miércoles, 7 de septiembre de 2011

Bartleby el escribiente, de Herman Melville

1. ¿Vieron cuando de pronto te empiezan a nombrar una cosa -una película, un libro, un concepto, lo que sea- en todas partes? En más de un lugar me empezaron a mencionar a Bartleby (en la facultad, en otros libros), y yo que lo tenía en la pila de al lado de la cama hacía siglos decidí que era hora.

2. Bartleby el escribiente es una novelita corta y clásica de Herman Melville (el autor de Moby Dick) sobre un tipo que se resiste pacíficamente a todo y repite una frase célebre: "Preferiría no hacerlo". El narrador y protagonista es el dueño de una oficina judicial, que contrata a Bartleby como copista o amenuense, o sea la persona que -en épocas en que la imprenta era un aparato exclusivo de algunas profesiones y no habían sucedáneos- se encargaba de copiar los documentos judiciales que deben ser copia fiel. Bartleby, el nuevo empleado, es primero el mejor copista de todos, pero un día comienza a rebelarse, de a poco, comienza a "preferir no hacer" ciertas cosas, cada vez más cosas, hasta que ya no hace nada. Lo excepcional del libro es el enorme poder de la resistencia pacífica de Bartleby, de ese preferiría no hacerlo. Uno lector le quiere pegar un poco a Bartleby. Por otro lado entiende por qué nadie le pega. Y cuando le pegan, siente pena.

3. La traducción de Bartleby el escribiente al castellano es de Jorge Luis Borges. No sé si la única que hay, pero probablemente sea la más fácil de conseguir. Mi edición es española y aún así tiene la traducción de Borges. También tiene un prólogo del ciego este, en el que dice que "es como si Melville hubiera escrito: ¡Basta que sea irracional un solo hombre para que otros lo sean y para que lo sea el universo!". También es Borges el que presenta a Bartleby el escribiente como la novela precursora de Kafka, cosa bastante sencilla de observar por otro lado. Lo que no sabemos es si Kafka leyó a Melville pero no importa.

3. Muy buena y linda novela corta, recomiéndola. El final no me convenció, el final final, hay una resolución demasiado determinante que no se condice con el tono del resto de la novela. Parece como si Melville al final hubiera pensando que a sus contemporáneos les iba a irritar por demás un libro sin explicaciones justificadas y lógicas y hubiera utilizado ese último párrafo como un hipoglós literario.

No hay comentarios: