viernes, 27 de abril de 2012

En carne viva, de Koren Shadmi

1.
Por esas cosas de la vida me regalaron este libro de historietas de EdicionesB. Cero expectativas. El título es feo, en la tapa los editores cobardes pusieron "Cronenberg" y "Clowes" como para atraer a los lectores españoles incáutos. En la contratapa pusieron "Historias del siglo XXI sobre almas torturadas y atormentadas pasiones ¿No es una bosta? Sin embargo, acertaron en poner las alabanzas de Rutu Modan, genia total del cómic israelí: ahí me compraron.

2.
¿Saben a qué me hizo acordar? A las historietas de Manara con Fellini. Sobre todo el último, "Un asunto memorable". Es un montón lo que dije eh. Bueno, están buenos un montón los cómics de Koren. Después hay uno que se llama "Una cita" y que está buenísimo para hacer un corto. O sea, todos están buenos para hacer un corto, pero ese sólo implica bolsas de papel en la cabeza, no hace falta decapitar a nadie ni comerse la cabeza de una rata ni nada de eso.

3.
Tiene algo con las cabezas Koren.

4.
Todo el tiempo pensé que Koren era una nena, pero es un nene. Debe ser por el nombre de Rutu, que sí es una nena. Aunque las historietas también parecen de una autora. Una muy perversa.

jueves, 19 de abril de 2012

Once@9:53am, de Ilan Stavans y Marcelo Brodsky

1.
Brodsky es un fotógrafo argentino muy bueno, y Stavans es un escritor mexicano. Y Once@9:53am es una fotonovela. La editorial se llama La Marca y tiene un catálogo muy interesante. La edición de este libro es impecable (papel, tinta, formato, definición de las imágenes, etc.).

2.
Once@9:53am se presenta como una fotonovela ficcional acerca del atentado a la AMIA (en el barrio de Once en 1994; 9:53am es la hora de la explosión y del minuto de silencio anual). Never Deleuze (sin embargo), en realidad yo diría que el tema es otro: la ficción misma, y su posibilidad o imposibilidad de representar/trabajar lo pasado (funesto) (o su utilidad/inutilidad para lo mismo, en este caso con resultado positivo). El protagonista (en blanco y negro) es un fotógrafo que recorre el barrio (en color) desde las 7:02am y que cae en una especie de historia cerrada en la que es testigo de los preparativos del atentado sin darse cuenta, y después sin poder hacer nada. Hay presagios y frases como ésta: "¡Mi rubia de nuevo! ¿No se habrá convertido ya en la protagonista de mi historia? ¿o acaso seré yo un personaje de la suya?".

3.
Me parece copado que, como es una fotonovela, al final están los créditos como en una peli: reparto, producción general, vestuario, etc. Un equipo bastante nutrido necesitaron. Hace un cameo Marcelo Birmajer. El protagonista es Diego Starosta, que me suena pero no sé de dónde. Me dieron ganas de hacer una fotonovela ahora.

4.
El libro es muy loable, sobre todo como concepto e idea llevada a la práctica. La contratapa dice: "abordan un género bastardo, la fotonovela, que rescatan para reinsertarlo en el campo del arte agitprop". I don't know about that, qué tiene que ver con el agitprop, pero sacando esa palabra estoy de acuerdo y me parece un intento (exitoso) y noble (por modesto) y meritorio y todo en él me parece bien y lo banco. Un abrazo.

viernes, 13 de abril de 2012

Conquista de lo inútil, de Werner Herzog

1.
A la noche terminé de leer un libro, y como me sentía muy solo, enterré el libro al borde de la selva con una pala prestada.

No necesitaba estímulos externos para querer conseguirme cuanto antes un ejemplar de Conquista de lo inútil, el diario de Werner Herzog durante la filmación de Fitzcarraldo. Sin embargo los estímulos no pararon de llegar. Todos me hablaban de su sorpresa: de la distancia entre el libro y sus expectativas. Algunos lo habían empezado esperando encontrar la mirada que un europeo como Herzog puede tener de un lugar como la selva peruana. Otros, un manual de procedimientos cinematográficos personales, en la línea del célebre Días de una cámara de Néstor Almendros. Otros, una lista de exabruptos y papelones protagonizados por Klaus Kinski. Y los menos pretenciosos, una chismografía de la farándula mundial de esos años (1979-1981). Lo que ninguno de mis informantes se esperaba era que el diario de un cineasta pudiera estar escrito con una prosa tan cuidada, pudiera estar tan lleno de frases subrayables, párrafos a marcar con corchetes en los márgenes, tanta poesía. Para muestra, el epígrafe suprascripto.

2.
El diario de Herzog es sin embargo también todo lo que mis informantes esperaban. Para empezar, si lo que se busca es conocer las aventuras de Werner Herzog en Perú, Conquista de lo inútil cumple las expectativas absolutamente. El entramado de relaciones que el director tuvo que mantener con el Estado peruano, el ejército peruano, las comunidades indígenas locales y los habitantes de Iquitos, relaciones siempre complejas y teñidas por las sospechas que despertaban las intenciones de un europeo desplegando un campamento en la selva fueron tan complejas que sorprende hasta el anonadamiento el que hoy podamos ver Fitzcarraldo terminada.

3.
Conquista de lo inútil es también pedagógico, para el que lo quiere leer buscando lecciones. Seguramente no a un nivel técnico, pero definitivamente sí al nivel más llano y abarcativo y también trascendente en el que cualquiera más allá de su oficio puede extraer lecciones de la experiencia ajena, por cursi que esto pueda parecer. Va un ejemplo. Resulta que hay dos ingenieros trabajando en el rodaje, y el trabajo que tienen que desarrollar es tal vez el más importante para el éxito de la película: son los encargados de que se logre el objetivo de Fitzcarraldo, izar el barco de vapor por encima de la montaña para que llegue por tierra desde un río hasta el otro. Como los que vieron la película saben, lo principal era que el barco realmente subiera la montaña: un truco hubiera arruinado el punto de toda la cuestión. En cierto momento, los ingenieros tienen una discusión sobre el método a utilizar. Uno de ellos, convencido de que la tarea es imposible, quiere arrasar la montaña para que el barco pase por una superficie plana. Abro cita textual, página 189:
Le dije que no lo iba a permitir porque de esa forma perderíamos la metáfora central de la película. Metáfora de qué, me preguntó. Le dije que eso no lo sabía, sólo que era una gran metáfora. Quizás no era más que una imagen que dormita en todos nosotros, y yo soy apenas aquel que la pone en contacto con un hermano al que todavía no conoció.


4.
También es cierto que en Conquista de lo inútil cunden las apariciones estelares. Y no sólo las de los participantes del rodaje, como Mick Jagger y por supuesto Klaus Kinski. Hacen su aparición personajes como F. F. Coppola o M. Vargas Llosa, pero eso es sólo el principio: en un momento Herzog almuerza con un nonagenario Abel Gance, ese padre del lenguaje cinematográfico nacido en el siglo XIX y al que no le quedaba mucho tiempo sobre la Tierra. En otro momento, con Stanley Kubrick, en pleno rodaje de El resplandor. Y esos encuentros no son casualidad, porque Herzog no está haciendo una película más. Aunque él no pueda saberlo, la película que está intentando filmar será uno de los hitos del cine mundial y de la historia de su país. El afiche de Fitzcarraldo es uno de los pocos elementos del cine que se exponen en el museo de historia alemana de Berlín.

5.
En definitiva: Conquista de lo inútil es un gran libro, y es posible que siga siendo importante en años por venir. La excelente traducción de Ariel Magnus ayuda a disfrutarlo en su completitud. La sinceridad del autor, lo épico de los acontecimientos y el ritmo de relato se nos impone y hace que no podamos evitar empatizar con Werner Herzog cuando, cerca del final del diario (y del rodaje), leemos
Siento que estoy en una sala de conciertos donde se estrena una obra orquestal poco conocida y al final nadie sabe bien si terminó, es decir si deben aplaudir, y como nadie quiere quedar como un ignorante empezando demasiado temprano a batir las palmas, cada uno espera un momento a ver qué hacen los demás, ese momento de silencio e indecisión en el que la ovación no acude a redimir: en ese momento, pero dilatado por meses, he caído ineluctablemente.


6.
Esta reseña salió tal cual está en el blog de Libros del Pasaje. Lo que me faltó incluir es que en una parte Herzog narra una película de Olmedo y Porcel, sin saber que se trata de una película de Olmedo y Porcel. Fantástico.

martes, 10 de abril de 2012

Fragmentos de un cuaderno manchado de vino, de Carlos Bukowski

1. Rapidito e irresponsable. Este libro lleva el subtítulo Relatos y ensayos inéditos (1944-1990) y uno dice, por algo eran inéditos, ¿no? Secretos no son, estaban dispersos en revistas. Este libro contiene lo peorcito que haya leído de este alto capo de la vida. Mucho cuento trillado, mucho relato ya leído, vieron que Bukowski hace muy bien eso de contar varias veces lo mismo en diferentes lugares: bueno, estas son las versiones fallidas de cosas que ya leímos en todo lo que Anagrama editó en el pasado.

2. La contratapa promete una nota sobre un recital de los Rolling Stones como plato fuerte de la compilación. Bueno, se los resumo: no le gustó.

3. Dicho todo lo anterior, de pronto empezamos a encontrar algunas cosas buenas. Están todas concentradas de la página 242 en adelante. El texto "Escoger los caballos: cómo ganar en el hipódromo, o al menos quedarse igual" es algo que no había leído tan así. Claramente no es un cuento: es nada más y nada menos que lo que promete el título. El método Bukowski para ganar a las carreras. Pero escrito por él, obviamente no es una receta. El cuento "Ejercicio" es de los más pornográficos que haya leído del viejo Chinaski y me re cabió. El cuento "Tal como ocurrió" es exactamente un cuento de ciencia ficción: tampoco había leído nada tan exclusivamente sci-fi por Chinaski. Y todos los que siguen me gustaron también. "Conozco al maestro" es de llorar.

Relatos insólitos de samuráis, de Hiroshi Hirata

1.
Este Hiroshi es un mangaka famoso por dibujar samuráis en una onda realista. Tiene una versión de Zatoichi, por ejemplo. Y este es un libro sobre samuráis con historias breves autoconclusivas.

2.
A continuación voy a polemizar con esta reseña que encontré buscando una imagen para poner. De paso no le choreo el escaneo al tío Berni y lo pueden ver ahí.

3.
Opino exactamente lo contrario que Berni.

a.
Me parece que el mayor mérito del libro es la decisión de cruzar hechos históricos (algunos marginales y otros no) con manga, y en ese sentido son indispensables los datos fácticos. Los dos mejores episodios son el primero, que cuenta cómo unos samuráis lideran violenta y despóticamente a los habitantes de una ciudad en la lucha contra una inundación, y ese otro que habla de un conflicto entre unos soldados japoneses y unos marineros franceses que casi llevó a una guerra (y en vez, se resolvió con unos bellos y múltiples harakiris). En ambos casos lo histórico es lo más importante.

b.
"Se trata en todos los casos de hechos reales, en su mayor parte olvidados por el gran público y rescatados por Hirata para el manga". Bueno, no hay chance. Algunas historias, como la del tipo que irrita al acuñador de la moneda, tiene demasiada forma de alegoría como para ser otra cosa. Seguramente los nombres de los personajes, o de algunos de ellos, sean históricos, y la historia narrada sea tradicional, pero no mucho más. Los episodios me parecieron peores cuanto más "moraleja" contuvieran.

c.
No tuve dificultades para identificar a los personajes.

4.
Después puedo decirles que la encuadernación es una caca y que el libro me gustó y está barato para ser importado. Fin.

lunes, 9 de abril de 2012

Breves apuntes de autoayuda, de Fabián Casas

1.
No me lo iba a comprar. Casas, quién una vez supo ser para mí el más capo escritor contemporáneo mío, es decir como humano vivo en el Cono Sur, el que para mí mejor escribía de entre los que todavía viajan en subte y van al laverrap y esas cosas, había caído en el descrédito. Desde el escenario de Niceto había caído, al piso. Pero en la liberería de enfrente de Puán lo vendían con descointo porque el librero le había jodido un vértice al ejemplar. El descointo era como de cuarenta pesos así que me lo compré.

2.
Y lo leí en el bondi de vuelta a casa, casi la mitad en el bondi. La otra mitad cagando. No en el bondi: en mi casa.

3.
Y me di cuenta de algo predecible y de algo terrible. Lo predecible es que Casas se haya vuelto (o siempre haya sido) re gorila, medio gorila mogo. El primer texto, el del gordismo, lo leí hace mucho y es uno de los motivos por los que no me compré el libro. El texto es malo, malo y esnob en la onda "los gronchos no saben votar y miran Tinelli". O sea, no sos Vargas Llosa, y no sos la Bety Sarlo, Casas, y no entiendo porque buscaría ese lugar. Los otros dos textos políticos del libro son el de Ricardo Fort y el del matrimonio igualitario. El de Fort está bueno, el del matrimonio es muy lindo, y en ninguno de los dos parece gorila. El de Fort es bastante progresista, en el sentido real del término -no en el recientemente instalado por convención en Argentina-. Y es lo contrario de la onda "los gronchos..." que mencionamos antes. Así que el primer texto no sé, será un golpe de efecto (negativo) o será la ideología que Casas supone que tiene (mientras, sin darse cuenta, destila otra en textos que son menos explícitos).

4.
Lo terrible es que yo le copio las mañas. Él las tiene más y mejor desarrolladas claro está. No me refiero al gorilismo sino a eso de empezar hablando de algo personal o de algo nada que ver y de pronto era para hablar de un libro, o de una película. Por ejemplo, hay un ensayito (sí, bonsai: para mi el libro se debería haber llamado Ensayos bonsai II) que empieza "Oaki era un personaje de la serie Hijitus, de García Ferré". Adivinen de que se trata... ¡Sí, adivinaron! ¡De Tomas Alfredson, el director de cine sueco! (posta). Para ver como le copio las mañanas, vean por ejemplo las reseñas que hice para Libros del Pasaje, por ejemplo la de Fueye.

5.
Casas dice que La parte de Amalfitano de 2666 no se la hubiera bancado por sí sola si el libro hubiera sido editado en cinco partes como pretendía Bolaño. No sé por qué lo dice, pero no estoy de acuerdo.

6.
Mi amigo Mati dice que Casas siempre tiene que hablar mal de alguien para hablar bien de alguien, como cuando habla de Fernando Cabrera bardeando a Jaime Ross. Es verdad, lo hace bastante. No sé si está mal como operación específicamente.

7.
Dicho todo lo dicho, fue una gran compra y una gran lectura. Casas sigue teniendo oficio, eso es innegable, y sus opiniones aunque muchas veces no las comparta siguen siendo interesantes. Y si no, por lo menos vale la pena para poderlo bardear.

domingo, 1 de abril de 2012

El Todo que surca La Nada, de César Aira

1. Siempre que voy a la FLIA y me compró libros de Eloísa me fijo qué me quiero llevar y después completo con lo que haya de Aira y que yo no tenga aún hasta alcanzar el número de la promoción. Porque César Aira no te defrauda. Olé olé olé, olé olé olé olá.

2. Este es un cuentito, igual. Sólo tiene 23 páginas. La tapa está re linda. El título también. Y eso es todo lo que tengo que decir sobre eso.