jueves, 31 de marzo de 2016

Sumisión, de Michel Houellebecq

1.
El último libro del hombre con el apellido más divertido de tipear del mundo tiene en la tapa (de la edición de Anagrama) una foto de la torre Eiffel sobre la que flota el símbolo islámico de la luna y la estrella. El libro salió el mismo día del atentando a la revista Charlie Hebdo, primer episodio de la actual serie de atentados terroristas que están teniendo lugar en Europa, y entonces el timming le jugó a favor en las ventas y estuvo primero en las listas de Amazon un montón de tiempo. También hizo que el gobierno francés le pusiera una custodia permanente. Y también hizo que la gente hablara mucho del libro sin haberlo leído, lo que produce indefectiblemente una interpretación corrida de la que resulta de la lectura, porque la gente tiende a simplificar y a exagerar. Che, estoy re en sociólogo trucho en esta reseña, me encanta.

2.
Dato curioso no casual: la edición de Charlie Hebdo anterior al atentado tiene en tapa una caricatura de Houellebecq en relación con este libro.


3.
En Sumisión, un profesor de literatura de la Sorbona (redoble de tambores...) está deprimido (¡sorpresa!). MEANWHILE, estamos en el año 2022, y en Francia la ineptitud de los partidos tradicionales hace ascender la estrella de un nuevo partido islamista moderado, como la única alternativa a la primera presidencia de Marine Le Pen. Ganan los islamistas, y como la tapa del libro lo indica, Francia se convierte en un Estado islámico. Nuestro deprimido profesor deberá enfrentarse a las nuevas condiciones societales: jubilarse o convertirse.

4.
Los medios se dedicaron a vender al libro y al autor como islamófobos, aún antes de que éste saliera. Que Houellebecq es o era islamófobo se condice con unas declaraciones suyas de 2001. Cito de Wikipedia: "afirmó que «la religión más idiota del mundo es el Islam» y que «cuando lees el Corán se te cae el alma a los pies»". Pero Sumisión, la novela, no creo que sea islamófoba en absoluto. Por el contrario, es un nuevo caso (de esos que me encantan, por extraños y por honestos) de reivindicación del pensamiento pre-Ilustrado o reaccionario o medieval, contra el pensamiento secularizado y desencantado de la Ilustración. Como también hacía muy explícitamente el escritor idishe norteamericano muerto premio Novel capo Bashevis Singer; como hace -un poco más en pose- Lars Von Trier en Anticristo y en Melancolía; como hace muy pasteurizadamente mi amigo personal M. Night Shyamalan en todas sus películas pero más especialmente en las que tienen una temática religiosa, como Praying with anger o como la más mala Señales

5.
En Sumisión, la conversión francesa al Islam, o más bien la vuelta de la sociedad a la religión, cualquiera que esta sea, resulta ser una solución viable para una serie de problemas (o cosas que Houellebecq ve como problemas) de la sociedad francesa. Incluso reivindica cosas del Islam como religión de Estado que a mí me parecen espantosas pero a Houellebecq, que es bastante facho -aunque no tanto como para que no lo quiera-, no. Como por ejemplo, el espantoso rol de la mujer. Si el libro es misógino o no, hubiera sido un debate mucho más provechoso (por ejemplo esta reseña le pega -muy fuerte- por eso). Por otro lado, recién leí dos muy buenas entrevistas a Michel. Una se la hace Gonzalo Garcés para El País de España, y es linda. La otra se la hace un tal Sylvain Bourmeau, para El País, pero acá está levantada también por La Nazión, de nuestro pays. Y en ésta última, el Michel de 2015 contradice o rectifica al Michel de 2001:
al final el Corán resulta ser mucho mejor de lo que yo pensaba, ahora que lo he releído -o, más bien, leído. La conclusión más obvia es que los yihadistas son malos musulmanes. Obviamente, como con todo texto religioso, hay espacio para la interpretación, pero una lectura honesta llegará a la conclusión de que, en general, no se aprueba la guerra santa de agresión, y que solo el rezo es válido. Así que se podría decir que he cambiado de opinión.
Para aclarar, por si algún rezagado no entendió: No es Houellebecq sea islamista o pro-islámico: es que Houellebecq es anti-Ilustrado, lo dice explícitamente en las entrevistas; y también que es un crítico acérrimo del Estado francés actual.

6.
Houellebecq en parte es el mejor porque sus libros son novelas sobre personajes pero en casi todos los casos son en igual medida novelas sobre las sociedades (siempre la francesa, pero también a veces la europea o aún la global). Y son novelas con hechos, con travesía, no meros frescos posmodernos o juegos con la escritura que en este momento me parece que me tienen cansado o decepcionado o algo así. No es algo que haya sentido siempre, me está pasando ahora, seguramente influido por la materia de guión que cursé recientemente: me están pareciendo superiores las historias donde importa lo que pasa, lo narrado. Me asombra y gratifica más (y me parece más de capo) un giro sorprendente de la narración, o un encadenamiento de hechos orginales en su propuesta, que ninguna otra cosa de escritor capo. Houellebecq escribe sobre personajes y sus vidas, pero también sobre sociedades y sus (H/h)istorias, que son como las vidas de las sociedades, y lo que siempre me deja de cara son esos giros (a parte de que también hace bien todo lo demás: la prosa, el vocabulario, los conceptos vertidos constantes dentro de los diálogos y etc.). Por otra parte, también me encanta en Houellebecq que sea uno de los pocos que sitúa sus novelas en el futuro inmediato, o que las comienza en el presente de la escritura y las hace llegar hasta el futuro inmediato (nuestro futuro, el de los lectores). Lo viene haciendo desde Las partículas elementales, lo hizo en El mapa y el territorio y lo vuelve a hacer en Sumisión. Creo que también en su novela que me falta leer, La posibilidad de una isla, proximamente en Resistirse es fútil.

domingo, 27 de marzo de 2016

Un beso de Dick, de Fernando Molano Vargas

1.
El título no remite a Philip K. Dick. Tampoco hace referencia al órgano sexual masculino.

2.
Leí esta novela juvenil colombiana gay y ochentosa (o principiosdelosnoventosa) de una sentada, en unas horas, un día de vacaciones. La pasé bien, me resultó entretenida, me calenté un poco, me reí una vez (suelo reírme mucho, pero no fue el caso), está bien escrita pero no me pareció nada del otro mundo. La contratapa dice algo así como "los mejores diálogos de la literatura latinoamericana". Un poco hiperbólico el comentario. Supongo que para 1992 debió ser bastante revulsiva la novela, que tiene el gran mérito de no volver escabroso algo que no tiene por qué serlo, como es el amor entre dos chicos que van al colegio. El asunto del "amor prohibido" aparece más bien tarde en la novela, y eso me parece bien. Parece que en Colombia ocupa el lugar de novela de culto, y un rápido googleo comprueba que hay versiones teatrales, varias reseñas y muchos links para descargarla en formato digital. Está editada en Argentina por Blatt & Ríos.

sábado, 26 de marzo de 2016

Operación Shylock, de Philip Roth

1.
Las bibliotecas de los padres, ¿qué tema, no? Ah re stand up. Pero bueno, hablemos de las bibliotecas de los padres. Cuando somos jóvenes lectores voraces, tienen libros que nos atraen, libros que nos rechazan, y libros que nuestros padres nos conminan a leer. Yo, lector omnívoro, leí todos los que pude, pero es casi una regla de la naturaleza que no se pueden leer todos los libros de una biblioteca. Principalmente porque además están los libros de las otras bibliotecas de los demás, los prestados, los que nos regalan, los que compramos usados o nuevos, bueno, muchos libros rivales que se interponen entre nosotros y la concreción de la lectura total de una biblioteca X, en este caso la de nuestros padres. No es que la de mi casa patermaterna tuviera todos libros buenos. Está por ejemplo ese del secreto de la Coca Cola, grande y rojo, no sé si lo tienen, que nunca quise leer. Y La Tercera Ola, y libros así espantosos también. Sí quise y nunca logré leer toda la sección de ciencia ficción. Y la sección judía, que no es que quise leerla toda pero como idea me atrae (no así como acto). RAMAS RAMAS ME FUI POR LAS RAMAS. Operación Shylock estuvo ahí siempre, y nunca me plantié leerlo. No es que no conociera a Philip Roth: de bastante chico leí -conminado por mi padre, este libro pertenece a ese tipo de libro- El lamento de Portnoy, la más famosa novela del autor judío norteamericano del que estamos hablando. De El lamento sólo me queda la imagen del tipo (¿sería Portnoy?) que le pedía a una mujer (¿una prostituta?) que se acuclillara sobre una mesa ratona de vidrio y cagara, mientras él yacía debajo y veía la caca posarse en la mesa a la altura de su pecho. Debería volver a leerlo, todos ustedes deberían leerlo, yo lo tengo en una edición de Grijalbo del '69, verde con letras violetas y naranjas, primera en español que pegué no sé en dónde. También está editado en la colección de Bruguera que yo busco capturar como si de pokemones se tratara, es uno de los dos libros editados bajo el número 32 (el otro es El trueno entre las hojas, de Augusto Roa Bastos) y también es uno de los únicos dos que me faltan para completar la colección (el otro es En el camino de Kerouac, número 55, letras en el lomo creo que naranjas, éste me interesa más porque con éste tendría los números del 1 al 100). Si algún lector tiene o encuentra uno de los mencionados me avisa eh. ¿Qué estaba diciendo? Ah, sí, Philip Roth. 

2.
Philip Roth nació en 1933 en Nueva Jersey, tiene 83 años y debe ser un viejo de mierda probablemente. BUSCO IMAGEN 2016. Ah no, se ve re simpático:


Tiene muchísimos libros publicados, no sólo novelas, y muchísimas entrevistas para prensa con otros escritores y cosas así. Operación Shylock: una confesión, tal su nombre completo, es su novela número 19, y comienza cuando al propio Philip Roth le encargan viajar a Jerusalén para entrevistar al escritor israelí Aharon Appelfeld. Roth acaba de pasar por el peor episodio psicológico de su vida, una depresión descomunal que lo llevó a pensar en el suicidio y que resultó provocada por el consumo de una pastilla para dormir, el Halcion, y cuando está a días de emprender el viaje en avión recibe una llamada de su amigo Appelfeld, quien le notifica que en la Tierra Prometida ya hay un Philip Roth, o alguien haciéndose pasar por Philip Roth para hablar en diarios y televisión sobre una nueva ideología, el Diasporismo. COMIENZO DE LA CLASE DE HISTORIA JUDÍA: En el judaísmo, y en particular en el marco del sionismo, se llama diáspora al estado de no-presencia de los judíos en la Tierra de Israel, así como a todos los territorios del mundo que no son Israel. La diáspora comenzó en el año 70 d.C., con la destrucción del Segundo Templo y la expulsión de los judíos por parte del general y futuro emperador romano Tito, y se consolidó con la expulsión de una cantidad aún mayor de judíos en 135 d.C., tras la derrota de la rebelión judía liderada por Bar Kojba. Esta expulsión dispersó a los judíos por los territorios del Imperio Romano, dando origen a la división entre sefaradíes y askenazíes. Se llama askenazíes a los judíos de origen europeo. Para el sionismo, los judíos deben abandonar la diáspora, y "volver" a la Tierra de Israel. FIN DE LA CLASE DE HISTORIA JUDÍA, volvamos a la novela. El otro Philip Roth, el que está en Jerusalén mientras el primer Philip Roth sigue en Connecticut, dice en los medios israelíes que los judíos tienen que abandonar Israel y volver a Europa. Que rodeados de enemigos, en Israel corren más peligro que en la Alemania nazi. Y que los europeos van a estar chochos de recibir a los descendientes de los judíos masacrados o exiliados de los territorios ocupados por los nazis. "¿Sabe lo que va a ocurrir en la estación de ferrocarril de Varsovia, cuando llegue el primer tren cargado de judíos? Acudirá una muchedumbre a recibirlos. Habrá júbilo. Habrá lágrimas. Gritarán: '¡Nuestros judíos vuelven a casa! ¡Nuestros judíos vuelven a casa!' El especáculo será televisado al mundo entero", dice el segundo Philip Roth. Entonces Philip Roth decide viajar a Jerusalén y desenmascarar a Philip Roth. En el medio se va a encontrar con Appelfeld, va a presenciar el juicio de John Demjanjuk, va a ser secuestrado por el Ejército de Defensa de Israel y por la Organización de Liberación de Palestina, va a leer los diarios de Leon Klinghoffer, va a desear a la mujer de su prójimo y unas cuantas cosas más. Hay MUCHOS personajes que hablan MUCHO, hay muchos momentos de reírse para afuera, hay ideas brillantes (como la del diasporismo) y mucha metaliteratura y por si no se nota, me pareció un 10.

3.
Nunca terminé lo que decía al principio: éste libro no lo toqué hasta que no lo leyó mi hermano. Teníamos un libro que era un 10, ahí nomás al alcance de la mano, y tardamos 30 años, o bien para ser justos digamos por lo menos 12 años desde el momento en que ya lo hubiera podido disfrutar como ahora. ¿Cuál es la moraleja? No hay moraleja, porque no hay tiempo para leer todos los libros del universo. En Cumpleaños, de César Aira, César Aira hace una reflexión sobre el particular pero para enterarse los remito a la reseña de Cumpleaños, de César Aira, que todavía no escribí porque es lo último que leí, estamos a mediados de agosto y este libro de Roth lo debería haber reseñado por lo menos a fin de marzo, porque lo terminé de leer en la fecha que indica el posteo, así de atrasados estamos en el staff de RESISTIRSE-ES-FUTIL. ¡Chau, hasta la próxima! ¡Adiós! ¡Vuelvan pronto!

viernes, 4 de marzo de 2016

El príncipe, de Nicolás Maquiavelo

1.
Este blog está estancado hace cuatro meses entre otras cosas por la fiaca que me da hacer esta reseña. Pero bueno, a por ello:

2.
El príncipe es un libro florentino de 1513, y lo escribió el famoso y nunca bien ponderado Niccolò di Bernardo dei Macchiavelli, también conocido por su nombre castellanizado, Nicolás Maquiavelo (1469-1527). En Florencia gobernaban los Medici, que en ese momento tenían bocha de poder porque por primera vez un papa era Medici también, León X. Maquiavelo había sido asesor político de los Medici pero éstos lo habían encarcelado, acusado de conspirar contra ellos, y el libro, dedicado a Lorenzo II de Medici, hijo de Pedro de Medici, sobrino del papa León X y nieto de Lorenzo el Magnífico, es un intento de congraciarse con sus ex-mecenas y volver al redil. Un autor, Viroli, dice que en el escritorio de Lorenzo II debían haber un montón de tratados como éste que le llegaban de otros competidores de Maquiavelo, en donde le decían cómo debía gobernar.

3.
Maquiavelo se centra en el tema de cómo mantenerse en el poder en una situación de ilegitimidad, o cómo pasar de una situación de ilegitimidad a una de legitimidad. La gente lo suele relacionar con el concepto de que "el fin justifica los medios", cuando esa frase no está en ningún lado del libro, pero algo de eso hay. Varias veces aclara que es mejor ser temido que amado, porque "Puesto que los hombres aman según su voluntad, y temen según la voluntad del príncipe, un príncipe sabio debe depender sólo de lo que es suyo y no de lo que es de otros". Pensaba hacer un resumen de cada capítulo pero por suerte descubrí que la entrada de Wikipedia es exactamente eso, así que leanlo de ahí.

4.
Al ser un best seller de todos los tiempos hay miles de ediciones y traducciones, una más trucha que la otra. También es muy popular la edición con supuestos comentarios de Napoleón, que son más apócrifos que la pindonga, ni los lean. Son todos comentarios tipo "ah, sí, yo hice eso pero mejor". Una pavada. Las ediciones baratas suelen estar traducidas como el hoyo, así que si lo tienen que leer peguen una de una editorial más o menos seria, os los recomiendo.