miércoles, 30 de junio de 2010
Nueve cuentos, de Jerome David Salinger
2. Quiero escribir como él.
3. Me parece que es un poco facho.
4. No todos los cuentos son buenos pero todos están escritos como la gran puta.
viernes, 25 de junio de 2010
Abzurdah, de Cielo Latini
Sí sí, uno de los libros ganadores de la encuesta sobre qué libro tiene que terminar Ale Schonfeld, un libro que empecé hace dos años (literaly), un libro horrible desde los paratextos hacia adentro, es Abzurdah, de Cielo Latini. No debo dedicarle mucha tinta virtual a este libro, o quedaré en un ridiculo aún mayor al que ya ocupo. Resumamos: lo agarré cuando recién había entrado a trabajar en la biblioteca, alguien lo devolvió y yo en vez de guardarlo en su lugar lo empecé y bueno, después tenía que terminarlo. Es un libro para leer con morbo sobre una concheta que es anoréxica y bulímica y hace un culto a la anorexia, tiene una página de Internet sobre lo buena que está la anorexia y cómo es nuestra única amiga y eso. La página es de la época del mirc me parece. Después sigue hacia abajo y comete un serio intento de suicidio, pero milagrosamente se salva, se recupera y vuelve a ser feliz. La causa de sus padeceres es de lo más anodina, un chico, que además es un imbécil. La causa explícita en el libro es esa, obviamente es más importante otra parte de las cosas pero ella en su libro catártico habla todo el tiempo de él, lo que hace muuuucho peor y muuucho más aburrido todo. Están buenas las partes en las que se corta y eso. También están buenos los primeros capítulos cuando es una niña gorda.
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Lo más horrible es, bueno, además de todo: A. Que el libro se trate de la anorexia y en la contratapa y en ambas portadas interiores (¿se dice así?) hay fotos de ella divina y re flaca. B. Que sus problemas de niña rica que va a la UCA y vive en un barrio privado en La Plata no estén ni un poquito presentados como lo que son. C. Que se haya casado con Rolando Hanglin. D. Que haya vendido 260.000 ejemplares en Argentina. E. Ah no, era Rolando Graña.
miércoles, 23 de junio de 2010
Yo era una niña de siete años, de César Aira
Se me hace necesario dar lugar a la primera reseña construida sobre la marcha porque el principal sentimiento que despierta en mí este señor escritor, después de haber leído unos cinco cosos suyos, es ansiedad: la ansiedad de saber que con lo bien que viene, al final no va a pasar nada. Aira es el precursor de Lost, pero por lo menos sus cosas se terminan en menos de seis temporadas. Voy por la página 81 de 125. Por el capítulo XIV de XXI. Viene re bien, tiene algunas partes que son bárbaras. Por ejemplo esto que acabo de leer. Dice el rey, el papá de la niña de siete años:
(...) Siempre fue así, y eso les basta. Y sin embargo, si levantaran la vista de sus pequeños intereses personales, verían que nada impide que las lluvias o los sismos o los incendios sigan y sigan, hasta borrarlos del mapa definitivamente,a ellos y a sus hijos y a sus nietos. Creer que el clima se ajusta a la escala de nuestra vida es una interpolación injustificada, una de las tantas reducciones del pensamiento (...)
Bueno, cuando termino de leerlo escribo el punto 2.
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Bueno, lo terminé y resulta que el final no tuvo sentido, tal y como siempre supe que sucedería. No fue tan malo igual. Eso es todo lo que tengo para decir sobre eso.
domingo, 20 de junio de 2010
Loco afán, de Pedro Lemebel
Ay Pedrito
Mi jefe me contó que cuando estaban haciendo la serie de biografías para Canal Encuentro "Maestra Vida", uno de los personajes chilenos a los que quisieron entrevistar fue a Pedro Lemebel. Mi jefe (Tolca) y Hernán (el productor) se leyeron los libros, estudiaron su vida y eso, arreglaron la cita y fueron a Santiago. Se reunieron con Pedrito y éste les dijo que arreglaran todo para filmar con él con su agente. Les dio el nombre y apellido de una mujer, no sé cuál era, pónganle que Pepita Lachofa. Y se fue. Tolca y Hernán habían ido con un camarógrafo y nada más, la serie tenía poco presupuesto y tenían pocos días en Chile, y los equipos ya alquilados de antemano. Tolca y Hernán se ponen a tratar de ubicar a esta Pepita Lachofa y no aparece por ningún lado. Finalmente deciden volver a comunicarse con Lemebel. Lemebel le grita a Tolca por el teléfono: "¡Si supieran quién soy yo, sabrían que Pepita Lachofa se murió de sida en los ochenta!". Pepita Lachofa era la amiga de Lemebel en los ochenta, evidentemente. El tipo no les dio la entrevista. Tolca y Hernán se tuvieron que volver a Buenos Aires con las manos vacías. El camarógrafo filmó Avatar en 3D, era James Cameron. El programa terminó siendo sobre Gabriela Mistral. En Chile hubo un terremoto. Y todos vivieron felices por siempre.
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Loco Afán es un libro de cuentos o crónicas que giran en torno al tema del sida. Algunos están buenos, otros son una puta garcha, varios son demasiado parecidos entre sí. Está bueno algo que dice en un texto
El sida vende y se consume en la oferta de la chapita, el póster, el desfile de modas a beneficio, la adhesión de las estrellas (...) Este tema da para instalar un supermall, donde las producciones sidáticas se vendan como pan caliente. Los miles de libros (incluyendo éste)(...)También hay un concepto interesante, que se repite en varios textos, sobre la exportación yanqui de un modelo de homosexual (bien macho y yuppie y ario) que no tiene que ver con la imagen de la homosexualidad latinoamericana (para Lemebel), más travesti. Ah, también es un libro travesti pero eso es algo con lo que va Lemebel por el mundo.
Pero aquí en el Village, en la placita frente al Bar Stonewall, abunda esa potencia masculina que da pánico, que te empequeñece como una mosquita latina parada en este barrio del sexo rubio.
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Lo más mejor de todo muy mejor muy bueno buenísimo gosembumps es Hablo por mi diferencia. Es un discurso que Lemebel presentó en forma de intervención en una asamblea de la izquierda chilena. Está en Internet, ahora lo pongo como punto 4 para que lo lean porque está muy bueno. Eso es lo mejor del libro, que ahora salió con la colección Anagrama de Pág/12 a 9 pesos así que es fácil de conseguir. De todos modos yo no lo recomiendo, es muy desparejo. Además, no me parece bien su visión torturada del ser homosexual, su constante victimización. Pero si nunca leíse a Lemebel es una experiencia interesante: el tipo escribe con una prosa muy particular. Tengo miedo torero me gustó mucho más y sí Oslo recomiendo.
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Manifiesto (Hablo por mi diferencia), de Pedro Lemebel
viernes, 18 de junio de 2010
Quiero destruir algo hermoso, de Antolín
Si creás un blog y subís en el mismo día once poemas y después no subís nunca más nada más, me parece que tu blog califica de libro. Por lo menos es lo suficientemente libro como para estar en este otro blog, el de las reseñas de los libros que yo leo. En realidad, si tu blog-libro no me hubiera parecido tan bueno no me hubiera gastado en razonar esta justificación de la caca, pero sí, me pareció muy bueno, así que acá está. En realidad más que una reseña es una recomendación. Entren y lean http://www.quierodestruiralgohermoso.blogspot.com/ y después charlamos. Miren, un poema en una parte dice esto:
creo que hay diferentes clases de perdedores
por ej. perder en el mundo
1 del Mario Bros no es lo mismo que perder en el 4.
a veces uno
simplemente no quiere pasar del nivel 1 porque tiene miedo.
vertigo de
alcanzar la banderita
me hice amigo de todas las tortugas.
sábado, 12 de junio de 2010
Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson
2. Otra reflexión sobre los best sellers: El hecho de que venda mucho no nos dice nada acerca de su calidad. Hay buenos y malos libros que venden mucho. No leí El código Da Vinci, pero estoy seguro de que debe ser malísimo: la película es una mierda. En comparación, Los hombres que no amaban a las mujeres tiene muchas cosas que están muy bien. En particular una cosa: Lisbet Salander. En la novela hay dos protagonistas: uno masculino, Mikael Blomkvist, y uno femenino, Lisbet. El Mikael es el típico protagonista varón que en Hollywood podría ser interpretado por Bruce Willis. En cambio, Lisbet Salander no (no podría ser interpretada por Bruce Willis): una piba de veintipico con el pelo teñido de rojo, piercings y borcegos, que es violentamente feminista, bisexual, hacker, y además tiene el síndrome de Asperger (como Messi, según un rumor).
3. Esta novela tiene 665 páginas. Claramente (redondeando) lo mejor ocurre de la 400 a la 600. En la 400, Mikael y Lisbet se conocen, y es la escena que más me gustó. Claro que como es droga, las primeras 400 páginas (que no es que estén mal) las lees como si nada: ahora, desde la 400 no pude parar posta hasta terminarla. No voy a agregar nada acerca de la trama por si alguien la quiere leer: es mucho más interesante si ni siquiera lees la contratapa. Me bajé la peli sueca, dicen que está muy bien, los actores son tal y como me imaginaba a los personajes. Hace poco leí que van a hacer la versión yanqui: el actor que hace de Mikael Blomkvist va a ser el horrible y deforme y sin gestos nuevo James Bond, Daniel Craig: malísimo.
viernes, 11 de junio de 2010
Los Libros de la Magia, de Neil Gaiman

1.
Los Libros de la Magia es una novela gráfica que escribió Neil Gaiman (el escritor inglés que también hizo Sandman) e ilustraron cuatro tipos distintos (uno por capítulo, cuatro en total). Se trata de un pibe muy parecido a Harry Potter, Tim Hunter, y de cuatro magos que le van a mostrar el mundo de la magia para que después él elija si vivir con ella o ser un muggle (no dice así pero es la idea - nótese que esta historieta es del '91 y Potter del 2000). Resulta que los cuatro magos son personajes viejos de DC comics, y la idea de hacer esto era recuperarlos y relanzarlos al mercado. No sé si resultó, pero lo que sí resultó fue la propia historia de Tim Hunter, que después se convirtió en serie (aunque con otros escritores, seguro una mierda como todo lo que hacen los de DC con sus personajes). La historia está buena, el texto es muy superior a la media de los comics yanquis, pero lo que sobresale son las ilustraciones, que en cada capítulo están hechas con una técnica distinta. No conseguí muchas imágenes en Internet así que van las pocas buenas que habían. No cubren los cuatro capítulos: hay del primero y del segundo creo. Las mejores son las del último.



miércoles, 2 de junio de 2010
Ministerio de Casos Especiales, de Nathan Englander
The friends of the neighbourhood might desapear
1.
Hechos históricos:
Nathan Englander, que por la solapa del libro sabemos que es un neoyorkino nacido en 1970, se enteró de alguna forma de estos dos hechos/datos históricos y decidió hacer un engendro. Así que se documentó, se documentó, se documentó (como si eso fuera suficiente para lograr el verosímil) y una vez que se sintió bien documentado leyó El proceso de Kafka, agarró su guía turística de Buenos Aires y escribió la novela The Ministry of Special Cases.
2.
Kadish Poznan nació en la Argentina. Su madre había sido una puta de la Zvi Migdal, y por ende, Kadish es un hijo de puta. Estamos en el '76, y gobierna Isabelita. Kadish está casado con Liliana, y juntos tienen un hijo de 19 años que se llama Pato.
Kadish, como pueden observar, se llama Kadish: un nombre que nadie tiene en la Argentina. Además de eso, quizás algunos no lo sepan, ningún judío se llama Kadish en ningún lado: Kadish es el nombre del rezo por los muertos, es el nombre de un rezo como si fuera Padrenuestro o Ave María. Bueno, como dije, Englander está bien documentado, y el libro está lleno de esas cosas que están siempre justificadas por algún dato, o bien de la cultura judío, o bien de la cultura argentina.
En la novela (no sé si en la historia también) hubo en su momento un enfrentamiento entre los judíos "honestos" de las "Congregaciones Unidas" (seudónimo de la AMIA) y los de la Sociedad de Socorros Mutuos (es decir, la mafia esta, la Zvi Migdal). Los primeros excluyeron a los segundos del judaísmo, y esta separación se marcó en el cementerio judío, donde a los de una organización y de la otra se los enterró separados por un muro construído por los "honestos" (esto ya es el plano de la ficción, aunque conflictos con el cementerio hubo seguro, siempre hay). Kadish, hijo de puta reivindicado, se dedica a entrar en el cementerio trepando por el muro y, por encargo, borrar los nombres de las lápidas de los criminales para así limpiar el pasado de los descendientes, ahora ciudadanos más o menos honestos que no quieren que los gobiernos los relacionen con el judaismo y/o la mafia.Ni siquiera el nombre de Kadish le había sido puesto por su familia; el joven rabino lo había elegido y esa amabilidad a medias era lo máximo que le habían ofrecido los judíos honestos. Enfermizo, débil y por puro instinto de supervivencia, Kadish consiguió pasar su primera semana de vida a duras penas. Su madre -una mujer creyente- pidió que llamaran al rabino a la casa de José Talmud para salvarlo. El rabino no cruzó el umbral. Parado al rayo del sol en la calle Ombú, vislumbró en el vestíbulo al bebé en brazos de Favorita. Su juicio fue instantáneo:
- Que su nombre sea Kadish para alejar al ángel de la muerte. Un truco y una bendición. Que este niño sea el que llora y no el que es llorado.
Kadish y su hijo Pato se llevan muy mal. Pato es un chico rebelde que tiene el pelo largo, estudia sociología en la UBA (con una "profesora Schuster"), tiene libros zurditos., fuma porro y va al recital de Invisible, donde
Spinetta cantaba con la boca pegada al micrófono; su larga melena le enmarcaba la cara, rodeada de un halo plateado de saliva y sudorPato y Kadish se pelean y Pato se va a vivir a lo de un amigo. Kadish mientras tanto cumple un encargo, borra un nombre, pero el que se lo pidió no lo puede pagar. Es un cirujano plástico, y le ofrece a Kadish operar las enormes narices judías de los tres miembros de la familia Poznan. Pato vuelve a la casa pero ante la locura de sus padres que quieren narices nuevas, se vuelve a ir. Pato cae preso en una razzia. Lo sueltan y vuelve a su casa, donde Kadish está quemando sus libros peligrosos. Tienen una gresca, que se termina porque llega un grupo de tareas que se lleva a Pato.
Ahora Pato es un desaparecido, y la novela, que venía siendo al decir de la solapa "tremendamente divertida", se vuelve insoportable.
3.
Lo que sigue es la búsqueda desesperada de Liliana y Kadish. Sigue y sigue. Hay un inventado Ministerio de Casos Especiales donde no se resuelve nada y los padres de los desaparecidos hacen filas interminables no se sabe muy bien para qué. Mientras Liliana decide que Pato sigue vivo, Kadish decide lo contrario, y cada uno sigue su propia búsqueda. Pato no aparece. Tampoco te enterás si lo mataron. El final es una mierda.
4.
Desde el vamos, como argentino, agarrar esta novela escrita por un yanqui que nada que ver, me producía un poco de resquemor. Al principio, como dije antes, la zafa y hasta con elegancia. No por lo de Spinetta, eso ya me parece una grasada, podía decir "una banda de rock", "el cantante", y listo. Sí por otras cosas: facturas con el mate, algunos comentarios sobre el peronismo que no son cualquier cosa. Con el tema judío la zafa mejor que con el tema argentino. Por ejemplo: resulta que en la festividad judía de Pesaj hay una canción que se llama "Daieinu". El título significa "Nos bastaría". Dice algo así como "Si sólo nos hubieras sacado de Egipto, nos bastaría; pero además hiciste" tal otra cosa, y con esa nos bastaría, pero además... y así. Entonces en una parte de la novela en la que Kadish y Pato se pelean dice:
...¡Está bueno! Pero ta, después no. Cuando el hijo está desaparecido, y ellos quieren respuestas, y van a este ministerio y el tipo que los podría atender se está comiendo un sangüich y es como medio kafkiano medio burlesco, capaz para un yanqui puede ser divertido, gracioso, no sé. A mí me resultaba terrible, estoy seguro de que en la vida real, en un ministerio real, un funcionario se debe haber comido un sangüich ante la desesperación de una madre. Así es como esta novela se vuelve peor que la Viva. Sigue estando bien escrita. La traductora, es para felicitarla, una española que se dignó a utilizar el voseo en su traducción del inglés (como observaran en las citas). Hasta diría que hay las mejores intenciones de rigurosidad y todo. Pero bueno, no.- Sos un holgazán. Sos un fracaso. Nos impedís progresar. Nos hacés pasar vergüenza. Me cortaste el dedo. Arruinaste mi vida.
En la gran tradición judía del daieinu, era una lista de las deficiencias de su padre, cada una basada en su antecesora. Y la idea de que cada acusación, de haber sido la única falla de Kadish, no obstante habría bastado para condenarlo es central para esta fórmula.
5.
Ahora, después de terminar la reseña, googlié. Cosas para agregar: Englander es judío, por eso la zafa por ahí. De hecho era ortodoxo en una época de su juventud. Por si el estimado lector de esta reseña está muy al pedo y/o muy interesado, van tres buenos links relacionados: