMO) a secas. Y antes de eso, ¿qué había? ¿Cómo se problematizaba la existencia de la colimba antes de los '90? No se la problematizaba. Vengo investigando el tema, como les contaba, y por ahora lo que vengo concluyendo es que si bien hubieron esporádicas oleadas de indignación cuando morían muchos conscriptos juntos (antes de Malvinas murieron conscriptos en el enfrentamiento entre azules y colorados, en el levantamiento de Valle y en algunos episodios más, como el Operativo Independencia), los conscriptos muertos "de a uno" en cumplimiento del SMO, que venían muriendo desde siempre en situaciones como la del soldado Carrasco -por accidentes en las prácticas, por abuso de autoridad, por sadismo puro de sus superiores, por negligencia...-, fueron leídos hasta los '80s como "cosas que pasan", y no recibieron un trato especial desde la cultura. Y lo más importante, ni los conscriptos muertos en lote ni los conscriptos muertos sueltos generaron en la sociedad la condena del SMO en sí, hasta Malvinas. Se hablaba de que la colimba tenía que ser más humanitaria, más digna, más profesional, más corta, más útil, pero no se hablaba de que no tenía que existir. El sentido común indicaba que la colimba SÍ tenía que existir, pero estaba mal planteada. Me asombra. Y volviendo a Saccomanno, un fragmento de este libro:
Se habían reunido durante veinte años. Y en cada encuentro se habían fijado que cuando tuvieran cuarenta visitarían el cuartel.
Y aquí estaban, estrechando la mano de la Conchuda Nabeiro, acompañándolo exultantes hasta la Plana Mayor, saludando al teniente coronel, mirando y señalando a los costados con ojos vivaces, recorriendo las cuadras, las muleras, la pista de combate.
El teniente coronel nos hizo formar ante ellos y nos espetó un discuro:
- La vista de estos soldados, como se proclaman orgullosos, no solamente demuestra la utilidad del servicio militar sino también la huella imborrable que ésta deja en el alma de los hombres que aman a su Patria y celebran el sacrificio y las enseñanzas de la vida militar, más pródiga en inclemencias que la vida civil. La visita de estos soldados prueba que los hombres de armas tampoco yerran al interpretar lo que el país pide: orden, disciplina, seguridad. Y estos factores constituyentes de la vida militar se graban en el pensamiento de quienes, en su juventud, descubren que con ser hombres no basta, sino también hay que demostrarlo. Y como ejemplo cabal de lo que digo, aquí están estos doce jóvenes de cuarenta que dejaron atrás sus compromisos con la familia y la civilidad para recordar y revivir los momentos viriles en que aprendieron a defender la Patria.
- ¿Quiénes se creen? -murmuró el Topo -¿Los doce del patíbulo?
Nos dio rabia pensar que cada uno de nosotros, con los años, contaría sus historias del cuartel como los tramos de una épica personal y excluyente que magnificaría con el deshojamiento de los almanaques. Cada uno contaría sus historias con embriaguez, exaltado, sobrando al auditorio, reinstalándose frente a sus defecciones cotidianas en una dimensión heroica. Quizá también algún día contrataríamos un micro para hacer una excursión al pasado, a este cuartelito que, mirado desde una ventanilla, era más insignificante de lo que uno podía recordar y pensaríamos, como esos doce tipos, en el tiempo ido, melancólicos, con nuestras barrigas, nuestras canas y nuestras calvicies.
-La verdadera colimba es el matrimonio, pibe- dijo uno.
Y otro:
-La verdadera colimba es el laburo.
Y otro más:
-La verdadera es todo lo que pasa después.
Y quizá también, algún día, olvidaríamos que alguna vez, precisamente en ese año, habíamos prometido:
-El día que tenga un hijo voy a hacer todo lo posible para salvarlo de la colimba.
4.
Bajo bandera es cronológicamente el primer artefacto cultural de oposición a la colimba que encuentro hasta ahora. Cuando unos años después, en abril de 1994, el asesinato del soldado Carrasco puso por fin el tema de la colimba en el eje de la discusión pública y por fin aparecieron voces pidiendo que no exista más (ver aclaración acá abajito), el libro se reeditó con publicidad en los diarios, lo que habla del oportunismo de editorial Planeta pero también de la importancia de este libro como discurso. Otro dato para mi loa a Saccomanno (vieron que más arriba dije que fue el primero en gestar una verdadera oposición desde el arte a la existencia del SMO) es que en 1992 coordinó, seleccionó y prologó una compilación de cuentos que se llama La colimba: corre, limpia, barre, editado por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, con cuentos de David Viñas, Briante, Castillo, Rivera, etcéteras, pero de ese libro hablaré en su propio post (lo estoy leyendo). Y otro dato es que Saccomanno fue invitado a hablar en el programa de Mirtha sobre el tema colimba en esa época: necesito conseguir ese tape.

ACLARACIÓN: ya existían antes del '94, y bastantes, voces que pedían que se pueda ser objetor de conciencia, que se pueda reemplazar el SMO por servicio social, entre otras cosas, incluso había un Frente de Oposición al Servicio Militar Obligatorio, creado post Malvinas a partir de la APDH, que pedía esto, y a lo largo de los ochentas hubieron 32 proyectos de ley para reformar el SMO, pero no para eliminarlo.

5.
Anteúltimo ítem. En 1997 sale una película de Bajo bandera, dirigida por Juan José Jusid (director de amplio espectro, así como te dirige Tute cabrero, Asesinato en el Senado de la Nación o Bajo bandera, también te dirige Esa maldita costilla o Mi papá es un ídolo) y guionada por el propio Guillermo Saccomanno. La película mezcla los acontecimientos reales del Caso Carrasco con algunos de los cuentos del libro, que aparecen ahora como tramas y subtramas, todo adobado por las necesidades dramáticas de una película de los '90s (sobre todo me sobran el protagonista milico bueno y el interés romático del susodicho milico bueno). La película es más bien mala, pero tiene un acierto importante: la crueldad y el abuso -incluido el sexual- están plenamente retratados. Lo peor es que al final -spoiler alert- el soldado Ponce (sosías de Carrasco) es asesinado porque vio algo que no debía, y a manos de sus colegas colimbas, y no, como en el caso real, porque sí, por lisa y llana crueldad de sus superiores. Acá está la película. Lo mejor son los comentarios de los usuarios de YouTube.

6.
POR ÚLTIMO: Al margen del tema de la novela -o de los cuentos-, lo que hace increíble al libro es la maestría como escritor de Guillermo Saccomanno: el timming, las estructuras dramáticas, los climas, las voces de los personajes, del narrador. Muchos de los cuentos me dieron escalofríos de lo bien resueltos que están. Me lo tragué, al libro. Brillante. Lo llevo al podio de 2017 junto con El corazón es un cazador solitario de mi amiga Carson.

sábado, 8 de julio de 2017

Informe: historieta argentina del siglo XXI, editado por José Sainz

1.
Me lo compré en la Feria de Editores a un precio regalado, no recuerdo cuánto pero como si te dijera 200 pesos. Es un libro que salió en 2015, compilado por el rosarino José Sainz para la Editorial Municipal de Rosario, que tiene 20 historietas o fragmentos de historietas o capítulos de historietas de autorxs que son a la vez dibujantes y guionistas (qué loco que esas dos palabras sean unisex, no lo había pensado) y que habitan todo el territorio nacional (quiero decir que la selección es muy federal). Nueve (9) son mujeres -muy buen promedio-. A muchxs no lxs conocía, y creo que la intención de Sainz pasa un poco por presentar autorxs no tan conocidos o conocidos en alguna zona, a nuevos públicos. Por ejemplo, amé la historieta de la chaqueña Lucía Brutta. También amé el capítulo de la historieta cordobesa de Pablo Guaymasi (sobre un alien que cae en una villa cordobesa y se adapta a la movida cuartetera), pero hubiera preferido que me dieran algo autoconclusivo y no me dejaran con la chele de esa manera. Lo de Lucía Brutta también es el primer capítulo de algo, pero se lo puede leer en internet (Un millón de bandas malas, se llama), y acabo de ver que además salió en libro (me lo compraré) (cuando tenga dinero) (denme dinero).  

2.
Muy grossa me parece la inclusión de effýmia, persona trans que falleció hace pocos años muy joven y con mucha y diversa obra.

3.
La historieta de María Luque es muy bella como nos tiene acostumbradxs, y no estoy seguro pero creo que o es un germen de o forma parte de su nuevo libro, Casa transparente. Muy buena me pareció también la versión lisérgica de Tintín de una tal Sofía Gómez, a quien no conocía y que me llama la atención lo parecido de su estilo al de Ariel López V. (pero más redondeado). La mejor creo que es la de Javier Velasco, que me dio piel de gallina fuerte. Esta bueno también el grado de representación que tiene la escuadra Galería Editorial en el libro (Velasco, Pablo Boffelli alias Feli Punch, Andrés Alberto).

4.
Hay una historieta que me pareció malísima, y le baja el promedio a un por otro lado hermoso libro: las de Natalia Lombardo (los dibujos están buenos, horrible el guión, muy malo). Pero todo lo demás está o bien o excelente. He dicho.


sábado, 1 de julio de 2017

La mano del pintor, de María Luque

1.
María Luque es una ilustradora y autora argentina, nacida en Rosario y residente en Buenos Aires, que la viene rompiendo en el universo. Pueden ver muchas cosas que hace en su página, que es acá. La mano del pintor es su primera novela gráfica, editada por Sigilo en 2017. Ahora ya salió otra, que se llama Casa transparente, por la que ganó el Premio Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas y que se la editó Sexto Piso de España. La viene rompiendo, como les digo. Su trabajo aparece tanto en el libro Informe: historieta argentina del siglo XXI, como en Distinta: nueva historieta argentina, ambas antologías reseñadas en este mismo blog más arriba más arriba (la de Distinta, próximamente).


2.
Con su trazo alguno diría que naïf, La mano del pintor cuenta la historia de Cándido López, el pintor manco de la Guerra del Paraguay sobre el que se hicieron ya varios trabajos en cine y TV y literatura (muy buena la película Cándido López - Los campos de batalla, del capo de José Luis García) pero sobre el que hasta ahora no se había hecho ninguno en cómic. La historia está enmarcada: la propia María (representada ahí en la tapa como la veis) conoce al fantasma de Cándido por una coincidencia familiar, y a través del encuentro conoce la historia de su vida. Tenemos dos tiempos de la narración: el presente de la enunciación, en el que María y Cándido pasean o van al chino, y el pasado evocado de la vida de Cándido, su participación como soldado y pintor en la Guerra de la Triple Alianza, la pérdida de su mano, el aprendizaje para poder pintar con la otra los cuadros que había bocetado en la guerra y que hoy cuelgan de las paredes del Museo Nacional de Bellas Artes. Aludía yo al trazo naïf, porque el relato de la guerra no lo es para nada: con ese mismo trazo vemos páginas repletas de soldados convalecientes, o de cadáveres descuartizados, decapitados, humeantes. Gore con marcadores y lápices de colores. 

3.
Un tiempo después de leer este libro pero un tiempo antes de estar yo ahora en este momento escribiendo esta reseña (y bastante antes de que ustedes la estén leyendo, todxs ustedes) leí La patria equivocada (1991), de Dalmiro Sáenz, cuya reseña también encontrarán aquí arribita (próximamente). La coincidencia hace que en la novela histórica ésta también aparezca Cándido López. Bastante, más que bastante totalmente distinto al de María Luque. El de Dalmiro Sáenz es una especie de Cándido-Batman gaucho, rarísimo, pero bueno, cada artista hace de su culo una flor.

Chimiboga, el fotolog, el libro, de Ayar Blasco

1.
Ayar Blasco, ese héroe. Nacido en Argentina, criado en Ecuador, habla gracioso y hace dibujitos y haniaciones. Soy su fan. Una vez en un programa de radio le pasaron un audio de wasap mío en el que yo hacía al Ratón Disney y dijo que yo lo hacía mejor que él. Es tan humilde. Lo amo. Si no saben de quién hablo, probablemente sí conozcan dos cosas que hizo y que tuvieron considerable difusión a comienzos de los 2000, porque salían por Much Music: El niño malcriado y Mercano el marciano. Tal vez El niño malcriado no salía en Much Music pero Mercano sí. La película de Mercano la alquilé en el Blockbuster y la vi muchas veces y con mis hermanos nos gustaba hablar como el nene y decir "¿Nonde está Mercano?" con voz de boludo. Después terminó la era Mercano y Ayar se puso a hacer animaciones en su página Chimiboga, y a hacer dibujitos en su fotolog Chimiboga, o tal vez primero tuvo el fotolog, o tal vez el fotolog era en paralelo con lo otro, no sé la verdad no soy el biografo de Ayar aunque sé muchas cosas sobre él y tengo su autógrafo en la primera página de su libro que se llama Chimiboga, el fotolog, el libro porque es un libro que compila nada más y nada menos que entradas del fotolog que se llamaba Chimiboga, en el que Ayar subía dibujos con épigrafes.

2.
El libro funciona como el Talmud: está el dibujo, está el epígrafe original que comentaba el dibujo en la entrada de fotolog, y está el comentario actual (2017) al epígrafe de la publicación original. No encuentro en Internet ninguna página del libro para mostrarles, pero esta es la tapa:


Está muy bueno y se puede comprar acá.

3.
También hizo una película postapocalíptica increíble que se llama El sol. Véanla.