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jueves, 18 de mayo de 2017

La jornada de la mona y el paciente, de Mario Bellatín

1.
Yo lo tengo en versión Eloísa Cartonera, asequible por módicos creo que $30 al día de la fecha en un puesto de revistas que en realidad lo es de libros cito en la Avenida Corrientes, entre Uruguay y la de más acá, en edición de 2012. Parece ser, si le creemos a Internet, que en realidad es de 2006, y fue editado como libro así como lo tengo yo, que sospeché que debía ser un cuento en una colección pero no, era una novela desde su misma concepción. Una novela de 23 páginas.

2.
Recomiendo con Bellatín, especialmente si se está leyendo un libro poco narrativo o con una trama poco clara o inexistente, leerlo de una sentada. Cuando lo lees de una sentada (como en este caso), la cosa toma impronta de cosa total, los párrafos incomprensibles o poéticos o aparentemente no vinculados con el resto de sus amigos párrafos toman otro sentido en la obra total, si tenemos la imagen o la sensación general que deja el libro entre tapa y contratapa. Leído de una sentada, sin preocuoparse por lo que no se entiende (o sea leído como poesía), me resulta sumamente disfrutable. Y le entiendo lo capo, que si no me parecería méramente críptico y choto, como me ocurrió con Jacobo el mutante (es curioso cómo ese libro no me gustó nada, pero es el que más recuerdo de este señor autor).

jueves, 19 de marzo de 2015

Biografía ilustrada de Mishima, de Mario Bellatín

1.
Mishima era un escritor japonés hasta que se suicidó ritualmente, seppuku mediante, haciéndose el harakiri y haciéndose decapitar acto seguido por su amigo Morita, en un cuartel militar que tomó para tal fin en 1975. Mishima extrañaba el pasado imperial de Japón. No leí nada de él, debería. Así como en la horrible Jacobo el mutante el protagonista era el extinto escritor polaco Joseph Roth, quien vivía una serie de aventuras incoherentes, en esta novela (la tapa dice "novela", para mí es un poco corta para novela aunque tiene 53 páginas -las fotos no valen-) el protagonista es Mishima, después de cometer seppuku, es decir, Yukio Mishima sin cabeza.

2.
Me gustó mucho. Por su extensión, se lee de una sentada. Intuyo que la operación en este caso habrá sido construir un relato desde una serie de fotos más bien raras (muchas fuera de foco nomás) que usa como punto de partida inventándoles nuevos significados para incluirlas en la historia de Mishima, al estilo de esa película de Herzog en la que el tipo mediante la voz en off resignifica material de muchos documentales suyos e inventa una historia sobre extraterrestres (¿alguién se acuerda cómo se llama? lo pasaron en la Lugones en un ciclo de docus de Herzog). A lo mejor me equivoco y fue al revés: después de escrito el cuento buscó fotos y... Pero supongo que no. Lean el cuento y vean las fotos después, como sugiere el orden de la publicación.

3.
Otros libros empáticos con este: El caballero inexistente (por la no cabeza); Matadero 5 (por la estructura: lo que hace Bellatín con la estructura es muy de maestro del mundo, y es parecido a lo que hace Kurt en Matadero 5 aunque Kurt es más ordenado y lineal y Bellatín es más poético y random), y Lanzarote de Houellebecq (por las fotos). También, seguramente, ese de Bellatín de la nariz, que no leí aún pero tengo y prontamente leeré así les digo si era o no. Y por otro lado, ¿no es un poco de la familia de la película Post Tenebras Lux, del mexicano Carlos Reygadas?

viernes, 24 de diciembre de 2010

Vagón fumador: Antología de relatos sobre el tabaco, de Mariano Blatt y Damián Ríos (comp.)

1. Hace no tanto tanto tiempo en una galaxia muy muy lejana dije "Yo no leo antologías". Las personas que me rodeaban pensaron que yo estaba haciendo una declaración de principios, por lo que raudo les explique que me limitaba a enunciar un hecho empírico, sin implicancias morales. Entonces Maru me prestó esta antología. El libro me gustó, en promedio resulta un buen libro, porque a pesar de tener garchas como el cuento de Link, tiene cosas como el de Laiseca que levantan el promedio muy alto. Voy a pasar a hablar de cada cuento, mientras sufro un ataque de coreografía.

2.
- "Noventa días" del chileno Zambra: Habla de que deja de fumar. Mediocre por no decir malo.
- "Stainbarguer" de Sol Prieto, una chica que nació en el '85: Me gustó bastante, es medio largo pero eso está bueno, muy minita, emparentable a cosas que escriben amigas mías que pueden ser muy minitas al escribir si así lo desean. Un poco snob con lo del Nacional Buenos Aires.
- "Apagar" de Daniel Durand, el que es poeta. Yo lo conocía de Vieja de agua, un libro re re lindo. Este cuento me gustó también, es de dejar de fumar, pero con un enfoque original; además el tipo la tiene clara al escribir. Un aplomooooo.
- "Suplicantes. Plaza Catalunya" de María Moreno: yyyy, eeeeh, qué sé yo, está bien, no me voló la cabeza y me lo voy a olvidar además.
- "La comadreja bebé" de Inés Acevedo, otra péndex: me gustó menos que'l de la primera péndex, olvidable as well.
- "Mi prima Histeriqueta" de Alberto Laiseca, el más capo de los contemporáneos argentinos (sí, antes pensaba que ese era Fabián Casas pero ya no). Laiseca es un capo, escribe mejor que todos y se la re banca. El cuento es un delirio, como suele suceder, y el asunto del fumar aparece un montón pero por suerte el cuento no se trata de eso. Tiene frases como estas, por poner dos elegidas a vuelo de pterodáctilo:
Se limitaba a mirarla con cara de Stalin más Hitler dividido todo por dos.
Otra:
Después de formar una montañita de basura, con la mano izquierda debía acercar una palita y con la derecha tomar una de sus tetas y usarla como escoba para meter dentro de la mencionada palita todos los deshechos.

- "Los ojos de tu perro", de Mónica Müller, buen nombre para una escritora. Es un lindo cuento: termina antes de lo que hubiera querido, tirándose a menos.
- "Kirchner, una vida", de Daniel Link. Una garcha ambulante. Recomiendo saltearlo. El chistecito es que empieza con Kirchner en un manicomio, hablando de que 'el campo' lo enloqueció, y a la carilla te dice que está hablando del pintor alemán Kirchner y no de Néstor. La sensación es de que vas a leer un texto opositor de humor al estilo el hijo de Tato que escribe en Clarín, y después queda esa sensación de mierda mientras leés un cuento malo en el que estás todo el tiempo tratando de adivinar si las referencias al pie de página son verdaderas y Link es tan boludo que se cree que escribir un cuento como si fuera un ensayo es copado o si por el contrario Link es tan boludo que se cree que puede poner referencias falsas al pie de página como si no hubieran escrito ya Borges y Bolaño. Me inclino por la primera.
- "Para dejar de fumar" de Hebe Ubhart. A ver, no me lo acuerdo. Ah, es otro de grupo de autoayuda para dejar de fumar, como el de Zambra. Este está mejor que el de Zambra pero no es la gran cosa.
- "Química y tabaco" de Elvio E. Gandolfo. No había leído nada de este señor, y me gustó mucho, puesto número dos del ranking. Destácase el hecho de que el autor no fuma, nunca fumó, y con ese eje escribe el cuento.
- "Marlboro Light" de Mario Bellatín. Muy malo. Para mí que fue así: le llegó un mail invitándolo a escribir para la antología, dijo bueno, se sentó y escribió este cuento de un tirón sin planificar nada, lo mandó y se fue a hacer caca.
- La antología concluye con el poema "Tabaquería" de Fernando Pessoa (bajo el seudónimo de Álvaro de Campos), que juega en otra liga totalmente. O sea, es mucho mejor que todo lo demás pero no hay punto de comparación. Es como del mahashá.

3. Todo esto compilado poooooor: Pizzaría Los Hijos de Puta... No mentira, JAJAJAJAJA que chistoso. Mariano Blatt y Damián Ríos (comp.). Hay un prólogo a cargo de ellos que no agrega nada. No me entraron en las etiquetas pero la verdad es que ser compilador no es un graaan merito. Sobre todo no amerita que te adjudiques un lugar similar al de la autoría, en mi humildísima opinión. Por ejemplo, ¿qué hacen en el lomo? En la tapa bueno, en la postada te lo banco, en la cajita con los datos legales obvio, ¿pero en el lomo por qué? Escucho respuestas. (Sí, yo voy a seguir haciendo de cuenta que tengo lectores. Hago un comentario marginal y termino el artículo. Hoy mientras escribo esto es 31 de diciembre y estoy en la casa de mi primo, en la que empecé este blog por aburrimiento hace dos años y ahora miren en lo que se ha convertido, un lugar para el despliegue de mi deseo coleccionista. Feliz año para todos mis queridos lectores reales y para todos los imaginarios también. Y un saludo especial a vos, lector esporádico.)

lunes, 22 de noviembre de 2010

Damas chinas, de Mario Bellatín

1. Esta es la entrada número cien de RESISTIRSE ES FÚTIL. Iupi!

2. To make it quick, Mario Bellatín es uno que no tiene una mano, ya leí con éste tres libros del manco y debo decir que es desparejo: pero va ganando 2 a 1, porque este me gustó mucho, más aún que el primero que leí, que se llama Salón de belleza. (El que no me gustó, nada de nada, es Jacobo el mutante). De este sólo os adelanto el principito: Un médico ginecólogo tiene su propia clínica y una vida económicamente estable. Se acuesta con prostitutas regularmente. Su hija se casó con un sujeto, su hijo anda en algo turbio. El hijo de una paciente le empieza a contar, en la sala de espera, una historia que tiene puntos de contacto con la suya propia.

3. Salió con la colección de P/12 y por ahora es uno de los que más vale la pena.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Jacobo el mutante, de Mario Bellatín

1. Me lo prestó Fabiola porque se lo pedí. Se lo pedí porque me había gustado Salón de belleza. Me había gustado Salón de belleza porque es como el de Saramago de los ciegos pero con un travesti.

2. Jacobo el mutante es como un ensayo sobre un libro perdido de un autor austríaco de nombre Joseph Roth, La frontera, que se trataría de un judío ortodoxo que primero tiene un bar en un pueblito de Polonia y después vive en Estados Unidos donde se convierte en su hija (?) y tiene una academia de baile en una ciudad infestada de academias de baile. Hay partes en cursiva, que son supuestas citas textuales a los fragmentos rescatados de la novela perdida, y las otras partes que son el supuesto análisis. Bellatín parece intentar que te confundas con los narradores de una y otra partes, pero el resultado no es nada interesante. El texto viene acompañado de unas fotos en blanco y negro que son una mierda. El libro es una mierda. Un bluf. Súper esnob. No lo lean. A menos que no tengan nada mejor que hacer: se lee en un toque (Bellatin habla en una entrevista de Pág/12 de lo curioso que le resulta que sus libros se lean en el tiempo que se tarda en mirar una película). Pero no se van a divertir. Algo mejor que hacer es por ejemplo leer la Viva.

3. El autor sobre el libro: En Jacobo el mutante quise usar fotografías que no fueran fotografías. Que no fueran apreciadas como tales. Es por eso que están incrustadas en el texto, con el vano fin de que puedan ser leídas de la misma forma que las palabras y que no ilustren, ni hagan muchas de las cosas que suelen hacer las fotografías, sino que muestren una textura que ayude al lector a darse cuenta de lo obvio, que todo es una mentira, que el autor no quiere que le crean, pero que, no obstante, lo más importante pretende estar presente: la conciencia de que se transcurre por una realidad paralela. Y también: Lo más terrible de la novela creo que es el sentido de la metamorfosis, darte cuenta de pronto de que tú ya no eres tú. Creo que ésa puede ser una de las pistas. Verse obligado, en una misma vida y de manera profundamente existencial, a asumir una vida diferente, desagradable la mayoría de las veces. Con el desagrado que produce lo artificial impuesto. (Las citas son de acá). Todo el programa teórico muy simpático e inteligente: el libro una gadorcha. Fin.

lunes, 31 de agosto de 2009

Salón de belleza, de Mario Bellatín

1. Fui a la Feria del Libro Independiente (FLIA) y pasé por el stand de Eloísa Cartonera. Una chica muy buena en su trabajo me vendió seis libros cuando yo en principio estaba interesado en uno solo. Entre todos esos, uno de los que menos tenía idea y más me estaba comprando para llegar a los seis (y así aprovechar una promotion) fue Salón de belleza, de Mario Bellatín. Una semana después estaba comiendo agnolotis (parece el nombre de una enfermedad) en un restaurant. Mientras me sentaba había agarrado el pedazo cacoso de New York Times que viene con el diario ese que gusta de usar adjetivo "ultrakirchnerista" para calificar a la gente, y le había comentado a alguien lo mucho que lo detestaba, al NWTimes, en este caso. Después encontré la traducción de esta nota.

2. Salón de belleza es un cuento, ni en pedo califica como novela corta porque es demasiado corta. Se trata de un hombre que se viste de mujer y regentea un ex salón de belleza devenido en "Moridero" desde que una peste asola la ciudad. El travesaño acepta a aquellos que van a morir indefectiblemente para que no lo hagan en la calle. Lo interesante del cuento es que los agonizantes son objetos en el relato, algo así como escenografía: pasan cosas en relación con ellos, pero como pasan con un tesoro oculto o con una caja de fotos ("¡Rímini sos un hijo de puta tuviste un hijo sin mí!"). El único personaje en realidad es el travolta.

3. Mucho más interesante, para quien no leyó la nota que está en inglés: Mario Bellatín tiene un solo brazo. El otro lo reemplaza por unas prótesis de las cuales tiene doce, y algunas son las que se ven a continuación, y fuera de programa.







Y el increíble consolador biónico: