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miércoles, 20 de abril de 2022

De qué hablo cuando hablo de correr, de Haruki Murakami

 1.

Nunca en mi vida había leído un libro más AMENO. ¿Cómo se puede ser tan ameno? Es el adjetivo que mejor le cuaja.

2.

Al principio creí que, escondido detrás de un libro sobre correr, había un libro sobre escribir al estilo del de Stephen King. Pero no, es sobre correr. Tiene algunas secciones de algunos capítulos en los que habla de su método de escritura, que si el libro fuera mío hubiera subrayado enteras, pero representan un porcentaje muy pequeño de las 230 páginas. Más que nada cuenta su vida como corredor de maratones y ultramaratones, como triatlonista, las dificultades para prepararse y las satisfacciones de llegar a la meta. Parece poco para un libro pero se la banca bien. Además tiene fotitos de un pequeño Murakami ochentoso corriendo en Grecia.

3.

A este libro, sin dudas, le corresponde la bella etiqueta de "autoayuda para intelectuales". 

viernes, 7 de mayo de 2010

Al sur de la frontera, al oeste del Sol, de Haruki Murakami

1. Al sur de la frontera, al oeste del Sol me gustó mucho más que Tokio blues (a.k.a Norwegian Wood), el otro de él que leí, que es además la reseña inaugural de este borgspot. En el otro me habían molestado un par de cosas, en particular lo langa del protagonista, que estaba deprimido todo el tiempo y al mismo tiempo se cojía a todas las minas como quien no quiere la cosa, como Franny Glass. Ésta novela a ese respecto está mejor. El protagonista me pareció más creíble, más basado en el Murakami real que en uno imaginario (es claramente él el protagonista, tiene un bar donde pasan jazz y todo). Y no se coje a TODAS las minas de la novela. Por otro lado, las minas también son más humanas y más queribles que las robotas de Tokio blues.

2. Algo que no sé si no había notado en Tokio blues o qué, pero que me gusta mucho, es la traducción. Debe ser un quilombo traducir una novela del japonés: una película o un manga puede resultar más fácil porque la oralidad debe ser más traducible, pero en esta novela donde imperan las frases cortas y hay una voluntad poética bastante notoria, encontrar las palabras justas debe haber sido difícil. Hay un concepto que se repite un par de veces: cuando el protagonista/narrador habla de las chicas que conoce, dice que ellas no tienen "algo-especial-para-mí" (no me acuerdo si esa es la frase exacta pero ponele), y seguramente en japonés ese tipo de conceptos se debe escribir de una forma muy diferente a lo que se puede lograr en castellano con nuestro triste abecedario.

3. Está bueno, y es muy japonés, cómo el sexo muy explícito irrumpe en las escenas como cualquier otra cosa, y después se va. Puede durar un párrafo, en el que use una frase como "eyaculé violentamente en su boca", por ejemplo, y que después siga con la música o las casas del barrio o nadar en la pileta.

4. Me gusta mucho el final, y cómo decide resolver algunas cosas y dejarte la intriga en otras. También me gusta mucho el personaje del suegro, que es un empresario de la construcción (= corrupción para Haruki) que se pone en pedo a la hora del almuerzo. Otra cosa que está buena de Haruki es el tiempo largo, la historia empieza casi cuando el personaje nace, aunque está en primera persona, y termina cuando termina pero el personaje ya tiene cuarenta y no es que Haruki se saltee una etapa sino que usa la vida como hilo conductor.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Norwegian Wood de Haruki Murakami

1. Es la primera novela japonesa que leo en mi vida. A lo largo de mi adolescencia vi mucho animé, vi varias películas y mucho más leí manga, pero nunca había leído una novela japonesa. Lo primero que me dio gracia fue encontrar rasgos comunes a todos estos géneros, principalmente entre el manga y esta novela (que por ser la única, se vuelve denominador común a todas las novelas japonesas, porque yo soy The Borg), como la parte en que Watanabe, el protagonista, habla de la coraza que lo aisla de los demás ("Shinji, ¿quieres hacerte uno conmigo?"), o la alusión permanente a la comida.
2. No fue sino hasta la historia de Reiko de la niña perversora, que me empezó a parecer que la novela estaba más que bien. La lectura de toda la primera parte, aunque con sus highlights, había pasado más apacible que movilizadoramente, y de hecho el capítulo mismo en que Reiko relata su historia me había parecido muuuy aburrido, al punto que había entendido por qué Lau había abandonado, pero entonces se puso kinky. Nah, jodita, ya se había puesto kinky (aunque no demasiado - las escenas de sexo también se adecuaron a mi preconcepto de lo japonés). Esa parte, o todas las partes de Reiko en realidad, son las mejores del libro. Aguante Reiko, Naoko puta.
3. Las mujeres de la novela son Naoko, Midori, Reiko y Hatsumi, más todos los garches ocasionales. Es notable (y a mí me resultó molesto) que Watanabe coja con todas las mujeres de la novela (menos con una, y porque está enamorada del amigo, que si no...). Además, por lo que me resultó más pelotudo Watanabe, es porque se enamora de la peor de las cuatro, Naoko, que es uno de esos personajes lánguidos que me dan ganas de partirle una pala en la cabeza. Midori es mucho mejor, Watanabe sos un gil.
4. ¿Los japoneses se suicidaran mucho? En la novela se suicida medio mundo, y de diferentes maneras: uno se ahoga con el humo del auto en el garage, una se corta con la Gillette, una se ahorca bajo techo y otra al aire libre... A lo mejor sí se suicidan mucho. Me acordé también del principio de Battle Royal. Pero qué formas truculentas de suicidarse che...
5. En definitiva, la novela me gustó bastante, me dieron ganas de leer "Al sur de la frontera, al oeste del sol" que me dijeron que está mucho mejor que esta.