lunes, 25 de octubre de 2010

Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: Una introducción, de Jerome David Salinger

1. La Universidad Ale Schonfeld de Magia y Hechicería, por la dignidad que la reviste, nombra en este acto a Jeromo David Salinger miembro honorario de la etiqueta "uno de los cuatro más capos del mundo" (miembro quinto, con carácter retroactivo).

2. Con éste, he leído todos los libros de Salinger publicados durante su vida. Me congratulo de no haberlos leído uno detrás del otro y así haber ganado más tiempo de estar leyendo a Salinger. Cuando terminé Seymour: Una introducción, me sentí un poco triste. Ya sólo me queda releer Salinger en idioma original ahora. O leer los cosos post mortem que saquen (se murió en enero pasado). Creo que iba a salir un compendio de artículos que publicó en revistas y que por decisión suya no se habían reeditado hasta ahora.

3. Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: Una introducción es un libro que contiene dos novelas cortas y que así fue publicado originalmente en 1963. La primera (Levantad...) es la mejor de las dos. Buddy Glass va al casamiento de su hermano Seymour pero éste no aparece a la boda. Los invitados son subidos a coches para ir a la casa de la novia, y Buddy se encuentra de pronto en uno de los coches, con un grupo de personas que se convertirá por el resto de la novela en un equipo que debe resolver unido los sencillos pero épicos problemas que se le presentan. A todo esto, Buddy no revela su indentidad de hermano del desertor: escucha pasivamente a la dama de honor de la novia, que se dedica a defenestrar a Seymour citando los sabios comentarios psicológicos de la madre de la novia, para los oídos obsecuentes de su esposo y de la señora Silsburn. Completa el grupo este personaje:
Por primera vez en varios minutos eché una mirada al minúsculo viejecito que tenía el cigarro sin encender. El retraso no parecía afectarle. Su manera de sentarse en el asiento trasero de los coches (coches en movimiento, coches estacionados e incluso, era inevitable imaginarlo, coches saltando de un puente al río) parecía una norma establecida. Era maravillosamente sencillo. Simplemente, había que sentarse muy derecho, manteniendo una distancia de diez o doce centímetros entre la copa del sombrero y el techo, y mirar ferozmente hacia delante, al parabrisas. Si la muerte (que estaba allí fuera todo el tiempo, posiblemente sentada en el capó), si la muerte atravesaba misteriosamente el espejo y entraba en busca de uno, bastaba con ponerse de pie e irse con ella, feroz pero tranquilamente.
Antes de continuar vamos a dedicarle todos juntos un aplauso al quinto miembro de los cuatro más capos del mundo. Ahí va. Muy bien. Podría seguir copiando citas porque es todo genial, pero en realidad es más genial todo en el contesssto, vió. Por ejemplo: el coche queda varado en el tránsito porque un policía corta la calle para esperar la llegada de un desfile "de tropas, o enfermeras, o boy scouts, o lo que fuese". Cabe aclarar que la novela ocurre durante la época de la economía de guerra: las fábricas tienen que producir al máximo por la patria, todos van de uniforme por la vida saludando a sus superiores jerárquicos y recibiendo castigos por llevar mal puesto el sombrero estén donde estén. El propio Buddy Glass es un soldado que está de permiso por el casamiento de su hermano, y el esposo de la dama de honor también es un militar, de mayor rango. El conteßto de la guerra sumado al calor proverbial y obviamente a la forma de escribir de Salinger resultan en la sensación de una ciudad de Nueva York vacía y en el umbral de algo, o más bien en la espera entre un algo y otro algo. Como un limbo, que tal vez sea el limbo entre la normalidad de la paz de preguerra y la normalidad de la paz de posguerra. Esa sensación que el lector percibe, a los personajes parece afectarlos en su comportamiento, aunque de una forma sutil. Tal vez sea una sensación mía nomás, me gustaría que algún otro lector me diera su opinión al respecto. Lo que digo es esto: toda la charla superficial, los comentarios acerca de la vida, parecen estar siendo dichos en una sala de espera. En particular en el coche, cuando esperan que pase el desfile, pero también después en el departamento. Los personajes durante la historia están de hecho entre cosas, en el tránsito entre la boda no concretada y el festejo de la nada misma, así que bueno, eso demuestra que soy un capo.

4. El lomo del libro (Buenos Aires, Editorial Edhasa, 1era edición, 2004, ISBN 950-9009-10-5) dice "Semour: Una introducción", así, sin esa letra que hasta hace no mucho llamábamos "i griega" pero que ahora la RAE denominó "ye". ¡Devuelvan-los-ahorros! ¡Devuelvan-los-ahorros!

5. Seymour: Una introducción me gustó bastante menos. Está bueno, ojo, pero no me rompió la cabeza como las otras cosas de Salinger. El narrador es Buddy Glass, que cuenta en primera persona, desde su adultez de profesor de secundario y escritor, muchos datos biográficos para hacer una semblanza de su hermano suicidado Seymour. Eso es, básicamente. Es divertido. Le falta un nudo igual. En esta novela, y también en Levantad..., hay un momento en que aparece la voz del propio Seymour, transcripta del diario personal del personaje o de cartas mandadas entre los hermanos. Siempre es interesante cuando aparece la vos de Seymour: después de que Buddy Glass/Salinger se encarga de erigirlo en semidios, uno quiere ver cómo hace para sostenerlo en primera persona.

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