viernes, 29 de octubre de 2010

Ansia/4.48 Psicosis, de Sarah Kane

1. Un miércoles se murió Néstor Kirchner. Al día siguiente me pidieron que fuera a la Plaza de Mayo para asistir a Juan Pablo (JP) que quería tomar imágenes y testimonios de la gente en la Plaza y en la cola para entrar a la Casa Rosada. Entonces me vestí de boludo, me puse el morral marrón no hippie y en su interior dispuse un cuaderno, una birome (invento argentino), los auriculares y el libro de Sarah Kane que me prestó Mer: Ansia/4.48 Psicosis. Fui, muy confiado, hasta la estación del subte A en la que me encontraba con JP, leyendo la primera de las dos obras que componen el libro. Sarah Kane es una dramaturga inglesa que se suicidó a sus 28 años, en 1999. Dejó pocas obras escritas, dos de las cuales son Ansia(Crave, en idioma original) y 4.48 Psicosis. De estás dos, la segunda no fue llevada a escena en vida de Sarita.

2. El teatro escrito de Sarah Kane tiene unas cuantas particularidad notable. En primer lugar, no hay didascalias (esas anotaciones en cursiva que indican acciones a ser realizadas, o detalles de vestuario y escenografía, o etc.) en ninguna de las dos obras. El texto de Ansia consiste en la sucesión de parlamentos de cuatro personajes (A, B, C, y M). Por los diálogos se evidencia que A y B son varones y que C y M son mujeres. Los personajes no necesariamente están hablando entre sí, seguramente eso pueda ser decidido por el potencial director que la quiera llevar a escena. A mí me dio la impresión de que se trata de cuatro monólogos que se entrecruzan, formando en muchas partes una unidad en la mezcla, como si los cuatro estuvieran diciendo en esas partes juntos un mismo monólogo (aunque me parece que claramente hay cuatro personajes y que no se podría suprimir ninguno en una puesta). La segunda obra, 4.48 Psicosis, deriba su nombre de que según estudios estadísticos esa es la hora de la madrugada en la que más gente adivinen qué hace... No, la respuesta no es "Se unta una tostada". Me parece interesante, y tal vez algo buscado, que a simple vista me haya parecido que el título debía ser un juego de palabras con un versículo bíblico. En 4.48 Psicosis se suprime casi todo (sino todo) lo que forma parte de un texto dramatúrgico: además de no haber didascalias o indicaciones de ningún tipo, quedan suprimidos también los personajes. Es todo un mismo texto, con párrafos separados por espacios en blanco. En algunas partes el texto se dispone en el espacio de la hoja como lo hace la poesía. En un momento, el texto son números. De hecho, me parece que si alguien dedice decir que 4.48 Psicosis no es teatro sino prosa o poesía (yo más bien diría esto último), está en todo su derecho. Nevertheless, no me acuerdo si el prologuista (Jorge Dubatti, porfesor de la UBA y columnista de la Ñ) o el traductor (Rafael Spregelburd en un trabajo que se merece todo mi aplauso), uno de los dos dice que la obra está escrita de tal forma que algunas partes podrían ser consideradas didascalia por el potencial director. Resulta una idea interesante cuando uno lee el libro, porque en efecto es así, aunque se trataría de didascalias poéticas, necesitadas de exégesis o libradas a la interpretación subjetiva de cada uno.

3. Estuve todo el día en la Plaza y a la una de la mañana me tomé el 106 para mi casa. Terminé de leer Ansia. Al día siguiente leí 4.48 Psicosis en el largo viaje hacia Barrancas y luego en el más largo aún viaje hacia Puán. Terminé de leerlo también. Leí las notas del traductor mientras volvía a mi casa de la facu. A la noche estaba deprimido. El día entero pasado en la Plaza hablando -entrevistando- a la gente que viajó de todo el país para ver el féretro, gente que lloraba; mi propia tristeza previa por la muerte de Néstor pero más por Cristina; cosas movilizantes. La lectura de Kane fue como un potenciador de la tristeza. En Ansia hay un personaje que suplica a su amor que no lo deje, qué no podría vivir, literalmente, sin ella (o él, no recuerdo), y yo me acordaba de Cristina cada vez que el personaje decía "¡¿Qué voy a hacer?!". 4.48 Psicosis es tristeza en estado puro, tristeza y desesperación, pero también es muy, muy linda.

martes, 26 de octubre de 2010

Bonsái, de Alejandro Zambra

1. Ahora sí nadie lee este blog, a mí no me jodás. Tengo acumuladas un millón de reseñas y a las últimas les presté demasiada atención así que voy a liquidar las siete entradas en lo que lleve esta mañana.

2. Bonsái lo leí porque lo tenía y me dijeron que era una pelotudez, entonces me dio curiosidad. No me pareció una pelotudez, me pareció entretenida (y punto). Es una novela que dura nada, tiene ponele que 70 páginas, y está editada por Anagrama: eso es medio una chantada. Es como ir a una recital y que dure hora diez: una estafa. Pero para obtenerlo en la edición kiosquera no está mal. En cuanto a lo que hay entre tapa y contratapa, se trata de un chico y una chica que leen libros juntos cuando son jóvenes y están enamorados, y después se separan; el muchacho deviene un fracasado, un día un escritor famoso lo entrevista para ser su escriba, el muchacho no queda pero le inventa a alguien que sí y entonces escribe una novela como si se la estuvieran dictando. Zambra (chileno) wanna be Bolaño, but Bolaño ya estuvo aquí y además ya se robó de Borges todo lo que de ese género de cosas encontró, así que Zambra no busques más.

lunes, 25 de octubre de 2010

Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: Una introducción, de Jerome David Salinger

1. La Universidad Ale Schonfeld de Magia y Hechicería, por la dignidad que la reviste, nombra en este acto a Jeromo David Salinger miembro honorario de la etiqueta "uno de los cuatro más capos del mundo" (miembro quinto, con carácter retroactivo).

2. Con éste, he leído todos los libros de Salinger publicados durante su vida. Me congratulo de no haberlos leído uno detrás del otro y así haber ganado más tiempo de estar leyendo a Salinger. Cuando terminé Seymour: Una introducción, me sentí un poco triste. Ya sólo me queda releer Salinger en idioma original ahora. O leer los cosos post mortem que saquen (se murió en enero pasado). Creo que iba a salir un compendio de artículos que publicó en revistas y que por decisión suya no se habían reeditado hasta ahora.

3. Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: Una introducción es un libro que contiene dos novelas cortas y que así fue publicado originalmente en 1963. La primera (Levantad...) es la mejor de las dos. Buddy Glass va al casamiento de su hermano Seymour pero éste no aparece a la boda. Los invitados son subidos a coches para ir a la casa de la novia, y Buddy se encuentra de pronto en uno de los coches, con un grupo de personas que se convertirá por el resto de la novela en un equipo que debe resolver unido los sencillos pero épicos problemas que se le presentan. A todo esto, Buddy no revela su indentidad de hermano del desertor: escucha pasivamente a la dama de honor de la novia, que se dedica a defenestrar a Seymour citando los sabios comentarios psicológicos de la madre de la novia, para los oídos obsecuentes de su esposo y de la señora Silsburn. Completa el grupo este personaje:
Por primera vez en varios minutos eché una mirada al minúsculo viejecito que tenía el cigarro sin encender. El retraso no parecía afectarle. Su manera de sentarse en el asiento trasero de los coches (coches en movimiento, coches estacionados e incluso, era inevitable imaginarlo, coches saltando de un puente al río) parecía una norma establecida. Era maravillosamente sencillo. Simplemente, había que sentarse muy derecho, manteniendo una distancia de diez o doce centímetros entre la copa del sombrero y el techo, y mirar ferozmente hacia delante, al parabrisas. Si la muerte (que estaba allí fuera todo el tiempo, posiblemente sentada en el capó), si la muerte atravesaba misteriosamente el espejo y entraba en busca de uno, bastaba con ponerse de pie e irse con ella, feroz pero tranquilamente.
Antes de continuar vamos a dedicarle todos juntos un aplauso al quinto miembro de los cuatro más capos del mundo. Ahí va. Muy bien. Podría seguir copiando citas porque es todo genial, pero en realidad es más genial todo en el contesssto, vió. Por ejemplo: el coche queda varado en el tránsito porque un policía corta la calle para esperar la llegada de un desfile "de tropas, o enfermeras, o boy scouts, o lo que fuese". Cabe aclarar que la novela ocurre durante la época de la economía de guerra: las fábricas tienen que producir al máximo por la patria, todos van de uniforme por la vida saludando a sus superiores jerárquicos y recibiendo castigos por llevar mal puesto el sombrero estén donde estén. El propio Buddy Glass es un soldado que está de permiso por el casamiento de su hermano, y el esposo de la dama de honor también es un militar, de mayor rango. El conteßto de la guerra sumado al calor proverbial y obviamente a la forma de escribir de Salinger resultan en la sensación de una ciudad de Nueva York vacía y en el umbral de algo, o más bien en la espera entre un algo y otro algo. Como un limbo, que tal vez sea el limbo entre la normalidad de la paz de preguerra y la normalidad de la paz de posguerra. Esa sensación que el lector percibe, a los personajes parece afectarlos en su comportamiento, aunque de una forma sutil. Tal vez sea una sensación mía nomás, me gustaría que algún otro lector me diera su opinión al respecto. Lo que digo es esto: toda la charla superficial, los comentarios acerca de la vida, parecen estar siendo dichos en una sala de espera. En particular en el coche, cuando esperan que pase el desfile, pero también después en el departamento. Los personajes durante la historia están de hecho entre cosas, en el tránsito entre la boda no concretada y el festejo de la nada misma, así que bueno, eso demuestra que soy un capo.

4. El lomo del libro (Buenos Aires, Editorial Edhasa, 1era edición, 2004, ISBN 950-9009-10-5) dice "Semour: Una introducción", así, sin esa letra que hasta hace no mucho llamábamos "i griega" pero que ahora la RAE denominó "ye". ¡Devuelvan-los-ahorros! ¡Devuelvan-los-ahorros!

5. Seymour: Una introducción me gustó bastante menos. Está bueno, ojo, pero no me rompió la cabeza como las otras cosas de Salinger. El narrador es Buddy Glass, que cuenta en primera persona, desde su adultez de profesor de secundario y escritor, muchos datos biográficos para hacer una semblanza de su hermano suicidado Seymour. Eso es, básicamente. Es divertido. Le falta un nudo igual. En esta novela, y también en Levantad..., hay un momento en que aparece la voz del propio Seymour, transcripta del diario personal del personaje o de cartas mandadas entre los hermanos. Siempre es interesante cuando aparece la vos de Seymour: después de que Buddy Glass/Salinger se encarga de erigirlo en semidios, uno quiere ver cómo hace para sostenerlo en primera persona.

sábado, 9 de octubre de 2010

Aventuras de un novelista atonal, de Alberto Laiseca

1. Lo que él hace es lo más parecido a lo que yo trato de hacer cuando trato de escribo un cuento.

2. Yo lo tenía de los micros de I-Sat, que me caían bien aunque no les cazaba mucho la onda. (¿Estarán en youtube? (Alejandro se fija) ¡Sí están! Hay un montón!). Un día me encontré con el libro de cuentos En sueños he llorado, y me flasheó zarpado. Laiseca tiene algo muy interesante en como un mismo narrador cambia de registro y puede pasar de estar contando una historia digamos convencional, a hacer foco en lo que piensa el gato del protagonista y que el gato crea ser un soldado en la guerra de Vietnam.

3. Aventuras de un novelista atonal es la historia de un escritor que intenta hacer una novela aplicando a la literatura las ideas de Arnold Schönberg sobre la música atonal, en la que se abandona la jerarquización normal de las notas en la música clásica, así como se dejan de lado las resoluciones comunes (tal y como sucede en varias de las historias de Laiseca). El novelista pasa de la miseria a la fama y el éxito gracias a la idiotez de un editor masoquista (onda la película El Artista, en la que actúa Laiseca).

4. La segunda parte del libro, "La epopeya del rey Teobaldo", es el único fragmento de la novela atonal del título que sobrevivió a un terrible accidente. Es decir que no tiene nada que ver. Batallas medievales con dinosaurios. Muy copado.

5. Hay prólogo de Fogwil.

6. En los guiones que yo escribí de Noticias del Bicentenario, a uno de los "especialistas en asuntos de la región" le puse de nombre Alberto Laiseca. A mi jefe le pareció mucho y se lo cambió a Ezequiel Laiseca.

7. Acá se puede leer el principio de Aventuras de un novelista atonal.

8. Mejor la interpretación de Laiseca que el cuento mismo. Atención al excelente sonido: recomiendo escuchar con auriculares.



Dato de color: el programa de Laiseca era de Cohen y Duprat. Último:

jueves, 7 de octubre de 2010

El hombre en el castillo, de Philip Kindred Dick

1. The Man in the High Castle, by Felipe K. Pito.

2. Resulta que el Eje ganó la Segunda Guerra Mundial, y los ponjas y los nazis se repartieron el territorio de los Estados Unidos. La costa oeste es de los alemanes y se llama Estados Unidos de América. La costa este es de los japoneses y se llama algo del Pacífico. En el medio, en la zona de las Rocosas, los estados son independientes y hacen de tapón. El libro sigue las historias de unos cuantos personajes, que se mueven entre los estados tapón y el territorio ponja. Tenemos primero a Frank Frink, que en realidad se llama Frank Fink y es un judío secreto (un criptojudío). No puede revelar su judeidad porque los ponjas lo deportan a Alemania y ahí le aplican la Solución Final al Problema Judío. Es obrero metalúrgico, y lo acaban de despedir por bardear a su jefe. No sabe qué va a hacer, y consulta obsesivamente El Libro de las Mutaciones, es decir el I Ching, libro oráculo que es en la realidad y en la ficción el más antiguo de la humanidad y que en la ficción es de consulta obligada por todos los habitantes de territorio ponjanés. Frank Frink pregunta al oráculo por su trabajo, pero también por su mujer, que se fue y lo dejó solo solo solo. Otro personaje, entonces, es Juliana, casada con Frank Frink. Vive en un estado de las Rocosas, dando clases de judo. Desde que dejó a Frank vive de garche en garche, y está muy deprimida. En una cantina rutera bien yanqui, Juliana conoce a un misterioso y garchable camionero italiano fascista, ex combatiente en África al servicio de Rohmer, el general nazi que en la ficción ganó la guerra y en la realidad no... Por otro lado que nada que ver, el tercer personaje es Robert Childan, quien tiene exitosamente un negocio de antiguedades. Las antiguedades, en muchos casos no son tan antiguas: un reloj de Mickey Mouse es una de las piezas de arte más valiosas que se pueden conseguir, sólo hay diez en el mundo. Childan está desesperado por conseguir alguna posición social en la muy estratificada sociedad de los Estados del Pacífico, donde los japoneses ocupan un lugar de preeminencia sobre los blancos, que a su vez están sobre los negros. Los negros, obviamente son esclavos. Quedan dos personajes. Herr Baynes es un sueco que llega a San Francisco para hacer negocios con el encargado de la misión comercial japonesa en ese país. Bueno, en realidad viene a hacer algo re turbio que no les puedo decir. Y el otro personaje (mi favorito) es el señor Tagomi Nobusuke (siendo el primero el apellido), jefe de la misión comercial japonesa en tierras americanas. Tagomi, que espera a Bynes, requiere de los servicios de Childan para ofrecerle al sueco Bynes un regalo que propicie fluidas relaciones comerciales.

3. Así arranca: después todas las líneas narrativas se van encontrando en algún punto y se cruzan de formas bastante inesperadas. El señor Tagomi es el mejor: hay una parte del libro en que el tipo tiene un mambo místico y la re flashea así como re guachi uuu uaua, y está muy bueno.

4. Detrás de la historia de los personajes está el trasfondo geopolítico del mundo en que el Eje ganó la guerra. Martin Bormann, el Führer desde que Hitler quedó imbécil por una sífilis cerebral, murió. Ahora los candidatos (Goebels, Menguele, Heydrich, entre otros) miden fuerzas para ver quién será el nuevo Führer del imperio nazi: un imperio que drenó el Mediterraneo para cultivar grano y cometió un genocidio total en África, y que ahora va por el espacio exterior.

5. Último sobre la trama, prometo: En el libro, los personajes leen un libro, La langosta se ha posado. En el libro dentro del libro, los Estados Unidos ganaron la guerra y a partir de entonces los ingleses y los yanquis se disputan la hegemonia mundial. El libro dentro del libro está prohibido, pero igual todos lo leen. Fue escrito por un hombre que vive en una casa en la cima de una colina: la casa se llama "el castillo". En un determinado momento Julia y el italiano discuten si La langosta es o no un libro de ciencia ficción: ella dice que no, porque no habla del futuro, ni hay robots ni nada, es solo un qué hubiera pasado si. Una ucronía.

6. El hombre en el castillo es en efecto una ucronía. Yo no sé qué opino sobre si eso es o no ciencia ficción, pero no me importa demasiado. Un dato a tener en cuenta es que la novela ganó el premio Hugo en 1963, que se entrega a libros de ci-fi y fantasía... no sé, fijate. Philip K. Dick, para quien no lo supiera o supiese, es una autor casi siempre de ciencia ficción, que escribió muchos libros y cuentos que luego se llevaron al cine (Blade Runner, Minority Report, Paycheck, A Scanner Darkly). Tenía algunas psicopatologías, como una paranoia heavy, que lo llevaron a drogarse con cosas que a su vez lo llevaron a estar más loco. En la peli de A Scanner Darkly, dirigida por Richard Linklater (Ricardo Vínculo Tardío, Una mirada en la oscuridad) eso se nota. Está buenísima la peli, a todo esto.

7. Philip K. Dick contó después que escribió El hombre en el castillo consultando al I Ching para saber cómo seguir. También contó que estaba planeando una secuela que nunca escribió.

martes, 5 de octubre de 2010

Risperidona, de Seba Kirzner

1. Lo terminé ahora, ya, hace instantes, así que impresiones inmediatas: ESTÁ BUENO. Esas son las impresiones inmediatas.

2. En mi muro del caralibro: Sebakis Poesia ale, lei tu blog, se que no debia, pero me chupa, y decirte, que no solo me gusto y eso que no leo blogs, porque me parecen de ´puto tragasable, pero comparto muchos puntos en comun, lei casi todas las notitas y quisiera que hagas una nota de mi libro den arrativa nuevo, para que no lo lea nadie, querras? p.d: creo que tu hermano fuma porro

3. Hace unos seis años Maia Loy organizó en El Marquee una fecha con dos bandas y un presentador, Negligence, Labaina y Seba. En su performance entre las bandas, Seba improvisó un monólogo en el que se presentaba como Orni Flexx, artista conceptual. Según él mismo me había dicho, Orni Flexx era un nombre derivado del mío, Ale Schonfeld. Tiempo después descubrí que Orniflex es una marca de algo que se vende en ferreterías, creo que tubos de plástico, y que hay un cartel grande que dice Orniflex en una ferretería del Cid Campeador. En Negligence tocaba mi amigo Nico Balé: después lo echaron, y después la banda dejó de existir. Labaina se convirtió en Chau Pekín, cambio un poquito de integrantes y toca en La Trastienda el 13 de noviembre, el mismo día que el Indio en Tandil y Fat Boy Slim en la Creamfields. Seba trabajó en varios programas de televisión, escribió cuatro libros de poesía, dos de narrativa (La salidera y éste, Risperidona) y también de próxima publicación está METAJARRA, primer antología americana de novísima poesía villera, trisexual, visual, urpop y tranquipiola, que se puede bajar de acá en .pdf (recomiendo al azar lo que comienza en la pág. 817). Además fundó junto a otros humanos la editorial independiente Milena Caserola.

4. Risperidona, hay que decirlo, es un libro blogger. Por la forma y el formato de los capítulos, independientes entre sí, muy autoreferenciales, llenos de listas, podría ser un (muy buen, muy mejor que el promedio) blog, a pesar de la opinión que Seba guarda de los blogs y que puede apreciarse en el punto 2 (by the way, ¿alguién entiende por qué Seba dice "se que no debia"?). Pero no es un blog porque: A) es un libro; B) la existencia de los capítulos responde a una decisión y no a un impulso, o por lo menos eso parece.

5. Risperidona tiene prólogo de Juan Diego Incardona.

6. Los epígrafes de los episodios merecen un punto aparte porque son muy buenos. Hay uno genial, adjudicado al escritor argentino Sebastián Bruzzese: "Hay dos cosas posibles de hacer con el tiempo. Una es esto: perderlo comentando pelotudeces. O sea: también se puede escribir un libro, llamado ocio, que diga como uno se pajea y escucha abbey road y casi se muere y sus amigos se mueren. Pero ya no escuchamos esos discos ni leemos esos escritores. Ahora comentamos en facebook". El mejor epígrafe, sin embargo, es este: "Yo voy a entrar haciendo así y si te pego, va a ser tu culpa". Lisa Simpson.

7. Bueno, yendo a los bifes. Los dos temas principales de Risperidona son la obesidad y los consumos culturales de Seba Kirzner. Tres temas: la obesidad, los consumos culturales y la fobia social. Cuatro: Internet, los consumos, la fobia, la obesidad. Casi que es un solo tema igual. Bueno, me aburrí de la parte de contarte de qué se trata, si querés leelo. Le decimos a Joni que te lo preste. Algunos capítulos están requete buenos, otros no me gustaron. Por ejemplo no me gustó el capítulo de listas, el que se titula 603 (todos los capítulos llevan por nombre un número). Sí me gustaron mucho el segundo capítulo, el 428, y el tercero, el 319, que incluye la cita de la contratapa acerca de la secreta utilidad de la tecla F9 y también esto:
Se conecta una chica, le escribo Hola, te amo. Luego se conecta otra chica, le escribo Hola, te amo. Con la tercera y cuarta chica ocurre lo mismo, ¿cómo se llama la obra? La obra lleva dos nombres opuestos complementarios: o bien se llama Tengo una maravillosa capacidad de amar, o bien se desglosa bajo el título Mi amor vale mierda.
Otro gran capítulo, pero eso parece que ya es vox populi (hace unos días que quiero escribir vox populi) es el 546, el de Natasha, que incluye la frase "Ahora lo comprendo, estoy destinado a convertime en el hijo down de John Kennedy Tool".

8. Joni dice que Seba tiene una ideología que desarrolló al tiempo que leía Homo Sampler, acerca de la generación nuestra de cada día, con el ahora y el a todos nos gusta todo y todos tomamos todo, y que en este libro intentó trabajar esa idea, y por eso por ejemplo está el capítulo de las listas (son las listas de lo que le gusta, y es verdad que yo encontré muuuchos puntos en común con su lista) (igual hacer una lista me parece medio de mail en cadena) o el epigrafe del capítulo 967 que dice "Me pidieron que explicara en una hoja el término generación. Yo les anoté el link a mis videos favoritos de youtube". Me parece que le voy a preguntar directamente a él.

9. Ya que estamos con las citas, algunas más que me gustaron mucho y basta eh, basta. La cortamos acá. Del capítulo 333:
Sigo con mi extraña teoría de que el Indio Solari es el narrador omnisciente de la Historia Argentina Contemporánea. Pensalo así, antes de la gripe porcina, el Indio saca Porco Rex, disco que viene con dibujos de cerditos y gente con barbijos, y el Indio vive encerrado en una casa llena de cámaras de seguridad. ¿Qué oculta? El futuro, ¿me seguís? ¿Me estás siguiendo? ¿Hola?
Del 857:
Parece que la razón por la que duermo tan mal es que tengo apnea del sueño. Eso quiere decir, en lenguaje sencillo, que cuando estoy acostado mi peso corporal me aplasta los pulmones y mi cerebro me despierta, para avisar que me estoy muriendo. Esto no me lo dijo un médico, me lo dijeron algunos amigos con los que comparto, entre otras cosas, problemas de sobrepeso. Debería constatarlo con un médico clínico, pero el carnet de la obra social lo perdí en algún momento a principio de año y hacer el trámite para sacarlo nuevamente me da pánico. Me da pánico ir al edificio de la obra social, me da pánico entrar, me da pánico recorrer los pasillos, me da pánico pedir autorización de recetas y me da pánico salir. Maldito círculo del pánico.